MAUD THE MOTH – Orphné
Discográfica: Música Máxica, Nooirax, La Rubia
Amaya López-Carromero, o MAUD THE MOTH, bien podría ser uno de los secretos mejor guardados de la música alternativa o ‘avant-garde’ de nuestro país, si no fuera porque lleva ya un buen puñado de años fuera de España y porque, para muchos, su talento desbordante no es ningún secreto. La vocalista mezzosoprano y pianista nacida en Madrid ha peleado de un modo vehemente cada logro conseguido en su carrera, una trayectoria que empezó siendo incierta, muy expeditiva, y que fue dando forma ella misma a través del aprendizaje, de sus vivencias y de sus colaboraciones, de las que su música se ha ido enriqueciendo y afianzando en el transcurso de 10 años, que son los que el proyecto lleva en funcionamiento. Una década de constancia, mucha fe, y una visión de la música prácticamente inexplorada en nuestro país que sólo una mente privilegiada, y por supuesto educada, podría concebir del modo en que ella lo hizo desde aquel primer “Home Futile Home” (2011), que queda ya realmente lejos. 2020 marca una nueva etapa seguramente para medio mundo, pero también para ella, que no sólo ve como se cumple su primera década de carrera sino que, además, lo hace con la edición de su esperado tercer LP en estudio después de cinco largos años de espera, que han dejado verdaderos surcos en la inspiración de Amaya, siempre inquieta.
“Orphné” trae consigo un buen número de novedades, pero por encima de todo, una promesa de calidad que va asociada a su nombre artístico, y que es intrínseca en todo lo que recibe su dedicación y esmero. Decir que a nivel artístico, estamos ante un sucesor más que digno de “The Inner Wasteland” (2015) es mucho decir, y es cierto; y debería ser más que suficiente para que sigas leyendo.
Para el lector profano, la música de MAUD THE MOTH navega entre las turbias aguas de la música clásica contemporánea, con un protagonismo principal de piano y violín, ‘jazz’, todo pasado por un filtro oscuro siempre, nostálgico a veces, donde también tienen cabida influencias de ‘rock alternativo’, algo de ‘goth’, e incluso ‘drone’… En una palabra, su propuesta es vanguardismo puro y duro: esa fue la motivación primera cuando todo comenzó, y esa sigue siendo la flexible regla por la que Amaya se rige a la hora de inspirarse en sus composiciones, terreno prácticamente virgen en nuestro país y en nuestro mundillo, que puede ser que le haya puesto las cosas un poquito más difíciles a la hora de ubicarse entre un público más o menos concreto o acotado, pero que no en vano es su esencia y desde luego su atractivo y encanto. Una vez más, no esconderé que como ya sucedió en trabajos pasados, “Orphné” es un trabajo increíblemente sugerente y al mismo tiempo muy exigente; eso sí, devuelve exponencialmente cada segundo “invertido” en él.
Si atendemos a los créditos, lo primero que nos llamará la atención es que la formación se ha renovado por completo con respecto a la que grabó “The Inner Wasteland”, una revolución que naturalmente ha tenido un impacto en la grabación, llevada a cabo a caballo entre diferentes localizaciones de Reino Unido y España. Esta vez, junto a Amaya han grabado un elenco de músicos españoles en su totalidad, todos muy cercanos a ella, naturalmente, en contraste con la banda que llevaba hace cinco años, netamente británica -a saber: Paul González a la batería, Guillaume Martin (guitarra), Alicia García al violín, e Iván Caramés (cello). No se si como consecuencia directa de ello, o de unas renovadas inquietudes de la artista, lo cierto es que “Orphné” es un trabajo sensiblemente distinto de su predecesor, hasta el punto en que llega a completarlo de alguna manera. La impronta de MAUD THE MOTH puede sentirse en cada segundo de la grabación, de eso no hay duda. No hablo para nada de un cambio drástico en su sonido, en lo que era su universo onírico particular, es algo muy sutil que, de algún modo, le lleva ahora por derroteros más específicos de su vertiente más clásica, dejando quizás un poco más de lado ese componente ‘jazz’ que sigue estando ahí, pero un poco más diluido, más escondido.
“Orphné” es un trabajo magistral, que lleva los límites creativos de MTM varios niveles más allá, y destroza el techo de lo que considerábamos “esperable”. Es algo así como una acuarela musical en tonos ocres y oscuros, que pinta un paisaje inquietante, realmente incierto, donde todo guarda conexión y retroalimenta una sensación de deriva, a veces de abismo, que Amaya nos evoca incansable a través de unas atmósferas imborrables, que juegan con diversos estilos como decía anteriormente, pero que se inspiran más que nunca en sus raíces más clásicas y donde su voz, cuenta con más caras y formas que nunca. Una vez más, el violín es un complemento indispensable para el piano y la propia voz de la vocalista, y en esa tarea el trabajo de Alicia García es un diferencial abrumador. “Finisterrae”, por ejemplo, que además es el primer single del trabajo, es un extracto muy elocuente de cómo voz y violín pueden llegar a fundirse simbióticamente en una pieza evocadora y delicada, donde Amaya juega con efectos, coros deslumbrantes (otro punto muy fuerte del disco) y una musicalidad abrumadora.
Todavía queda, no obstante, de esa faceta más orientada al ‘jazz’ suya, a ritmos mas desenfadados digamos, y una muestra de ello es “Mormo And The Well”, donde el piano hace lo que quiere mientras acompaña poliritmos y cuerdas que van ganando en protagonismo mientras el tema crece. Este tema, además de venirle muy bien al LP porque le da un giro muy atractivo, me recuerda especialmente a su anterior etapa. En contrapartida, creo que el tema que mejor concentra esta nueva fase del proyecto, si es que podemos llamarle así, es “Ecdysis”, y seguro que la propia artista también es consciente de ello. Más de ocho minutos y medio de vórtice orquestal y densidad donde por momentos me llega a recordar a ese sentimiento de opresión que siempre me ha transmitido Diamanda Galás en cierta época, solo que aquí con un tímido halo de esperanza. La pieza es una obra de arte en sí, verdaderamente al alcance sólo de alguien con un talento desbordante.
“Orphné” esconde otras muchas sorpresas, que no conviene tampoco desvelar. Simplemente subrayar el (nuevo) salto cualitativo de MAUD THE MOTH en su tercer largo de estudio, que le deja sola en su categoría, y que creo que nos tiene que hace sentir realmente orgullosos. No se si realmente este es el mejor momento o quizás sea el peor; lo que tengo claro es que muchos necesitábamos este disco, lo supiéramos o no.
Jorge del Amo Mazarío (Jorge_del_amo@rafabasa.com) – Twitter: @Jorge_del_amo
Lista de Temas:
- Ecdysis
- The Mirror Door
- The Stairwell
- The Abattoir
- Finisterrae
- As Above, So Below
- Mormo And The Well
- Epoxy Bonds