Javier «Zeta» Domínguez, cantante de MÄGO DE OZ, habla de sus 10 álbumes favoritos de la historia

Javier "Zeta" Domínguez, cantante de MÄGO DE OZ, habla de sus 10 álbumes favoritos de la historia

Javier "Zeta" Domínguez, cantante de MÄGO DE OZ, al que conozco desde hace muchos años, antes que fichara por MÄGO, con mucho atino y grandes dosis de humor, habla de los discos que para él fueron importantes en su vida roquera:

Javier "Zeta" Domínguez

LOS 10 "DISCOS DE LA VIDA"

La verdad es que es un poco deprimente reducir a diez los discos que te han marcado durante tu vida, así que he puesto once. Que también se queda corto, pero por lo menos no dejo fuera… No, no. Me dejo fuera ¡TODO!, igualmente. Bueno, lo dejo en diez, que cuanto antes pasemos por el mal trago de obviar a ÁNGELES DEL INFIERNO, ÑU, BARÓN ROJO, BARRICADA, IRON MAIDEN, BLACK SABBATH, KISS, SCORPIONS, BON JOVI, POISON, TYKETTO, WARRANT, MANOWAR, GOTTHARD, SONATA ARCTICA, TIGERTAILZ, MSG, METALLICA, MASTERPLAN, ROYAL HUNT, ARK e incluso los LPs de los dos grupos en los que he cantado (el castellano no tiene un presente continuo que me ayude a decir en un sólo tiempo verbal que "he cantado y aún sigo cantando" en MÄGO), antes iré a por cerveza, a ver si me multan por el camino y así aprendo a… a nooo… contagiarme con "viruses", supongo. Tras esta crítica velada que remarco y desvelo en esta misma frase, comenzamos.

WHITESNAKE – 1987

La primera "musicassette" que me compré con mi paga semanal fue esta. Ya tenía algunos temas grabados por amigos del colegio, ‘Is this Love’ sonaba todos los días en la radio y decidí que tenía que escuchar todo lo que hacían los señores peludos estos. Con 13 años supuso una gran disyuntiva gastar varias pagas en muñequitos de La Guerra de las Galaxias, un juego nuevo para mi Spectrum o una cinta de "un grupo molón". Me decidí por lo último, nunca me arrepentí y sigue siendo, a pesar de los años, una influencia en mi interpretación vocal. Si hay que ponerse pichón, ponte "güitejnaque".

Coverdale fue uno de mis mejores "profesores de canto en ducha", modalidad que debería tomarse en cuenta por las discográficas porque ahí es donde mejor suena la voz, por mucho que los técnicos de sonido me quieran convencer de lo contrario.

HELLOWEEN – Keeper of the Seven Keys I y II

El entonces jovencísimo, pero más joven era yo, Michael Kiske se comía al resto de cantantes que hasta entonces había conocido. Las pagas semanales esas ya iban invirtiéndose en cosas un poco más "adultas", si es que se puede llamar adulto a gastarte el poco dinero disponible en ir a trabajar lumbares y biceps derecho (por el air guitar, no por lo otro o "porno, lo otro") a un local-semisótano maloliente lleno de jovenzuelos inseguros que aumentaban su desorientación ingiriendo venenos selectos. Bien, el caso es que conseguí en "formato TDK" ambos ‘Keeper’ al mismo tiempo y, ¡joder, Kiske alcanzaba notas que parecían imposibles! Con su "nueva técnica" que años más tarde sería definida como "canto alemán" (tiene cojones que quieran ponerle nombre a todo, cuando el Bel Canto ya definía esta técnica siglos ha y mostraba sus virtudes con cantantes, paradójicamente, sin cojones) también enseñó, y mucho, al menda que os habla, mediante esas sesiones de ducha que no terminaban hasta acabado el LP. En casa de mi madre ya había dos baños en aquel entonces, no os preocupéis ahora por el acicale de mis hermanas, reivindicativas e imberbes adolescentes (afortunadamente). 

STRYPER – In God We Trust

Y hablando de imberbes… a ver. ¿Cómo explico yo que me parecían guapísimos cuando vi la primera foto en una revista, pero que no me toqué, ni nada? Estooo… Voy a por cerveza. Me ayudará a explicarlo.

Ya estoy aquí. No me ha ayudado nada. Al contrario. Me parecen más atractivos ahora, si cabe. El caso es que con ellos empecé a vislumbrar el mundo de los coros. Había temas en que parecía que podrías acoplarte a cantar con ellos sin preocuparte de dónde empezar tu línea de voz. Luego ya vi que no, ya, pero Michael Sweet iba muy bien acompañado por otras voces y me pareció que era algo más que importante y que debía fijarme en ello de ahí en adelante. Años más tarde entendí que decían cosas del dios cristiano que no eran interesantes para mí y que Michael Sweet era una chica, en realidad. Si no, no podía ser que cantara así de agudo y potente. ¡¡¡Michael Sweet, abeja maya!!! Tales exabruptos sólo son fruto de la pura envidia, correcto. Lo retiro, lo de Michael Sweet, querida abeja maya.

TWISTED SISTER – Come Out and Play y Stay Hungry

Me estoy dando cuenta, (tarde, porque no voy a cambiar ningún disco de los que quedan por comentar) que reduzco a un intervalo de tiempo demasiado pequeño mis primeros "DISCOS QUE ME CAMBIARON LA VIDA", o como se llame esta sección. Bien, el caso es que el cantante menos cantante que escuchaba por aquel entonces, tenía unos temas que me gustaban muchísimo. La rebeldía sempiterna, la injuria desatada y el desacuerdo por defecto propio de la adolescencia se veían reflejados en los temas de estos tíos ataviados con lo que encontraron en el baúl de la abuela. Dee Snider para mí no cantaba: ladraba y me mordía las entrañas. Y el respeto por la capacidad de provocar esos sentimientos en el oyente también fue creciendo con los años.

YNGWIE MALMSTEEN – Eclipse

Que nadie me tire el muestrario de hortalizas. Por supuesto que escuché a Yngwie antes de que apareciera este Eclipse, y temas como ‘Heaven Tonight‘ ya eran himnos para mis tardes-noches en semisótanos superpoblados. Pero resultó que Jeff Scott Soto o Joe Lynn Turner, que me encantaban, no acariciaron mi oído en el momento adecuado (soy difícil, sí). Este Eclipse me resultaba más comercial, más audible en bucle, y Goran Edman me comió la… joder, voy a utilizar otra expresión. Y Goran Edman me obnubiló con la solidez y el color de sus agudos. Un disco que cantaba de arriba abajo tres o cuatro veces por semana. Reto a cualquiera a que cante ‘Motherless Child‘ sin creer que va a desmayarse en cualquier momento. Aunque, bueno, Yngwie siempre ha exigido el máximo esfuerzo de sus cantantes. ‘Leonardo’, que intente cantarlo Michael Sweet, si quiere.

MÖTLEY CRÜE – Dr. Feelgood

Repito el esquema: que nadie me pinche la rueda del monociclo porque, sí, había escuchado MÓTLEY CRÜE antes de que Dr. Feelgood fuera editado. Pero es que este disco me lo compre, ¿vale? En vinilo. Dos o tres meses antes de tener a mi disposición un reproductor de vinilos, un tocadiscos, un plato donde escucharlo. Muy inteligente por mi parte, lo sé. Y de tanto mirarlo, leerlo y quizás lamerlo, se ve que me ha quedado cierto cariño residual por él. ‘Kickstart my heart‘ era una bomba y lo sigue siendo, eso sí. Y, como curiosidad ludomusical, insto a los que aún tengan acceso a él, a jugar "Burnout Revenge" (en XBOX 360 y con subwoofer) con este disco como banda sonora. Le queda como un guante. Pero de los de piel, no de chichinabo, de estos pandémicos.

GUNS ‘N ROSES – Appetite for Destruction

Que si no es glam, que si tampoco muy hard rock, que me lo escuche… Gracias José María (No recuerdo el apellido), colega del insti, por pasarme el Appetite. Mi devoción por esta banda surgió el mismo día que me puse la TDK. Y no te digo nada. Ya para qué. Pero si antes he usado la expresión de ladrar en vez de cantar para Dee Snider, para Axl Rose acuño el término cantaladrar, expresión que podría entenderse por la parte peyorativa del taladro y que, aún así, mantendré, dado que ya son muchos años de escuchar ‘Sweet Child of Mine‘.

Si no lo has escuchado nunca, hazlo o, como mi tío el pescadero que se quedó encerrado en la cámara frigorila, morirás en pescado.

HARDLINE – Double Eclipse

Menos mal que entonces tenía amigos que me pasaban música que yo no pedía. Y menos mal que me hacía una copia. Para mí, uno de los grupos que mejor Hard Rock han hecho en la historia. Y este Double Eclipse ponía a Johnny Gioeli por delante, como un ariete destinado a derribar toda resistencia auditiva a sus temas. Si la técnica de rasgar la voz te cuesta, aprende de este tío. Pero vamos, que la increíble frescura de algunos temas sentaron cátedra en la manera que tengo de entender este género. Sí, me lo cantaba de arriba abajo un día sí y otro también. Yo no sé cómo no me echaron de casa… antes. Y, oye, qué alegría plena me dio cuando, ya sobre el año 98, habiendo empezado a trabajar en revistas de videojuegos, escuché su acojonante voz de nuevo en el juego Sonic Adventure con ‘Open your Heart‘. ¡Viva Crush 40!, ¡viva Senoue!, espeté. Lo que indica que empiezo a tener hambre.

DREAM THEATER – Images and Words

Aunque Labrie sea un buen cantante, mira, este disco no lo he escogido por él. Encasillado como estaba el que escribe en el rollo hardrockero-glam y poco más, llegó el momento en que, como teclista que decía ser y recién acogido en un nuevo grupo, tuve que hacer una versión de… ¿de quién? ¿DREAM "cuálo"? Eso. Que sin conocer al grupo, me dejaron el CD para que me grabase ‘Pull me under‘ y, claro, lo escuché entero. No sin cierta cara de incredulidad y un señor con bombín y mostacho, o algo así, que insistía en preguntar dentro de mi cabeza: "¿pero esto está bien?, ¿ese teclado no va como… mal?, ¿por qué no estoy escuchando MANOWAR, que va cuadrao, nunca mejor dicho?". Creo que poco más hay que explicar. Me reventó la cabeza en cuanto a "posibles estructuras musicales agradables al oído". ¿Que si me terminó gustando? A la semana era un adicto, realmente, a escuchar el LP entero. Hasta me lo compré, nótese el nivel de enajenación.

SYMPHONY X – The Divine Wings of Tragedy

Y aquí se aglomeran tanto lo expuesto con DREAM THEATER con sus "ejercicios de memorización" como la admiración por ciertos cantantes en concreto. Creo que el primer tema que escuché fue ‘The Accolade‘, a instancias de mi hermano pequeño, que ya jugaba con compases ciertamente rarunos para un heavy ochentero (el tema, no mi hermano). A mi juicio, la magia estaba en mezclar una guitarra virtuosa, una instrumentación con aroma a música clásica (incluídos los coros), esos susodichos compases que te dejaban un ojo pa’dentro y una melodía de voz que conseguía, de alguna manera, que no se viniera abajo todo el pastel. Y lo impensable era que encima me resultara tan bello. Y adictivo, desde luego. Russell Allen entonces no era tan inimitable como hoy en día y, por supuesto, aprendí mis cositas de este LP e hicimos nuestras versiones de ‘Out of the Ashes‘, por ejemplo, los "músicos" del barrio. Y hoy en día, es un grupo al que sigo admirando desde lo más hondo de mi corazón y… estómago, al parecer, si damos sentido a los crujidos que promulga. ¡Bueno, que tocan callos, como cuando intento tocar el bajo dos días seguidos!

Sin querer robar más tiempo a nadie, sólo me queda darte las gracias por leer algo tan personal como "mi vida contada en discos", que es en lo que he convertido la sección. Espero que te hayas divertido y, si no, que sepas disculparme; y Don Rafael también. Nos vemos en los escenarios, si nos dejan.

Javier "Zeta" Domínguez