Sábado 5 de Octubre – Sala Mon – Madrid
Dentro del formato reducido de la sala, con el lateral derecho cerrado para el público, pero aun así consiguiendo una notable asistencia, los estadounidenses BETWEEN THE BURIED AND ME se presentaban en la capital para dar buena cuenta de su visión sobre cómo componer e interpretar metal, celebrando, a la vez, sus casi veinte años de trayectoria.
Con los impresionantes “Automata I” y “Automata II” bajo el brazo y, aunque del primero de ellos no tocaron nada en la pasada noche, dieron un buen repaso a su carrera discográfica en formato “an evening with”. Es decir, sin teloneros, haciendo un extenso repertorio con más de dos horas de duración y haciendo un pequeño descanso a mitad del show, más el pertinente bis.
Arropados por una constante niebla, fruto de las incesantes máquinas de humo, así como por un aura monocromática procedente de los focos que llevaban a pie de escenario, con sobriedad pero altamente efectivos, el quinteto dio toda una lección de cómo interpretar música compleja sin necesidad de estar disparando samplers ni pistas pregrabadas constantemente. De hecho, toda la voz fue en riguroso directo, disfrutando de un gran frontman como es Tommy, con esa dupla de voces limpias y melodiosas junto a las guturales,
volviéndose una fiera escénica cada vez que abandonaba sus teclados para coger el micrófono y tomar el centro del escenario, cual poseso.
Fue una pasada ver tocar a Paul y Dustie esas complejas partes de guitarra mientras Dan Briggs arropaba con su bajo y teclados y Blake daba una lección de cómo tocar la batería con esos ritmos y compases complejos, sin perder un ápice del tempo ni fallar una sola nota.
De seguido, sin apenas parones, interrupciones ni presentaciones entre temas, comenzaron con la introducción de “Naked by the Computer”, para arrancar la furia con la genial “Astral Body”.
“Lay your Ghost to Rest” fue una pasada, con esas partes de vals circense súper disfrutadas o la bestial “More of Myself to Kill”.
Tras “The Coma Machine” y el clásico “Mordecai”, llegaría uno de los pocos momentos relajados de la noche, con “Mirrors”, consiguiendo una atmósfera muy a lo PINK FLOYD.
La primera parte del set terminó con la vertiginosa “Obfuscation”, en la que el público lo dio todo, botando en uno de los puntos álgidos del concierto.
Y si la primera parte del concierto había sido buena, la segunda la superó con creces.
“The Black Box” y “Telos” rompieron el hielo, desatándose la locura una vez más gracias a “Bloom”.
Pero lo mejor estaba por llegar y lo hizo con el repaso a los temas pertenecientes a su más reciente obra. “The Proverbial Below” sonó de lujo y, tras el pequeño interludio de “Glide”, llegaría el mejor momento de la noche, la divertida “Voice of Trespass”, en la que el público más interactuó con la banda gracias a ese charleston mezclado con metal que tan magistralmente compusieron para “Automata II”.
Volvieron tras los bises con todo el mundo vitoreando el nombre de la banda.
El final llegaría con “Selkies”, “Viridian” y la portentosa “White Walls”, que daría por finalizado un gran concierto.
No cabe duda de que la noche del cinco de octubre vivimos un gran concierto de metal progresivo y que, de seguir así BETWEEN THE BURIED AND ME conseguirán labrarse un nombre dentro de los más grandes del género.
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Álvaro Carlier
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