THE 69 EYES – West End
Discográfica: Nuclear Blast
Pocas bandas se han mostrado tan activas como THE 69 EYES dentro del rock gótico. Activos desde 1992, sacando disco cada dos, tres años como mucho y girando constantemente. De esta guisa nos llega su álbum número trece con el que se nos presentan como una banda de ideas frescas, recogiendo todo lo bueno aprendido del pasado, demostrando que siguen siendo toda una referencia dentro del género.
El combo finés se mantiene fiel a su propuesta. Todos los temas están bañadas en esa oscuridad gótica, en ocasiones decadente incluso. Aunque siempre, desde la perspectiva del rock, más que la del metal. Las canciones tienen gancho, son pegadizas y mantienen la atmósfera que uno espera en un disco de estas características. La banda se muestra resuelta a nivel compositivo, así como en la ejecución, teniendo por bandera esa voz repleta de graves, limpia y profunda a la vez, tan arquetípica del gótico.La escucha de “West End” supone, en definitiva, cuarenta y ocho amenos minutos.
Ya con la tétrica portada se dejan claras cuáles son las referencias musicales, con ese logotipo tan propio de una película clásica de terror, con esa inclinación difuminado en sus letras, aunque dándole la nota de color púrpura en contraste. El fondo negro con los globos del mismo color nos hace pensar en una referencia a cierta afamada novela escrita por Stephen King en la que un payaso es protagonista.
Comienzan tétricos, con el órgano de iglesia marcando los acordes tónicos mientras un bajo distorsionado ejecuta el riff principal de lo que será “Two Horns Up”, tema pesado con efectivo estribillo en el que colabora Dani Filth conjugando su voz con la de JYRKI69 tanto en el estribillo como en las dos estrofas. En “27 & Done” los teclados toman mayor preponderancia, siendo un tema muy melódico, de los más característicos del álbum, así como también de esos que se quedan a primera escucha. Su estribillo es una maravilla melodiosa no exenta de ironía en su letra, que reza: “let’s all die young, it’s so easy and fun” – “muramos todos jóvenes, es muy fácil y divertido”. En similares terrenos se mueve “Black Orchid”, la cual me puedo llegar a imaginar como todo un himno del rock que hubiera triunfado en las discotecas góticas de toda Europa si hubiera sido editada en los noventa.
Bajamos el pie del acelerador con la cadente “Change”, donde esa deliciosa oscuridad que veníamos disfrutando en los temas anteriores se hace aun más patente. Sus riffs entrecordados y apagados el vocalista recita “change” una y otra vez introduciendo las estrofas poco a poco, ese estribillo que es todo un homenaje a THE CURE con esos preciosos piano y teclados son un disfrute para los sentidos.
Y tras la pausa, llega el momento de volver a la pista de baile con la animada “Burn Witch Burn” que en sus poco más de tres minutos consigue que no paremos de mover los pies gracias a su dinámico ritmo y uno de esos estribillos que a base de “you got to burn, burn witch burn”, va a romper en cada uno de sus conciertos venideros. Volviendo a esa onda de rock ligero aunque a la vez oscuro, tenemos un efectivo “Cheyena” en el que las referencias a THE CULT son más que palpables, emulando incluso a Ian Astbury a la hora de ejecutar los coros, melodías superpuestas (sobre todo al final) y armonías vocales.
“The Last House on the Left” es el tema más metalero dominado por un riff poderoso, pesado, con las tónicas muteadas en la ejecución de la guitarra por la mano derecha. Por su parte, “Death & Desire” es la melancólica balada donde un ritmo semi acústico decadente domina en gran parte de su duración, hasta que llega el momento del solo tras el segundo de los estribillos donde la banda propone un ritmo más acelerado para volver al tempo original a la hora de encarar su final. En contraste, “Outsiders” vuelve al patrón de rock sencillo en estructura, animado y efectivo, aunque falto de pegada en este caso, sobre todo comparado con los temas anteriores de similar calado.
Me gusta la evolución de las melodías en “Be Here Now”, las guitarras ejecutando sencillos licks, los sutiles teclados, los coros que arropan la línea de voz principal, incluso las palmadas que aparecen de vez en cuando. Y para finalizar, otra maravilla denominada “Hell Has No Mercy”, un tema de dos acordes con una ejecución rítmica que bien podría haber estado firmada por el mismísimo Malcolm Young. Su estribillo es hermoso, delicado, sutil. Es una magnífica manera de poner la guinda en un disco notable.
En definitiva, “West End” es un notable álbum, ameno a la escucha e idóneo para los directos. Con él,THE 69 EYES demuestran que, tras aquella eclosión de bandas góticas que hubo hace más de veinte años, a día de hoy continúan formaciones que mantienen el estandarte de la buena música orientada hacia este género, ajenas a las modas.
J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Lista de Temas:
- Two Horns Up
- 27 & Done
- Black Orchid
- Change
- Burn Witch Burn
- Cheyenna
- The Last House On The Left
- Death & Desire
- Outsiders
- Be Here Now
- Hell Has No Mercy
Magnífica reseña, y análisis conciso y significativo. Bajé el disco anoche y hoy lo oí todo el día; lo menos que podía hacer era crearme una cuenta y pasar a agradecer. Gran página, por cierto. Un abrazo y muchas gracias.