Sábado 27
ALAN PARSONS + THE DEFIANTS + HARDLINE + TEN + SOTO + AIRRACE + CREYE
–Domingo 28
STEVE AUGERI + W.E.T. + BURNING RAIN KING COMPANY + KEEL + FORTUNE + LEVERAGE
Sábado 27 y Domingo 28 de Abril de 2019 – Live Music Club – Milan – Italia
Sexta edición ya del festival de rock melódico más importante de Europa y referente del sello discográfico buque insignia del género, y nuevamente viaje hasta la localidad de Trezzo, cercana a Milán, y a un que lleva acogiendo el festi desde su primera edición. Fans del estilo llegados desde toda Europa, fundamentalmente alemanes y suizos, bastantes nórdicos, y entre los seguidores españoles que nos citamos cada año caras tristes y sentimientos a flor de piel al tener la baja de uno de los más fieles asistentes y rostros más conocidos de la escena rockera madrileña, que desgraciadamente nos dejó de manera inesperada hace unos meses, vaya desde aquí nuestro homenaje a El Padrino, todos nos acordamos mucho de él a lo largo del fin de semana.
Vamos al lío. 14 bandas, de manera sorprendente hasta 5 formaciones que ya habían desfilado por su escenario en pasadas ediciones (hasta ahora no había habido tantas repetidoras), algunas de las promesas del sello y varias bandas de esas que no se prodigan por los escenarios y por las cuales el viaje está sobradamente justificado.
Llamó la atención que al inicio del festival la entrada ya fuera muy destacable, con los platos fuertes de la jornada el aforo rondaría los 1500, señal de que había ganas de Frontiers. CREYE son los autores de uno de los discos más prometedores del año pasado y había muchas ganas de comprobar cómo se desenvolvían los suecos sobre las tablas. Siete temas, todos de su disco debut, y 30 minutos es el tiempo del que dispusieron y una vez se soltaron los nervios iniciales, el resultado fue notable. Tras una intro, el teclado de Joel Selsfors se hizo protagonista, y los ritmos de Nothing To Lose empezaron a evocar formaciones como WORK OF ART o A FIND ME, AOR fino, bien ejecutado y evocador de los 80. Christina fue la siguiente en sonar y para mi es su mejor canción, con un estribillo y coros maravillosos y más protagonismo para el guitarrista Andreas Gullstrand, auténtico líder de la formación. Pero es en los ritmos más pausados donde se sienten a gusto y enlazaron tres temas de velocidad más lenta (Miracle, Straight to the Top y Never Too Late) donde aparecieron las guitarras acústicas y donde brilló la garganta de August Rauer. El final con la rockera Holding On dejo ganas de más. Les falta soltarse en el escenario (demasiado estáticos) pero tienen grandes temas y son un soplo de aire fresco tras demasiados productos cortados por el mismo patrón.
AIRRACE, los siguientes en subir al escenario, representaban el otro extremo del negocio. Una banda veterana, con una reputación intachable y algunos músicos de esos que han tocado con casi cualquiera que es alguien en el negocio, como es el caso de su bajista Rocky Newton. 35 años han pasado desde su debut y los parones en su carrera han sido constantes. Apenas tres discos editados en todo este tiempo y algunos cambios de formación para su cita en el Frontiers (es la banda en la que debutó Jason Boham a los parches) . Los británicos salieron enérgicos con su "nuevo" cantante Adam Payne moviéndose sin cesar y mostrando muy buena voz. Lo suyo fue hard rock de corte clásico con las guitarras de Laurie Mansworth muy presentes y el teclado de la simpática Linda Kelsey (impagable su sombrero con plumas) en un plano secundario. Honraron a su nuevo sello con cinco de los temas de su último trabajo, los cuales alternaron con los de su debut en los 40 minutos que dispusieron. Su nuevo single Eyes Like Ice, con ese aire de classic rocks es una de las más destacadas aunque fue la más clásica Summer Rain, con ese sonido tan FM y positivismo la que más me gustó. Finalizaron con su tema más conocido Brief Encounter. Buen bolo.
Jeff Scott Soto es otro de esos imprescindibles en las ediciones del Frontiers y este año participaría en dos ocasiones, el sábado al frente de WET y el viernes con su proyecto en solitario. En esta ocasión llegó con su formación remodelada, el impresionante Edu Cominato en la batería pero BJ cambió el teclado y guitarra por el bajo, y solo hubo un guitarrista y no fue nuestro compatriota Jorge Salán sino un músico brasileño que tuvo demasiados problemas con su amplificador y rompió el ritmo de la actuación en varias ocasiones.
SOTO cumplió de sobras demostrando que probablemente sea uno de los tipos más profesionales del negocio y se sobrepuso al jetlang y a problemas de sonido internos que, según me confesó al día siguiente, hicieron que en los tres primeros temas no llegara a escuchar a sus compañeros de escenario. Eso sí, el set list fue para sus seguidores de ensueño, con piezas de su carrera en solitario, a excepción de la sempiterna I´ll Be Waiting de Talisman, que coreó hasta el apuntador, y que contó con las iniciales Drowing y 21st Century. Dos joyas como Believe in Me o Eyes of Love e incluso Our Song con el protagonista al piano. Para el final dejó Stand Up (de la pelicula Rock Star) que interpretó con el cantante de Animal Drive el croata Dino Jelusic, pero nadie puede hacer sombra a Jeff, y se posicionó nuevamente como uno de los grandes vocalistas de rock de la actualidad.
TEN, la banda de Gary Hughes, llegaba al Frontiers tras la cancelación de su gira española y sentía mucha curiosidad por verles al fin en directo. Tengo una relación amor/odio con sus cds, me gustan, fundamentalmente sus primeros trabajos, pero me llegan a saturar, y eso mismo me ocurrió en su actuación en Milan. Una formación de siete miembros, incluidos tres guitarristas (parece que la baja del original Vinny Burns es complicada de subsanar), con un sobresaliente Steve McKenna en el bajo y una buena mezcla en el sonido, las luces ya fueron otro cantar porque salvo un par de bandas todas las demás actuaron en una asquerosa penumbra de luces magentas y rojas.
Dispusieron de una hora para su show y se centraron en sus canciones fetiche, como The Robe y Spellbound (solo Shield Wall representó a su nuevo trabajo), ambos temas fueron de las primeras en sonar, y la cosa empezó prometedora pero se diluyó en ritmos planos y solos con poca garra. Cierto que Hughes es un frontman capaz de aglutinar miradas y que hubo algún momento álgido como la final The Name of The Rose, pero la sensación general es de que se les cayó el show y la hora de duración se les hizo excesivamente larga a los de Manchester.
La banda de Johnny Gioeli, lo siento pero seguir llamando HARDLINE a esta formación me parece faltar a la verdad, dio un bolo mayúsculo, que fue inmortalizado para publicarse en un futuro dvd, gracias a la actitud, entrega y capacidad vocal de un cantante fuera de serie y a unos músicos competentes que supieron respaldar al de Brooklyn desde un respetuoso segundo plano. Incansables ahora en sus giras demostraron en el Frontiers que están en un estado de forma soberbio y que sus últimos trabajos (Human Nature sin ir más lejos es un buen disco y lo demostraron en la interpretación de Where Will Go From Here) contienen canciones capaces de aguantar comparaciones con sus albums clásicos.
Alessandro Del Vecchio (este tipo yo creo que a estas alturas debe tener registrado su propio sonido ya que todo lo que toca o produce acaba siendo una fotocopia del precedente) es el responsable de la "dirección artística" nueva de la banda, y se nota durante el show. Marco Percudiani sustituyó con éxito a Josh Ramos en la guitarra (con quien ya actuó en este mismo festi hace unos años). Pero fue la aparición de Dean Castronovo para reemplazar en un par de temas a su batería la que hizo cambiar el sonido de la banda y convertirla en algo "vivo" y fresco. Life´s a Bitch, Hot Cherie, Everything, Dr Love..ahí está la fuerza de la banda, en los temas de sus dos primeros trabajos y es lo que utilizaron para hacer uno de los bolos del festi. En muy buena forma, repetiría ahora mismo.
El bolo de THE DEFIANTS (también grabado para un futuro DVD) despertaba apriori bastante morbo. Ted Poley, vocalista de DANGER DANGER (los mismos músicos que DEFIANTS pero sin Paul Laine al frente, y con los que no ha acabado muy bien a pesar de que se reúnan de vez en cuando para hacer caja) actuaba en la exclusiva fiesta de presentación del festival el viernes (solo para poseedores de pase VIP de 600 euros), y entre los presentes había apuestas sobre si subiría a escenario a tocar con sus ex compañeros. Pero antes de eso.
Con el recuerdo aún de su anterior paso por el Frontiers, la presencia de Steve West (otro DANGER DANGER) a la batería, y un grandísimo disco de debut (de lo mejor editado el último lustro) contaron con Paul Laine en un gran estado vocal (quizás algo menos "chillón" que en otras ocasiones) y THE DEFIANTS no tardaron en hacerse con el festival con un arranque abrumador que combinaba canciones de su único disco hasta ahora, (Love and Bullets, Waiting On A Heartbreak, probablemente la mejor canción de hard rock editada en los últimos años) , temas de DANGER DANGER (Dead Drunk and Wasted, Don´t Break My Heart Again) e incluso un tema de la carrera en solitario del vocalista (Dorianna), pero empezar como un cañón y romper un show de una hora con un set acústico, no se le ocurre a nadie.
El bajón fue inmenso para todos y la sensación de "esto se ha ido a la mierda" solo lo pudo remediar uno de los vocalistas más activos, gamberros y showman que ha dado el género, el increíble Ted Poley apareció de entre el público cantando el final de la edulcorada I Still Think About You, y se quedó para demostrar en Goin´ Goin´ Gone y Don´t Blame It On Love que Poley puede convertir en fiesta cualquier funeral, algo que ayudó las finales Take Me Back y Beat The Bullet. Salvo con Bruno Ravel pareció que el "rollo" entre ellos era bueno ¿os imagináis una gira con todos los integrantes haciendo un doble cartel? Yo me relamo solo de pensarlo.
Cuando anunciaron a ALAN PARSONS como plato fuerte de la jornada del viernes lo único que pensé es que esa agotadora primera jornada del festival tendría alguna hora más de sueño y que tras las fotos me retiraría al hotel. Pero si por algo es grande el Frontiers es por estas cosas. El bolo de Parsons no solo me dejó en el Live Club hasta el final sino que salí de allí convencido de que, no solo nadie haría un mejor concierto esta edición sino que en la historia del festival este show está en el Top 5 sin ninguna duda.
Con una banda sobrenatural con ocho músicos, en la que destacaron la finura a la voz del norteamericano P.J. Olsson (impresionante, increíble!), Todd Cooper (cantó abriendo el show con One Note Symphony, pero también tocó el saxo e hizo percusiones) y un espectacular Jeff Kollman a la guitarra (me dejó literalmente con la boca abierta), todo sonó con una precisión suiza en un ejercicio más que de sinfonismo de rock fino y elegante, con reminiscencias del AOR, el west coast, pop, la música de los 70…una auténtica delicia de la que Pansons disfrutaba con aspecto mesiánico en una tarima sobre la banda agarrado únicamente a una guitarra acústica y de la que descendió únicamente en los dos temas finales. Alan lo controlaba todo con frialdad y sabiduría, como no queriendo ser el centro de atención, imbuido de la atmósfera que su banda generaba y agarrado a un repertorio que no le importaba combinar temas clásicos (si, por supuesto que sonó Eye In The Sky) o de su más reciente obra The Secret (editada por Frontiers). Fue absolutamente mágico, tanto que hasta apareció la luz que se negó al resto de bandas del día, y seguro que se ganó un buen puñado de fans entre los presentes, desde luego que a mi sí.
La segunda jornada del festival arrancó con los comentario aún del show de ALAN PARSONS y del buen nivel general de la jornada inaugural, algo que deseábamos se mantuviera durante el domingo pero que a la postre no fue así.
KING COMPANY fueron los encargados de comenzar el ciclo de actuaciones y aprovecharon sus 30 minutos. Presentaban nuevo cantante, Ilkka Keskitalo (era su primera actuación con la banda), y demostraron que con él pierden algo del sonido más melódico y ganan en rotundidad y fuerza, lo que les emparenta aún más con formaciones clásicas (PURPLE, RAINBOW, DOKKEN..) pero con buenos temas de composición propia y ninguna sensación de estar ante otra banda de refritos.
Contaron con una amplia presencia de fans fineses en las primeras filas, que corearon desde las iniciales Queen Of Hearts o Shinning (probablemente lo mejor de su corto set) hasta In Wheels of No Return, con la que cerraron. Demostraron maneras, un sonido bien empastado (estupendos los teclados) y aprovecharon su tiempo en el festi.
No puedo decir lo mismo de LEVERAGE, con los que no llegué a conectar en ningún momento, quizás porque eran la banda más "heavy" del programa, o por esa combinación de power con ramalazos progresivos y sinfónicos que me descolocaban por completo. Llevaban una década parados y ahora tienen nuevo cantante Kimmo Blom (que ha pasado por Urban Tale) y cuyos gestos y ademanes recordaban a Freddy Mercury.
Heterogéneos y cambiantes no consiguieron atrapar mi atención y su media hora se me hizo larga. Quizás si volvieran a retomar alguno de los sonidos más melódicos de sus inicios…
FORTUNE fueron otra de las sorpresas del festival, y es que como decía el mencionado Padrino "cuando una banda es americana, no sé porque pero eso se nota". Con el impresionante Larry Green al mando de las voces (yo a su edad quiero llegar en ese estado de forma) , los hermanos FORTUNE en la sala de máquinas y un trabajo magnífico de Mark Nilan al teclado ( Roger Scott, ex- HARLAM CAGE al igual que Greene, no acudió a la cita). Todos ellos hicieron un show fino y elegante, cargado de AOR y west coast de altos vuelos, de la escuela de SURVIVOR, JOURNEY, GIUFFRIA o los grandes nombres de la época.
Se centraron en su disco de debut, de 1985, con la inicial Thill Of It All, Smoke From a Gun, Bad Blood…pero con retazos de su segundo trabajo como Dont´Say U Love Me (maravillosa) Shelter Of The Night o la estupenda Freedom Road (con la que finalizaron), y no puede faltar Through The Fire, la canción que apareció en la banda sonora de Top Gun y que les hizo un nombre en el mainstream. Una de esas bandas que solo en un festival como el Frontiers, o el difunto Rockingham, puedes disfrutar, un lujo para los oídos y un concierto para recordar.
Probablemente fuera KEEL la banda más esperada de esta edición, y me llama la atención ya que estilísticamente su estilo macarra, metálico y acelerado no casa a priori con el del festival, pero la fórmula ya la han repetido en anteriores ediciones con L.A. GUNS o PRETTY BOY FLOYD, y demostraron que algo de "chicha" sleazy entre la finura melódica es bien recibida. Tuvieron la audiencia más numerosa de la noche y con su formación original (salvo el bajista Geno Arce) salieron a matar con la impresionante presencia escénica de Ron Keel al frente, con su sombrero de vaquero y sus tatuajes (las palabras cowboy y metal escritas en sus antebrazos) y su rock pesado y coreable.
Cierto que Ron no tiene la voz de hace 20 años, pero su tono es efectivo, y el uso de un micro de diadema le permite cantar y moverse con libertad mientras toca la guitarra. Pero sobre todo lo que tiene esta banda es actitud, y salieron a comerse el festival, algo que hicieron sin paliativos. Empezar con United Nations ya fue una muestra de intenciones clara, con un solo matador (estupendo Marc Ferrari a la guitarra) y grandes coros (como en Somebody´s Waiting), pero con tralla a saco como hicieron en Speed Demon , muy bien compactada toda la banda, y un ambiente de fiesta que contagia a todos los presentes. No olvidaron su versión del Because the Night de Springsteen y pusieron patas arriba la sala con la cover del Rock And Roll Outlaw de ROSE TATTO, aunque la balada Tears of Fire, por supuesto su gran himno The Right To Rock (que produjo en su día el mismísimo Gene Simmons) y la final y veloz You Are The Victim (I´m The Crime) fueron los putos álgidos. ¿Vencedores del festival? Para muchos si lo fueron y desde luego demostraron, en su primer paso por Italia, que aún hay banda para rato. 65 minutos que supieron a poco, ojala giren con su repertorio al completo.
BURNING RAIN era otra de las formaciones que repetía respecto a pasadas ediciones y esta vez su show fue mucho mejor. Esta es una all -star band sin paliativos, con Doug Aldrich (WHITESNAKE, DIO, DEAD DASIES, REVOLUTION SAINTS), Keith St John (MONTROSE, KINGDOM COME, X DRIVE) al frente, Blas Elias (SLAUGHTER) a la batería, y con la incorporación de Brad Lang (Y&T) al bajo. Tienen currículum, suenan bien y encima son rubios (pareció requisito fundamental para entrar en la banda) y guapos, el éxito no se les podía escapar. Hicieron un buen show y atrajeron las miradas de los presentes con sus ejecuciones y la voz de St Jones, realmente a gran nivel este año (quizás un poco más rota, al estilo Tyler), pero como me sucedió en la anterior ocasión sigo pensando que les faltan canciones.
La inicial Midnight Train deja las cosas claras desde el principio, Aldrich va a tener espacio de sobra para lucirse, y lo demuestra con un solo largo, rápido y atractivo, con ese poso de blues que subyace de su manera de tocar la guitarra y que tan bien supo explotar Coverdale. Sus nuevos temas además fluyen de manera más clara hacia el blues rock y el hard rock de los 70 y lo explotan enlazando cinco de su nueva obra, entre ellas el single Face The Music que la audiencia recibe con agrado y la festiva Beautiful Road con batería y bajo a todo ritmo. Se ganan al respetable con una cover del STONE COLD CRAZY pero el show se va cayendo por repetitivo y cuando terminan los últimos compases de Face The Music (con la que finalizan) yo ya estaba camino del bar. De más a menos.
Si WET hubieran hecho un repertorio de sevillanas creo que la gente habría salido igual de satisfecha porque tuvieron a la audiencia rendida a sus pies desde el minuto 1. La banda del genio del hard rock contemporáneo Erik Matterson y el increíble Jeff Scott Soto repetían aparición en el festival, de la anterior ya han pasado cuatro años, con un par de discos más en su discografía, todos ellos llenos de temas efectivos, que te atrapan a la primera y que acabas coreando antes de que acaben.
Con apenas un par de ensayos realizados el día previo y la presencia de Magnus Ulfsted (otro ECLIPSE) como batería, hicieron el show que todos los presentes estaban esperando. Y no solo porque por el repertorio aparecieran sus grandes "hits" King Of The Thunder Road, Brothers In Arms, Walk Away, Learn To Live Again, la espectacular If I Fall o el fin de fiesta total de One Love, sino por como son capaces de ejecutar los temas, del show de diversión y camaradería que ofrecen, y el ambiente que se respira entre el respetable. Robert Sall al teclado aporta las atmósferas necesarias para soportar el sonido global, el impresionante Magnus Heriksson y Erik se reparten los solos y Jeff canta mucho mejor que el día anterior (obviamente el respaldo en coros y segundas voces de Matterson no es ninguna broma).
Lo que aquí tenemos es hard rock melódico de calidad y grandísimas canciones. Soto se da cuenta del bolazo que están dando y les inquiere sobre el escenario a sus compañeros que deberían tocar más (por supuesto que si!), la química es perfecta y demuestran el porqué de su posición en el cartel del festi. Para muchos el gran bolo del FRF VI, se notó porque muchos abandonaron el recinto tras su marcha.
Pero el que figuraba como estrella de la jornada del domingo era STEVE AUGERI, el ex- JOURNEY, probablemente por deseo expreso del capo del sello que querría conmemorar el veinte aniversario de sus sello con las canciones de la banda que le puso nombre. Tenía curiosidad por escuchar a Augeri en directo y no me equivoqué cuando pensaba que en la comparación con Pineda (su sustituto) el neoyorkino sale perdiendo (comparaciones con Steve Perry es imposible poder realizar) aunque hay que agradecer que a sus sesenta años aun aguante el tipo con temas de alta exigencia.
Se presentó con una banda solvente pero lejana de un supergrupo como el que vimos con ALAN PARSON el día anterior. Craig Pullman a los teclados aguantó a la formación y Adam Holland a la guitarra tuvo algunos momentos brillantes, pero en general en muchas ocasiones la impresión general fue de banda/orquesta de versiones. Casi todo el repertorio, obviamente, se basó en las canciones de JOURNEY (de la inicial Separte Ways pasando por Wheel In The Sky, Faithfully, Don´t Stop Believin, Loving Touchin Squeezin, Anyway You Want It, Forever Young… toda una play list del género) aunque en algunas ocasiones Augeri no llega a las notas. Recordó su paso por TYKETTO con Jamie (recibida con frialdad) e incluso un par de sus composiciones propias.
Pudo remontar en la parte final del show incluyendo extractos del Whoo Lotta Love y Won´t Get Fooled Again en medio de Be Good To Yourself, pero no consigue superar el ambiente de banda tributo a pesar de la voluntad y simpatía de un Augeri que luego se quedó más de media hora tomándose fotos con todos los que lo desearon, Por cierto, resultó curioso que estando Deen Castronovo en la sala no se reunieran para un "cameo". Fue bueno verle, pero no creo que repitiera. El balance del Frontiers fue nuevamente satisfactorio, nos volveremos a encontrar de nuevo en 2020.
Texto y fotos: Fran Cea
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