Domingo 14 de abril – Sala Mon
Después de una exitosa noche en Barcelona, le llegaba el turno a Madrid de disfrutar de una noche que prometía ser mágica a cargo del rock progresivo de Neal Morse y su banda. Desde tempranas horas se podía ver a los seguidores de la agrupación en las afueras de la madrileña sala Mon live. A las 19:00 horas se abrirían las puertas del recinto y una hora después es decir a las 20:00 horas daría comienzo la despedida del tour «The Neal Morse Band World Tour 2019«.
Con una sala que, si no llegó a colgar el cartel de sold out, estuvo muy cerca de conseguirlo, y con un público variopinto que abarcaba todas las edades, desde los más pequeños hasta los más experimentados. Empezaban las proyecciones en pantalla que darían pie a la entrada de Neal Morse , quien salía a escena con un jersey blanco y luces de contra para recrear una atmósfera melancólica y casi onírica, muy adecuada para Overture: The Great Adventure, tema con el que Morse daría inicio a su aventura sonora. Lo acompañarían, Eric Gillette en la guitarra y voces, Bill Hubauer en los teclados y voces, Randy George en el bajo y el super conocido Mike Portnoy a cargo de la batería y voces.
Con The Dream Isn’t Over, podíamos dar por hecho que el sonido sería impecable, pero no sólo eso, ya que este viaje estaría acompañado de diversos recursos como proyecciones en pantalla, vestuario, luces y la interpretación del carismático Neal Morse, encargado de contarnos su historia durante un show sin fisuras muy al estilo Roger Waters o Pink Floyd pero eso si, en formato sala, es decir, mucho mas humilde aunque no mucho menos comunicativo.
Con Welcome to the World veríamos a un Neal Morse con gafas y cazadora de cuero, muy al estilo Mad Max, moviéndose de un lado al otro del escenario e intercambiando gestos con la audiencia. Llegaría el primer momento acústico de la noche, y con él la doble guitarra acústica de Neal Morse , una autentica pasada de instrumento. Así, se dejarían escuchar A Momentary Change y Dark Melody, dando paso a la guitarrera I Got to Run, con cambios y tiempos muy progresivos. A estas alturas era inevitable percibir la buena conexión y el buen rollo entre los músicos, y ello contribuía a que los asistentes consiguieran sumergirse en la experiencia que tenía preparada para nosotros Neal Morse Band.
Las proyecciones en el fondo eran pieza importante en la narrativa del show, buscaban junto a los varios cambios de vestuario de Neal Morse , contar una historia cargada de argumentos musicales de sobra para satisfacer a los asistentes pero también con un espectáculo visual y dinámico que mantenía enganchado a los presentes, era la última noche del tour, y estaba claro que no lo querían dejar pasar por alto, la actitud y teatralidad de Neal Morse lo dejaban claro. Pero, no sólo Neal Morse cumpliría un papel importante, en este show hubo espacio para todos, y es que hubiese sido un crimen desperdiciar el increíble talento de los músicos que acompañan a Morse en esta banda. Portnoy, como siempre, se mostró soberbio a la batería, con complejos arreglos y momentos brillantes en los que le tocaba destacar por encima del resto, y por si fuera poco, mostrando también sus dotes vocales en los coros y como voz principal de algunos temas… un crack absoluto el señor Mike Portnoy.
En los teclado también estuvo soberbio Bill Hubauer, el cual brilló en todo momento con un trabajo mas que notable, que lo convirtieron por momentos en protagonista absoluto. Destacar que el señor Hubauer, también canta, y lo hace muy bien, y alternó su labor en los coros con momentos estelares donde hizo las veces de cantante principal. El trabajo vocal es sin duda uno de los fuertes de Neal Morse Band, ya que no sólo es una banda capaz de alternarse el protagonismo vocal, sino que también realiza un trabajo impecable en los coros donde todos cumplen una función, sin pre grabados, con un sonido orgánico y sin artilugios, a la vieja escuela.
Venture in Black y Hey Ho Let’s Go sirvieron para que Neal Morse continuara demostrando su carisma, haciendo constantes guiños al público y consiguiendo que todos se lo pasaran bien y enganchados a lo que ocurría en el escenario. Con Beyond the Borders llegaríamos al final de la primera parte del concierto, marcando la despedida momentánea de los músicos que abandonaron el escenario discreta y rápidamente.
Después de una hora de concierto tal y como nos mostraba la proyección, llegaba el intermedio, tendríamos que esperar para seguir disfrutando del maravilloso espectáculo que hasta ahora nos ofrecían los norteamericanos. Por suerte, la espera no sería muy larga, ya que, quince minutos después se proyectaba en pantalla imágenes de un amanecer, uno que nos llevaría por diferentes parajes que servirían de preámbulo a la aparición en escena de Mike Portnoy, seguido Bill Hubauer, introduciéndonos a la segunda parte del show de la mano de Overture 2. El siguiente en hacer acto de presencia sería Neal Morse , y lo haría con las palmas en alto, no tardarían en copiarlo el público, que se mostraba entregado desde el minuto uno y que con sus palmas darían paso a la lucha de solos de guitarra entre Neal Morse y su jovencísimo guitarrista Eric Gillette. Los seguiría en las teclas Bill Hubauer, siempre impecable apoyándose en el soberbio bajo de Randy George, y el poderoso sonido de la batería (marca de la casa del Sr Portnoy), toda esta avalancha culminaría en las suaves notas de guitarra, en este caso acústica, de Neal Morse , que con su sutil tonalidad vocal llenaría de melodía el cielo de colores que se proyectaba a sus espalda, para dar paso a un viaje musical, la segunda parte de esa travesía emprendida una hora atrás por todos los que seguíamos atentos al extraordinario recital que nos ofrecían estos cinco músicos. Una gozada poder disfrutar de un concierto tan cuidado y bien montado, sin necesidad de derroches tecnológicos, eso si cargado de mucha calidad y sobre todo mucha pasión, con un Neal Morse que no solo disfruta de las canciones, las vive y sabe transmitir al público esa vivencia.
Como decía el grandísimo Freddy Mercury, el show debe continuar, y después de una breve despedida por parte del señor Morse que daba paso a una extraordinaria sesión instrumental, regresaba a escena, esta vez, con un abrigo y sombrero muy al estilo del Madhatter y le daba paso a las voces, al único miembro que hasta ahora no había cantado, el bajista Randy George, quien tendría un pequeña participación en el tema Vanity Fair. Terminado el tema, le tocaba a Portnoy saludar a su público con un hola Madrid que ponía a la sala patas arriba con una ovación que culminaba con Portnoy recordando que era el último show del tour y que no había mejor sitio para despedir el tour que en Madrid, dando inicio a Welcome to the World 2 una pieza pesada en la que Portnoy está a cargo de la voz. Es realmente impresionante ver a este tío en escena, ademas de ser un fantástico batería, es un excelente showman, que además es capaz de hacer una excelente labor a las voces. El señor Morse además de ser un excelente músico sabe rodearse de auténticos monstruos.
Llegábamos ya al ocaso de la segunda hora de concierto con The Great Despair y Freedom Calling y la intensidad no decaía, al contrario, no hacía más que crecer, en esta oportunidad con Eric Gillette en las voces, impresionante la calidad vocal de todos los músicos de la banda, ademas de sus espectaculares dotes instrumentales, Neal Morse band es una agrupación que cuenta con hasta cuatro cantantes y no hablo de coristas, hablo de auténticos vocalistas y de los buenos, impresionante la capacidad de estos cinco músicos, todos juegan un importante papel dentro de la historia que se nos narra durante el concierto, todos son protagonistas dentro de la banda dirigida por un maestro de ceremonias suficientemente humilde para reconocer el talento de sus músicos y aprovecharlos al cien por ciento.
Se acercaba el momento de la despedida, y a pesar de ser después de dos horas y tanto de concierto, se hacía pronto para despedir a los norteamericanos, pero todo por muy bueno que sea tiene que acabar, y A Love That Never Dies era la encargada de despedir una gira y sobretodo un show sencillamente magnífico, cargado de emotividad y de buena música, y lo hacía con el público entregado, coreando junto a Portnoy en la batería el coro que cierra dicho tema, fantástico cierre para un show que se me antoja impecable y soberbio. Enhorabuena a Neal Morse y su banda, nos han hecho disfrutar de una noche maravillosa, y la prueba de ello fue la ovación que se llevaron de los asistentes, una ovación merecidisima, que sirvió de preámbulo para que minutos después se proyectara en pantalla imágenes de los músicos a través de una tele de las antiguas, trayendo a Neal Morse con guitarra en mano a escena, acompañado de la carátula de Testimony a sus espaldas, The Land of Beginning Again daría inicio a una especie de encore medley con lo mejor de sus temas de toda la vida. El siguiente en la lista sería Reunion, del álbum One, indicando que esto aún no se acababa, había tiempo para más, para que Mike Portnoy aprovechara los últimos compases del tema para demostrar una vez más por qué es de los más grandes bateristas de la actualidad (sin aburrir con interminables solos de batería, solo lo justo y dentro del tema), dando paso a The Temple of the Living God del disco «?». Lo seguiría el temazo The Conflict del Sola Scriptura, Lifeline y su tema Leviathan darían paso a su segundo Testimony: It’s for You. Momentum y The call culminarían con el repaso, breve pero intenso, en forma de medley, a su carrera o parte de ella.
No sería sino hasta las casi tres horas de concierto, que Neal Morse y su banda pondrían fin a una noche inmejorable, que marcaba el fin de su tour The Neal Morse Band World Tour 2019, y lo harían a Capella, cantando las últimas notas de Broken Sky/Long Day (reprise). Se despidieron emocionados y con lágrimas en los ojos, recibiendo una ovación merecidísima por parte de un público entregadísimo a un grupo que lo supo dar todo en escena, ofreciéndonos uno de esos shows memorables y mágicos que se graban en la memoria de los que tuvieron la dicha de disfrutarlos, un espectacular fin de gira.
Sólo puedo tener buenas palabras para un grupo impecable como el de Neal Morse , capaz de ofrecer un show soberbio, una experiencia de inmersion total en su música y en todo lo que tienen que contar. Una maravillosa sorpresa para este servidor, que nunca ha sido seguidor del grupo, más allá de escuchar un par de discos, y que que nunca había tenido la oportunidad de presenciar a estos monstruos en escena. Una suerte además poderlo hacer en sala, que permite una cercanía al grupo imposible en otro tipo de recintos, estoy seguro que no será la última vez que les vea en directo, y desde luego os aconsejo a los que estáis leyendo estas líneas que si tenéis la oportunidad de verlos, no la desaprovechéis, no se van a arrepentir, vale la pena el dinero y el tiempo invertido en un directo de Neal Morse Band.
Texto y Fotos: Álvaro Ochoa
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A mí este hombre me gusta con transatlantic ( y tampoco mucho). En solitario se repite demasiado
Conciertazo de 10
Sonido impecable. Pocas veces he visto a la gente al salir felicitando al ingeniero de sonido.
Neal Morse es una maravilla y todos los músicos igual.Mención especial al guitarra Gillette. Si no fuera tan sois, ese chaval debe liderar su propia banda ya. Además canta genial al igual que todos los de la banda exceptuando el bajista.
concierto de lujo total