Crónica y Fotos de BARÓN ROJO y OBÚS en Madrid

Viernes 11 de Enero de 2019 – Sala La Riviera – Madrid

Fue “la” fiesta del rock. Como me dijo mi amigo Joan Rosell de Zaragoza, “El público ha estado de 10, ha sido lo mejor de la noche”, y así fue. Un lleno total hizo que la noche fuera estupenda en todos los sentidos.

El refrán de “Los viejos roqueros nunca mueren” es ideal para este artículo, porque la media de edad fue de 35/40 años y porque demostraron que están muy vivos. Los más veteranos no quisieron perderse la cita. Como digo, los fans fueron “lo más de lo más”. Con su ilusión, sus saltos y cánticos, consiguieron que la velada se tiñera de entusiasta heavy metal de principio a fin y sirviera para que las dos bandas se crecieran, como fue.

Semanas previas, una vez que se anunció que BARON ROJO y OBÚS tocarían juntos  en Madrid, la polémica y los cotilleos fueron constantes. Muchos decían que OBÚS “se comerían” a BARÓN, que los temas de BARÓN vencerían por goleada a OBÚS, que Carlos de Castro no está en su mejor momento y que esta versión de BARÓN no es la que todo el mundo desea, que si Fortu no iba a dar la talla porque últimamente parece más interesado en los shows televisivos, etc. Cada cual, por derecho, hablaba y hablaba, entre otras cosas, porque hay libertad y es precioso que cada cual diga lo que piensa; además es sano hacerlo.

El caso es que el terreno estaba previamente abonado, e incluso escondía algunas explosivas minas. De todas formas, tomando una cerveza por los aledaños una hora antes, noté que el público tenía muchas ganas de BARÓN y OBÚS, de OBÚS y BARÓN. Cada cual es “de una banda”, de un equipo, -como en el fútbol-, e incluso hay quien fue a ver a los dos grupos por igual, y tras el concierto, cada cual tendrá su vencedor, habrá quien tenga claro que OBÚS fueron mejores, o que BARÓN ganaron la partida.

¿Mi opinión? Sinceramente yo terminé muy feliz, contento, gratamente sorprendido, porque las dos bandas dieron todo, lo mejor, estuvieron a la altura, e hicieron felices a todos los que estuvimos allí. Todos cantamos, todos nos emocionamos, y lo pasamos muy bien. Ahora os detallo más a fondo mi opinión en las crónicas de ambos shows.

Abrieron la noche OBÚS. Con tres pantallas de vídeo donde se mostraron imágenes, logos, llamas, etc y un montaje muy sobrio, la banda de Paco y Fortu saltó con su previa sintonía y salió a por todas, les noté especialmente encorajinados, como en aquellos fratricidas duelos de los 80´s donde en contadas ocasiones coincidieron con BARÓN, o en el último Leyendas del Rock donde se encontraron.

No pararon de dar caña, sin presentaciones ni parones, un tema tras otro. Paco demostró que aunque nunca fue un Satriani ni Vai es el mejor “hacha” para OBÚS, y lo sigue demostrando durante casi 4 décadas, Carlos le mete baquetazos a la batería con máxima potencia y calidad, el nuevo bajista Luisma (Jorge Salán, etc) cumplió de maravilla y Fortu fue el exultante y descarado “voceras” de siempre.

OBÚS fueron muy inteligentes, más que BARÓN, a la hora de elegir el repertorio. Fue una fiesta total, sin excepciones, aunque siendo sincero, diré que OBÚS casi siempre “van a lo que van”. Quizás haya quien se queje de que la banda no toca temas distintos o incluso nuevos, -de hecho no tocaron “El Pastel del Demonio” ni ningún tema de su último CD-, pero yo creo que sin equivocarme, sus fans fueron a cantar y disfrutar de los grandes clásicos, como con BARÓN, aunque en el caso de éstos últimos la historia fue distinta. Luego lo cuento.

El sonido no fue el mejor, de hecho hubo algunos acoples, la guitarra sonó demasiado estridente en algunos tramos, y la voz excesivamente salvaje, pero a grandes rasgos, todo fue bien. Las luces bien, las proyecciones bien, y la banda excelente.

Como digo salieron a morir. Y arrancaron con tres temas asesinos como “Juego Sucio”, “Necesito más” y “La Raya”. Los tres enloquecieron al público, con unos OBÚS entregados al 100%. Sin un segundo de silencio, siguieron tocando, con un Fortu que desde el principio trasmitió uno de sus mensajes favoritos: “Arriba esas palmas”  provocando la masiva respuesta.

Llegó “Te visitará la muerte” donde Fortu fue el “gran pontífice del rock” como siempre, con sus bendiciones y dedicatorias escénicas para “la muerte”. Cuando fue el turno de “Que te Jodan”, la Riviera marcó su momento cúspide de jolgorio, Fortu, un poco desgañitado, se vació y Paco siguió guitarreando junto a un sobresaliente Luisma y un asesino Carlos a los tambores.

El himno macarra “El que más” puso patas arriba la sala. Todos cantamos y recordamos los 80´s mirando atrás, como si los años no hubieran pasado.

Por fin, Fortu dijo “Buenas Noches” y dio las gracias a todos de forma breve, diciendo “Soy como Dios, puedo estar aquí y en Guadalix a la vez”, recordando que a pesar de haber entrado en un reality show de televisión, le permitieron actuar esta noche.

La mortifica “Autopista”  siguió la fiesta a lo grande. Fortu sufrió un poco, pero salió vencedor, entre otras cosas porque la “escuela” del cantante es tan grande que parecen que los años no le pasan excesiva factura a su garganta. Estuvo genial.

“Corre Mamón” que sonó un tanto descabalada al principio fue la siguiente, con el estribillo casi cantado en solitario por el público. Otro gran clásico como “Dinero, dinero” hizo que la banda pidiera la participación de los asistentes en su tramo central. Fortu lo consiguió dividiendo en dos la sala con cánticos de “Oh, oh oh,” mientras la otra parte contestaba “Y una mierda”. Fue divertido, y sirvió para que Fortu soltara por su boca otra de sus frases clásicas predilectas: “Se me pone morcillona”.

Con una banda a tope, llegó la festiva “Esta ronda la paga OBÚS” con un Fortu desgañitado, pero venciendo. Cuando tocaron “Va es estallar el OBÚS” el público se volvió loco. Su riff e inicio de Paco es uno de los clásicos más clásicos de nuestro heavy rock, y su estribillo fue cantado por todos. En su parte central, Fortu fue presentando a la banda. Luisma quien se hizo un corto solo fue el primero, luego Carlos Mirat hizo alarde de sus cualidades, haciendo malabares con sus baquetas y con una botella de cerveza. Luego Fortu se sentó a la batería y Carlos hizo su show tocando los peldaños de una escalera de aluminio. No hubo un peldaño donde Carlos no percutiera. Estuvo simpático. Fortu presentó a “su primo, hermano, compañero y maridito” Paco y finalmente, hizo el pino mientras Laguna le presentó a él,

Y para completar un concierto de una hora y veinte minutos, cerraron con un festivo “Vamos muy bien”, que todos cantamos.

Un 10 para OBÚS.

Llegaron los cambios y pasado un cuarto de hora, salieron a escena los hermanos de Castro, junto a Rafa a la batería, parapetado frontalmente por unos paneles de metacrilato para que el sonido de sus golpes no se metiera en el maremágnum sonoro del escenario,  y el nuevo bajista José Luis Morán (Ex- ESFINGE), quien me gustó mucho, tanto tocando como escénicamente.

Debo decir que la principal arma de BARÓN ROJO fue la elegancia, el gran y equilibrado nivel musical y un sonido lleno de detalles y mucha fidelidad y calidad. En esos aspectos su concierto fue inmejorable.

En “run run” general en los últimos tiempos cada vez que los fans de nuestro metal patrio opinan de BARÓN ROJO ha estado apoyado en dos pilares importantes.  Hay quien dice que estos BARÓN no son BARÓN, y que dado que la reunión con Sherpa y Hermes pasó a la historia, que la continuidad del grupo no es totalmente lícita, y hay quien comenta que de un tiempo a esta parte, la banda se resiente mucho en directo porque Carlos de Castro no está demasiado afortunado cantando.

Yo me voy a mojar y dar mi opinión. BARÓN ROJO con Hermes y Sherpa fueron un importantísimo capítulo de la historia de nuestro rock. La banda llegó hasta donde llegó, pero tras la ruptura BARÓN ROJO, los Hermanos de Castro no pararon, hicieron discos y grandes y largas giras. Tras un largo tiempo, llegó la reunión. Creo  que llegó demasiado tarde, pero esa es mi opinión. Luego el tour de esta “Reunión” terminó y BARÓN sigue adelante. Te pueden gustar más o menos, opinar lo que sea, pero los Hermanos de Castro llevan TODA LA VIDA en esto, y merecen todo el respeto, y yo les respeto y me quito el sombrero. Hermes y Sherpa ya no están, y a ambos les quiero y respeto igual que a los Hermanos; lo demás sobra. ¿Algún día volverán a unir sus fuerzas? Nadie lo sabe, aunque yo personalmente pienso que no será. Por otro lado hay que respetar y respeto a Rafa, al batería y Jose, al bajista. Ambos hacen un gran trabajo, igual que hicieron una larga lista de músicos que han pasado por la banda.

¿Sobre si Carlos canta bien, mal o regular? Podéis leer algunas crónicas de recientes conciertos en nuestra web, y seguro que algunos de vosotros ha visto a BARÓN ROJO en los dos últimos años. Carlos no es el Carlos de los 80, ni de los 90…Los años pasan para todos, pero sinceramente os digo, confirmo y afirmo, que el pasado sábado Carlos de Castro cantó muy bien, sin vibrar las frases, sin irse de tono y bastante fiel a lo que las canciones de BARÓN son, fueron y siguen siendo. ¡Carlos lo hizo muy bien, sin más!

Dicho esto, el concierto musicalmente de BARÓN fue perfecto. Armando demostró su categoría y porque desde hace mil años es para muchos uno de nuestros mejores guitarristas. Y la banda sonó muy compacta. Me encantó como tocó Rafa. Su labor fue impresionante, y además la batería sonó redonda.

El único “pero” del concierto es para mi, y para muchos el repertorio interpretado, pero para eso BARÓN son como son, y casi nunca toca lo mismo, cambian su set concierto a concierto, y en contra de lo que hizo OBÚS, tocan clásicos, pero también temas menos conocidos, lo que hizo, hasta el meridiano de su actuación que el termómetro de excitación del público fuera “in crescendo”. En la primera parte tocaron temas menos populares, pero de mitad hasta el final, la descarga de BARÓN ROJO fue delirante, magnífica. ¿Qué pasó con esto? Pues os cuento que tras los 6 o 7 temas finales, yo ya ni me acuerdo del inicio del concierto, por lo que no me queda más remedio que afirmar que la banda triunfó y merece otro 10 como OBÚS, sin más.

El inicio fue bueno, con “Los Desertores del Rock” e “Incomunicación”. Armando mostró ser el elemento más activo y participativo, junto a José Luis imparable, Rafa metiéndole con clase y Carlos cantando bien, serio y más estático, pero bien. Las pantallas, como con OBÚS, proyectaban logos de la banda, imágenes… Las luces me perecieron espectaculares y el sonido impecable.

La cosa empezó bien, pero temas como “Noches de Rock and Roll”, de su álbum de 1992 “Desafío”, el instrumental “Eflubios” y “Seguimos Vivos” de “Obstinato”  bajaron mucho la intensidad, y emborronaron el buen inicio. Seguro que muchos esperaban temas más populares, porque entre otras cosas los tienen y decenas, pero hay que respetar que tocaran lo que tocaron. Solo he de mencionar, que en opinión de muchos, el termómetro bajó mucho.

“Hermano del Rock N Roll” subió la intensidad, que subió un poco más con “Caso Perdido”, pero nada que ver con lo que se avecinaba…

“Cuerdas de Acero” incendió, por fin, la Riviera, dejando el nivel por todo lo alto. Todos cantamos, y la banda llegó a su nivel máximo Armando lo bordó, toda la banda, y Carlos cantó notablemente.

Pero uno de os momentos mágicos, que a partir de este instante fueron todos, llegó con un “Hijos de Caín” de lujo, emocionante, cargado de feeling que a muchos consiguió soltar alguna lágrima. Carlos cantó muy bien, y la fidelidad y calidad musical que ofreció todo el grupo fue monumental. El final de la gran balada fue impresionante y dio paso a un enorme solo de Armando, sentando cátedra  y dando paso a un bestial “Con Botas Sucias” donde todo el público cantó y vibró.

Armando lo cantó y nos electrizó por completo. Más de uno pensó ¿por qué Armando no canta más canciones? En el medio de la canción, llegaron los solos, las improvisaciones, presentaciones y un guiño a “Born To Be Wild”.

Ya metidos en el concierto perfecto de BARÓN, llegó antes del magnífico y largo biss un aplastante “Los roqueros van a Infierno” que fue otro de los “subidones” de la noche. Al final Armando hizo de Ritchie Blackmore, cogió su guitarra azul, le dio vueltas y piruetas, la tiró al suelo, la pisó… ¡¡Cómo en los viejos conciertos de los 80´s!!

La banda se retiró pero salieron para hacer un largo y grandioso Bis.

Su himno “Barón Rojo” son su inicio pletórico nos puso los pelos de punta a todos, mientras un gran avión aparecía en las pantallas y el escenario se iluminaba con luces violetas, con un Armando animando e invitando al público a participar.  ¡¡Brutal!! Tras un parte más lenta con lucimiento de bajo, lo enlazaron con “Son como Hormigas”.

Con el público en su más alto punto, tocaron “Concierto para ellos”, llegando al orgasmo total, y con muchos de nuestros recordados ídolos del rock muertos en las pantallas gigantes… El primero que apareció fue Malmcolm Young, pasando por Keith Moon, Janis Joplin, Bon Scott, Dio… Y terminando por John Lennon. ¡¡Emocionante!!

“Resistiré” fue la bomba que desembocó en un sentido y emocionante final con un grandioso “Siempre estás allí” con elegancia, tronío, un Armando imperial y Carlos cantando muy bien.

Todo el público cantó y al final la banda hizo un guiño instrumental a “Baron Rojo” para poner el broche final, mientras se van marchando aun tocando, y su gran avión aparece de nuevo en las pantallas con su rugido incluido por los altavoces.

Luego la banda salió a saludar, y todos nos fuimos a casa con una gran sonrisa de felicidad.

Una gran noche con OBÚS y BARÓN, con BARÓN y OBÚS. Ojalá este no sea el último concierto, juntos.  Se habla de una posible gira… ¡Ojala!

Texto: Rafa Basa

Fotos: Mikel Masa

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