+ TILL DEATH DO US PART
Miércoles, 12 de Diciembre de 2018 – Sala Copérnico – Madrid
Treinta años han pasado desde la edición de una de las obras maestras del metal progresivo, “Operation: Mindcrime”. Un álbum adelantado a su tiempo y que, aunque bebió de otros predecesores del rock de los setenta como “The Wall” de Pink Floyd o “Tommy” de The Who, es indiscutible que supuso toda una revolución sonora. La manera de demostrar que había otra manera de hacer música, más compleja a nivel tanto compositivo como lírico y todo un acicate para bandas como Dream Theater, Fates Warning o tantos otros que vieron en él reflejado el estilo que querían desarrollar a futuro.
El vocalista y uno de los principales artífices de la obra, Geoff Tate, está recuperando ahora, junto a su remozada banda, una serie de conciertos por buena parte del globo rindiendo homenaje al disco, tocándolo íntegramente. Los doscientos -aproximadamente- congregados en la sala Copérnico la noche del viernes, teníamos claro que aquello podría ser una cita para recordar. Y doy fe de que así fue…
Con una banda liderada por el carismático vocalista -quien conserva un estado de voz bastante notable, todo sea dicho- el resto de músicos conjugaban una variedad de edades y nacionalidades tan variopinta como efectiva, ya que pronto nos quitamos esa sensación de “posible grupo tributo”. Todos y cada uno de ellos clavaron sus correspondientes partes, haciendo de la experiencia algo muy similar a lo registrado por los miembros originales de QUEENSRYCHE en el disco. Cada melodía, cada solo, cada coro… por cierto, huyendo de esa preponderancia de coros pregrabados que Tate tanto usara antaño, con casi todos sus músicos apoyando con voces reales y dejando los samplers muy por debajo en cuanto al sonido de mezcla lo cual, sumado al hecho de presenciar el show en una sala recogida en cuanto a tamaño como es Copérnico, nos hizo vivir una noche única de rock en vivo escuchando temas míticos. Sólo los diálogos que hay entre los temas, explicando la historia, así como algunos puntuales efectos -como en “Speak”- salían disparados por los altavoces desde la mesa de sonido. Todo lo demás fue un directo 100% real.
Como banda telonera pudimos presenciar la actuación de TILL DEATH DO US PART, donde Emily Tate, hija de Geoff, ejerce como vocalista. Era curioso como algunos músicos también formaban parte de la banda principal, lo cual, como expresé más arriba en cuanto a sus habilidades instrumentales, da una idea de la solvencia de los teloneros.
La banda en sí practica un rock ecléctico con tintes pop y góticos. Me gustó especialmente la teatralidad que Emily impartía a los temas. Aunque siendo sinceros, algunos encajaban mejor que otros dentro del concepto del show y del contexto con la banda principal que íbamos a ver aquella noche.
Por su parte, lo de Geoff Tate y su banda fue muy grande, con un vocalista liderando el concierto, haciendo las delicias de todo el mundo y cantando a un nivel bastante bueno, respetando las canciones tal y como fueron concebidas.
Desde la inicial “Anarchy-X” con ese ritmo marcial de caja, a un “Revolution Calling” enorme, que todos cantamos con pasión. “Operation: Mindcrime” sigue siendo un clásico incontestable, al igual que un “Speak” que fue donde más se notaron los efectos pregrabados, aunque no le hubieran hecho falta ya que Tate consiguió la complicidad de un público entregado que coreamos todos a una.
“Spreading the Disease” sigue siendo ese himno de heavy metal directo, mientras que “The Mission” resulta emocionante en directo.
¡Y qué decir de la pieza central y más ambiciosa del disco! ¡La simpar “Suite Sister Mary nos dejó boquiabiertos! Tocada con pasión, reproduciendo cada una de sus complejas y meticulosas melodías. Cierto es que Emily Tate no es Pamela Moore, pero entre padre e hija sacaron adelante una gran ejecución de tan magna canción.
Pequeño parón para saludarnos, incluyendo algunas palabras en español como reconocimiento hacia el público madrileño y explicarnos que el disco en sí tardaría todo un año en ser reconocido como la obra maestra que ellos sabían que tenían entre manos. Gracias al apoyo de la MTV poniendo los videoclips, doce meses después de la salida de “Operation: Mindcrime”, éste comenzaría a cosechar éxitos y premios; hasta convertirse en la leyenda que es en nuestros días.
“The Needle Lies” fue un trayazo, combinada con la preciosa melodía de “Breaking the Silence” y un “I Don´t Believe in Love” que, personalmente, sigue siendo uno de los mejores estribillos en la historia del metal.
Con “Eyes of a Stranger” llegaríamos a unos bises que, en comparación con otras ciudades, fueron recortados. En Madrid disfrutaríamos de las grandes “Silent Lucidity” y “Jet City Woman”, pertenecientes a “Empire”, pero nos quedamos sin “Best I Can” y el tema título al que fue el álbum siguiente a “Operation: Mindcrime”. ¡Una lástima!
De esta guisa, disfrutamos de un gran show disfrutando ese halo especial que “Operation: Mindcrime” continúa teniendo, aun a día de hoy. Y es que un disco que cuenta la historia de un joven manipulado por una gran corporación para asesinar en su nombre, tristemente es un hecho demasiado real que bien entrado el siglo XXI podemos presenciar en las noticias periódicamente. Parece que hasta para eso fueron visionarios Tate y compañía…
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Óscar Gil Escobar
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Pues será que en Irún tuvimos mala suerte. La sensación de «banda barata» fue tremenda. Algunos de los solos fueron literalmente masacrados por el manco ese que ejercía de Chris DeGarmo, si bien es cierto que el repertorio fue acojonante y Tate andaba bastante bien de voz.
Yo también estuve en Irún y el guitarrista se cargó más de un solo de los que en su día hicieron DeGarmo y Wilton. Pero lo que queríamos ver era a Tate y yo, al menos, salí encantado. Anduvo muy bien de voz y el setlist fue inmejorable