Domingo 25 de Noviembre de 2018 – Sala Black Bird – Santander
Hace ya 9 años que recibí “Cantos A La Vida”, el debut de ¡PENDEJO! Un grupo que desde que lo descubres no lo olvidas jamás. Y más allá de que llame la atención encontrarte con una banda holandesa cantando en castellano con un claro tinte latino en su ser, también me parecieron un interesante grupo de aplastante metal. Desde entonces sus trabajos se han venido haciendo de rogar unos cuantos años, pero finalmente llegó “Atacames” y lo nuevo que traían bajo el brazo en esta gira era ya su nuevo disco “Sin Vergüenza”, con fecha de edición oficial el 30 de noviembre, aunque para los asistentes a la gira ya tuvieran copias disponibles, en vinilo incluso.
Los holandeses giraron recientemente como teloneros de MONSTER MAGNET, algo que siempre abre puertas a lo más difícil, a un nuevo público para que te vaya conociendo y dando al grupo la popularidad que verdaderamente merece. Porque cuando aun no has alcanzado ese estatus mínimo y sales a la carretera cuesta muchísimo que el personal se acerque a nuevas propuestas. Me contaba El Pastuso, previamente al concierto, el resultado desigual que en las diferentes ciudades habían tenido en esta gira estatal. Yo, personalmente, no valoro como algo negativo las decenas de personas que se juntaron este domingo a la noche en la capital cántabra, teniendo en cuenta el día de la semana y la saturación de eventos que tiene el personal. Y estos son conciertos que siempre dejan sembrada una semilla para volver con más fuerza en el futuro.
También me comentó que había tocado el día anterior con fiebre en Ourense, algo que seguro aun le dejó alguna secuela para este concierto de fin de gira estatal, donde se pudo notar algo de cansancio en la banda.
Se demoró bastante la espera hasta que pasadas las 21:30 salieron ¡PENDEJO! al escenario. Y es que sus acompañantes CRANEON no tocaron finalmente en esta última fecha. Así que el personal tuvo largo rato hasta la aparición de la única banda de la noche, que apenas sobrepasaría la hora de estancia en el escenario.
Una hora en la que expusieron su particular estilo de potente metal, grueso, con tintes stoner, aunque no sean una banda convencional en el estilo. Para muestra el arranque con la instrumental “El Timón Holandés”, donde dejan patente la mayor presencia de los vientos en su música, con incorporación de trombón y con El Pastuso compatibilizando labores vocales con la trompeta habitual en la banda.
La presentación de los nuevos temas se completó con temas de sus anteriores discos, alguno tan potente como “Flotadores” que dejó el instrumental previo casi como una intro para pasar de lleno a terrenos más hostiles. Y tras ello “¡Dos!” expuso algo de su segunda obra, dejando patente la coherencia en la evolución sonora de la banda, pese a los cambios de formación, alguno tan doloroso en la banda como la salida de Moncho.
Pese a ello el grupo va compacto como una maquinaria que aplasta todo lo que encuentra a su paso. “Bulla”, el single de su reciente disco, o “El Routger” fueron muestra de ello. Les siguió “Cuarentaisiete” antes de que llegara un momento clave, por desgracia, en la actuación, cuando en “La Vagancia” tuvieron que parar por problemas con la guitarra. Entre ánimos del personal solucionaron el problema en unos minutos de cierta incertidumbre, retomando la senda marcada con el denso “El Espejo”.
Todo un clásico ya, al menos para ellos y sus seguidores, es “Arrecho Vengo”, que nos acercaba a la parte final de la descarga. De hecho tras “Don Germán” nos decía el vocalista que ese era el momento de marcharse y volver, pero que se iban a ahorrar ese paripé. Así que sin mayor pérdida de tiempo nos brindaron un “Juanita” que gusta mucho entre su parroquia, como pudimos apreciar. Para terminar se reservaron un “Amor Y Pereza” dedicado a gente que, como yo, al día siguiente madrugábamos. Por desgracia no quedó otra, pero lo hice con el fresco y grato recuerdo de esta primera vez que pude ver a una banda a la que llevaba tiempo teniendo muchas ganas de ver estallar en directo.
Cierto es que me quedé con la sensación de que pueden hacer actuaciones más brillantes, e incluso de que se dejaron en la recamara algún tema que sus seguidores reclamaron como “Verano Del 96”. Yo también pensé que no faltaría en el repertorio. Pero bueno, está bien que haya reservas para un futuro en el que esperamos volverles a ver por aquí ganando cada vez más adeptos a su contundencia sonora de raíces latinas, pero de expansión internacional.
El idioma conjugado con ese sonido de vientos les da una característica peculiar, pero lo importante es que suenan como una fila de cañones escupiendo fuego sin parar y enganchan en cuanto les prestas atención.
Texto y fotos: Antonio Refoyo (www.lamiradanegra.es)
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