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BATUSHKA – Crónica y fotos en Madrid

25 septiembre, 2018, 9:23 pm

+ NOCTEM

Domingo 23 de Septiembre de 2018 – Sala Caracol – Madrid

Personalmente se me repite una praxis cuando descubro un nuevo grupo que acaba de comenzar y apenas tienen un álbum en su carrera. Esa praxis tiene que ver con los malos presentimientos de que como no los fiche una gran discográfica, la opción de verlos en gira resulta cuanto menos complicada.

Descubrí a BATUSHKA en 2016 y, aunque no me acuerdo muy bien de cómo se dio ese descubrimiento—tampoco viene al caso—sí recuerdo que me dije a mí mismo que sería muy complicado verlos por España siendo un género minoritario en este país como es el black metal. Me alegro de haberme equivocado, me alegro de que hayan agotado entradas en el concierto de Madrid y me alegro de haber asistido a uno de los mejores conciertos que he tenido el gusto de presenciar este año.

Los alrededores de la Sala Caracol estaban llenos de gente que pretendía ver a los polacos sobre el escenario, con muchos fans llevando ya la camiseta de la banda e incluso habiéndolos visto en algún que otro festival europeo en el que han tocado. Pero antes del black metal y la particular propuesta que tiene este grupo sobre el escenario—de la cual hablaremos más tarde—, los encargados de abrir la velada eran unos NOCTEM que, para los que ya los habíamos visto en directo, teníamos claro que si todo acompañaba iban a hacer un buen concierto.

No exentos de retraso, los valencianos salieron al escenario con ganas de comerse el mundo. Encabezados por el siempre carismático vocalista de la banda, Beleth, la banda arrancó con toda la fuerza del mundo e intentando meter al público en su show, cosa que consiguieron de forma casi inmediata. NOCTEM supieron jugar bien sus cartas, deleitándonos con temas tan conocidos de su carrera como ‘A Cruce Salus’ o ‘The Arrival of the False Gods’ en una velada que tuvo de todo, desde momentos en los que disfrutamos de un gran concierto de black metal, como en momentos en los que no quedamos del todo contentos.

La iluminación estaba muy mal elegida, resultaba cargante soportar los focos encendiéndose y apagándose a toda velocidad y no sentaba nada bien a un show que si bien no tuvo muchos problemas de sonido, sí es cierto que no se salvó en algunos momentos de dichos problemas tan cómunes en los conciertos para nuestra desgracia. Aun con todo gran concierto de los valencianos, con un Beleth jugando con el público en todo momento, escupiéndoles la falsa sangre que suelen utilizar en sus shows y dejándonos con un buen sabor de boca. Muy bien por NOCTEM, no fue la mejor vez que los he visto, pero sí se sintieron cómodos y cumplieron con las espectativas que todos esperábamos.

Estaba claro que la espera hasta que la misa negra de BATUSHKA diera comienzo iba a ser larga y, cumpliendo con las espectativas, nadie se equivocó. Con diez minutos de retraso aproximadamente, se descorrió el telón de la Sala Caracol para dejarnos entreveer la puesta en escena—en lo que ambientación se refiere—del concierto.

BATUSHKA - Domingo 23 de Septiembre de 2018 - Sala Caracol - Madrid

Con un altar pegado al borde del escenario, la batería a la izquierda, tres micrófonos a la derecha y un montón de parafernalia como velas, calaveras y otros utensilios, los misteriosos miembros de BATUSHKA fueron saliendo al escenario enfundados en sus túnicas, con sus caras tapadas y la curiosidad por estandarte. Mientras seguía sonando la introducción, los miembros del grupo que estaban sobre el escenario permanecían prácticamente quietos, cumpliendo con los deseos de los seguidores de la banda que los querían ver como ya habían visto en vídeos de Youtube o en anteriores ocasiones por otros escenarios europeos. No fue hasta que salió uno de los guitarristas que se situó a la izquierda, lo más cerca posible del público, cuando se comenzaron a encender las últimas velas para amenizar la velada. Una vez terminado dicho montaje, el cantante de la banda salió con un incesario para dar más sensación a los asistentes de que nos encontrabamos ante una misa un tanto diferente. Mientras salía al escenario, ‘Yekteniya I’ ya arrancaba con sus primeros acordes. Con el acople de las campanas primeramente, luego se fueron añadiendo los demás instrumentos y voces, para comenzar un show en el que repasarían completamente su álbum Litourgiya.

Para entonces ya comenzábamos positivamente con algo que parece sorprendente que se tenga que decir, pero es algo que no se repite muy a menudo. Es de aplaudir a BATUSHKA el hecho de no incluir pregrabados en todo el concierto: desde los pasajes con campanas hasta los coros de la banda, estaban íntegramente ejecutados en directo y no es algo que estemos acostumbrados a ver. Tiene un efecto inmediato hacer las cosas de esta forma; si ejecutas toda tu música en directo, la actuación será más creíble y a lo largo del concierto pudimos observar no solo que todas las canciones sonaban a la perfección—con algún fallo de sonido pasable—, sino que además nos encontrábamos ante una de esas sensaciones en las que un grupo suena mejor en directo que en disco. Y en este caso son palabras mayores afirmar esto.

La banda te invita en todos los pasajes de Litourgiya—todos llamados Yekteniya y divididos en ocho pasajes—a sentirte en una nube, pasando de momentos relajados donde las voces de los coros cobran una fuerza especial a partes agresivas donde el cantante de la banda polaca se come absolutamente el escenario y conquista al público con su particular voz, como si fuera la de un erudito hablando a sus discípulos, si se me permite la comparación. BATUSHKA no son de esas bandas que se refugien debajo de sus misteriosas túnicas y máscaras, debajo de un pseudónimo para añadir misterio, BATUSHKA están por encima de eso debido a que suenan como un auténtico cañón, que hacen uno de los mejores conciertos que se pueden contemplar en la actualidad para los amantes del black metal; además, lo hacen todo de seguido y sin intercambiar una sola palabra con el público más allá de su típica presentación, añadiendo pequeños alicientes a su show pero sin pasarse con la ambientación y centrándose en la música.

No es un concierto del que se pueda hablar largo y tendido porque realmente no es necesario hacerlo. BATUSHKA montan sobre el escenario su particular capilla con velas y demás parafernalia, con unos miembros tan misteriosos como buenos músicos y, en esta ocasión, haciendo un concierto corto pero intenso. Tocaron el disco al completo sin cortar ni un segundo, añadieron algún que otro inciso como parte del espectáculo, pero no fue más allá.

¿Qué es lo que hace entonces que un concierto como el de BATUSHKA puedan entrar en la quiniela de muchos como uno de los conciertos del año? Lo directo que es, la fuerza con la que suenan, la puesta en escena que montan y sobre todo un lujo empaparse de todos los sonidos que tiene el álbum en riguroso directo. Lo de BATUSHKA fue sentar cátedra, con momentos verdaderamente hechizantes como las interpretaciones de ‘Yekteniya III’—donde incluso el cantante tiró uno de los rosarios que utilizó hasta ese tema al público— o un sublime cierre con ‘Yekteniya VIII’ con el que todos nos fuimos más que satisfechos.

Por mi parte solo queda decir que estamos ante una de las bandas más interesantes que tenemos actualmente en el género, con un montaje especial—aunque recuerde por momentos a los checos CULT OF FIRE—, una potencia endiablada y una entrega en la que no les hizo falta moverse mucho para meterse al público en el bolsillo. De órdago.