+ ACID TREE + LIGHT AMONG SHADOWS
Jueves 13 de Septiembre de 2018 – Sala Boveda – Barcelona
Pese a haber probado suerte con diferentes instrumentos durante su adolescencia, Edu Falaschi alcanzó la fama internacional cuando se incorporó a las filas de ANGRA, siendo el vocalista escogido para reemplazar al carismático Andre Matos. Con el de Sao Paulo al frente ANGRA consiguieron mantener el nivel, aunque sin llegar a las cotas de excelencia de sus primeras entregas. Pero tras más de una década al frente de la formación a mediados de 2012 el vocalista anunciaba su salida de la banda a causa de problemas vocales. Sin embargo, esto no significó que se retirara del negocio musical, ya que tras una corta temporada apartado de la primera línea de fuego el vocalista regresaba a la carga con su banda, ALMAH.
Debo admitirlo teniendo en cuenta todos estos precedentes me sorprendió gratamente el anuncio de esta gira como solista por nuestro país, y más si tenemos en cuenta que para este “Rebirt And Shadow Tour”, el vocalista está recuperando algunas de las composiciones más destacadas de sus primeros años al frente de ANGRA. El enclave escogido para su retorno a tierras catalanas fue la Sala Bóveda de la Ciudad Condal, y como compañeros de viaje contaría con la presencia de LIGHT AMONG SHADOWS y sus compatriotas ACID TREE.
Desde tierras andaluzas arribaban los encargados de abrir la velada en esta noche de jueves: LIGHT AMONG SHADOWS. Tras un largo silencio discográfico las huestes que lidera el guitarrista Adrien Fowl regresaban a la carga a principios de este 2018 con su segundo largo “Under The Waves”, que significaba el debut de su vocalista María Barragán.
Aunque no dispusieron de mucho espacio sobre las tablas, -ya que montaron su equipo justo delante del de los protagonistas de la noche-, los de Algeciras supieron aprovechar al máximo su escueto tiempo sobre las tablas, desplegando ante una audiencia que se fue animando a medida que avanzaba el show, y que se dejó impregnar del metal melódico y de tintes sinfónicos que desplegaron en temas como “A Frozen Heart” y “Deep Blue Sea”, en los que alternaron pasajes melódicos con desarrollos más potentes y cañeros.
Como era previsible el foco central del cuarteto andaluz estuvo centrado en las composiciones de su último redondo, pero tampoco faltó algún fugaz guiño al pasado, recuperando para la ocasión “Lost In A Sea Of Nightmares”, de su anterior “Welcome… Back!”, con el que reivindicaban su faceta más oscura e introspectiva. Tampoco se olvidaron de esos vibrantes increscendos a lo EPICA, -con teclados sampleados-, durante “In The Dark Of Dreams”, ni de las dinámicas y cambiantes estructuras que marcaros la inquietante “Do You Remenber The Monsters”.
Antes de abandonar el escenarios LIGHT AMONG SHADOWS todavía tuvieron tiempo de agradecer al respetable su presencia y la complicidad para posteriormente atacar “A Tale Not To Fall A Sleep”, que a la postre fue el único recuerdo que se permitieron a su debut de 2011 “At The Gates Of Dawn”. Aunque estuvieron muy apretados sobre el escenario y no contaron con el mejor de los sonidos, lo cierto es que LIGHT AMONG SHADOWS supieron captar la atención del personal y acabaron ofreciéndonos un buen concierto.
El retraso con el que había arrancado la velada acabó propiciando que los cambios de equipo se agilizaran notablemente. Así que apenas diez minutos después de que LIGHT AMONG SHADOWS finalizaran su descarga todo estaba dispuesto para los que serían protagonistas del segundo asalto de la noche: ACID TREE. Muy pocas referencias tenía sobre la propuesta de este poderoso trio de Sao Paolo, ya que sólo había tenido ocasión de escuchar su último E.P. “Awake The Iron”, y la verdad es que acabaron dejando entre los presentes unas inmejorables sensaciones.
Salieron a por todas, con las pilas bien cargadas, y dispuestos a dejarnos una buena muestra de su potencial y su calidad técnica. Aunque, curiosamente, para abrir su descarga optaron por uno de sus temas más directos y machacones “Awake The Iron”. Pero esto fue tan sólo una primera toma de contacto, ya que los brasileños no tardarían en mostrarnos todas sus armas. De modo que el transito hacia las estructuras más complejas y las sonoridades de corte progresivo llegaría al adentrarnos en la pieza que prestaba título y abría su anterior entrega “Arkan”.
Pese a que el trío rayó a un excelente nivel, lo que más me sorprendió fue la versatilidad de su batería Giorgio Karatchuk, quien dio todo un recital tras su pequeño kit en temas como “Righteous Ones”, que arrancaba de forma bucólica para acabar transformándose en un torbellino sonoro. El contrapunto a tanta contundencia lo pondrían las esencias acústicas de “So Sign The Crown”, para el que los brasileños contaron con el apoyo de una audiencia que acompañó con palmas siguiendo las indicaciones de su simpático frontman: Ed Marsen.
Pero sin duda los mejores momentos de la descarga del combo paulista llegarían al encarar la recta final del show, cuando el trío se zambulló de lleno en los camaleónicos y extensos desarrollos que marcaron “Caged Sun”, una composición que resume a la perfección su propuesta. En definitiva, un muy buen concierto de unos ACID TREE que sorprendieron muy positivamente al personal, y eso se notó en la demanda de su material en la zona de merchandising.
Una vez concluidos los actos previos y con el tiempo apremiando, -el retraso acumulado era casi de una hora-, llegaba el momento de que Edu Falaschi y sus muchachos tomaran el escenario de la Sala Bóveda para sumergirnos de lleno en la nostalgia, repasando para ello algunas de las composiciones contenidas en los primeros trabajos que grabó con ANGRA. Pero no sería este el único nexo de unión con su antigua formación, ya que junto a él formaron el batería Aquiles Priester y el teclista Fabio Laguna. Mientras que para completar el line-up contó con Diogo Mafra, Raphael Dafra (ambos compañeros en ALMAH) y Roberto Barros.
Aunque tanto a primera hora de la tarde como durante las actuaciones previas el ambiente en la sala había sido un tanto frío, lo cierto es que los que se acercaron a presenciar la descarga de Edu Falaschi brindaron al vocalista una cálida bienvenida. Así que cuando a través del P.A. empezó a sonar la introducción “In Excelsis”, el ambiente en la sala se animó rápidamente, y más cuando la banda se abalanzó sin previo aviso sobre la primera cabalgada power metalera de la velada, “Nova Era”.
Pese a la calidad de los músicos, el sonido no acabó de convencerme. Me pareció excesivamente alto y saturado, con la voz de Falaschi en un segundo plano, lo que nos privó de disfrutar de algunos de sus característicos matices. Sin apenas concedernos ni un segundo de tregua los grandilocuentes coros pregrabados se encargaron de anunciarnos la llegada de “Acid Rain”, que nos apabullaba con una primera ración de percusión étnica para acabar dejándonos un fantástico duelo entre Diogo Mafra y Roberto Barros.
Me sorprendió que pese a ser el indiscutible protagonista de la velada, Falaschi se mostró algo parco a la hora de las presentaciones, tal vez para intentar agilizar el show y recuperar algo del retraso acumulado. Así que tras un escueto “Gracias” fue la atronadora batería de Aquiles Priester la encargada de comandar los alardes progresivos de “Angels And Demons”. Y es que la banda mostró su excelsa calidad técnica en diferentes pasajes a lo largo del show, y un buen ejemplo lo tuvimos durante “Running Alone”, que nos dejaba la estampa del vocalista abandonando la primera línea de fuego para que fuera la tripleta de cuerda quien se adueñara de la parte central del escenario.
El primer momento de calma, tras un abrumador arranque, no tardaría en llegar con las cándidas melodías de “Wishing Well”, con Falaschi empuñando la acústica, y en donde ahora sí pudimos escuchar su voz mucho más nítida y matizada. Tras recibir la aprobación de los presentes era un buen momento para recuperar la intensidad conservando toda la elegancia, y para ello que mejor que el uptempo “Heroes Of Sand”, que se convirtió en la excusa perfecta para que todos aunáramos nuestras voces entonando su hímnico estribillo.
Una nueva mirada sobre el material más rápido y powermetalero nos condujo hacia la trepidante “The Temple Of Hate”, logrando que los más animados se sumaran al headbanging. La conjunción perfecta entre elegancia melódica e intensidad metalera llegó de manos de un “Millennium Sun”, que quedó algo deslucido en su parte final. Mientras que el momento emocionante de la noche estuvo reservado para “Live And Learn”, con ambos guitarras nuevamente intercalando sus desarrollos en un vibrante final.
Durante una de los pocas charlas que se permitió a lo largo del show Falaschi aprovechó para presentarnos a todos sus compañeros antes de volver a empuñar la acústica y deleitarnos con “Rebirth”. Con todos los miembros de la banda agrupados frente al kit de batería mientras sonaba “Deus Le Volt!”, daba el pistoletazo de salida el último tema de la noche “Spread Your Fire”, con Priester ofreciéndonos otra demostración de fuerza y velocidad mientras Falaschi estiraba al máximo sus cuerdas vocales para elevarse sobre los gritos del respetable.
Y eso fue todo, ya que pese a que en el setlist que los músicos colocaron en el escenario había algunos temas más, los retrasos acumulados a lo largo de la tarde acabaron propiciando que los brasileños tuvieran que acortar su actuación. En cualquier caso, lo mejor de la noche fue comprobar que Edu Falaschi traía con él a una banda de primer nivel. Una lástima que una mala ecualización del sonido nos impidiera disfrutar de su voz en todo su esplendor.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Cristian García Espinel
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Desde luego, asistiríamos a conciertos diferentes, solo así entiendo tanta benevolencia en la crítica.
Para empezar las dos bandas teloneras no despertaron absolutamente ningún interés entre el público, especialmente Acid Tree. Desde mi punto de vista, flojísimas ambas.
Lo de Falaschi fue un auténtico despropósito. He visto que en Bilbao tocó casi el doble de tiempo y el sonido fue absolutamente lamentable de principio a fin.
A todo esto sumar los exagerados retrasos sobre los horarios, de más de una hora. En fin, un día para olvidar y para que más de uno saque conclusiones. Luego se preguntarán por qué la ente no va a los conciertos.
Edu Falaschi, que me parece un fantástico compositor y un gran cantante «en estudio», dejó Angra porque le resultaba imposible cantar en esas tesituras. Fue sincero y muchos fuimos testigos de como sufría y desafinaba en las últimas giras… Y ahora, en 2018 se nos presenta con un setlist al completo de temas de Angra de nuevo. No entiendo nada, es incapaz ya de cantar ni medio bien esos temas y si a eso se le suma el mal sonido pues apaga y vámonos.