YOB – Our Raw Heart
Discográfica: Relapse Records
Si hay una banda en la que se puede confiar a ciegas dentro del género ‘doom/ stoner’, y más que eso, esperar grandes cosas sin miedo a la decepción, esa sin lugar a dudas es YOB. Sus últimos años han sido no se si los de la consagración, porque seguramente ya lo estaban desde mucho antes, pero sí los del ‘boom’ creativo, casi una década desde que con “The Great Cessation” (2009) comenzasen una segunda etapa que, en lo creativo y compositivo, ha sido un auténtico viaje hacia los confines de la perfección. Es verdad, son años buenos para el género, muy prolíficos y con bandas nuevas constantemente elevando el precio de las acciones del estilo, pero se me hace enormemente complicado nombrar una banda que, durante tanto tiempo, haya mantenido un nivel tan exageradamente alto en sus trabajos, manteniendo siempre la constancia y el interés en todo lo que han hecho, y que además se atreva a seguir puliendo y moldeando su sonido con cada trabajo como estos tres colgados de Eugene, Oregon. “Clearing The Path To Ascend” (2014) fue un martillo pilón magnificente, megalítico, digno de contemplar y ver envejecer, pero esta vez el trío, o Mike Scheidt en particular, ha atravesado situaciones personales que han puesto de algún modo el universo YOB patas arriba. Y cómo nos gusta su maravilloso caos…
Fue a finales de 2016 cuando, de un modo repentino, Mike Scheidt comenzó a sentir dolores indescriptibles e intermitentes en el abdomen, que eventualmente le llevaron a pasar una buena temporada en el hospital. Fue entones diagnosticado de diverticulosis severa, una infección del colon que produce, entre otros síntomas, un espantoso dolor abdominal, lo que en última instancia, y después de tres recaídas, le obligó a pasar por dos cirugías y más de un mes en total de ingreso hospitalario. Según sus médicos, de haber esperado un sólo día más en acudir a urgencias, el vocalista y guitarrista hubiese experimentado un fallo orgánico múltiple, lo que hubiera desembocado en su muerte, y quizás por ello, y por todo lo vivido en estos meses pasados, la experiencia ha marcado profundamente al compositor y le ha hecho ver la vida de un modo mucho más emocional, optimista, y con una fuerza que bebe de su propio resurgir como ser humano. Esto último es, seguramente, lo que mejor define también este octavo LP de YOB, y no es casualidad…
Después de los acontecimientos, parece cuanto menos inverosímil que la banda se las haya ingeniado para regresar sólo 4 años después de su último disco, prácticamente manteniendo el ritmo habitual de ediciones. Eso habla y mucho del estado de gracia en que el grupo se encuentra, y del maremágnum de ideas que deben de surgir cuando estos tres genios se juntan en 15 metros cuadrados, como así se transparenta al contraluz de este “Our Raw Heart”, con el que nos sorprenden, convencen y enganchan desde la primera escucha hasta el infinito, de un modo a su manera expeditivo, en un disco redondo se mire por donde se mire.
Llegando casi a la hora y cuarto de duración, estamos ante un trabajo todavía más extenso que “Clearing The Path To Ascend”, que a su vez ya superaba también notablemente a “Atma” en ese aspecto. Y no, para nada se hace largo ni monótono, sino todo lo contrario. El mérito es enorme en este sentido, y es algo que habla de lo que comentaba anteriormente, del torrente creativo que surfea la banda en los últimos años. Esta vez, con un Mike Scheidt emocionalmente desatado, nos encontramos con el trabajo más humano que YOB han parido en los más de 20 años que llevan de trote, un disco en el que por encima de todo prima la pasión, la violencia, la desesperación, y donde en el fondo, reposando majestuoso, yace un sentimiento de esperanza y de optimismo que para mí es el gran diferencial que distingue estos 7 nuevos temas, que a su vez son bien distintos entre sí aun con el hilo conductor que les conecta. Las letras, como de costumbre, son libremente interpretables, y algo salido de esas vísceras de Scheidt que hace tan poco estaban tan infectas…
Lo primero que destacaría sería la vuelta de tuerca que Mike le ha dado a sus voces. En este tiempo, el vocalista ha seguido indagando en sus registros en limpio, y en este disco nos muestra el verdadero potencial que ya se intuía en trabajos anteriores. Este es un disco en el que utiliza más las limpias que en ningún otro, y el efecto conseguido es la épica y el ‘feeling’ que realmente los nuevos temas exigen. Más alto, más grave, más desgarrado… el recital es incontestable. En ese apartado, el vocalista, y con el el grupo, se han reinventado con un resultado conseguidísimo. Pero seamos honestos: quien se acerca a un trabajo de YOB hoy en día, por encima de todo, busca esos ‘riffs’ como catedrales, esa cadencia majestuosa y esas atmósferas opresivas tan destructivas unas veces, tan reconstituyentes otras… Pues bien, comentar que en ese aspecto, y frente a lo novedoso del apartado vocal y melódico, YOB siguen siendo un referente del ‘doom’ y unos verdaderos maestros. Nada que quitar o poner, el trabajo del propio Mike a las 6 cuerdas, y de Aaron Rieseberg al bajo es magistral, sobresaliente, y el sonido logrado en su propio estudio a la altura de los mejores.
El comienzo del trabajo con “Ablaze”, tiene que ser de algún modo un epílogo del último año y medio vivido y sufrido por Scheidt. El tema es memorable, profundo, y con un poso de alivio, de ganas de vivir, que verdaderamente emociona. Cuidado, con la fuerza del ‘doom’ más arraigado, los casi 10 minutos vuelan como hojas que se lleva el viento. “The Screen”, con un ‘riff’ principal muy básico, va jugando un poco con las tesituras del grupo más comunes, para ir recrudeciéndose poco a poco hasta mostrarnos bien los dientes. Ya en “In Reverie”, YOB se vuelven gigantes, en un tema salvaje en gutural, que viene a ser de lo más extremo que les hemos escuchado en sus últimos trabajos. Llega “Lungs Reach”, y todo se vuelve de repente catártico, ambiental, extraño y bello. Quizás estemos ante el tema más marciano del disco, pero su encanto y magnetismo es innegable.
Es sin duda en “Beauty In Falling Leaves” donde el grupo termina de emocionarnos y atarnos para siempre a “Our Raw Heart”, con otro tema en limpio, con estrofas en acústico y una fuerza letrística y melódica vibrante. “Original Face” cuenta con un desarrollo a medio tiempo único en el disco, y unas guitarras que en sí mismas hacen valer un tema que también es enormemente épico. Y el final… El final son quince minutos de magia, de fantasía musical donde YOB ponen todo, pero absolutamente todo lo que nos ha enamorado de este disco a sonar y a bailar frente a nuestros ojos y oídos. Cátedra. No hay más.
Decir a estas alturas que YOB han parido su mejor disco hasta la fecha suena casi hasta típico, demasiado recurrente. Lo han vuelto a hacer, eso está claro, pero me gustaría pensar que este momento no se va a acabar nunca, que van a seguir en este momento artístico para siempre y que, al menos, conseguirán igualarse en futuras entregas. Lo tienen tan difícil como siempre, o puede que más todavía, porque este “Our Raw Heart” es un diez de manual.
Jorge del Amo Mazarío (Jorge_del_amo@rafabasa.com) – Twitter: @Jorge_del_amo
Lista de Temas:
- Ablaze
- The Screen
- In Reverie
- Lungs Reach
- Beauty In Falling Leaves
- Original Face
- Our Raw Heart