ESKIMO CALLBOY + TREMONTI + HEILUNG + JONATHAN DAVIS + BULLET FOR MY VALENTINE + BODY COUNT + DEFTONES + CHILDREN OF BODOM + LIMP BIZKIT + WATAIN + AVENGED SEVENFOLD + DIMMU BORGIR + PARKWAY DRIVE
Viernes 22 Sábado 23 y Domingo 24 de Junio de 2018 – Clisson – Francia
DÍA 2
La segunda jornada de festival llegaba tras una primera jornada muy intensa, con clásicos y no tan clásicos sonando y abriendo las puertas del infierno galo que otro año más colgaba el cartel de ‘no hay billetes’ con una celeridad impresionante.
Para esta jornada, tendríamos un sonido más alternativo por lo general en los escenarios principales, algunos retornos tras varios años, grandes revelaciones, sonidos únicos, satanismo y proyectos en solitario. No pinta nada mal la jornada con el sol golpeando sin cesar, pero con un viento que viene a la perfección para hacer un poco de salvavidas.
ESKIMO CALLBOY
¡Qué fiesta más divertida para quitarse las legañas! Arrancábamos la segunda jornada con los teutones ESKIMO CALLBOY, quienes desarrollan un metalcore, también denominado dentro de un subgénero electronicore, y es que es un metalcore muy pegadizo con muchos arreglos electrónicos y con dos vocalistas que alternan voces guturales y limpias, que como el resto de la banda no paran de mover y saltar sobre el escenario.
Qué bien nos lo pasamos al ritmo de “The Scene” o “My Own Summer”, no paramos de saltar, bailar y movernos desde el inicio, con una banda que en todo momento se mostró comunicativa y muy conectada con su público, no excesivamente numeroso pero sí muy participativo y metido en todo momento. Destacar muchos momentos de crowdsurfing, moshpits, y de poner a todo el público en el suelo para luego saltar, brazos de lado a lado, saltar a la vez… fueron muchos los juegos que nos propusieron los alemanes en todo momento sin desengancharnos en ningún momento, aprovechando a la perfección su breve tiempo de actuación. El cierre con “MC Thunder” sin duda fue uno de los highlights de todo el festival, la que se montó en un momento no tiene nombre, la fiesta con mayúsculas con un sonido poderosísimo y contundente a más no poder.
TREMONTI
Un fan reconocido de Mark Tremonti y de Alter Bridge como un servidor, tiene que reconocer que este no fue el mejor día de TREMONTI. El sonido no fue el mejor desde el inicio, la elección del setlist no acompañó para nada, sonando por momentos bastante lineal, y es que a pesar de técnicamente clavar todo como es habitual, teníamos la sensación de que Mark y los suyos iban con el piloto automático, tomándose este concierto como uno más.
A pesar de ello, el arranque fue bastante bueno con “Another Heart” y “You Waste Your Time”, con un Tremonti perfecto en la guitarra y en la voz, pero sigo pensando que después de este gran inicio hubo un tiempo de ‘stand by’ en lo músical en el que teníamos la sensación de no ver nada nuevo, recuperando la dinámica positiva gracias a cortes como “Flying Monkeys” o la definitiva “Wish You Well”, que por supuesto no iba a faltar, y que nos daba el buen sabor de boca que necesitábamos para cerrar.
Correcto, sin más, el concierto que ofreció TREMONTI en HELLFEST, sin aprovechar en ningún momento la pasarela con la que contaban durante esta jornada los artistas.
HEILUNG
Intentamos llegar a hacer fotos pero fue realmente imposible, y es que es increíble la masa de gente que se agolpaba para disfrutar de HEILUNG en directo.
Los medio alemanes medio daneses medio noruegos no dejan indiferente a nadie con su puesta en escena un tanto espiritual con su sonido que se mueve entre un folk pagan metal y el neomedieval y neofolk, con un sonido único, fresco, reconocible, y que nos lleva por completo a una atmósfera completamente diferente. Qué directo más impactante el que pudimos ver desde la lejanía.
JONATHAN DAVIS
Coincidiendo prácticamente en horario con HEILUNG, de los cuales sólo pudimos ver la primera parte de su show, decidimos asistir al proyecto en solitario de Jonathan Davis, también conocido por ser el líder de Korn. Nos presenta su primer disco en solitario, “Black Labyrinth”, y teníamos curiosidad por cómo lo defendería en vivo. La respuesta es bastante bien, comenzando con “Underneath My Skin” y “Everyone”.
Gran comienzo del estadounidense, acompañado por una gran banda que hacían de “Final Days” probablemente la mejor composición llevada al directo en lo personal, con un sonido étnico que coge mayor peso si cabe.
El cierre llegaba con “What It Is”, primer single en solitario del vocalista norteamericano, y “Hapiness”, dos grandes aciertos para concluir un buen concierto, superando mis expectativas respecto al sonido en disco.
BULLET FOR MY VALENTINE
Serán todo lo metrosexuales que son, serán uno de los grupos más odiados, pero hay que reconocer que BULLET FOR MY VALENTINE siguen estando a un nivel musical muy bueno. Una gran masa de público se agolpaba frente al mainstage 1 para disfrutar del sonido (nítido por cierto) de unos Bullet que estuvieron a un nivel muy bueno (bastante mejor que en Download hace unos días).
Liderados por su frontman Matt Tuck, el cual en algunas veces ha sido discutido por no estar al nivel en las partes guturales y tener que delegar en los coros de su bajista, llegaba uno de los fenómenos más potentes de comienzos de siglo y aún siguen teniendo una gran masa de seguidores a sus espaldas. Es innegable e imposible no reconocer la gran labor de esta banda en piezas como “Scream Aim Fire”, una maravilla compositiva lo mires por donde lo mires con melodía a raudales, voces limpias y guturales, contrastes rítmicos y dificultad técnica, “Tears Don’t Fall”, un tanto más melosa pero más que reconocible, o a una acertadísima final “Waking The Demon”, donde los galeses armaron una buena fiesta en la pista con circle pits a su ritmo para despedir al cuarteto británico.
He visto varias veces a esta banda en directo y puedo decir que probablemente haya sido uno de sus mejores conciertos en los últimos años sin miedo a equivocarme a pesar de no ser una de mis bandas referentes, siempre falta algo de continuidad para terminar de redondear el show.
BODY COUNT
¡BODY COUNT is in da house! La faceta más agresiva y peligrosa de California llega a HELLFEST con Ice-T al frente. Con su crossover, thrash, rap metal, hardcore punk y speed metal por bandera, BODY COUNT se planta en el mainstage 2 de HELLFEST para dejar claras sus intenciones desde el segundo cero, cuando comienza a sonar “Raining Blood/ Postmortem” de SLAYER a un pistón mayor incluso de lo habitual.
Locura completa en la pista mientras la banda americana sigue desarrollando un set de lo más agresivo sin concesiones con “Body Count” o “Necessary Evil” entre las más destacadas de su parte media, y con un final aplastante con “Talk Shit, Get Shot”, más que coreada a una sola voz con ese estribillo tan reivindicativo, o “Cop Killer”, su gran hit para cerrar una calurosa tarde a ritmo de una “bachata relajada”. Qué derroche de energía y brutalidad sobre un escenario, aunque en lo personal me sigue faltando algo, no sé exactamente qué es, para terminar de subir el escalón necesario para que sea una de las bandas imperdibles para mí, probablemente definir un poco más su sonido y centrar un camino aunque luego revisites otros estilos.
DEFTONES
Chino Moreno en acción es un auténtico show en sí mismo. Hace mucho tiempo que no veíamos en vivo a DEFTONES y ya había ganas de volver a toparnos con Chino y cía. Los americanos salieron al escenario a comérselo literalmente, con unas guitarras densas y pesadas y los registros vocales de Chino y su movilidad tanto por el escenario como por la pasarela hicieron el resto. Empezaron con “Headup” con fuerza, mientras “Swerve City” y “Elite” daban buena muestra de la efectividad de DEFTONES en directo.
Con el sol en su hora más dolorosa, cuando está cayendo y te ciega, la potencia y la distorsión de “Diamond Eyes” con ese riff demoledor nos hacía headbangear con fuerza. El final llegaba con piezas del calibre de “Teething”, “Nosebleed” y la última bala “7 Words”, ejemplos de contundencia, densidad, y una adrenalina y entrega máxima por parte de una banda que cuenta con uno de los frontman más definidos del panorama.
Pecaron un poco de lineales en algunos momentos y de falta de variedad, pero aun así ofrecieron un concierto notable.
CHILDREN OF BODOM
Alexi y los suyos estaban de vuelta. Con una banda bastante reformada, CHILDREN OF BODOM aparecían en escena en una de las carpas ante una importantísima masa de público que prácticamente impedía ver de cerca a Laiho y sus secuaces. Aun así, el sonido desde el inicio no fue bueno con dos agresivas como “Are You Dead Yet?” o “In Your Face”, que eran las encargadas de comenzar las hostilidades.
Siempre es una gozada disfrutar de “Living Dead Beat” o de la bonita “Angels Don’t Kill”, grandes elecciones siempre en su set. La elección del set por otro lado fue muy buena, introduciendo también “Hate Me!” con ese inicio tenebroso y “Everytime I Die” sonando muy contundente.
Quizás el agobio de tanto público, el sonido y el cansancio no nos permitió disfrutar al cien por cien de los fineses, que llegaban a su final con “Towards Dead End”. Buen concierto pero del que no se pudo disfrutar como nos habría gustado
LIMP BIZKIT
Fiesta con el rap rock/metal de LIMP BIZKIT. Con Fred Durst al frente y el carismático y siempre discreto Wes Borland a la guitarra comenzaba una fiesta en la que el público toma una parte importantísima del show, en la que no paran de saltar, crowdsurfear y crear pits al ritmo de algunos de sus grandes éxitos.
Con un sonido mejor que el de las carpas, los americanos pusieron patas arriba HELLFEST desde el inicio con “Hot Dog” y una celebradísima “Rollin’”. Los de Jacksonville no daban respiro, y es que “My Generation” o la versión de “Killing In The Name Of” de RATM es imposible que den un solo soplo de aire fresco en la pista.
El broche del show llegaba al final con “My Way” y una potentísima y “Break Stuff”, que no dejaba indiferente a nadie, para finalizar definitivamente con “Take A Look Around”. Gran presentación de los norteamericanos una vez más, siendo un seguro absoluto en los festivales.
WATAIN
Únicamente pudimos ver una parte del show de WATAIN, concretamente su inicio y su final, debido a los ‘clashes’ inevitables que tiene este multitudinario festival. Aún recuerdo la primera vez que vi a WATAIN, fue en Wacken y de lejos, pero cuando vi una gran cantidad de crucifijos boca abajo, un humo incesante que provenía del escenario y un sonido demoledor decidí acercarme para ver si lo que estaba viendo era real. Pues fieles a sí mismos, y con unos rituales muy marcados en cada show, WATAIN volvían a ofrecer un ritual de fuego, crucifijos, satanismo e indumentarias espeluznantes acompañados por su black metal sin concesiones.
Al que no le guste nada este estilo, aunque sea por la puesta en escena quedaría totalmente enganchada a la presentación de estos suecos que una vez más hicieron temblar el terreno ya árido a estas alturas de HELLFEST gracias a cortes como “Nuclear Alchemy”, “Sacred Damnation” o la final “The Serpent’s Chalice”. ¡Qué ganas tenemos de respirar esa mezcla de azufre e incienso en una sala de nuestro país!
AVENGED SEVENFOLD
Los californianos AVENGED SEVENFOLD llegaban a Clisson encabezando por primera vez este festival gigante. La ocasión merecía una pasarela que no suelen colocar en sus conciertos, pero HELLFEST y como headliners era una ocasión muy especial. La banda formada por M. Shadows a la voz, Zacky Vengeance y Synyster Gates a las guitarras, Johnny Christ al bajo y Brooks Wackerman nos presenta su nuevo trabajo “The Stage”. Con el tema que da nombre al disco, “The Stage” arracaba la actuación con la aparición en solitario inicial de Synyster al que se iba sumando toda la banda. El escenario nos dejó un poco fríos, el montaje fue bastante sencillo, a pesar de las grandes pantallas, la cantidad de pirotecnia que usaron, pero echamos en falta esos montajes espectaculares de anteriores giras.
AVENGED SEVENFOLD es una banda que personalmente me gusta pero a la que pienso que hay algo que no sé exactamente qué es que no me termina de enganchar. Tienen buenas canciones y riffs como la siguiente en llegar “Afterlife”, melodías increíbles, y una banda carismática, pero por algún motivo no me han cautivado. Dedicatoria ahora para Vinnie Paul y una buena carga de llamaradas para “Hail to the King”, uno de sus últimos grandes hits sin lugar a dudas. “Welcome to the Family” y “God Damn” no dan respiro, mientras Synyster comienza una preciosa “Buried Alive” con una intro de guitarra que rebosa belleza, para sumarse poco más tarde el zurdo de Zacky en esa dupla tan reconocida dentro del género.
Otra balada como “So Far Away” no nos desengancha, pero el momento “Nightmare”, que debería ser de lo más especial de la noche acabó en una verdadera pesadilla. M. Shadows anunciaba momentos antes de la interpretación del tema que ha tenido problemas de voz y que no podría cantar “Nightmare”, y que tenían varias opciones, pero la que más le llamaba era dejar subir a una persona del público a cantarla. El afortunado del público no sólo no estuvo a la altura, si no que enterró la canción por completo, en ningún momento se tomó en serio la situación. En realidad la culpa de esto no es del chico que sale a cantar, sino de la banda y su vocalista, aun así, la banda coreó ese poderoso estribillo y poco importó el destrozo.
“Eternal Rest” y “M.I.A.” nos iban acercando al final, con un Shadows que no se mostraba nada mal vocalmente a pesar de decir que le faltaba voz, la veloz y mareante “Bat Country” es ejemplo de ello, y de lo bien que trabajan las dos guitarras de Vengeance y Gates, “Shepherd of Fire” sacaba todo el fuego posible al ritmo de esa poderosa y protagonista base rítmica marcada por Johnny y Brooks, como sucedía con la divertida y agresiva “Unholy Confessions”, un verdadero cañonazo para despedirse entre llamas con la sensación de haber visto otro concierto más de AVENGED SEVENFOLD, y nos vuelve a suceder lo mismo. Salimos con la sensación de no ser el headliner del día, de no acabar de convencernos a pesar de su calidad, de su carisma como banda, de sus grandes melodías y voces, grandes riffs, pero nos falta un punto de conexión con lo que hacen ahí arriba. Aun así, buen concierto sin más de la banda norteamericana.
Ndr.: Lamentablemente no tenemos fotos porque fué la única banda "cabeza de cartel" donde no tuvimos acreditación.
DIMMU BORGIR
El día que más tranquilo teníamos en cuanto a gustos musicales, ya que era el más alternativo sin duda de todo el festival y coinciden DIMMU BORGIR y Parkway Drive, dos de nuestros grandes reclamos del festival, cosas que pasan. Decidimos comenzar en la carpa del Temple Stage con DIMMU BORGIR, para ver unas cuantas canciones y cambiar de registro después. La banda comandada por Shagrath está de vuelta, con nuevo disco, “Eonian” bajo el brazo y muchas ganas de poder disfrutar de este trabajo en directo.
Nos bastaron las tres primeras canciones para saber que estábamos ante uno de los conciertos del día, y es que el inicio con “The Unveiling”, una de las nuevas fue apoteósico, con un público entregado y llenando una vez más la carpa ante unos DIMMU BORGIR que aparecían misteriosos entre las tinieblas con gabardinas de lo más recargadas. “Interdimensional Summit” era la siguiente en llegar, sin duda una de las mejores de la velada a pesar de ser también nueva, pero es que es una composición pluscuamperfecta que saben llevar al directo de forma magistral, la potencia sonora y el contraste de luces era perfecto para crear una atmósfera espeluznante.
Fue con “The Serpentine Offering” con la que dejábamos la carpa, pero con la sensación de por un lado no querer irnos ante lo que estábamos viendo, y por otro querer ir corriendo para perdernos lo menos posible de PARKWAY DRIVE. Ojalá algún promotor de nuestro país se lance y podamos disfrutar de DIMMU en nuestro país como headliner.
PARKWAY DRIVE
Aunque nos pesase tener que abandonar la carpa, realmente fue lo mejor que pudimos hacer, y es que menudo show con producción completa nos tenían preparado PARKWAY DRIVE. Con un Winston visiblemente emocionado en varios momentos de la actuación, los australianos nos presentaban un pedazo disco que vuelve a alejarse un tanto de sus orígenes como “Reverence”.
Por suerte, por un pequeño retraso no nos perdimos casi nada y llegamos al final de la segunda canción de su set que era “Prey”, pegadiza y efectiva que ponía a saltar a toda la pista, como haría “Vice Grip”, de su anterior disco “Ire”, qué melodías, qué sonido, qué espectáculo visual con llamaradas cruzadas, llamaradas verticales, un juego de luces brillante, y pirotecnia, mucha pirotecnia.
Intimismo que nos daba un pequeño respiro de “Cementery Bloom”, que aunque parezca que no también funciona y muy bien en directo. También hubo tiempo para volver a sus años de pura cera y metalcore sin concesiones con “Idols And Anchors”, “Karma” y “Wild Eyes”, todas ellas con grandes circle pits, y con esas melodías y riffs tan coreables que nos hacían cantar a una sola voz, de verdad lo que estábamos viviendo esta noche era una locura absoluta de concierto, una pena que en Madrid poco después no pudiesen montar su producción completa. Se hizo evidente sobre todo en el momento “Crushed”, cuando se apagaban todas las luces, comenzaba a sonar ese sonido pregrabado y se empezaba a incendiar literalmente todo el escenario, con todas las plataformas y montajes ardiendo, incluida esa batería giratoria que comenzaría a dar vueltas además en el estribillo.
Llamaradas, juegos de luces impresionantes, las guturales de McCall y el sonido sonando redondo, sin duda uno de los grandes conciertos de todo el festival, con el único pero que era el último concierto del día, y en algún pequeño momento de descanso la gente se fue retirando poco a poco a sus tiendas y casas para descansar para la última jornada del festival. De verdad, no se puede describir con palabras el crecimiento tan apoteósico que están teniendo los aussies, pero es completamente merecido y en gran parte por conciertos como el que nos brindaron esta noche, como ese final en el que Winston nos pedía saltar sin descanso a ritmo de “Bottom Feeder”, final excelente para un concierto de matrícula de no ser por la retirada prematura de algunos.
Texto y fotos: Óscar Gil Escobar
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