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JUDAS PRIEST + LORDS OF BLACK – Crónica completa y muchas fotos de Barakaldo

30 junio, 2018, 5:20 pm

+ LORDS OF BLACK

Jueves 28 de junio de 2018 – Sala Cubec (BEC) – Barakaldo – Vizcaya

Varios factores concurrían para hacer que el show que disfrutamos en Bilbao fuera uno de los más especiales que recuerdo en bastante tiempo. En primer lugar era mi primera visita a la capital vizcaína, y tras esta primera impresión creo que no será la última. Me sorprendió la pasión y camaradería con la que lo viven los fieles del heavy metal en el Bocho haciendo que tanto en los locales de la ciudad como en el recinto elegido para la actuación, magnífico por cierto, se respirara un aire de autenticidad que nos transportaba a épocas anteriores.

LORDS OF BLACK - Jueves 28 de junio de 2018 – Sala Cubec (BEC) – Barakaldo - Bilbao

Por supuesto, era especial también el hecho de volver a ver en directo unos cuantos años después, tres concretamente desde la edición 2015 del Rock Fest de Barcelona, a unos de los principales culpables de mi devoción por el heavy metal, JUDAS PRIEST, con el aliciente extra de traer bajo el brazo el excelente “Firepower” para muchos entre los que me incluyo el mejor trabajo que han publicado desde el mítico “Painkiller”. Todo ello con el añadido de contar para abrir la velada con una de las formaciones nacionales más competentes e interesantes del panorama actual como son LORDS OF BLACK, a los que también era la primera vez que vería en directo.

Así que la cosa no podía presentarse mejor, y después de unas horas recorriendo Bilbao dando cuenta de su amplia y exquisita oferta gastronómica, nos dirigimos hacia el imponente BEC (Bilbao Exhibition Center) que poco a poco fue poblándose en sus alrededores de fieles devotos heavy metaleros llegados tanto de toda la provincia de Vizcaya, así como del resto de Euskadi, de España o de Francia atraídos por el único show completo que darán JUDAS PRIEST en la península como cabezas de cartel, amén de su participación en festivales multitudinarios como DOWNLOAD o ROCK FEST.

Seguramente alguno o bastantes de los presentes repetirán asistiendo a estos eventos, o como en nuestro caso preferimos desplazarnos desde Madrid para degustar plenamente lo que los iconos de Birmingham podían ofrecernos en un show completo sin la distracción e inconvenientes que supone el estar encuadrado dentro del cartel de un gran festival. Y la verdad, creo que la elección no pudo ser más acertada a la vista del resultado final obtenido.

Pero vamos desde el principio. Una vez dentro del BEC, acondicionado para la ocasión como BEC Cube reduciendo su capacidad a 5000 espectadores tapando sus gradas, fuimos cogiendo sitio para disponernos a presenciar las evoluciones sobre las tablas de LORDS OF BLACK, intuyendo desde el inicio que no se trataba de un simple telonero más para entretener al personal. Comenzando por el enorme telón de fondo con la impactante portada de su última entrega discográfica “Icons of the New Days” que dio bastante juego con la proyección de focos de luz que variaban según los temas.

Un disco que con apenas unas semanas en la calle ya tiene el reconocimiento del público como pudimos apreciar a la vista de la reacción de unos cuantos entregados fans que en las primeras filas coreaban entregados siguiendo los acordes de “World Gone Mad”, tema con el que abrieron tras la pertinente intro enlatada para ir poniéndonos en situación, y que me sonó maravillosa, a pesar de alguna que otra descompensación de sonido sobre todo en la guitarra de Tony Hernando que no deslució en absoluto la excelente ejecutoria del hacha salmantino. El tema sonó nítido y sobrio, muy melódico y virtuoso, sostenido sobre la solidez que aportan el bajista Dani Criado y el enorme Andy C. a la batería con una forma de tocar muy similar a la del que veríamos posteriormente tras los tambores de las estrellas de la noche.

¿Y qué decir de Ronnie Romero que no se haya dicho ya a estas alturas?, pues poco más, simplemente que es uno de los mejores cantantes del panorama heavy actual y que no es extraño que le lluevan las ofertas para participar en infinidad de proyectos. Sencillamente magistral su forma de encarar e interpretar los temas, ganando día a día en fuerza y carisma sobre las tablas haciendo reaccionar al público a cada mínima indicación e interactuando para provocar constantes coreos acompañando el ritmo de los tremas.

Sin pausa continuaron que el himno primigenio que da nombre al grupo “Lords Of Black” con un Ronnie superlativo secundado por Tony que ya iba solventando los problemas técnicos para dejarnos un solo lleno de gusto y precisión, sonándome todo en general menos denso que en sus discos, más dinámico y ligero, algo que me sorprendió muy gratamente. Recuerdo para el segundo trabajo del grupo con “Shadows of War” que sonó desafiante con un gran Andy pegando en clave power dentro de unos desarrollos instrumentales cuidados y rotundos, que se prolongaron en la más atemperada con tintes progresivos “Icons of the New Days” destilando cierto aire Jorn y que provocó el palmeo de un público cada vez más numeroso y enchufado.

Pasamos el ecuador de la actuación para llegar a “New World’s Comin’” donde se dejaron notar los sonidos grabados de teclados, algo que quizá luciría más con un teclista sobre el escenario, pero que no eclipsó una nueva exhibición técnica de Hernando, dejando prácticamente solo a continuación a Romero en el comienzo de “Everything You’re Not” que completó una de las interpretaciones más teatrales y dramatizadas de la noche marcando los tiempos entre cambios de ritmo y rotundos momentos instrumentales.

Sin pausa, vuelta al primer disco con la más pesada “Nothing Left to Fear” acompañada de nuevo por las palmas del público y afilándose con otro gran solo de guitarra, metiendo más velocidad para enlazar con la excelente “Merciless”, técnica, melódica y compacta, un nivelazo de tema que sirvió de preludio para el broche final con una imponente versión del clásico “Stand Up and Shout” de Dio que bordaron con fidelidad y en la que Ronnie Romero emuló a su tocayo con una clase y energía enormes.

Gran cierre para una magnífica actuación que me convenció plenamente, más aun siendo la primera vez que les veía en directo, y que espero que no sea la última porque eché de menos más temas del nuevo disco, solo tocaron dos, y que creo que deberían presentar próximamente como cabezas de cartel en una gira propia porque talento, potencial y tablas tienen más que de sobra para hacerlo.

Y después del buen sabor de boca dejado por LORDS OF BLACK, llegaba el momento de disponernos a disfrutar de JUDAS PRIEST. El ambiente cada vez era mayor, la gente iba y venía intentando situarse en el mejor lugar posible, comentaba nerviosa como estaría el grupo ya sin sus dos guitarristas clásicos, lo raro que se nos haría no volver a verlos en directo, cómo encajarían el set list, cómo respondería la voz del Metal God. Un cúmulo de circunstancias que afortunadamente fueron solventándose de forma positiva para la enorme mayoría de los fieles que abarrotábamos el recinto, algo por lo que no hubiera apostado a la vista de la calma que se observaba en los aledaños del BEC cuando se abrieron sus puertas, otro punto a favor de la buena organización del evento.

JUDAS PRIEST - Jueves 28 de junio de 2018 – Sala Cubec (BEC) – Barakaldo - Bilbao

Ya con un inmenso telón lleno de frases de letras de algunos temas de la banda, empezaron a sonar las notas de “War Pigs” de BLACK SABBATH para posteriormente enlazar con la luz apagada con la intro de “Firepower”, caída del telón, ataque de riffs y salida en tromba para dar comienzo a lo que serían casi dos horas de enorme heavy metal en estado puro. Salieron a matar, con un tema nuevo pero lleno de esencia clásica, rápido, contundente, afilado, sonando un pelín bajos, al principio, algo que no pareció afectar a la reacción entregada de un público que se metió en harina desde el primer minuto y que no paró de disfrutar acompañando todos y cada uno de los momentos del show.

Para ir despejando las dudas comentadas anteriormente, decir que evidentemente se hace raro mirar al escenario y no ver a K.K. Downing, aunque ya llevamos unos años haciéndolo, ni a Glenn Tipton, pero desde luego Richie Faulkner parece el mejor sustituto posible, tanto para K.K. inicialmente, y me atrevería a decir que hasta para Glenn también. Es impresionante como ha crecido la figura del joven hacha rubio desde que entró el grupo, haciéndose cargo de prácticamente todos los solos, acaparando las miradas con continuas poses y movimientos muy Downing, y tocando de forma superlativa unos temas que ya ha hecho suyos. No podemos decir lo mismo de Andy Sneap, mucho más tímido aunque igualmente eficaz, casi siempre al lado de metrónomo Ian Hill que sigue siendo el tío que mejor hace la bisagra con su bajo moviéndose adelante y atrás sin mover los pies del sitio conformando una inmejorable base rítmica con Scott Travis, especialmente brillante esta noche y que al igual que Andy C. muestra una precisión y sobriedad al alcance de muy pocos baterías.

Seguimos solucionando incógnitas, y esta vez dos por una, el set y el estado de forma de Rob Halford. Creo que una lleva a la otra, ya que el set está diseñado para que la voz de luzca y sufra menos que en otras ocasiones precedentes donde vimos a un Halford preocupante, desde aquellos conciertos en los que salía apoyado en un bastón que queríamos creer que era parte del show pero que también era necesario para paliar su estado físico. Afortunadamente en esta ocasión le noté ágil, ligero, pletórico, sin dar carreras por el escenario tampoco, pero mucho mejor, más suelto, feliz, transmitiendo una energía como hacía años que no le veíamos, aunque ya en el citado ROCK FEST de 2015 ya le vi algo mejor.

En general estuvo a un gran nivel vocal tanto en los temas nuevos como el citado “Firepower”, como en la gloriosa trilogía de clásicos menos habituales que nos regalaron a continuación , comenzando sin pausa por una enorme “Grinder” con esa densidad que atrapa marcando la pegada de su rítmica, seguida de una extasiante “Sinner” que sonó sublime con un inmenso solo de Faulkner y con el correspondiente cambio de chupa de Halford y de fondo de escenario en el que empezaron a proyectarse imágenes alusivas a cada tema con desigual acierto. Las que vinieron a continuación con “The Ripper” fueron de las más logradas de la noche, con referencias a los crímenes de Whitechapel con Jack el Destripador como protagonista acompañando otra gloriosa interpretación de todo el grupo siguiendo el tempo marcado por un Travis que inició el palmeo que fue seguido por un público que, sobre todo en su mayoritario sector veterano, estaba disfrutando un tramo de concierto sencillamente espectacular, ya solo por estos tres temas creo que mereció la pena el viaje a Bilbao.

Vuelta a la actualidad con “Lightning Strike” que no desentonó en absoluto sonando poderosa y rotunda, una vez más con Richie comiéndose el escenario con otro gran solo, para posteriormente encontrarnos de fondo con la portada de la obra maestra “Screaming For Vengance” (1982) para descerrajar una correcta “Bloodstone” ligeramente bajada de tempo pero afilada y competente, para caer un poco la adrenalina generada hasta entonces con la más discreta “Saints In Hell” que me costaba recordar ya que es de los temas más recurrentes del álbum “Stained Class” (1978) y que acompañaron de unas curiosas imágenes de sombras chinescas en tonos rojizos y oscuros.

Nuevo momento cumbre con “Turbo Lover” que a pesar de no interpretarla vocalmente con la fidelidad y energía de otras veces fue de las más coreadas de la noche, algo que no deja de resultar irónico cuando en su momento prácticamente se crucificó al grupo por la “americanización” de su sonido con elementos sintetizados, afortunadamente con el paso del tiempo a acabado en su sitio siendo lo que es, uno de los clasicazos de la banda. Eso sí, esta vez las imágenes de la pantalla muy mejorables, demasiado simplonas y horterillas si me apuráis. Mejor encontrarnos con el portadón de “Sad Wings of Destiny” (1976) para respaldar la maravillosa interpretación de “Tyrant”, excelente Halford en la voz, Ritchie y Andy a las guitarras, de las pocas veces que tomaron juntos el centro del escenario para doblarse, y superior la pegada de Scott marcando el ritmo para transportarnos a los orígenes del heavy metal.

Avanzábamos sin apenas respiro y llegaba el momento de relajarse un poco con el recuerdo para la intensa “Night Comes Down” preciosa e intensa balada-medio tiempo que fue muy bien recibida con Halford luciendo en tonos medios, para perderse después un poco en la exigente “Freewheel Burning” que provocó la locura inicial con su frenético riff pero que no acabó de sonar todo lo bien que hubiera sido deseable, un señor tema pero que quizá podría ser sustituido por otro menos complicado, aunque eso sí, las guitarras sonaron matadoras.

Pequeño break, luces fuera y foco apuntando a Scott Travis en el misterioso comienzo de “Rising For The Ruins” último tema de los nuevos que sonaron quedándoseme algo corta la representación del último disco echando de menos alguno más como “No Surrender”, “Evil Never Dies” o “Flame Thrower”. En cualquier caso los tres que sonaron lo hicieron de forma más que notable, en concreto este último con su cadencia más pausada y envolvente, pero también con una tremenda pegada y filo.

Y a partir de aquí un no parar de clásicos cayendo uno tras otro y con un inmensa alegría final para lo bises. Pero antes de eso teníamos que disfrutar de la contagiosa melodía de “You’ve Got Another Thing Coming” con las imágenes de fondo de los trabajadores de la revolución industrial británica y marcada por los habituales juegos vocales de Halford con el público que se entregó sin oponer resistencia al mandato del frontman inglés, que después apareció a lomos de su mítica moto para interpretar apoyado en ella el himno intemporal “Hell Bent For Leather” con el vídeo alternando imágenes de moteros con planos del público, hasta llegar a una más que digna interpretación de la inevitable “Painkiller” que Rob ha sabido adaptar a sus capacidades actuales sin perder nada de fuerza ni esencia dentro de lo que puede hacer ahora mismo y que además incluyó a modo de gancho la imagen del vídeo con Tipton marcándose su punzante solo siendo ovacionado por un público que no le olvidaba.

Breve descanso y lo que nos ponía como caramelo en vídeo se hizo carne sobre las tablas con el Sr. Glenn Tipton apareciendo junto al grupo para regalarnos sus solos en los últimos cuatro temas del concierto. Y no había mejor manera de volver a darle la bienvenida con el recinto enloquecido siguiendo los acordes y movimientos robóticos de “Metal Gods”, éxtasis total con todas las miradas dirigiéndose el guitarrista fundador. El final era previsible, con la siempre efectiva y coreada “Breaking the Law” y con la festiva “Living After Midnight” que terminó de poner patas arriba el BEC siendo coreada y palmeada por todos los presentes.

Y cuando parecía que aquello había terminado todavía hubo tiempo para un tema más, un himno más, una enorme y exquisita interpretación de “Victim of Changes” que sonó absolutamente atronadora para poner punto final a una velada que superó mis expectativas siendo para una de las veces que mejor he visto a JUDAS PRIEST y sin duda la mejor desde que volvieron a reunirse hace más de una década. Parece que, sostenidos en un Halford rejuvenecido, en un Faulkner brillante y entregado, y en su habitual solidez rítmica, podemos tener JUDAS para rato, como decían en su mensaje final “The Priest Will Be Back”.