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+ DOUBLE CRUSH SYNDROME
Viernes 25 de Mayo de 2018 – Sala Santana – Bilbao
Noche nostálgica la que se atisbaba en la Sala Santana. SKID ROW fueron unos de los principales estandartes del heavy metal a finales de los ochenta y principios de los noventa, donde cosecharon amplios éxitos con sus dos primeros álbumes SKID ROW y especialmente su archiconocido Slave to the Grind, una pieza maestra que logró conquistar el olimpo del metal y a día de hoy sigue aun siendo un álbum indiscutible en la colección de cualquier aficionado a este género.
Una nublada tarde gris, nos daba la bienvenida al polígono donde se iba a desarrollar la velada. Los escasos coches que se agolpaban cerca de la sala, nos hicieron temer lo peor aunque para la hora de salida de SKID ROW el panorama mejoró y se registró una aceptable asistencia.
DOUBLE CRUSH SYNDROME
Llegamos con antelación suficiente para degustar la nueva aventura en la que se ha embarcado Andy Brings (SODOM, POWERGOD). Una propuesta musical enmarcada como rock’n’roll y que se nutre ligeramente de ciertos préstamos punkies y metaleros. Irrumpieron en escena como un vendaval, sin impórtales un carajo que la sala era prácticamente a esas alturas de la jornada un solar vacío. Incluso se lo tomaron con humor, soltando con sorna que seguramente el recinto tenía todos los tickets agotados.
Los escasos asistentes allí presentes, disfrutamos con tranquilidad de su presentación, mientras el triplete desglosaba su álbum presentación Die for Rock N’ Roll y nos agasajaban con sus cortes más lustrosos como “She’s A Pistol”, “Yeah! Pain!”, “On Top Of Mount Whateverest” o “Blood On My Shirt”, certificando las influencias rockeras que poseen.
Andy Brings se empeñó en sacar adelante el bolo como si estuviera en un festival delante de miles de personas, derrochando energía a granel e interactuando con todo el mundo aunque la concurrencia se mostró poco predispuesta. Incluso agradecía en euskera. Gestos profesionales que le honran y pone de manifiesto, las intensas ganas que acumula para sacar este proyecto adelante.
A nivel estético, exhiben un estilo más punk que la música que ejecutan con excepción de su batería que parecía colega del STEEL PANTHER, Stix Zadinia. También quedó patente su afición por SKID ROW, luciendo su líder un amplio tatuaje de “Youth Gone Wild” que nos reveló con orgullo.
Cumplieron, pero no conquistaron con vehemencia pues sus temas dieron la impresión de necesitar algo más de fuelle y elaboración. Incluso se permitieron el lujo de desperdiciar algunos minutos del repertorio forzando a cantar al personal que continuaba virando la cabeza. Cerraron su comparecencia oportunamente con la envolvente “Gimme Everything”, uno de sus temas más destacados.
Setlist
- She’s a Pistol
- Yeah! Pain!
- On Top of Mount Whatevererst
- Blood on My Shirt
- Can’t You Be Like Everyone Else
- Die for Rock N’ Roll
- Gimme Everything
SKID ROW
La pegadiza tonadilla de THE RAMONES, “Blizkrieg Bop” nos anunciaba el inminente arranque de los norteamericanos. Salieron a escena jugando sobre seguro y caldeando los ánimos con la letal “Slave to the Grind”. Personalmente agradecería aún más la inclusión de su segundo corte “Sweet Little Sister”, cuyo animoso coro aún resuena en nuestras molleras.
A esas alturas del recital ya quedaban claras las limitaciones de ZP Theart quien con un timbre muy diferente, optó por llevar los temas a su terreno y añadirles su toque personal. Estrategia completamente acertada con excepción de unos cuantos errores de bulto en ciertos gritos donde llevado por la euforia era incapaz de controlar su voz.
El sudafricano en líneas generales se maneja muy bien y su dilatada experiencia que trasciende muy por encima de su etapa con los power metal británicos DRAGONFORCE, le confiere un fornido soporte.
Otra cosa es que SKID ROW continúe sin encontrar un reemplazo en condiciones para Sebastian Bach que sea capaz de alcanzar los registros más exigentes de varios de sus temas. El repertorio condensó lo más granado de sus dos primeras obras Skid Row y Slave to the Grind. Elección que satisfizo a todos, a tenor de lo visto. Bajo esas premisas y manteniendo un ritmo demoledor fueron empalmando clasicazos como “Piece of Me”, la fulgente “Big Guns”, la melosa “18 And Life” algo deslucida, o la jaranera “Makin’ A Mess”.
El escenario se encontraba engalanado con sus clásicas banderas y estrellas. Una línea corporativa que llevan años luciendo y representa de calle su particular imagen.
Dave Snake Sabo, Rachel Bolan y Scotti Hill siguen siendo los estandartes que sustentan su música junto a su impecable interpretación sobre las tablas. Demostraron que hay elementos por los que no pasan los años y que incluso mejoran con el tiempo como el buen vino. Con esos fundamentos, llevan una buena parte de la batalla ganada y los que han visto a Sebastian Bach en directo recientemente saben a lo que me refiero.
A mitad del repertorio Rachel Bolan tomó las riendas y se marcó una sublime versión de The Ramones “Psycho Therapy”, desprendiendo ese aroma macarra y permitiendo incluso elevarse como uno de los momentos de la jornada. Retomaría con brío los mandos nuevamente Zp Theart para culminar el primer tramo con otros dos cortes emblemáticos “Quicksand Jesus” y la brillante “Monkey Business”. A la conclusión de “Quicksand Jesus” Dave Snake Sabo se marcó el momento más solemne de la noche, aprovechando para agradecer a sus seguidores la oportunidad de poder seguir viviendo de la música. Coronó su discurso, pimplándose de trago una birra mientras espoleaba a la concurrencia para que hiciera lo mismo.
Tampoco faltó el momento para explayarse con un dueto de solos de guitarra que se fundió con la mítica “Monkey Business”. Un servidor siempre es proclive a este tipo de alegatos musicales, dejando que los guitarristas exhiban sus dotes con maestría y jactancia, pero las melodías somnolientas y la poca entrega, sirvieron para rebajar el ritmo del cotarro, en vez de haber niquelado el bolo. Raudos al término, abandonaron el escenario camino de los vestuarios.
No tardarían en regresar y lo harían con la emotiva “I remember You” donde no faltaría la obligada acústica y los coros de una audiencia entregada. Recuperarían garra y mala leche con “We are The Damned” y rescatarían la demencial “Get the fuck Out” tema que a priori no aparecía en su setlist y que hizo vibrar al personal con esas influencias punk que tanto refuerzan el carácter de la banda. Quedaba tiempo para una más y como no podía ser de otra manera, pusieron el recinto patas arriba con su himno “Youth Gone Wild”. Mientras tanto la muchachada aprovechaba los últimos compases y se dejaba la garganta recitando el mítico coro que tanto engancha.
Una noche memorable, donde queda claro que quien tuvo, retuvo y aunque Sebastian Bach perdió mucho más rompiendo las relaciones, quedó también claro que ambas partes limitaron su techo con aquella rotura. Seguiremos a la espera, de que un osado promotor supere la línea que repara las relaciones irreconciliables. Mientras tanto, los de New Jersey siguen repartiendo leña y nos vale con eso.
Setlist SKID ROW
- Slave To The Grind
- Sweet Little Sister
- Piece Of Me
- Livin’ On A Chain Gang
- Big Guns
- 18 And Life
- Makin’ A Mess
- Rattlesnake Shake
- Pyscho Therapy
- Quicksand Jesus
- Monkey Business
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- I Remember You
- We Are The Damned
- Get The Fuck Out
- Youth Gone Wild
Texto: Txema Garay
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo – Juan_Ramon_Felipe@rafabasa.com
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Galería de Fotos:
SKID ROW
Buen concierto aunque un poco corto. La voz de ZP nose porque estaba muy baja y a veces apenas se oía entre los demás instrumentos.