+ SCREAMER + REXORIA
Sábado 12 de Mayo de 2018 – Sala Razzmatazz 3 – Barcelona
Mientras gran parte del público europeo aguardaba con impaciencia que arrancara una nueva edición del festival de Eurovisión, un buen numero de aficionados al hard rock y el heavy metal nos dimos cita en la Sala pequeña del Razzmatazz para disfrutar del directo de tres bandas jóvenes pero con tablas, con un sonido y una personalidad muy marcadas por el pasado, pero con la fuerza y la convicción de unos músicos que esperan seguir dando guerra en el futuro. Las estrellas de esta noche eran BULLET, una formación con mucho arraigo en nuestro país gracias a sus diferentes visitas, ya sea liderando su propio espectáculo o acompañando a nombres ilustres de la escena internacional.
Para completar el cartel de esta noche contaríamos con la presencia de otros viejos conocidos de la audiencia barcelonesa como son SCREAMER. Mientras que la responsabilidad de abrir la velada recaería sobre REXORIA, quienes aprovecharon la ocasión para presentar algunas de las composiciones de su opera prima “Queen Of Light”.
Con una alineación un tanto atípica, ya que se presentaron sin bajista, la formación sueca comandada por la vocalista Frida Ohlin aprovechó sus escasos treinta minutos sobre las tablas para presentarnos un heavy metal de estirpe clásica, en el que destacaron algunos fugaces destellos folk. Pero sin duda si hay algo que marcó su presentación fue el incansable trabajo de sus guitarristas Jonas Gustavsson y Cristofer Svensson, que fueron quienes se encargaron de llevar el peso instrumental de la banda desde que abrieran fuego con “Way To Die” y la coreable “Soldier Of The Sun”.
Pese a que sonaron potentes y compactos, el no cantar con el concurso de un bajista en directo acabó propiciando que cabalgadas impregnadas de esencias power metaleras como “Hurricane”, acabaran sonando algo vacías y faltas de pegada pese al empeño de una Frida que no paró de animar al personal. Aunque musicalmente el combo de Jönköping no aporta nada sustancialmente nuevo, temas como “Valiance In War”, sirvieron para que desplegaran su faceta más épica, con una impecable Frida clavando sus rodillas en el suelo durante su potente increscendo final.
Pero sin duda el mejor momento del show llegó en la recta final cuando banda y público se pusieron a saltar durante la interpretación de la true metalera “The World Unknown”, con la que nos invitaban a levantar los puños mientras entonábamos su hímnico estribillo.
Desde que publicaran su prometedor debut “Adrenaline Distractions” en 2011, SCREAMER se han destapado como una apuesta segura de cara al directo, ofreciendo unas descargas eléctricas y avasalladoras, en las que la garra roquera se da la mano con las raíces del sonido clásico de la N.W.O.B.H.M. Con su tercer largo “Hell Machine” ya muy rodado el quinteto que lidera el incombustible batería Henrik Petersson aparecía en escena envuelto en humo y escoltados por sendas pancartas en las que podían leerse las palabras Heavy Metal. Sin duda toda una declaración de intenciones de lo que estaba por llegar en los próximos minutos.
No defraudaron, salieron con muchas ganas, derrochando energía, y con el objetivo claro de ganarse el favor del personal con la garra roquera que imprimieron a la inicial “Screamer”, todo un trallazo elevado a la máxima potencia por la complicidad de unos seguidores que alzaron sus puños al aire para sumarse a su matador estribillo. Con su frontman Andreas Wikström al frente los de Ljungby transitaron desde el heavy metal tradicional a temas con una estructura más solida y marcada como el melódico “On My Way”, en la que dejaban plasmada la sintonía y el buen rollo entre ellos. La elegida para cerrar su arrolladora tripleta de arranque fue precisamente la pieza que presta título a su redondo del pasado año “Hell Machine”.
Tras recabar la primera ovación de la noche el quinteto no tardó en volver a apretar el paso para recuperar las primerizas “Adrenaline Distraccions” y “Can You Hear Me”, con las que volvían a reivindicar sus raíces más clásicas ofreciéndonos una buena ración de contagiosos coros marca de la casa. El primer recuerdo que se permitieron al material de su segunda obra “Phoenix”, fue el fulgurante “Demon Rider”, que volvía a convertir los aledaños del escenario en una auténtica fiesta.
Y es que esa esencia añeja, que tanto gusta a sus seguidores, propició que el ambiente siguiera caldeándose cuando la base rítmica se encargó de adentrarnos en la rotunda cabalgada que significó “Demin And Leather”. Para encarar la recta final de su presentación los suecos optaron por los aromas más hard roqueros de “Keep On Walking”, para posteriormente dejar paso a los explosivos cambios y los rotundos riffs de “Mr. Noman”.
Aunque parecía que la descarga de SCREAMER había finalizado nadie se movió de su sitio. Así que los suecos no tuvieron más remedio que regresar al escenario para rematar el show con dos de sus temas más coreables: “Monte Carlo Nights”, todo un ejercicio de elegancia hard roquera, y el imprescindible “Rock Bottom”, con el que, ahora sí, se despedían acompañados de una rotunda ovación, y dejando al personal con la impresión de que mucho se lo tendrían que currar BULLET par salir victoriosos esta noche.
Avalados por sus seis entregas de estudio y sus constantes giras por el Viejo Continente BULLET continúan con su imparable ascensión, dejando siempre a su paso unas magníficas sensaciones. Tal vez su más reciente trabajo “Dust To Gold”, se desmarca ligeramente de la línea más metalera que perfilara su anterior “Storm Of Blades”, pero eso no significa que hayan bajado el nivel, sino que sus nuevas composiciones marcan el equilibrio perfecto entre los tempos más roqueros y marchosos, y la garra metalera que exhibieron en su anterior entrega.
Ataviados al estilo clásico, -con chaquetas de cuero, chalecos, muñequeras…, y demás abalorios propios de la estética de los ochenta-, la maquinaria de BULLET empezó a rugir y tomar velocidad con el impactante “Speed And Attack”, provocando el estallido de entusiasmo de una audiencia que no dudó en ponerse a dar palmas para acompañar el arranque de “Ain´t Enough”, uno de los temas que mejor puede definir la dirección que los suecos han querido imprimir a su nuevo material: una bases más sólidas y marcadas, unas guitarras ágiles y certeras junto al afilado registro de Dag Hell Hofer. Como ya sucediera en sus anteriores visitas el ritmo del show fue eléctrico, con los temas sucediéndose sin apenas entretenerse en las presentaciones mientras los músicos se movían incansablemente por el minúsculo escenario del Razz 3 para dejar que las primeras filas se acabaron enganchando a las adictivas melodías del tema que eligieron para cerrar su fulgurante tripleta de apertura “Rogue Soldier”.
Objetivo cumplido. En poco más de diez minutos la formación de Växjö había conseguido meterse al respetable en el bolsillo, pero el espectáculo no había hecho más que comenzar. Así que tras comprobar la excelente acogida que obtuvieron sus nuevas composiciones era un buen momento para echar la vista atrás y sumergirnos de lleno en la fulgurante “Riding High”, que nos dejaba a los guitarristas Hampus Klang y Alexander Lyrbo ocupando el centro del escenario.
Y es que fue durante la parte central del show cuando ambos hachas nos ofrecieron sus mejores prestaciones, llegando a ser ellos quienes se encargaran de llevar el peso escénico durante los extensos desarrollos instrumentales de “Rolling Home”, mientras las letras que presidían el escenario se iluminaban dejando ver el nombre de la banda. El cambio de tercio llegó respaldada sobre la fiereza metálica de “Storm Of Blades”, con la que nos invitaban a sumergirnos en una trepidante sesión de headbanging. El guiño a otra de sus bandas favoritas, Ac Dc, no tardaría en llegar durante los compases iniciales de esa bomba de relojería que es “Stay Wild”, con la que volvían a recuperar su vertiente más macarra y festiva.
Una nueva mirada al pasado, concretamente a los tiempos de su segundo trabajo “Bite The BULLET”, les sirvió como pretexto para adentrarnos en los serpenteantes ritmos del medio tiempo “Dusk Til Dawn”, que nos dejaba nuevamente al orondo frontman dirigiendo al respetable como si fuera el director de un coro. Para el siguiente tema de la noche “Fuel The Fire”, fue un sonriente Klung quien se hizo cargo de las presentaciones.
Con el escenario nuevamente cubierto de humo la batería de Gustav Hjortsjö fue la encargada de marcar el portentoso ritmo de “Highway Love”, que les servía para volver a incidir en el material de su último lanzamiento, antes de dejar que el encargado de poner el punto y seguido a la velada fuera el tema más extenso del álbum, la propia “Dust Of Gold”.
Con la sala en estado de euforia BULLET no tardaron en regresar sobre las tablas para propiciar que todos eleváramos nuestros puños al aire mientras entonábamos los coros del marchoso “Turn It Up Loud”. Pero lo mejor todavía estaba por llegar, ya que el último asalto de la noche estuvo reservado para el imprescindible “Bite The Bullet”, que se saldaba con la tripleta de cuerda elevando sus instrumentos al aire para posteriormente darles la vuelta y dejar ver el título de la canción.
Pese a que no fue tarea fácil superar el concierto que nos acababan de brindar SCREAMER, BULLET supieron exprimir al máximo el potencial de sus nuevas composiciones, aunque sin olvidarse de algunos de sus temas más emblemáticos. Al final de la noche el veredicto del respetable acabó dando el triunfo a los protagonistas de la velada, aunque seguidos muy de cerca por ese torbellino que son sus compatriotas SCREAMER.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Ramón Hortoneda
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