+ EX DEO + WIND ROSE
Lunes 23 de Abril de 2018 – Sala Mon – Madrid
Siempre dan pereza los conciertos entresemana a las seis de la tarde. Es algo que, por admitirlo, no va a pasar nada. Ya puede ser tu grupo favorito que si trabajas o estudias durante la mañana y tienes que prepararte deprisa y corriendo para ir a una sala, la pereza te invade sí o sí. Aun con la misma, este lunes era la hora para volver a ver por la capital a ENSIFERUM, a los siempre apetecibles EX DEO y a una banda de la cual me hablaron muy bien como es WIND ROSE, y la verdad es que no es para menos como ya os comentaré más adelante.
Me gustan los carteles de este tipo. Si bien es cierto que ENSIFERUM y WIND ROSE pueden tener un estilo muy parecido—salvando las particularidades que los hace tan diferentes—, EX DEO no desentonaban del todo en el cartel, pero sí eran los más atípicos del mismo. Fuera como fuere, he de confesar que era el grupo que más ganas tenía de ver, y más después de esa obra maestra que sacaron el año pasado y que no entró de milagro en mi top 10 internacional una vez finalizado el mismo. Pero, en fin, vamos al lío, vamos a los conciertos.
No éramos muchos asistentes en la sala cuando comenzaron los italianos WIND ROSE y, obviamente, es lógico debido a los horarios en los que se presentaba el grupo. Pero eso no cambió el guion que tenían pensado para satisfacernos aquella noche y, con toda seguridad lo digo, llegar a tal punto de que para muchos fuera el grupo que sobresalió en la Sala Mon Live.
Es cierto que no tienen un estilo muy original marcando su rumbo en un sonido entre el folk y el power, pero en este tipo de géneros es más importante el cómo se cuenta esa música, que el cómo está compuesta, y en eso WIND ROSE son unos ávidos expertos. Comenzaron abriendo el concierto con ‘Fallen Timbers’ de su último disco Stonehymn y, a partir de ese mismo instante, todo se volvió una auténtica fiesta. Llamaba la atención ver al público de la sala cuando salían los italianos, y como, con tan solo una canción ejecutada, aquello se volvía un jolgorio donde si había que dar palmas se daban, si había que saltar se hacía y si había que vitorear, se vitoreaba. Algunas canciones como ‘Drunken Dwarves’ te impulsan a ello, y cuando eso ocurre, es cuando verdaderamente te das cuenta de lo que vale una banda.
Gran parte de la culpa de estos últimos detalles que he comentado la tiene su cantante Francesco Cavalieri que derrocha simpatía en el escenario, siempre está pendiente del público y, por si eso fuera poco, demuestra tener un registro de voz bastante suculento. Nos lo demostró a lo largo de un concierto corto pero intenso, con un setlist basado en sus dos últimas obras Stonehymn y el grandioso Wardens of the West Wind y que a muchos dejó con ganas de más y con el apunte claro para verlos en el próximo LEYENDAS DEL ROCK.
Nos deleitaron en auténtica exclusiva con una canción del que será su próximo álbum y que sonó escandalosamente bien y, francamente, he de decir que me sorprendieron una barbaridad, siendo una de las grandes sorpresas que, por el momento, me llevo de 2018. Una banda fantástica, compenetrada al cien por cien, con teclado en vivo—nunca me cansaré de repetir lo bien que hace esto a un concierto—y con un frontman de diez. No los pierdan de vista, porque se van a hartar de verlos, estoy seguro.
Aun con la resaca de jolgorio y diversión que nos había dejado WIND ROSE, con gente hablando sobre el concierto que habían dado los italianos e incluso yendo a felicitarlos a la zona de merchandising—donde también se preparaban para firmar ENSIFERUM—, muchos nos preparábamos para ver a las legiones romanas de EX DEO y comprobar por fin la defensa en directo del magnífico The Immortal Wars. La espera se hizo larga puesto que hasta que no terminaron de firmar ENSIFERUM en la zona de merchandising, EX DEO no salieron a escena, pero cuando lo hicieron, algo llamó mi atención como primer error del show: no había bajista, ni rastro de Dano Apekian por ningún lado y, la verdad, desconozco los motivos, pero si no es por fuerza mayor, me parece un completo error samplear algo tan esencial para EX DEO como es el bajo del canadiense. Pero también es cierto que, quitando este punto, pocos detalles negativos se pueden sacar de ellos como banda.
Arrancaron, como no podía ser de otra forma, a ritmo de ‘The Rise of Hannibal’ con la excelente orquestación a cargo de Ardek, teclista de la banda holandesa CARACH ANGREN. Apabullantes y arrolladores, EX DEO salieron a dejar el panorama bien alto. Desde el minuto uno pudimos comprobar que todos los miembros que estaban en el escenario, inmaculados con sus trajes romanos a excepción del batería Olivier Beaudoin, funcionaban como una auténtica máquina de buen death metal sinfónico. Aun con los fallos de sonido que tuvimos que aguantar puntualmente, se podía escuchar sobradamente cada instrumento en su justo lugar, tocando cada una de sus partes e incluso metiendo pequeños arreglos en algún que otro tema. Pero si de algo hablamos en lo que tenga calidad EX DEO fuera de los detalles exquisitos que meten de debates de grandes personajes romanos y otros aspectos, es de la capacidad vocal que tiene Maurizio Iacono: menuda bestia desatada sobre el escenario.
Lo demostró nada más pisar el escenario, pero con ‘I, Caligvla’ se metió al público en el bolsillo. La canción más coreada que tienen en su poder cayó bastante pronto, pero sirvió perfectamente para dos cosas: demostrar la excelente labor musical que tienen al público que no los conocían, y, como no, llenar de orgullo a aquellos que teníamos el gusto inmenso de verlos por primera vez aun conociéndolos desde hace años.
El repaso por sus tres trabajos fue muy bien repartido con el tiempo que tenían en su poder. Bien es cierto que se libraron rápido de las dos interpretaciones que iba a tener Caligvla en aquella noche con la canción ya nombrada y con ‘Pollice Verso (Damnatio ad Bestia)’, pero lo demás que nos esperaba eran cortes en los que la brutalidad, la historia, la entrega y la música se hermanan para conformar auténticos himnos. Hicieron el mejor resumen posible que se puede hacer de una obra con tanta historia detrás como es Immortal Wars y lo hicieron juntando ‘Suavetaurilia’, ‘Cato Major: Carthago delenda est!’, ‘Ad victoriam: The Battle of Zama’ con una exquisitez tremenda que solo hubiera mejorado si ‘The Roman’ la hubieran tocado seguidamente en vez de ser interrumpida por ‘The Final War’ del Romulus pese a tener el renombre que tiene la misma; simplemente es un cambio de orden, ambas canciones me parecen sublimes y sonaron de maravilla. Además, en varias ocasiones, alguno de los temas provocó pogos a cascoporro iniciados por la voz de Maurizio pidiéndolos.
El fin de la batalla llegó con una impecable interpretación de ‘Romulus’ en la que EX DEO se despidieron del público de Madrid de una forma sencilla, sin muchas florituras, como un ejército que acaba de ganar una batalla y se retira sabiendo que han hecho bien su trabajo. Me pareció el mejor concierto de la noche, de largo y de no haber sido por algunos errores en el sonido, hubiese estado mejor todavía. Cuando a Maurizio le da por rescatar EX DEO y hacer un trabajo, nunca deja indiferente a nadie, pero en directo es otra cosa, es otra guerra, es una cruzada en la que la energía está todo momento presente, y así, qué quieren que les diga, da gusto combatir una y mil veces si hace falta.
Setlist EX DEO:
- The Rise of Hannibal
- I, Caligvla
- Pollice Verso (Damnatio ad Bestia)
- Suavetaurillia (Intermezzo)
- Cato Major: Carthago delenda est!
- Ad Victoriam (The Battle of Zama)
- The Final War (Battle of Actium)
- The Roman
- Romulus
Guardo un aprecio especial a ENSIFERUM, los que me conocen más lo saben. Es una banda que llevo escuchando casi desde sus inicios y, pese a todo, por diferentes causas, solo los he podido ver en dos ocasiones y, ya adelanto, que esta, ni mucho menos fue la mejor. Estaba claro que era el principal reclamo de un público bastante joven en una Sala Mon con el aforo reducido y que, como era de esperar, no tenía bastante afluencia de público en unas fechas como estas. Tenía ganas de ver a los fineses a pesar de que el último disco titulado Two Paths no me entusiasmó demasiado, y, francamente, después de la primera actuación que había visto me quedé con ganas de más porque salí encantado.
Arrancaron con las dos canciones que abren precisamente el Two Paths y ya desde el minuto uno vi la energía en ellos, las ganas de hacer las cosas bien, pero las canciones no terminaban de convencerme. ‘For Those About to Fight for Metal’ es un tema con el que no termino de simpatizar y desde ahí, mis sensaciones a lo largo del concierto empezaron a ser las de una montaña rusa que constantemente está subiendo y bajando. La propia ‘Two Paths’ me gustó más en directo que en disco, sonando realmente bien y con una banda que ya se había metido a la mayoría del público en el bolsillo y yacía entregada la causa. Para suceder a la misma, ‘Heathen Horde’ y vuelta al terreno del Two Paths para una ‘King of Storms’ que se me hizo especialmente larga pese a tener algunos detalles compositivos que verdaderamente me gustan.
A estas alturas ya había sacado dos cosas negativas del concierto: una era la excesiva cantidad de samples que se pueden utilizar para un grupo como ENSIFERUM—aunque valga que es un dato comprensible con algunos instrumentos, no puedes decir que no a un teclado o a una sustitución para una Netta Skog a la que eché muchísimo de menos en el escenario— y la otra era que las canciones del Two Paths escogidas para la ocasión no me terminaban de convencer demasiado a excepción de la canción homónima del álbum. Supongo que esto, como todo, será cuestión de gustos.
Pero si el setlist no me estaba pareciendo lo suficientemente bueno por el momento, no todo iban a ser cosas negativas en el concierto. Me encantan los grupos que derrochan simpatía, que se lo pasan realmente bien sobre el escenario y hacen que ese sentir se transmita al público, y exactamente eso es lo que se observaba sobre el escenario. Sami siempre sonriendo, siempre derrochante de simpatía, y eso en todo momento es algo digno de aplaudir, francamente.
Y por fin, tras unas cuántas canciones con las que el público más fiel conectará pero que ya he dado mi opinión sobre ellas, llegaba el momento de remontarnos al estupendo Victory Songs para un ‘Wanderer’ delicioso, evocador y lleno de cosas positivas. Me encantó el tema, tanto como lo que estaba por venir, uno de sus buques insignias en el mejor disco de la historia de ENSIFERUM; ‘Twilight Tavern’, perteneciente al From Afar y que se disfrutó en perfecta comunión como lo que es, un auténtico himno ya no solo de la banda, sino del folk metal en general. Sirvió como enlace perfecto para la única representación—lamentablemente—del disco homónimo de la banda, con la carismática y virtuosa ‘Treacherous Gods’, que pese a tener algunos fallos en las guitarras casi inapreciables, sirvió como aliciente para aquellos que somos unos nostálgicos de la banda y nos entusiasman más sus primeros trabajos que los últimos. Es en esos momentos de nostalgia, en esos momentos donde hacen aparición los himnos, las antiguas leyendas—y a regañadientes alguna nueva—cuando el concierto se vuelve una locura. Lo demostró la actitud del público de cuando sonaba ‘Lai Lai Hei’ a cuando suenan canciones como ‘Way of the Warrior’ que, aunque a muchas personas les puedan convencer, a otras tantas nos parece un tema que es más de lo mismo y que no pretende evolucionar y hacer más uso de una creatividad que desborda en la banda finesa, pero que no se utiliza al cien por cien.
‘In My Sword I Trust’ es de las pocas canciones que se han convertido en indispensables para el grupo de sus comienzos y de su subida de popularidad en 2009 con el From Afar, y, sinceramente, lo veo más que justificado. Una canción que tiene muy buena composición, que es carne de directo y, por supuesto, uno de los temas con los que los seguidores más jóvenes han podido iniciarse en este grupo, no sería ninguna sorpresa.
La actuación no estuvo exenta de momentos álgidos como ya he comentado, pero me da la sensación de que ENSIFERUM están empezando a ser un grupo que vive de los antiguos himnos y eso siempre es una mala noticia a nivel creativo. Siguen teniendo una calidad asombrosa para levantar al público en directo, para crear una fiesta en mitad de un concierto y para muchos, llevarnos en volandas a 2004, que, en mi caso, es el año en que los empecé a escuchar. Pero las cosas son así: cuando en un directo tuyo apenas rescatas canciones de tus últimos trabajos y las pocas que rescatas no terminan de satisfacer a muchos de los seguidores que te escuchaban antes, es que algo está pasando en tu labor como compositor.
Cerraron el concierto con ‘Iron’ tras las súplicas de los asistentes que nos encontrábamos en la sala y engancharon perfectamente una obra de tal calidad con un corto guiño al ‘Sweet Child O’ Mine’ de GUNS N’ ROSES. Al final del concierto, sensación positiva en general por esas obras que siguen vigentes en la memoria de muchos, pero yo reconozco que me fui con una sensación agridulce por los temas menos longevos y el poco gancho que me satisfacen.
Si se puede hablar de ganadores de la noche, diría que una vez más vuelven a ganar los asistentes al descubrir un grupo como WIND ROSE en muchos casos, llenarse de júbilo cantando muchos de los himnos de ENSIFERUM, o disfrutando del que para un servidor fue el concierto de la noche a cargo de las legiones romanas de EX DEO. Pero esto, como todo lo demás, es solo una opinión de una persona y, como es lícito, cada una tendrá la suya propia e igual de válida que la mía.
Setlist ENSIFERUM:
- For Those About to Fight for Metal
- Two Paths
- Heathen Horde
- King of Storms
- Wanderer
- Twilight Tavern
- Treacherous Gods
- Lai Lai Hei
- In My Sword I Trust
- The Longest Journey (Heathen Throne, Part II)
- Way of the Warrior
- Solo de bajo
- Into Battle
- Iron
Texto: Juanma García (Twitter) (Instagram)
Fotos: Óscar Gil Escobar
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