+ VISIGOTH + HOBO
Sábado 1 de Marzo de 2018 – Sala Live – Madrid
Se tornaba un día complicado, con una localización complicada, para acudir al concierto en el que se juntaban PESTILENCE, VISIGOTH y HOBO. La localización de la Sala Live―ya reformada tras su sonado accidente―no ayudaba para los que, por motivos laborales, salían del trabajo justos para llegar a ver a alguno de los grupos; a las pruebas me remito cuando en PESTILENCE hubo gente que acababa de entrar a la sala del barrio de Carabanchel. Aun con todo, los grupos que venían a visitarnos eran cuanto menos de un gusto exquisito.
Con una apertura de puertas bastante puntual, la poca gente que nos situamos en un primer momento en la sala, empezamos a entrar y, al poco rato de estar presentes en la misma, los catalanes HOBO hacían acto de presencia. Insisto en que no éramos mucha gente en la sala por entonces, y, francamente, me dio bastante pena que los asistentes por voluntad propia o de obligaciones, se perdieran la actuación de esta gran banda.
Desde el primer momento que comenzaron a sonar, HOBO supieron dejar boquiabiertos a más de un espectador; acopiando un sonido sólido con una base rítmica excelente, todos los que no conocíamos al grupo quedamos impresionados cuando su cantante Frank Melero empezó a entonar los temas pertenecientes a su álbum Bitter Pleasures. La potencia de la voz que posee Frank aúna a la perfección la calidad con la actitud de frontman que posee, cambiándose incluso de vestimenta para canciones como ‘Dr.Fate’ donde se puso una bata de médico, pero como dictaba anteriormente, no solo en Frank se quedan los vítores a la banda, dado que todos y cada uno de sus miembros lo dan todo sobre las tablas.
Hubo canciones para todos los gustos a lo largo de una actuación que se hizo corta. La impresionante ‘Golden Coast’ sonó como una auténtica bomba donde las guitarras tomaron total protagonismo, en especial por parte de su guitarrista solista Ian Leonel Taglialavore. La poco más de media hora de la que dispusieron, HOBO las supo emplear como hay que hacerlo: con decisión, con actitud y con una música de diez. Uno no se extraña cuando los ve en directo de por qué están combatiendo por ganarse un puesto en el próximo WACKEN OPEN AIR.
Inmediatamente después de la actuación de HOBO, llegaba el que, para muchas personas de las allí presentes, era el plato fuerte. VISIGOTH venía con su segundo disco de larga duración titulado Conqueror’s Oath que tan buenas críticas está recibiendo por parte tanto de medios especializados, como por parte de los usuarios. No es para menos, por otro lado. Si ya con su primer disco The Revenant King VISIGOTH se ganó muchísimo público que implora más reconocimiento para la banda, con este segundo disco, esos aplausos no dejan de cesar.
Con algo más de afluencia para ver en acción a los estadounidenses, la sala se preparaba para recibirlos y entre las primeras filas se demostraba gran expectación por ello. Apenas diez minutos terminada la actuación de HOBO, la banda salía para golpear fuerte con el primer tema, un ‘Dungeon Master’ que sonó todo lo bien que debería, como así sucedería con todas las canciones que pudimos disfrutar a lo largo de los tres cuartos de hora de duración del concierto. Con su cantante Jake Rogers haciendo gala de una camiseta de ÁNGELES DEL INFIERNO―en otras ocasiones lo pudimos ver incluso con camisetas de BARÓN ROJO, por lo que el guiño a nuestro país no es una casualidad―los de Utah enseguida ganaron adeptos a base de una ejecución colosal en sus temas.
VISIGOTH es esos típicos grupos que levantan hasta al individuo más desaborido del público y canciones como ‘Steel and Silver’ demuestran lo acertada que es esta reflexión. Derrochan simpatía y fuerza sobre el escenario, en todo momento mantienen una simbiosis entre ellos que se hace patente al poco de estar disfrutando del show. La aparición de temas como ‘Warrior Queen’ hicieron explotar de emoción a más de una persona, pero una de las sorpresas más gratas de la noche fue la incursión de ‘Traitor’s Gate’, tema de su último disco que no suelen tocar muy a menudo en esta gira, pero que en el caso del jueves sí tuvo lugar.
Se hizo corto para muchos, en especial para los tantos aficionados a la música de esta banda que empieza a contar con adeptos en sus filas de fans y que, como no puede desearse de otra forma, esperemos que vayan escalando posiciones hasta convertirse en una gran banda. Sin duda alguna, actitud, ganas, entrega y buena música, no les falta.
Un poco más tarde de lo que se pensaba debido a las pruebas de sonido varias, PESTILENCE se presentaban ante el público madrileño siete años después desde aquella cita en la Sala Ritmo & Compás. Ya se contaba un mejor número de asistentes para recibir a los holandeses que arremetían con ‘Malleus Maleficarum / Antropomorphia’ para saludar a sus fieles seguidores.
Los primeros pogos estaban servidos desde la primera nota y fue ahí cuando se podía notar que las ganas de algunas personas por ver a la banda liderada por Patrick Mameli eran incalculables. La noche empezó con toda la rabia que desprende el grupo, pero con un pequeño comentario de Patrick cuando éste bebió de un brick de leche y añadió el comentario “con esto se hace buen heavy metal”.
Para animar al personal y preparar―si es que hacía falta―para lo que se venía, PESTILENCE decidieron empezar con cuatro trallazos pertenecientes al álbum Malleus Maleficarum, el primer larga duración de la banda que este año cumplirá su 30 aniversario, ahí es nada. ‘Parricide’, ‘Subordinate to the Domination’ y ‘Commandments’ sirvieron para repasar el álbum junto a la ya mencionada canción que utilizaron como apertura. Los vítores no se hicieron esperar y es que aquello, para los amantes de PESTILENCE estaba siendo un auténtico derroche de sencillez y brutalidad a partes equitativas.
Del Malleus Maleficarum tocaba dar un salto de tan solo un año para hacer las delicias de los seguidores con dos temas del que, para muchos, es el mejor álbum de PESTILENCE: Consuming Impulse. Reservando una canción de dicho álbum para el final, la destructora ‘Dehydrated’ seguía repartiendo efusividad tanto en las primeras filas, como en las más alejadas, siendo más presente en la primera línea de combate por los innumerables pogos montados al ritmo de la música. Atronando la batería, Septimiu Hărşan nos ofrecía en bandeja de plata ‘Chronic Infection’.
Uno a estas alturas esperaría algo de su nuevo trabajo Hadeon, pero con sorpresa al final del show para muchas personas, no hubo ni una sola representación de dicho trabajo. En su lugar, tomaron el show como una especie de división donde había baterías de canciones de cuatro de sus álbumes. Para esta ocasión, tocaba viajar a 1991 y, como no podía ser de otra forma, al disco Testimony of the Ancients.
PESTILENCE es una banda que siempre ha dotado de grandes variaciones a sus temas, convirtiéndose en una banda que se adentra en sonidos no esperados dentro del Death Metal pero que, en cierta medida y dependiendo del gusto de quien lo escuche, termina por funcionar de manera excelente. En directo, esa indagación toma un distintivo color, añadiendo frescura a los shows que, para los que ya tengan un poco de conocimiento en la banda, no pilla de sorpresa.
Prosiguiendo con el show, ‘The Secrecies of Horror’ se convirtió en uno de los temas que mejor sonó de toda la noche, con el bajo atronador de Tilen Hudrap haciendo acto de presencia. ‘Twisted Truth’ se convertía en la pieza para recargar energías y para ver en todo su esplendor la excelente armonía con la que PESTILENCE, banda al completo, estaba ganándose a su público más fiel. No podía faltar un clasicazo como ‘Land of Tears’ en una noche como esta, y junto con ‘Prophetic Revelations’ y ‘Presence of the Dead’ daba por cerrado el ciclo del Testimony of the Ancients.
Patrick nos avisaba de que la noche estaba cerca de finalizar, pero que aún había lugar para dos canciones más con las que satisfacer al personal. El único vistazo a Spheres se lo llevó una celebrada ‘Mind Reflections’, pero el auténtico cañonazo y cierre final para la velada, fue, como no podía ser de otra forma, ‘Out of the Body’.
Era jueves, el tiempo no acompañaba, la sala no era a lo mejor la propicia para muchas personas que hubieran preferido alguna más céntrica y que, lamentablemente, seguro que fue un motivante para que alguno se quedara en casa, pero aun con todo eso en contra, los tres grupos salieron a morder y a hacer buen heavy metal. Una auténtica sorpresa los catalanes HOBO, unos titánicos VISIGOTH―para muchos el grupo de la noche―y unos PESTILENCE que poco tienen ya que demostrar después de la energía que vaciaron en su visita a Madrid tras siete años de ausencia. Una amalgama de músicas que, tal vez, no casaba demasiado con el cabeza de cartel, pero con el cual dudo que mucha gente se queje, y más tras ver el nivel.
Texto: Juanma García (Twitter)
Fotos: Alvaro Ochoa
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
Ndr.: Sentimos no poder publicar fotos de VISIGOTH y HOBO. A nuestro fotógrafo Alvaro le fue imposible llegar con más antelación al concierto.