Viernes 2 de marzo de 2018 – Teatro Barceló – Madrid
Quedaban todavía algo más de 40 minutos para que comenzase el concierto, y, a pesar de la lluvia y el frío, ya había cola para entrar al Teatro Barceló de Madrid. Esta noche tocaba concierto de MEGARA, que venía a presentar su último CD, Aquí Todos Estamos Locos, y los madrileños habían colgado el cartel de sold out.
Ya venían recomendando las semanas previas que la gente entrara con tiempo al recinto, y es que la banda organizó una especie de yincana para que la gente jugase y optase a ganar algún premio. Una manera original de hacer tiempo y que es de agradecer, sobre todo teniendo en cuenta que perfectamente podrían no haber hecho nada más que salir a tocar y ya.
Pero MEGARA es justo todo lo contrario a “salir a tocar y ya”. Además de la citada yincana, en la que, por cierto, acabaron pintando la cara con una X que brillaba en la oscuridad a muchos de los asistentes, lo suyo es apostar por el espectáculo arriba y abajo del escenario.
Justo antes de comenzar, comenzó a sonar una intro con voz en off que nos daba la bienvenida al País de las Maravillas, haciendo referencia a la novela de Lewis Carroll. Sobre el telón se proyectó la imagen del famoso gato que guía a Alicia por ese mundo tan particular. Un detalle de producción sencillo, pero muy eficaz.
Inmediatamente después salió la banda a darlo todo interpretando “Esclava del aire”, con mucha fuerza y justo la canción que cierra su nuevo disco. A ambos lados del escenario veíamos unas pantallas sobre las que veríamos imágenes y fragmentos destacados de las letras.
Con un burlón “¿Vamos a bailar un rato o qué?” nos dio las buenas noches la carismática cantante Kenzy, que empezó a encarar “Enredados”, uno de los cortes más directos de Aquí Todos Estamos Locos.
La puesta en escena que tiene MEGARA es genial. Y aquí no solo me refiero a Kenzy, sino también a sus compañeros. Rober (guitarra) y Pablo (bajo) no paran de moverse, y Pol (batería), al igual que los demás, no para de interactuar con el público. Sus pintas, sus poses y su complicidad con la gente hacen el resto.
Me gustó mucho lo grande que sonó “Involución”, con un riff potentísimo y un groove rocoso que nos hizo menear a base de bien la cabeza. Además, se subieron al escenario dos bailarinas ataviadas con máscaras de gas y rifles para sumar adrenalina al tema.
En “El Hombre de arena” se hizo patente una decisión sobre la que el grupo es firme para bien o para mal. Lanzan pistas con coros, arreglos e incluso me pareció adivinar algunas guitarras. Se nota sobre todo en los estribillos, donde juegan con diferentes armonías de voces. Esto a mí particularmente no me gusta, sobre todo que sea un recurso constante y no puntual, pero es una decisión de la banda y hay que respetarla.
Para la medio tiempo “Cuenta atrás”, Kenzy se colgó la guitarra para apoyar, algo que vino bien porque aquí Rober se marcó el primer solo que escuchamos en la noche, aunque MEGARA no es de solos ni, en general, de alardear. No son virtuosos y tampoco hace falta para hacer disfrutar a la gente.
Ellos lo llaman rock fucsia (en referencia al color que complementan con el negro en toda su imagen) y es un metal con influencias muy dispares pero con un punto en común: melodías pegadizas y grooves contundentes.
Hablando de influencias, MEGARA tuvo tiempo para tocar algunas versiones. Es el caso de “Alas”, que es una adaptación de “Wings” de Birdy que fue muy cantada; o “Make Me Wanna Die” de The Pretty Reckless que, en palabras de Kenzy, fue el grupo que les animó a seguir tocando juntos.
La gente estaba disfrutando a tope, cantando y saltando y disfrutando de la estudiada producción de MEGARA. Pero como aquello era en directo, hubo algunos fallos. Por ejemplo, a Kenzy se le acabaron las pilas de su monitor in-ear y se le ocurrió probar suerte pidiendo al público. Hubo quien tenía y se las acabaron dando, lo que hizo preguntarme quién lleva pilas un viernes noche en el bolsillo, pero esa es otra historia, claro.
Por otro lado, las pistas que lanzaba Pol desde la batería se rebelaron en alguna ocasión, como justo antes de su solo, que era un medley con canciones tan dispares como el “Bad Romance” o “Gangnam Style” mezcladas con Rammstein, Motörhead, Korn, Michael Jackson o Marilyn Manson. A la tercera fue la vencida y fue un momento que disfrutamos mucho.
Gran momento el de “Arrástrame al infierno”, en el que cuatro bailarines (dos chicos y dos chicas) se subieron al escenario para hacer una performance interesante y pensada de manera muy inteligente, sobre todo porque interactuaban con Kenzy al frente y no se quedaban atrás, algo que suele suceder en este tipo de performances y hace que no todo el mundo preste atención.
La versión de “Billy Jean” de Michael Jackson que la propia formación incluyó en Aquí Todos Estamos Locos se me hizo algo cuesta arriba, especialmente por la densidad y tempo más lento que le dan, pero creo que la gente la disfrutó gracias a ese mítico estribillo que todo el mundo conoce.
En el último tramo del show el grupo lo dio todo. Por ejemplo, “Más que una leyenda”, que es el corte que abre Aquí Todos Estamos Locos, puso aquello patas arriba. Y en “Héroes”, con esa línea de bajo a lo Korn, Kenzy acabó revolcándose por el suelo del escenario y poco después se bajó a cantar con el público.
“Seis”, de su primer LP, Siete, fue una de las mejor recibidas, con la gente cantando a pleno pulmón.
Y como remate se guardaron “Bienvenido al desastre” para el final. Lo tomaron como su bis, así que volvieron a cerrar el telón y empezaron a salir por el final de la sala los protagonistas del vídeo que colgaron en YouTube. Se fueron subiendo al escenario y cuando abrieron el telón, ¡sorpresa!
Habían montado exactamente la misma mesa que vemos en el vídeo, con una disposición parecida y con los mismos personajes del clip. Estaba por allí el sombrerero loco, el conejo blanco, la reina blanca del cuento… Una pasada la que liaron encima del escenario, sobre todo porque de cara al final recrearon la locura de pegarse entre ellos y romper todo (afortunadamente para los dueños del Teatro Barceló, solo fue simulación).
Qué energía, qué producción. MEGARA no es solo un buen grupo del metal patrio, sino que es uno que tiene las cosas claras, que apuesta por algo diferente y que intenta sorprender al público.
Ojalá tengan suerte en su andadura porque por trabajo, atención al detalle y canciones, son una de las bandas con más proyección que tenemos. Y el de esta noche fue un conciertazo.
Setlist de MEGARA en Madrid
- Esclave del aire
- Enredados
- Vivo de rodillas
- Involución
- El hombre de arena
- Cuenta atrás
- Alas (versión de Birdy)
- Make me wanna die (versión de The Pretty Reckless)
- Arrástrame al infierno
- Solo de batería
- Toxic
- Billie Jean (versión de Michael Jackson)
- Almas
- Más que una leyenda
- Héroes
- Seis
Bis - Bienvenido al desastre
Texto: César Muela – Twitter
Fotos: Álvaro Carlier
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