+ IMPERIAL AGE + NULL POSITIV + MIDNIGHT ETERNAL
Martes 20 de Febrero de 2018 – Sala Santana 27 – Bilbao
Los abanderados del metal sinfónico THERION se presentaban en Bilbao, dentro de su extenso tour, arropados por otras tres formaciones que conformaban una jornada bastante maratoniana, si tenemos en cuenta que se trataba de un martes. Una sesión que arrancaría poco después de las seis de la tarde y terminaría prácticamente a las once de la noche, imposibilitando a muchos la asistencia a la totalidad del evento, pero respetando un horario aceptable para la banda principal y sobretodo manteniendo los tiempos, entre las bandas, de forma muy escrupulosa.
Los nórdicos venían a presentar su nueva obra, una ópera compleja que desde luego no es apta para todos los gustos y genera entre sus fans una ramificación de inclinaciones, en función de las distintas épocas a las que nos refiramos. Christofer Johnsson ajeno al resto de los mortales, continua a su rollo y el éxito que está cosechando su nueva obra parece darle como mínimo parcialmente la razón. A pesar del extenso cartel, no lograrían superar más de una cuarta parte del aforo, pero al menos los que estuvieron, dieron el callo.
Los primeros en saltar a la palestra fueron los norteamericanos MIDNIGHT ETERNAL, una formación que realiza metal sinfónico desde el 2014 cuando dos miembros de Operatika Richard Fischer y Boris Zaks engendraron el proyecto. La mayor parte del peso recae sobre su poderosa vocalista Raine Hilai, si bien los instrumentos de los miembros fundadores juegan un papel fundamental en directo. Se enfrentaron a una sala prácticamente desierta y es que el horario jugó totalmente en su contra. Nos veríamos forzados a perdernos su actuación por dicho motivo y supimos a la conclusión que habían cuajado una buena comparecencia.
Los siguientes en desfilar fueron los alemanes NULL POSITIV. Escorados a tendencias de metal alternativo e industrial, aportaban cierta frescura al cartel.
Comandados por su impactante líder Elli Berlin asombrarían con un estilo marcial que se completaba con pintura negra por todo el cuerpo. Impondrían su fiereza mediante los rugidos de su cantante e ímpetu de sus compañeros. Destacarían en cortes como “Unvergessen” y “Unschlagbar” brindando un entretenido show, en el tiempo que les cedieron.
Como invitados especiales se encontraban los rusos IMPERIAL AGE. Una formación estrechamente ligada a THERION y que ya les ha acompañado ya en otras ocasiones. Christofer Johnsson había quedado impresionado con su directo y tras escuchar su versión de “To Mega Therion” optó por ficharles para su sello discográfico Adalruna Records.
Presentarían su opera metal luciendo un atuendo de época que no pasaba desapercibido. El triplete de voces formado por Aor, y las féminas Jane y Anna Kiara marcaría las diferencias, acaparando todas las miradas.
No se perdieron la fiesta cortes como “The Awakening”, “Legacy of Atlantis” o la correosa “The Monastery”. Los moscovitas recabaron buenos elogios y allanaron el terreno para los cabezas de cartel.
Setlist
- The Awakening
- The Legacy of Atlantis
- The Escape
- Domini Canes (March of the Holy Inquisition)
- The Monastery
- Death Guard
- Aryavarta
- Anthem of Valour
- And I Shall Find My Home
THERION
A las nueve en punto comenzaban a desfilar por el escenario los integrantes de la banda escandinava. Christofer Johnsson confía plenamente en su nueva obra, una ópera de tres horas de duración a la que deseaba agregarle matices teatrales. Comenzarían con ella, a modo de prólogo e incorporando ese carácter descomunal, si bien “The Blood of Kingu” y “Din” serían las encargadas de desatar la euforia de las primeras filas. Recabarían los servicios de la inmensa ELli Berlin vocalista de Null Positive quien aprovecharía su enérgica puesta en escena para dejar su impronta, una vez más.
El escenario se encontraba escuetamente engalanado, con un tímido telón de fondo y primando sobre las tablas un potente equipo de backline y un juego de luces que se nos antojarían excesivamente penetrantes e intensas en combinación del humo que se sumaba a la fiesta.
Liderando las voces se encontraba Thomas Vikström, viejo conocido de formaciones como CANDLEMASS y STORMWIND, muy seguro y actuando como maestro de ceremonias. Se encontraría respaldado por otras dos féminas, su hija Linea Vikström y la italiana Chilara Malvestiti. La dupla de guitarras corresponde a su fundador Christofer Johnsson con indumentaria de época, traje, sombrero y gafas, complementos de los que se iría despojando a lo largo del concierto, y el argentino Christian Vidal quien se manejaría con soltura, y expondría algunos alardes en los solos cuando posaba más propios de Paul Stanley. La demoledora base rítmica compuesta por Nalle Påhlsson al bajo quien además contribuiría sólidamente a los coros y Sami Karppinen tras la batería otorgaría la necesaria robustez que necesitan.
Entrelazaron el obligado repaso a su extensa nueva obra, con cortes como “Bring Her Home” o “Night Reborn” con los imprescindibles pilares de su catálogo y nos permitirían disfrutar de varios de los momentos más álgidos en cortes como Nifelheim, Ginnungagap, la almibarada “Cults of the Shadow” o de The Khlysti Evangelist.
Thomas Vikström supo afrontar el lado más teatral del directo, mostrándose especialmente histriónico en muchos momentos, y sabiendo dotar a la actuación de dicha atmósfera, bien adoptando ciertas posturas o bien incluso llegando en algunos momentos a quedarse inmóvil como una estatua. Los tres cantantes estuvieron turnándose entre la parte anterior y posterior del escenario en función del papel que desempeñaban en los temas, aportando esa solemnidad exigida por guión. Sin embargo, en los cortes más clásicos abandonaban esas directrices para acumularse todos juntos adelante o para moverse de lado a lado animando la jarana.
El concierto pecó de ser algo lineal en muchos momentos y fuimos unos cuantos los que nos saturamos a ratos. Como contrapeso, los fans más acérrimos de la banda celebraron cada uno de los movimientos de la banda, sin titubear. En la recta final subieron el listón, redondeando su presentación como cortes como “The Invencible” o la fulgurante “Son of the Staves of Time”. Se apearían satisfechos a los vestuarios por la respuesta recibida.
Regresarían a las tablas, aprovechando Christopher Johnsson para dar las gracias a la concurrencia antes de rematar la jornada con dos de sus estandartes “The Rise Of Sodom And Gomorrah” y la imprescindible “The Mega Therion” para poner el colofón.
Texto: Txema Garay
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo
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