+ MANTAR + DEATH ALLEY
Sábado 21 de Octubre de 2017- Sala But – Madrid
Madrid iba a acoger el 21 de octubre una de las giras más esperadas de lo que resta del año, y una de las más atractivas sin lugar a duda. Quien conoció a KADAVAR en una de sus visitas al país en los últimos años, saben que, si bien en disco son una apuesta casi segura, en directo se convierten en una de esas bandas que llevan la explotación de sus recursos más allá de lo esperado. Por eso, por ver a los de Berlín en acción, el público acrecentaba sus ganas a medida que se acercaba una fecha que, el pasado sábado, tuvo su final de espera.
Para la ocasión, DEATH ALLEY actuaron en primer lugar como uno de los dos teloneros para dicha gira. La apuesta de los holandeses se presentaba en Madrid con una sala en la que ya se podía ver un número aceptable de asistentes que no titubearon en aplaudir a la banda en todo momento. Lo cierto es que, si bien fue un concierto que personalmente me pareció bueno sin más, la parte sonora cumplió de maravilla y hay que dar un punto positivo de más a la forma de moverse por el escenario del cantante. Repasaron canciones como ‘Black Magick Boogieland’ y se fueron del escenario entre una respetada ovación para dejar que los encargados aclimataran el escenario para recibir a MANTAR.
No eran pocos los fans que acudían al concierto para ver en acción a la dupla alemana formada por Erinc en la batería y Hanno en la guitarra y la voz. Prender el candelabro que relucía en el centro del escenario, era el último detalle para disfrutar de un grupo que no deja a nadie indiferente. Hay disímiles razones para creer por qué funcionan tan bien en el escenario, pero se podría resumir en tres partes: la dupla que se sitúa en el escenario ofrece un espectáculo musical magistral, pronto se meten al público en el bolsillo a raíz de lo primero, y, algo que ayuda en absoluto, es el carisma que desprende Hanno.
No es baladí comentar que esto último es una de las cosas más sorpresivas de un concierto cualquiera de MANTAR; la composición lírica de los temas lleva a actuar a Hanno en el rol de una persona desquiciada que se comporta como un auténtico loco en el escenario. La manera que tiene de vivir un concierto, de tocar la guitarra, de pisar el wah-wah del pedal de su guitarra, de acercarse al público, hacen que se gane por derecho propio ser un excelente frontman y una banda que a quien suscribe estas líneas, le gustaría ver en un directo más largo para comprobar de todo lo que son capaces. Otra muestra de garantía de los de Hamburgo que dejaron satisfechos a muchos de los fans que tenían en aquella noche la sala, y por supuesto, a más de una persona que conoció al grupo yendo a degustar el siguiente plato de la noche. ¡Y menudo plato!
KADAVAR son, con total probabilidad, una de las bandas que más he escuchado en 2017. Los descubrí de rebote a principios de año y, desde entonces, el espíritu fan del grupo se ha ido haciendo más fuerte en mí. No es para menos, y es que, la banda formada por Lupus, Dragon y Tiger, demuestran que volver a un sonido más propio de los años 70 no tiene por qué ser una mala idea, sino todo lo contrario. Aun con todo, KADAVAR no es la típica banda que se apropie de un estilo y suene igual que referentes para ellos como BLACK SABBATH o LED ZEPPELIN; la banda tiene su propia marca de identidad que los hace valedores de halagos de todo tipo cuando se presentan frente a una horda de fans que va, cada vez más, en aumento.
Sin mucha demora en el cambio entre MANTAR y ellos —encomiable labor del equipo de montaje, un diez— la introducción nos transportaba a ese mundo de rock psicodélico que poseen los alemanes. Uno por uno se situaron en su posición, Lupus a la izquierda para hacer las labores de guitarra y voz, Tiger en el centro para deleitarnos con su manera de tocar la batería y Dragon para demostrar su pericia en el arte de tocar el bajo. Bien sé que puede sonar exagerado para muchos, pero si algo poseen KADAVAR en la parte más técnica, es un guitarrista increíble como Lupus —que además posee una particular voz digna del sonido que ejerce el grupo—, un batería con sus miradas desafiantes y una destreza sin parangón como Tiger y Dragon al bajo que acompaña perfectamente el sonido de sus compañeros haciendo retumbar su bajo. ¿Qué sacamos en conclusión de esta ecuación? Una de las bandas más completas en el panorama y, ya por eso, uno de los grupos de obligado visionado en directo siempre que se pueda.
Venían presentando su nuevo redondo, un Rough Times que para muchos está en las apuestas a mejor disco de este 2017, y, como no es para menos, empezaron calentando el ambiente con dos temas de dicho disco: ‘Rough Times’ y ‘Skeleton Blues’. Lo que siguió fue una horda entregada a la causa con canciones tan magníficas y que ya forman himnos de su discografía: ‘Doomsday Machine’, ‘Living in Your Head’ y una estupenda ‘Black Sun’.
Si en un principio Lupus tuvo problemas con su micrófono y no terminó de sonar del todo bien hasta que él mismo lo hice saber, a partir de ahí todo se convirtió en una auténtica fiesta del rock. La característica voz del mismo aunada a los riffs de guitarra o a los solos que tienen canciones como ‘The Old Man’ o la misma ‘Doomsday Machine’ sirven para confirmar lo que he comentado anteriormente. Amén de esto, podemos decir lo propio de la comunión sonora que se forma en canciones como el primer single de su nuevo redondo ‘Die Baby Die’ u otro de los temas del mismo disco, ‘Into the Wormhole’ con ese toque Sabbath bastante perceptible.
Uno de los puntos fuertes que tuvo el show que ofrecieron KADAVAR en tierras madrileñas, aparte de su excelente repertorio y mejor ejecución, fue el montaje dotado para que todo saliera a la perfección. Las canciones que se iban sucediendo conectaban perfectamente con el juego de luces y con la extraña manera que tienen los alemanes de colocarse en el escenario. Es un detalle prácticamente nimio, pero también es cierto que situarse los tres tan cerca del público, da un feeling distinto a la hora de vivir el concierto. No se podría vivir de la misma forma sin las miradas que echaba Tiger tocando a escasos metros de la gente y no al fondo del escenario como suelen hacer todos los grupos. Ese toque de confiablidad funciona siempre a la perfección en todos sus shows y este no era una excepción.
No es un concierto donde el espectáculo se premie por encima de lo musical, y eso es de agradecer. En un mundo de la música donde los conciertos cada vez se apoyan más en ejecutar un buen show cargado de pirotecnia, cortinas de humo y diferentes decoros, se agradece que una banda como KADAVAR se sitúe en el escenario, ejecuten de lujo todos los temas del setlist y además aborden una conexión con el público que en todo momento era notable. Por eso, cuando la fantástica ‘Come Back Life’ puso el punto final a una noche llena de buen metal y buen rock psicodélico, los asistentes aplaudieron con ganas y salieron con una sonrisa de oreja a oreja tras asistir a un concierto donde hay muchas cosas positivas que resaltar: las bandas, el sonido de estas —no me cansaré de repetir lo que me gusta el sonido de la Sala But— y una entrega que no estamos acostumbrados a ver, por desgracia. Bien por DEATH VALLEY, bien por MANTAR, bien por KADAVAR, bien por la música.
Setlist KADAVAR:
- Rough Times
- Skeleton Blues
- Doomsday Machine
- Pale Blue Eyes
- Black Sun
- Into the Wormhole
- Living in Your Head
- The Old Man
- Die Baby Die
- Forgotten Past
- All Our Thoughts
- Tribulation Nation
- Purple Sage
- New Rose (The Damned cover)
- Come Back Life
Texto: Juanma García (Twitter)
Fotos: Óscar Gil Escobar
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