+ HO99O9
Domingo 15 de Octubre de 2017 – Sala La Riviera – Madrid
Vuelven los norteamericanos PAPA ROACH a la capital y en esta ocasión no lo hacían solos, y es que en principio iban a abrir Frank Carter & THE RATTLESNAKES para ellos, pero por motivos personales no podían estar aquí esta noche ni en el resto de gira europea, y finalmente HO99O9 serían los encargados de abrir sus conciertos. En cuanto a público poco se notó la diferencia con el cartel de ‘sold out’ colgado desde unos días antes y es que el tirón que tienen los de Vacaville allá por donde pasan siempre es tremendo. Así fue desde sus inicios prácticamente, y es que ya con su segundo álbum «Infest» se convirtieron en una auténtica sensación en Estados Unidos y Reino Unido, saltando el charco muy pronto. Desde bastante antes de la apertura de puertas ya denotábamos que íbamos a vivir un gran ambiente con una buena masa de seguidores aguardando horas antes de la apertura de puertas (algo que se potenció claramente al ser domingo).
Las hostilidades las iniciaba el trío HO99O9, banda americana de hip-hop experimental con muchas influencias del hardcore punk que nos presentaba su primer LP «United States Of Horror». Presentación interesante y adecuada a pesar de no ser precisamente el mismo estilo musical de la banda posterior, y es que supieron caldear bien el ambiente durante su actuación. Los de Nueva Jersey cuentan con cortes como «Street Power» o «The Dope Dealerz» que defendieron a la perfección, con una tremenda base rítmica por parte de Brandon Pertzborn, batería actualmente de Doyle, que es una auténtica caja de sorpresas rítmicas, en las que se mueven a la perfección los dos vocalistas de raza negra, un TheOGM más estático y un Eaddy que era un terremoto sobre el escenario, pero en líneas generales ambos se movían como pez en el agua en un escenario que se les quedaba incluso pequeño para ser sólo dos tíos. Es un estilo curioso, peculiar, no hay nada a lo que se le pueda asemejar, como aperitivo estuvo bastante bien, aunque quizás la primera parte de su show dejó al público un tanto despistado y expectante, pero al final convencieron y solventaron la papeleta.
Al cuarteto formado actualmente por Jacoby Shaddix a la voz, Jerry Horton a la guitarra, Tobin Esperance al bajo y Tony Palermo tras la batería se le suma un músico de gira como Anthony Esperance a la guitarra, percusión y teclados, y nos presentan así en esta gira su último trabajo «Crooked Teeth», continuando con su sonido entre el nu metal y el rock alternativo y con una producción excelente por cierto, y encontrando un gran equilibrio entre sus primeros trabajos y los más actuales. Todo vendido para ver a los californianos como decimos, y ahora sí que sí el ambiente era perfecto para recibir a Jacoby y los suyos.
Tras la intro y la oscuridad, se distinguían en el escenario ya a los músicos para estallar al ritmo de la afilada y potente «Crooked Teeth» del nuevo álbum, enlazando con una clásica «Getting Away With Murder» con ese estribillo pegadizo coreado por todos los asistentes manteniendo la intensidad desde el inicio. El carismático frontman Jacoby no nos daba tregua ahora con otro hit del «Infest» como «Between Angels and Insects» en la que el rap en la estrofa contrasta con la parte melódica y festiva del estribillo. La intro electrónica de «Face Everything and Rise» que nos recuerda a bandas como Skillet desata la locura en la pista haciéndonos saltar de lo lindo, comprobando cómo ha ido evolucionando el trabajo vocal de Jacoby en sus últimos trabajos con una técnica bastante más depurada.
Es el momento de dejarnos una pequeña muestra de una nueva canción, es el caso de «Geronimo», de la cual interpretaron una primera parte con un sonido muy nu metal y con una estrofa rapeada y un estribillo potente, eso fue todo de esta nueva pieza que venía de perlas para introducir una de las más aclamadas de su último trabajo, hablamos de una magistral «Born for Greatness» que fue tremendamente acogida por el público madrileño y con razón, con la subida al escenario de dos fans disfrazados de cucarachas en honor al nombre de la banda. Guitarras cortantes de Jerry contestando a Jacoby en «She Loves Me Not» daban paso a una bonita y melódica «Scars», mientras «Periscope» nos recuerda un tanto a cierto material del último trabajo de Linkin Park, y es cierto que bajaba un poco las revoluciones de la velada, pero a pesar de las más relajadas, modernas e intimistas sin duda, es una canción que va de menos a más como en el disco, terminando por convencer y mucho a los presentes en parte por una labor interpretativa enorme de Jacoby una vez más a la voz.
«Gravity» sigue una dinámica habitual en muchos de sus cortes, con estrofas rapeadas y con bases sampleadas, alcanzando un estribillo que engancha, coreable y con mucha melodía. Poco después, la batería de Palermo introducía una más que efectiva versión de Blur como «Song 2» y ese famoso y coreado ‘wuh-huh’ mientras el respetable no paraba de saltar sobre la pista. Los contrastes de otra nueva como «Traumatic» nos llevaban a la locura más absoluta, con Shaddix poniéndonos en cuclillas y agachados para después hacer temblar La Riviera con nuestros botes, continuando con una dinámica similar «Forever» pero en este caso creciendo claramente en el estribillo y enganchando con un trocito de «In The End» de Linkin Park dedicada a Chester Bennington, con el público coreando el nombre de Chester una y otra vez en un clarísimo homenaje tras su fallecimiento hace unos meses.
No había ni el más mínimo descanso ahora con «Blood Brothers», gran acierto a pesar una de las que no siempre están en el set, con algún atrevido lanzándose a crowdsurfear por encima del público. Una melodía que nos recuerda bastante a Billy Talent introduce «American Dreams», con el señor Shaddix volviendo a meternos de lleno en faena en una canción nueva, sin permitir que nos salgamos ni un solo segundo del espectáculo que ofrecían los norteamericanos, volviendo a conectar con facilidad a ritmo de la versión del "Another Brick in the Wall" de Pink Floyd. Un hit revisitado como «Lifeline» hacía cantar al público, y es que estábamos acostumbrados a escuchar esta versión mucho más cañera, pero lenta queda preciosa y muy hímnica (aunque va creciendo a medida que avanza), buena aportación a la noche con un importantísimo trabajo por parte de la banda, grandísima adaptación. El sonido era bastante bueno durante toda la velada, igual que el juego de luces, y ahora acertaban de pleno cerrando momentáneamente con «Help», primer single del nuevo trabajo muy efectivo y comercial, haciendo una muy buena labor en directo también. Así se despedía la banda por ahora ante el delirio de sus fans.
Era el momento de perder la cabeza con los bises, ¡y es que qué bises! Atronador sonaba el formidable estribillo de la nueva «None of the Above» que hacía saltar de nuevo a todos los asistentes siendo seguramente la mejor acogida de este último trabajo, dejando paso a una «Dead Cell» que llegó de lo más agresiva como es habitual, grandísima despedida la que nos estaban brindando los californianos. Si hay un superhit de PAPA ROACH, muchos coincidirán en el mismo, hablamos de «Last Resort» y ese ritmo y estribillo contagioso que volvía a montar una auténtica fiesta en Madrid, sin duda la mejor acogida de la noche con un despliegue y una comunión con la banda formidable. El cierre lo ponía una que muchos conocimos gracias al wrestling americano y es «…To Be Loved», volviendo a armar una auténtica juerga en la pista que disfrutaba del frenetismo y la adrenalina de este tema, con ese ‘uoh-oh-oh’ del estribillo cantado al unísono por toda la sala, introduciendo también en ese ritmo una memorable "Blitzkrieg Bop" de Ramones para devolvernos a la esquizofrenia de la canción original.
Brillante despedida sobre todo de una banda que supo jugar con los tiempos de su actuación y su set a la perfección, con un frontman o maestro de ceremonias que es un espectáculo en sí mismo, y con una banda que aunque en ocasiones encuentra ayuda de sampleados, conectó a la perfección desde el inicio con su público, entregado en todo momento y disfrutando de una fiesta en toda regla a base de mosh pits, wall of deaths, circle pits, crowdsurfing, y muchos muchos saltos ante una banda que se hizo dueña de la noche madrileña dejándonos un sabor de boca formidable. Sonaron auténticamente demoledores, ya estamos deseando volver a plantarnos ante ellos, y es que aunque no sea el estilo que más te pueda gustar (como es el caso de un servidor), tienen un directo superlativo.
Texto y fotos: Óscar Gil Escobar
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Grupazo tremendo, no decepcionan.