+ SUICIDAL ANGELS + FIGHT THE FIGHT
Jueves 5 de Octubre de 2017 – Sala Razzmatazz 2 – Barcelona
Han pasado 17 años desde que SATYRICON pisaron por primera vez nuestros escenarios acompañando a PANTERA. En aquellos años los noruegos eran uno de los baluartes de la escena black metalera y presentaban su cuarto largo "Rebel Extravaganza". Posteriormente la formación capitaneada por el multiinstrumentista Sigur Wongraven, Satyr; y el batería Kjetil-Vidar Haraldstad, Frost; decidió abrir su propuesta hacia nuevos horizontes, lo que les reportó unas mayores cuotas de popularidad pero también las airadas críticas de algunos fans que no acabaron de comulgar con su evolución.
Afortunadamente el tiempo les ha colocado en un lugar privilegiado dentro de la escena y pese a los problemas de salud de Satyr, el dúo ponía en circulación hace pocas semanas su nuevo trabajo "Deep Calleth Upon Deep", que ponía fin a cuatro años de silencio discográfico. La sala mediana del Razzmatazz, en formato acotado, fue el lugar escogido para su retorno a la capital catalana y como aperitivo antes de su descarga contaríamos con la presencia de sus compatriotas FIGHT THE FIGHT y los thrashers griegos SUICIDAL ANGELS.
Poco, muy poco público, -apenas 40 personas-, había en el local cuando aparecieron en escena FIGHT THE FIGHT. Seguramente, está reducida afluencia fue propiciada porque muy poca gente les conocía pese a su andadura previa como Oslo Faenskap. Pero sobreponiéndose a la frialdad de una sala prácticamente vacía el quinteto nos ofreció un detallado repaso a las composiciones de su ópera prima homónima.
Una propuesta diversa y con múltiples influencias fue lo que nos ofrecieron los de Oslo fusionando contundentes riffs con pasajes envolventes y de corte melódico, tal y como dejaron patente en temas como "My Emperor" o «Addictions». Tampoco faltarían algunos samplers y coros pregrabados durante los retazos core de "Antira´s Dance", ni las pinceladas de clasicismo con las guitarras dobladas que protagonizaron la final "No Escape". En definitiva que FIGHT THE FIGHT mostraron sus cartas y cuajaron una buena actuación ante una audiencia que se mantuvo fría y estática a lo largo de la media hora que estuvieron sobre las tablas.
El panorama cambió notablemente para presenciar la descarga de SUICIDAL ANGELS. Los griegos se han dejado ver con bastante asiduidad por la Ciudad Condal durante los últimos años, y eso se notó en la entrega de unos fans que volvieron a disfrutar al máximo de las humeantes acometidas que protagonizaron Nick Melissourgos y sus muchachos. Siempre habrá quienes aleguen, -no sin razón-, que los atenienses no aportan nada nuevo a la escena, pero lo cierto es que: lo que hacen, lo hacen muy bien. Su último trabajo "Division Of Blood" les ha permitido girar incansablemente por el viejo continente haciéndoles ganar tablas y aplomo, especialmente a Nick, que presenta los temas y mueve al personal al más puro estilo Petrozza.
Lo dicho, lo suyo es el thrash metal directo y letal, repleto de guiños a las bandas clásicas del género, y con invitaciones constantes al pogo y los circle-pits, de modo que desde que dieran el pistoletazo de salida con «Capital Of War», los aledaños del escenario se convirtieron en una auténtica batalla campal. Con la portada de su última obra presidiendo el escenario, y con dos pancartas flanqueando la batería, los griegos no se limitaron únicamente a repasar su último lanzamiento, sino que a lo largo de su descarga también tuvimos ocasión de recordar viejas favoritas como «Bloodbath», que nos volaba la cabeza con su marcado contraste entre pasajes crujientes y endiabladas aceleraciones.
Por si alguien albergaba alguna duda del potencial de los griegos, tampoco se dejaron en el tintero los desarrollos más intensos y melódicos de «Frontgate», que se cerraba con el frontman invitándonos a levantar nuestros puños al aire. Y es que la descarga de SUICIDAL ANGELS fue corta, pero intensa. Así que el momento de agitar la cabeza y cantar llegaría con «Eternally To Suffer». Una nueva mirada al pasado, concretamente al material de su anterior «Divide And Conquer», servió como excusa para adentrarnos en los mosheantes riffs del tenebroso «Seed Of Evil».
Para encarar la recta final de su delirante actuación optarían por un tema que a estas alturas se ha convertido en todo un himno para sus incondicionales «Moshing Crew». Mientras que la elegida para rubricar una actuación que se nos hizo muy corta fue la imprescindible «Apokathilosis», único recuerdo que se permitieron al material de su ópera prima, «Eternal Domination». Una vez más, los griegos llegaron motivados y con las pilas bien cargadas para firmar una notable actuación.
Transcurridos treinta minutos desde la finalización de la presentación de SUICIDAL ANGELS todo parecía preparado para albergar la descarga del acto principal de la noche: SATYRICON. Con la sobria portada de su último redondo presidiendo el local, los teclados y la batería de Frost quedaban esquinados a ambos lados del escenario. Pero faltaba algo, el característico pie de micro que un «pipa» se encargó de colocar en el momento que se apagaron las luces y empezó a sonar la tenebrosa introducción que nos abocaba sobre la novedosa «Midnight Serpent».
Lo primero que llamó mi atención fue un sonido potente e impecable, que se mantuvo durante todo el show, convirtiendo la velada en una cita memorable. El centro de atención sobre las tablas fue Satyr, que derrochó carisma, entrega y presencia escénica, enfundado en una chaqueta de cuero y mostrándose desafiante y expeditivo mientras daba buena cuenta de la premonitoria «Our World, It Rumbles Tonight», que nos dejaba el imparable baqueteo de un Frost pletórico.
Con el público absorto Satyr nos invitaba a alzar los puños al aire durante «Black Crow On A Tombstone», haciéndonos viajar en el tiempo hasta la época de «The Age Of Nero» para acabar recabando una rotunda ovación. Tras estas primeras incursiones en el material facturado durante los últimos años tocaba seguir buceando en su novena obra, y para ello que mejor que la propia «Deep Calleth Upon Deed».
Tras un pequeño interludio llegó el turno de «Walker Upon The Wind», que sonó oscura y decadente, con Satyr empuñando el emblema de la banda impasible en el centro del escenario. Sin darnos ni un segundo de tregua nuestro viaje prosiguió con la corrosiva «Repined Bastard Nation», que con sus pinceladas apocalípticas caldeaba el ambiente en la pista. Pero lo mejor todavía estaba por llegar, ya que uno de los momentos de la noche fue «Commando», que provocaba la locura entre unas primeras filas que parecían completamente desatadas. El nivel de intensidad y el clima que la banda había conseguido crear con sus seguidores se mantuvo a lo largo de la pieza que daba título a su trabajo de 2006, «Now, Diabolical».
Tras semejante derroche de contundencia y brutalidad, un nuevo interludio nos permitiría recobrar el aliento antes de que los noruegos desplegaran el halo mistérico de «To Your Brethren In The Dark», mientras que la última incursión en su más reciente entrega discográfica estuvo reservada para «Dissonant». El contraste entre el presente y el pasado se haría patente con una doble mirada al material compuesto durante la década de los noventa, ofreciéndonos las melancólicas melodías de «Trascendental Requiem Of Slaves», para las que Satyr se sumó a las guitarras. El triunvirato de guitarras se mantuvo durante el tramo inicial de «Mother North», pero a mitad del tema el carismático frontman abandonó su guitarra para encaramarse sobre la tarima de la batería y dirigir el coro que les servía para poner el punto y seguido a la velada.
Para el retorno sobre las tablas Satyr volvió a colgarse la guitarra sumando más contundencia a los demoledores riffs de «The Pentagram Burns» y «Fuel For Hatred». Antes de abandonar definitivamente el escenario Satyr todavía tuvo tiempo de agradecernos nuestra presencia y nuestro apoyo para posteriormente asestarnos el golpe de gracia con «K.I.N.G.», que servía como colofón definitivo al ritual de los noruegos.
Pese a que la sala se les acabó quedando un poco grande, SATYRICON demostraron estar en un fantástico estado de forma, ofreciéndonos un show potente, variado y con un sonido impecable, en el que Satyr y Frost dieron buena cuenta de muchas de las aristas de su propuesta. Aunque, personalmente, debo admitir que me quedé con ganas de escuchar algún tema de sus primeras obras.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver (www.facebook.com/Carlos.Oliver.Music.Photography)
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