AVALANCH han realizado una exitosa gira por Latino América. Echando un vistazo a las Redes Sociales, hemos podido ver muchos vídeos de fans y fotos de sus llenazos y grandes conciertos en México, Colombia, Argentina, -podéis leer la crónica de Buenos Aires-, Cuba… Su guitarrista Jorge Salán ha escrito para RafaBasa.com en exclusiva su visión sobre el tour. Leamos…
AVALANCH: DIARIO DE GIRA POR EL REALISMO MÁGICO DE AMÉRICA LATINA
Por Jorge Salán
Recién llegado de Cuba pienso en todo lo que me está aportando profesionalmente este año 2017. Comenzó en Miami con Jeff Scott Soto (SOTO, TALISMAN, JOURNEY, YNGWIE…) en una gira mundial de dos meses, con tan solo un día libre para unirla con otra gira de dos semanas por Europa con Joe Lynn Turner (cantante de DEEP PURPLE y RAINBOW) y llegar directo a lo que serían los primeros ensayos que haríamos en Asturias la nueva formación de AVALANCH –All Star Band– para celebrar el tour 15 aniversario de uno de los discos más emblemáticos del Rock patrio: El Ángel Caído, compuesto y producido en su totalidad por un genio llamado Alberto Rionda.
Comentaba lo inmejorable del nivel profesional de este año, aunque me gustaría añadir que también ha tenido algún momento personal muy duro, como la pérdida de mi amigo y compañero de banda en SOTO, el bajista David Z. Sabiendo que este texto lo leeréis muchas personas, me gustaría recordarle. (Hace tan solo unos meses, un autobús se llevó su vida de 38 años en una autopista de Florida cuando se encontraba en gira con el grupo americano ADRENALINE MOV.) Por siempre David.
Después de varios conciertos de AVALANCH en España, donde podemos resaltar el festival Viña Rock (que fue nuestro primer show), la grabación del DVD en directo en La Riviera de Madrid o el concierto donde compartimos cartel con Scorpions en Torrelavega, llegaba el turno para pisar tierras latinoamericanas.
Por si alguien no se había enterado, esta nueva alineación de AVALANCH está formada por:
– Isra Ramos (ALQUIMIA, AMADEUS) – Voz
– Alberto Rionda (AVALANCH, ALQUIMIA) – Guitarra
– Mike Terrana (RAGE, MASTERPLAN, TARJA…) – Batería
– Manuel Ramil (WARCRY) – Teclado
– Magnus Rosén (HAMMERFALL, REVOLUTION RENAISSANCE ) – Bajo
Y un servidor, que escribe estas líneas, a la guitarra.
El pasado 13 de Septiembre, después de un concierto en Albacete y sin posibilidad de dormir para no perder el avión, marchamos al aeropuerto de Madrid con destino Ciudad de México. Estaba muy ilusionado, pues hacía unos 6 años de mi última estancia en esa ciudad cuando pude abrir con mi banda solista para Michael Schenker, y unos 10 años de los gigantescos conciertos con MÄGO DE OZ.
El jueves 14 de septiembre, día libre y de recuperación en Ciudad de México y con un Jet Lag que apretaba en las arterias de los cuerpos de cada uno de los integrantes de AVALANCH, lo aprovechamos para visitar las pirámides de Teotihuacán. Para algunos no era nuestra primera visita a ese lugar mágico donde los hombres se convierten en dioses. Un servidor siempre fue y será suspenso en religión pero ese día nos debimos de impregnar de un maravilloso néctar que nos dio la Pirámide del Sol y que, en mi caso, me ha hecho vivir una de las mejores giras de mi vida. Después de Teotihuacán, aprovechamos para cenar con los integrantes del grupo Mexicano, Calvaria. Gente estupenda y gran banda que abriría todas las fechas de AVALANCH en México.
Amanece con forma de viernes una ciudad que se puede vislumbrar a través del cristal de mi habitación de hotel, relativamente tranquila y con ciertas nieblas negras que muestran que hay un gran camino a recorrer en el problema de la contaminación. El desayuno nos lleva a una reunión en el Lobby del hotel para conocer a toda la crew que nos acompañará en la gira y conversar de cómo se haría el trabajo en los conciertos:
– Eduardo «Pitu» Rassi: Tour manager
– Eduardo Krueger: Técnico de guitarras y bajo
– Gabriel Hatoun: Técnico de batería
– Alberto «Beto» Nogueira: Técnico de luces
– Guilherme Canaes: Ingeniero de sonido
Todos ellos son la crew de Angra y Rhapsody, y alguno (como Guilherme) incluso ha trabajado para gente como Jerry Lee Lewis. Son uno de los mejores equipos con los que he trabajado nunca, tanto a nivel personal como profesional. El buenísimo ambiente fue palpable desde el primer minuto.
El Circo Volador nos abría sus puertas para el primer concierto de la gira. Buenísima audiencia que nos regaló su calor y su energía, solo comparable a un tifón. Como curiosidad del show, durante la canción «Papel Roto» las máscaras de lucha libre mexicana se apoderaron de nuestras caras como si del embrión de Alien -el octavo pasajero- se tratase, provocando una reacción de felicidad en todos los habitantes de Tenochtitlán que se encontraban en el recinto.
Para celebrar el buen comienzo del tour, un tal José Cuervo nos invitó a sentir en su tela de araña los placeres del tequila mezclado entre la sal y la lima. Algún despistado, de cuyo nombre no quiero acordarme, nos regaló inolvidables risotadas y alegría bajo la influencia de tal elixir.
Wake up call de la mañana siguiente y vuelo a Monterrey. El precioso escenario del teatro Escena nos envolvió en su canícula hasta dejarnos deshidratados. En lo personal, y a pesar de la dificultad de tocar entre el bochorno y ardor de sus paredes, he de decir que fue uno de mis conciertos favoritos de la gira. Cuando hay un teatro en el que la acústica es muy buena, la inspiración sale por sí sola.
Llegamos a Guadalajara (Jalisco) -región donde se originó el tequila- en un día sin actuación. Recorremos sus calles y saboreamos sus gentes, su clima, sus monumentos, sus restaurantes y bares. Quesadillas, enchiladas, tacos, Modelo especial y burritos se hacían querer antes de llegar por pura casualidad al bar «Rock It«, donde Angus Young, Led Zeppelin y el disco Reign in Blood (entre otros) hicieron que todo ese equipo de vagabundos tatuados, greñudos y con pintas de todo menos de abogados y jueces, disfrutaran de una noche de Rock and Roll.
Con la cabeza un poco agitada, despierto en mi habitación y bajo a desayunar. Una televisión encendida y las caras de todo el restaurante mirando a esa pantalla grande me desvelan la tragedia que estaba pasando en Ciudad de México y alrededores por la irrupción de un devastador terremoto que se había llevado por delante la vida de cientos de personas. La fragilidad de la vida te salpica en la cara cuando piensas que hacía tan solo dos días estabas allí. Y que el edificio de al lado del hotel donde estuviste de risas hace 48 horas se había derrumbado en una nube de polvo. Impotencia y tristeza, mucha tristeza por nuestros hermanos mexicanos y todas las personas que se vieron envueltas en ese desastre natural.
El show de Guadalajara fue otro gran concierto y en cada nota que tocamos estaban presentes todas y cada una de las personas que estaban luchando contra la adversidad.
Nos vamos de la ciudad que vio nacer al grupo de Rock, Maná, del país de Frida Kahlo y Diego Rivera, de Cantinflas, Carlos Santana, Guillermo del Toro y de Alejandro González Iñarritu. El barco de los «amores perros» nos hace desembarcar en el puerto de un verdadero «laberinto del Fauno«, una de las ciudades con más magia del mundo: Mi Buenos Aires querido. Cuna de Borges y como ya he dicho en más de una ocasión, tierra de donde han salido algunos de mis cineastas y actores favoritos.»Lunas de Avellaneda» de un tal Juan José Campanella que llegaban a «Lugares Comunes» donde Federico Lupi y «Martín H» (Juan Diego Boto) acababan en los caminos de «Roma» con Adolfo Aristarain. Siempre quedarán los «Relatos Salvajes» de Daniel Szifron con Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia o las leyendas del Blues cantado en castellano a ritmo «sucio y desprolijo«, con melodías de Pappo y Manal. Sin olvidar los tangos inmortales de un interplanetario Carlos Gardel.
En nuestro día libre, nos apoderamos de los bulevares, deambulamos por parques desmedidos y nos perdemos en la belleza de Puerto Madero, antes de llegar a un bar en donde el club de fans de AVALANCH en Argentina nos esperaba. Un buen número de personas nos reciben mientras suena El Ángel Caído, nos invitan a cerveza Quilmes y nos cuentan entre firmas, fotos y sonrisas, lo ilusionados que están por ver esta nueva formación. La noche se derrama en su inmensidad.
El 23 de septiembre es la fecha escogida para que El Ángel Caído extienda sus alas en la sala Groove. Su escenario impresiona y en la prueba de sonido aparece nuestro querido amigo e increíble profesional Paulo Barón, manager de AVALANCH y el que fue manager de Scorpions muchos años. Pasamos una buena tarde charlando con Paulo, al que no veíamos desde el Leyendas del Rock, mientras hacíamos la prueba de sonido.
Recuerdo imborrable el que me llevo de este concierto y su público. El grupo sonaba cada vez mejor y más compenetrado. Isra Ramos se diluía entre la multitud cantando «Lucero«. Mike y Magnus mostraban cada noche, en sus respectivos solos, el talento y la experiencia de una vida entera dedicada a la música. Manuel Ramil quemaba su teclado en las melodías de «Tierra de Nadie«, el nombre de Alberto Rionda, creador de AVALANCH, era coreado a volumen atronador por todos los fans.
Con apenas dos horas de sueño, las maletas piden ser evacuadas del hotel de nuevo para volver a las esperas interminables, controles infinitos y retrasos ilimitados de mis odiados aeropuertos.
Tras doce horas de viaje, aparecemos en La Paz (Bolivia) para tocar esa misma noche. Sus casi 4000 metros de altitud te noquean la respiración. Algunos más afectados que otros, pero todos tenemos que respirar de una bombona de oxigeno y tomar té de coca antes del show para que ningún vahído nos atrape en las guaridas del desfallecimiento. Esa noche, el cantante Isra Ramos afronta el escenario dejando patente su grandeza. Con una fiebre que le ofuscaba, en ningún momento decidió cancelar el show o acortarlo. Los fans se dieron cuenta y apreciaron su buen hacer. Era mi primera vez en Bolivia y solo puedo decir que espero volver pronto.
El hechizo de García Márquez se apropia de nosotros cuando aterrizamos en Colombia. Medellín, Cali y la mágica Bogotá fueron las ciudades elegidas para que la Avalancha dejara su huella. Los tres conciertos fueron fantásticos y ni «cien años de soledad» ni ningún «amor en los tiempos del cólera» harán que pueda olvidar los tres días vividos en la tierra del mejor café.
Público cálido y rockero cada día, fiestas fin de concierto donde un montón de gente acababa subida al escenario para bailar una canción, justo antes del tema que todos los fans querían escuchar a toda costa: Torquemada.
Los meet and greet se sucedían unos tras otros, unas veces antes, otras veces después de los conciertos. Era todo un honor poder compartir experiencias con todos los fans que aprecian nuestro trabajo. En todos los hoteles de la gira esperaba gente con el único deseo de saludar y decirte lo mucho que significaba nuestra música para ellos. No se podía pedir más…
Con un inolvidable recuerdo de Colombia y tras 17 días viviendo al límite experiencias impagables, nos vamos a hacer historia a Cuba como la primera banda de metal español que pisa el universo de Celia Cruz, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. En el aeropuerto de La Habana nos reciben con un autobús y unas botellas de Havana Club nuestros hermanos del grupo cubano Tendencia. Conectamos en el momento, y las dos horas y media hasta llegar a Pinar del Rio (localidad donde fue el concierto) se convierten en una fiesta celebración de amistad y camaradería.
Es sábado noche y Tendencia nos tienen preparada una fiesta de bienvenida a Cuba. Unos altavoces en plena calle hacían que canciones de Gary Moore, Rage Against The Machine e incluso La Polla Records se escucharan en todo el vecindario. Las gentes de Pinar del Rio charlaban con nosotros y aprovechábamos para preguntar y aprender muchas cosas de una isla tan característica.
Llega el domingo por la mañana, queremos contactar con nuestras familias pero la conexión a internet es muy difícil de conseguir, solo a través de tarjetas con un código tienes una hora de wifi en una plaza del pueblo.
En la noche, vamos todos al teatro y nos diluimos entre la multitud para ver la actuación de Tendencia. El grupo sonaba brutal y sin nada que envidiar a otras bandas internacionales del género digamos Thrash Metal. Uno de los miembros reivindica la importancia de la música Rock en la cultura y en la gente joven. Y si de música Rock y cultura hablamos, no pude sentirme más seguro de que había escogido el camino correcto en mi vida llevando el Rock and Roll como bandera, que tocando para el público cubano.
Ver un concierto de Rock de un grupo internacional en Cuba es algo que se puede considerar casi una hazaña milagrosa. Puede que por eso, la gente disfrutaba cada una de nuestras canciones como la última y las saboreaba con una ilusión que se podía ver en sus caras de felicidad. Como cuando ves al público en los vídeos de los grupos españoles en los años ochenta. Mis compañeros de AVALANCH me «lían» para cantar al final «Rockin’ All Over The World» y acabo haciendo subir a muchos asistentes al escenario, convirtiéndose todo en una fiesta de libertad y Rock And Roll.
Nos despedimos de todos los componentes de Tendencia y dejamos Pinar del Rio llevándonos una experiencia grabada a fuego en nuestros corazones. ¡Mil millones de gracias hermanos de Tendencia!
Dos días de vacaciones en La Habana nos esperaban para terminar una inmensa gira latinoamericana. Los taxis tipo Cadillac nos dejaban en el Malecón cuyas olas chocaban levantando una espuma que se fundía con un viento que abrasaba la piel.
Vamos a La Floridita, mítico bar frecuentado por el escritor Ernest Hemingway, entre muchas otras celebridades. Sus impresionantes Daiquiris nos invaden los estómagos y las conversaciones se ponen más interesantes. Los camareros se enteran de que somos un conocido grupo de Rock y nos pasan detrás de la barra para hacerse una foto con todos nosotros. De camino por las calles de La Habana charlamos con muchos lugareños. Conocemos a muchos músicos, uno nos enseña sus propias baquetas, que se fabrica el mismo. Algún guitarrista nos pide cuerdas de guitarra, dado lo caras y difíciles que son de conseguir.
Llegamos a La Bodeguita del Medio, donde son típicos los mojitos. Veo una mesa con un cartel que pone «Aquí estuvo sentado Nat King Cole«. Las calles estaban llenas de música y en cada bar había actuaciones con gente con un talento extraordinario. En la calle, un trabajador de un taxi/bici se tiene que ir unos segundos de la conversación que mantenía con nosotros mientras pasa la policía para retomarla minutos después y poder invitarle a tomar algo a las puertas de un club donde no le estaba permitido pasar.
Esta realidad que te encuentras te hace arder el ron cubano en tus entrañas y te hace recordar una frase de una canción de «El último de la fila»: «Un día color de melocotón, cuando todos seamos libres. Cuando las piedras se puedan comer y ya nadie sea más que nadie. Canta por mí si no estoy yo aquí…»
La impresionante playa del día siguiente nos lleva a surcar unas olas donde todavía se podía sentir la fuerza del huracán que había pasado hacía tan solo unas semanas.
Con mi corazón en un puño por todas las emociones y experiencias vividas durante las últimas tres semanas por todo América Latina, volvía en el avión con un montón de pensamientos contradictorios y sintiéndome un persona muy afortunada por ver el mundo, como decía Fortu en su libro Mil demonios, «desde el palco de honor» .
Desde aquí doy mil gracias a todos mis compañeros de AVALANCH, de los que creo que ya puedo decir, en tan solo 8 meses y por todo lo vivido, que son mis amigos. Mil gracias en especial a Alberto Rionda y Paulo Barón por permitirme vivir unas experiencias que algún día escribiré en mis memorias.
Mil gracias una vez más a las bandas Calvaria y Tendencia, a toda la Crew y a tod@s los que nos acompañasteis en este viaje de Rock And Roll.
Nos vemos en todos los conciertos que nos quedan en España de aquí a final de año.
¡Que no se pare la Avalancha!
Jorge Salán
«En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas» Napoleón Bonaparte
«Si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco» Tchaikovski
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