+ SECHEM
Jueves 8 de Junio de 2017 – Sala Copérnico – Madrid
Cuatro años han pasado desde la edición de «All is One», el que hasta la fecha es el último lanzamiento discográfico de ORPHANED LAND. Toda una joya que han sabido pulir durante este tiempo a base de buenos directos, visitando varias veces nuestro país (he tenido la oportunidad de verles cuatro veces en este tiempo, entre Madrid y Barcelona). Para esta última, venían además con la novedad del disco que están grabando, cerrando con el concierto reseñado en la presente crónica, toda una etapa dentro de la banda.
Con todo, y pese a que habrá quien me diga que es normal siendo un día entre semana y en época de exámenes, me parece lamentable que en una ciudad tan grande y presumiblemente cosmopolita como Madrid, no lleguemos a tener ni un medio aforo de una sala pequeña como es Copérnico presenciando el concierto de una banda tan interesante como esta. Hace unas semanas pasó algo similar con BLAZE BAYLEY, por lo que comienza a ser preocupante cómo la escena parece irse desgastando para según qué bandas. ¡Espero equivocarme!
Antes de presenciar su actuación, asistimos a la de la banda local SECHEM, quienes practican un estilo bastante acorde al de la banda principal. La banda tiene algunas buenas ideas, sobre todo en su base melódica, pero han de trabajar en cómo llevarlas rítmicamente, con algunos riffs de guitarra (amén de los constantes fallos de digitación de su guitarrista Pepo) que poco casaban con lo que salía de teclado y flautas. Por si fuera poco, la vocalista Ikena no parecía tener su noche, yéndose de tono constantemente.
Nos presentaron piezas de su Ep «Renaissance of the Ancient Ka», así como del que será su primer nuevo álbum, tales como «An Epic Journey» o «Era of Martyrs», dejando buenas sensaciones entre buena parte de los asistentes, conocedores de su trabajo.
No pretendo dilapidar su trayectoria, ni mucho menos, aunque sí considero que tienen mucho trabajo por delante para cohesionar sus instrumentos, pues constantemente tenía la sensación de ver a cada músico por su lado, sin sonar conjuntados ni armónicos. Espero tener una sensación diferente en una futura ocasión. El sonido tampoco les acompañó, todo sea dicho.
Sin embargo las sensaciones y la calidad de la ecualización cambió a mejor con la llegada de ORPHANED LAND, quienes dieron un señor recital de principio a fin. Algo corto, todo sea dicho.
Comenzaron poderosos de la mano de «Ocean Land», dejando desde el primer momento improntas de su buen gusto marca de la casa, capitaneados por el simpar Kobi Farhi, ataviado como es habitual en él, con chilaba y bailando con sus característicos contoneos y palmas.
Tras un escueto «¿Qué tal, Madrid?» y desearnos la paz con su característico «shalom», nos regalarían la cálida «Simple Man», uno de mis temas favoritos de su repertorio. Con la pegadiza «All is One» llegaría el primer momento de hacernos dar palmas en secuencias de tres en tres, pasando a un tema más feliz (distinguiendo que ellos tocan temas felices y otros trágicos) con «Let the Truce be Known».
Llegó el momento de sumergirnos en pasajes más complejos, pesados y oscuros en ocasiones, gracias a «Barakah» (con todos dando palmas en su parte central) y «The Kiss of Babylon» que combinaba las partes más exigentes a nivel técnico con otras donde la belleza musical inundó nuestros corazones. Por su parte, «Brother» fue el nexo perfecto entre público y banda, hablando de la mala dirección de nuestros políticos y cómo ésta hace que nos matemos entre nosotros, achacando la culpa a las diferencias religiosas.
«Birth of the Tree» nos devolvería la complejidad, con toda la sala saltando y coreando en su parte más festiva. «Olat Ha’tamid» nos hizo a todos bailar y corear sus preciosas melodías, contando con la colaboración de la bailarina del vientre Jezabel -quien ya había actuado previamente con SECHEM– para el alucinante «Sapari» que, como es habitual, nos puso a todos a mil por hora, cantando, bailando y dando palmas. ¡Una pasada!
No pararíamos de cantar gracias a «El Meod N’ala», en la que Kobi nos instaba a gritar «la-la-la» sin necesidad de que nos supiéramos la letra en hebreo (cosa complicada para la mayoría de nosotros, por no decir casi la totalidad).
Tras una corta salida de escena, volverían únicamente el guitarrista Idan Amsalem junto al vocalista Kobi para interpretar en formato acústico la hermosa «The Beloved’s Cry», argumentando que esa era su única canción sobre el amor, que ellos no componían como Julio Iglesias, para regocijo del personal.
«Halo Dies (The Wrath of God)» fue otra buena muestra de su enrevesamiento estilístico, tan arraigado a su pasado (y quién sabe si en su próximo álbum), dejándonos la promesa de que en Enero tendremos su nuevo álbum, no sin antes despedirse con la coreadísima «Norra el Norra» y «Ornaments of Gold», con la que se presentó a toda la banda.
Una gran noche, disfrutando de una de las más interesantes bandas del panorama internacional, celebrando lo más selecto de su variada discografía y dejándonos con ganas de saborear el que, a priori, promete ser uno de los álbumes más interesantes del próximo año.
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Yalinku Melero
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