+ GRIM COMET
Jueves 18 de Mayo de 2017 – Sala Paberse Club – Sedaví -Valencia
MANILLA ROAD es una de esas formaciones que pueden adquirir el estatus de banda de culto. Los americanos están celebrando sus nada menos que 40 años de vida en un estado de forma impresionante. Sin tener esa fama mundial que otras bandas de su misma quinta, ellos, lejos de amedrentarse, continúan girando ya sea por festivales de diferentes envergaduras y salas ganándose siempre el respeto y la admiración de sus seguidores.
En esta gira 40 aniversario se han pateado Europa, pasando por diferentes lugares como el prestigioso festival Keep It True donde son toda una institución, ciudades de Alemania, Grecia, Finlandia, Suecia o Noruega y finalizando en España donde han realizado 4 fechas, siendo una de ellas en Valencia.
Pese a que en la capital del Turia no hay mucha afición por el heavy metal clásico o underground (basta con ver la afluencia de público a este tipo de conciertos frente a otros estilos del rock o el metal) medio centenar de personas se juntaron en el Paberse Club una noche de jueves para disfrutar del concierto de la banda americana, siendo para muchos la primera vez que veíamos a MANILLA ROAD en directo y por tanto una ocasión especial.
Abrían la noche los madrileños GRIM COMET, banda que acompaña a MANILLA ROAD en sus conciertos españoles y que practican un stoner rock con influencias doom. Por desgracia muchos prefirieron estar fuera de la sala durante su actuación, algo que siempre me ha parecido injusto para las bandas teloneras que merecen un mínimo respeto por parte del público.
Pese a ese contratiempo GRIM COMET supieron dar la talla interpretando temas de sus dos trabajos «Pray For The Victims», publicado en 2014 y «God Is Dead, let’s Eat Him» publicado el pasado año.
La banda formada por Willy de Moya a la guitarra y voz, Rebeca al bajo y Ophir a la batería mostraron su stoner rock pesado y psicodélico con riffs que recordaban A BLACK SABBATH. Desde luego una alternativa a las bandas de siempre y que supieron convencer a los presentes haciendo ver que el stoner tiene cabida en conciertos de este calibre.
Llegaba el momento esperado y con los asistentes ya congregados en las primeras filas MANILLA ROAD subían al escenario bajo una sonora ovación. Estaba claro que un concierto conmemorando el 40 aniversario de la banda implicaba un desfile de clásicos y eso es lo que ofrecieron, centrando su repertorio en sus primeros trabajos, comenzando por la mítica «Open The Gates» de su álbum homónimo publicado en 1985 y «Astronomica», con las cuales ya tenían a los asistentes entregados.
Con un sonido aceptable (la única pega el elevado volumen al que sonaban, haciendo que fuera mejor verlos desde la distancia para no sufrir del oído durante el concierto) la banda se mostró compacta con el guitarrista y fundador Mark "The Shark" Shelton ocupando casi todas las miradas, quien hizo un espectacular trabajo a las seis cuerdas y cantando algún que otro estribillo rememorando sus años en los que también se ocupaba de las voces. A su lado el vocalista Bryan Patrick que cantó todos los temas a la perfección y cuya pega es que en momentos puntuales no supo ejercer su papel de frontman, retirándose a un lado del escenario o quedándose inmóvil durante las partes instrumentales. Completan la formación Andreas Neuderth a la batería y al bajo Phil Ross, incorporado a la banda el pasado año pero que ya se mostraba totalmente integrado.
El medley formado por los temas «Masque Of The Red Death», «Death By The Hammer», «Hammer Of The Witches» y «Witches Brew» dio paso a clásicos como «The Ninth Wave», «Queen Of The Black Coast» o «The Ram», canciones que son ya historia de la banda y que todo fan de MANILLA ROAD conoce.
A partir de ahí se centraron en su disco más conocido, «Crystal Logic» para tocar canciones como «The Riddle Master», la archiconocida «Necropolis» cuyo estribillo fue cantado por un público que ya rozaba el éxtasis, la propia «Crystal Logic» y para rematar «Flaming Metal System» con la que cerraron un concierto que rozó la perfección.
Un concierto cargado de letras épicas y sonidos oscuros y duros que resume la carrera de MANILLA ROAD, una banda que define lo que es el heavy metal sin necesidad de usar palabras. Sus 40 años de lucha frente a modas, nuevos sonidos y decadencia del género les ha hecho ganar el respeto de sus seguidores. Aunque tengan que sobrevivir en el circuito underground y no gozar de ese reconocimiento de masas, desde luego su legado es indiscutible.
Texto: Alejandro Alapont
Fotos: Lorena Mora
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