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+ ZOMBI
Viernes 14 de Abril 2017 – Wizink Center – Madrid
Con buena parte de los residentes en la CAM de vacaciones, disfrutando de un clima envidiable en uno de los puentes más celebrados del año laboral, los que nos vimos obligados a quedarnos en Madrid teníamos una cita más que apetecible. ¡Y es que qué mejor manera de celebrar el Viernes Santo que con el mismísimo Papa Emeritus III!
La popularidad de GHOST continúa en ascenso prácticamente desde que el grupo salió a la palestra -con buena parte de ayuda de ese instrumento llamado marketing, así de la casualidad (o no) de cierta camiseta puesta por James Hetfield de METALLICA- por lo que en esta gira celebrando el Ep «Popestar», están apostando por llevar un espectáculo más grande, con escalinatas laterales y centrales, así como una pasarela detrás de la batería y los teclados y un telón enorme.
El antiguamente conocido como Palacios de los Deportes de la CAM, ahora rebautizado como Wizink Center por temas de patrocinio, se quedó muy grande para la velada. Y es que a GHOST parece que todavía les falta un ápice para ser reconocidos al mismo nivel que en otros países, donde encararían este tipo de recinto de estas características con lleno, al menos en la parte baja sin gradas. El hecho de ser un festivo donde los madrileños abandonamos la capital en masa, obviamente también tuvo que ver, aunque en honor a la verdad, aprecié que bastante gente de otras provincias, así como extranjeros -sobre todo franceses- se habían desplazado a la capital española.
Una vez accedido al recinto, sorteados a los vendedores del patrocinador y revisada la zona de merchandising -el diseño de la camiseta del Papa cual Marilyn es especialmente reseñable- los que entramos al poco de abrir las puertas aún tuvimos que esperar una hora para la aparición del dúo ZOMBI, conformado por Anthony Paterra a la batería y Steve Moore a los teclados y bajo eléctrico.
Durante más de cuarenta y cinco minutos estuvieron amenizando la espera para el plato principal a base de música electrónica ambiental e instrumental. Y no es que les quedara mal -y conste que a mí es un tipo de música que me gusta, aunque lo de este combo era en exceso repetitivo, sin apenas cambios en sus largas canciones- pero sí eché en falta algo más animado como preámbulo a una banda de rock como son GHOST.
Y tras su actuación, pudimos comprobar como los pipas de los suecos, de una manera ceremonial y siempre haciendo reverencia al público una vez salían a escena, iban quitando las lonas que cubrían los teclados, la batería y diversos elementos del escenario mientras la música eclesiástica que salía por los altavoces creaba ambiente.
Había expectación por ver a los nuevos músicos que hoy día acompañan a Emeritus III y es indudable que a nivel interpretativo están a la altura, respetando los temas tal cual fueron concebidos y creados en estudio, aunque en puntuales ocasiones añadiendo también su toque personal. Los «nameless ghouls» han salido reforzados, dando un mayor espectáculo, moviéndose y formando parte de él (los anteriores miembros eran demasiado estáticos y poco participativos) y ahora hemos ganado con la inclusión de dos guitarras solistas.
Una vez comenzamos a escuchar el tema del ritual en la fantástica película de Kubrick «Eyes Wide Shut» sabíamos que en cualquier momento tendríamos las seis fantasmagóricas figuras delante, esta vez de la mano de «Square Hammer», con la que abrieron la actuación con un sonido deficiente, repleto de caótica reverberación. «From the Pinacle to the Pit» seguiría de la misma guisa, aunque mejorando los niveles de ecualización hacia su recta final, sirviendo además para desplegar el enorme telón semejante a la vidriera de una iglesia, donde pudimos apreciar una diabólica trinidad presidida por el carnero, con la estampa mariana a la izquierda de éste.
Con «Secular Haze» el sonido adquirió su mejor momento (aunque no tan bueno como el concierto que apreciamos en Noviembre de 2015). Emeritus utilizaba por vez primera su pie de micro mientras bajista y guitarristas ocupaban las escaleras centrales a la vez que el humo ocultaba parcialmente sus figuras. ¡Parecía un videoclip de los ochenta!
Continuando con la fantástica puesta en escena, «Con Clavi Con Dio» sería el momento idóneo para sacar el botafumeiro a pasear, continuando la misa en latín con la siempre certera «Per Aspera ad Inferi».
Llegó el momento de presentar a dos monjas -«the sisters of sin»- que le traerían la comunión a Emeritus. Fue el preámbulo para «Body and Blood» donde sendos guitarristas se lucirían doblando el solo a terceras subidos sobre mini plataformas laterales a pie de escenario.
Tras la instrumental «Devil Church», de nuevo ambos hachas servirían para dar rienda al siguiente tema, ahora jugando con el tritono que abre la increible»Cirice» (de lo mejor de la velada), mientras el Papa aparecería con cambio de ropa, dejando de lado su toga por una levita. «Year Zero» puso aquello patas arriba desde el momento en el que se escucharon sus coros de invocaciones a conocidos demonios, mostrando multitud de columnas de humo con cañones disparándolas por doquier. Y tras la instrumental «Spöksonat», disparada a través de la P.A. el momento mágico de la noche, un «He Is» enorme, con Emeritus III subido a la plataforma central y el teclista sentado sobre una banqueta, adornados por un efectivo juego de luces que hizo aquello más hermoso aún, máxime cuando musicalmente es todo un homenaje al emotivo «The Sound of Silence» de Simon & Garfunkel.
«Absolution» fue otra maravilla, tan sencilla como efectiva con ese halo rockero y su pedazo de estribillo mientras el Papa cantaba la primera de sus estrofas arrodillado en las escaleras con uno de los focos iluminándole la cara desde el suelo. ¡Fantasmagórico! Para «Mummy Dust» -otra de mis debilidades de la banda- el teclista se colgó un keytar para realizar su solo mientras las influencias de los inmortales QUEEN nos inundaban, sobre todo cada vez que el coro de teclados sonaba por los altavoces finalizando cada dos compases del riff principal. El final vino presidido por una abundante lluvia de confeti que se quedaría unos minutos sobrevolando el techo del pavellón -precioso junto al juego de luces el efecto que daba- aprovechando para maravillarnos con la simpar «Guleh/zombi Queen» (de nuevo he de alabar la labor de los nuevos guitarristas, dándole aún más pasión al tema doblando el solo entre los dos) y un último «Ritual» -¡temazo!- justo antes de despedirse todos a excepción de Emeritus III.
Última arenga del Papa para preguntarnos si lo estábamos pasando bien y que, aunque hay a quien le pueda parecer predecible, ellos siempre acaban con la misma canción, «Monstrance Clock», que es una metáfora del orgasmo femenino. A partir de ese momento, instarnos a proporcionar orgasmos a nuestras compañeras, pero no sin antes corear aquello de «come together, together as one – come togegher, for Lucifer’s son».
En general, un excelente concierto que viene a constatar el crecimiento del GHOST no sólo musicalmente, sino también a nivel de popularidad, aunque no con los efectos deseados aquí en España; todavía. La banda está en su mejor momento, con unos músicos que han sido el reemplazo ideal y Emeritus III ha mejorado en directo todos aquellos problemas que arrastraba de desafines, sobre todo en la gira de su segundo álbum. Por pedir, el concierto que ofrecen es excesivamente corto y si bien es cierto que aprovechan cada minuto de show, no estaría de más incorporar dos o tres canciones más. Sobre todo de cara a un futuro nuevo disco y para aprovechar el repertorio que poco a poco van acumulando.
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Óscar Gil Escobar
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Hay gente que a Zombi los cualifica de rock progresivo.
los Zombi se hicieron un poco largos …Ghost en BCN brutales
y recalcar como dice la crítica que con estos nuevos Nameless Ghouls han salido ganando
Ghost es un grupo que es critico con la Iglesia? vaya novedad, muy original.