+ HUMMANO
Viernes 31 de Marzo de 2017 – Sala Boveda – Barcelona
A lo largo de su dilatada trayectoria HAMLET han sido la banda que mejor ha sabido plasmar le evolución del metal en nuestro país. En su discografía podemos encontrar trabajos como «Sanatorio de Muñecos», «Insomnio» o «Syberia», que nos muestran las diferentes aristas de una formación en constante evolución y que nunca ha publicado dos discos iguales. Pese a ello, y al haber trabajado con productores de talla internacional como Tom Morris, Colin Richardson o Fredik Nordström, los madrileños nunca han perdido su personalidad, creando un sonido único y reconocible que les ha convertido en un referente indiscutible dentro de la escena nacional.
Ya nos habían visitado a finales de 2015 para presentar las composiciones de su undécima entrega de estudio «La Ira». Pero, en esta ocasión, su actuación sería especial, ya que tras un periodo apartados de los escenarios, a causa de la lesión medular del guitarrista Luis Tárraga, la banda volvía recientemente a la carretera para recuperar sensaciones y ratificar que uno de sus puntos fuertes sigue siendo el directo. Pero antes de deleitarnos con la presencia de la formación madrileña tendríamos ocasión de presenciar la descarga de Hummano, quienes estrenarían su flamante nuevo trabajo «Genocide».
Para los que hemos venido siguiendo la trayectoria de los de Tres Cantos resulta evidente su apuesta por un sonido cada vez más agresivo y oscuro. Poco pareció importarles que su disco todavía no haya sido explorado en profundidad por sus seguidores, ya que el repertorio escogido estuvo muy centrado en sus nuevas composiciones, y viendo la potencia y la calidad de su nuevo material no me cabe la menor duda de que «Genocide» va a marcar un punto de inflexión en su carrera.
Con muchas ganas, aunque con poco espacio escénico, la batería de Adrián Arteche estuvo ocupando la parte central de escenario, HUMMANO aparecían sobre las tablas con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a plasmar en piezas como la inicial «Black Mirrors», el nivel de madurez que han alcanzado. Aunque inicialmente el público se mostró un tanto frio, lo cierto es que la banda se exprimió al máximo sobre las tablas mezclando a la perfección furiosas andanadas death-core y pasajes opresivos en temas como «Prophet Of None».
Tras firmar un arranque vibrante y explosivo el nivel de intensidad no decrecería a lo largo de «Stench Of The Earth», que era la elegida para invitarnos a todos a botar mientras Sito Shutter se retorcía para espetarnos sus rabiosas líneas vocales. Habiéndonos ofrecido una buena muestra del material contenido en «Genocide», tocaba hacer la primera concesión al pasado, concretamente a su anterior entrega «We Hate You All!!!», del que rescatarían «Bitch-Slap». La vuelta sobre las sonoridades más crudas y opresivas estaría reservada para «No Gods, No Masters», que nos sorprendía con la voracidad de sus riffs, la velocidad de su batería y la rotundidad del omnipresente bajo de Pablo Fernández.
El ataque de los madrileños no se detendría, así que poco a poco el personal se iría animando a participar en los pogos que acompañarían a «S.N.A.F.U.». Tampoco se dejarían en el tintero algún recuerdo hacia su primer largo «Is The Shit», para pisar el acelerador al máximo durante los compases iniciales de «Fucking Dogstyle», que nos dejaba a los músicos botando intensamente, lo que provocó que la batería perdiera alguno de sus componentes. Una nueva mirada sobre su última obra nos abocaría sobre las tortuosas ambientaciones de «The Color Of Misery».
Para el tramo final de su presentación HUMMANO se reservarían la dinámica «Aliens & Shit», las camaleónicas estructuras y las volátiles melodías de la novedosa «King Cobra». Mientras que la encargada de poner el colofón definitivo a su aplastante presentación sería «Cumming In The Face Of». Significativo paso al frente el que HUMMANO han dado con su nuevo trabajo «Genocide», un álbum que plasma la calidad y la madurez de una banda que parece estar en su mejor momento.
Tras desaparecer de escena la batería de HUMMANO, un telón de fondo con el nombre de los protagonistas de la velada nos anunciaba que todo estaba preparado para la descarga de HAMLET. Ante una sala prácticamente llena y precedidos por el tema principal de la película «Pulp Fiction», los músicos irían apareciendo en escena para hacer rugir sus instrumentos al son de «Limítate». Como siempre, con el incombustible Molly al frente, – embutido en una sudadera-, la banda conectaría rápidamente con sus seguidores contagiando su habitual movilidad a unas primeras filas que se entregaron a fondo desde los primeros compases del show.
Como no podía ser de otra forma, todas las miradas estarían centradas sobre el guitarrista Luis Tárraga, que si bien no se mostró tan saltarín como en anteriores ocasiones, -por razones obvias, todavía se esta recuperando de su intervención del pasado mes de diciembre-, lo cierto es que se mostró tan expeditivo y compacto como de costumbre a la hora de atacar junto a su compañero Ken HC los titánicos riffs de «Vivo En Él», que servía para que Molly utilizara por primera vez la barra del local como si fuera una parte de más del escenario.
El ceremonial de los madrileños no había hecho más que comenzar, pero tanto los músicos como la audiencia estaban ya plenamente enchufados, de modo que llegaba el momento de presentar un par de composiciones de su última entrega «La Ira». Sería el penetrante bajo de Álvaro Tenorio el que nos flanquearía el paso hacia «Imperfección», y la respuesta de la audiencia no pudo ser mejor, con las primeras filas botando desatadas junto a un Molly, que no paró de saltar, retorcerse y animar durante toda la velada. Y es que el vocalista volvió a darnos una clase magistral de cómo debe comportarse un frontman en escena, atacando de forma visceral temas como «Mi Religión», mientras empleaba uno de los monitores como si fuera una mancuerna.
A estas alturas de la velada la sala era ya un hervidero, así que para cambiar radicalmente de registro y relajar mínimamente los ánimos el quinteto nos propondría los desarrollos más melódicos de «Antes y Después», que se convertiría en el primer guiño hacia el material facturado durante la década de los noventa. El retorno sobre las sonoridades más viscerales estaría reservado para «Deja Vu», que se cerraría con un desgarrador alarido de Molly para recabar una de las mayores ovaciones de la noche.
La segunda ración de «La Ira» estaría compuesta por el vendaval de sentimientos encontrados que encierra «Lamento», y por los aromas noventeros del convulso «Ser O No Ser». Pero sin duda uno de los momentos culminantes de la noche llegaría cuando Molly se acercó a Tárraga para que este fuera el encargado de dar el pistoletazo de salida a "Egoísmo», que propiciaba que la sala se viniera abajo. Con las primeras filas en estado de euforia, la banda no desaprovecharía la oportunidad de seguir calentando el ambiente con la rotunda denuncia a la violencia de género que es «Muérdesela», que nos dejaría la imagen del frontman bajando hasta la pista para organizar un concurrido «Wall of death».
No abandonarían el material de su exitoso «Insomnio», ya que el momento de cantar junto a Molly llegaría durante los compases iniciales de «Dementes Cobardes», que se convertiría en la excusa perfecta para que todos volviéramos a botar intensamente. El único recuerdo que se permitieron hacia su obra más introspectiva «El Infierno», sería «Denuncio A Dios», para la que el vocalista nos pondría a todos en cuclillas antes de hacernos saltar para atacar su incisivo tramo final.
Sin abandonar las letras explicitas y comprometidas no faltaría la descorazonadora critica que encierra «Tu Medicina», cuya letra sigue conservando a día de hoy su plena vigencia. Para poner el punto y seguido a una velada vibrante, eléctrica y en la que los madrileños volvieron a dejar patente la actitud y la profesionalidad que siempre les ha caracterizado, optarían por el tema que sirvió como carta de presentación para «Amnesia», «Un Mundo En Pausa».
Aclamados por la audiencia después de haber ofrecido un rotundo recital de rabia e intensidad, el último asalto de HAMLET estaría reservado para las volátiles melodías de «Imagine», la desquiciante visceralidad del imprescindible «Irracional», que fue coreada reverencialmente por una audiencia completamente desatada. Mientras que el cierre definitivo llegaría con otro himno como es «J.F.» que nos hacia cantar a todos para hacer retumbar los cimientos del local.
Una vez más HAMLET volvieron a saldar su cita con el público barcelonés con un triunfo incontestable. Si a día de hoy la participación de Molly y sus muchachos en cualquier gran festival es garantía de éxito, su presencia en salas es sinónimo de entrega, actitud y metal. Llevan más de veinticinco años en la brecha y, visto lo visto, parece que HAMLET tienen intención de seguir quemando escenarios a su paso.
Texto: Alfonso Díaz
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