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Domingo 5 de Marzo de 2017 – Sala La Riviera – Madrid
+ STRIKER + TRIOSHPERE
Negarlo sería traicionarme a mí mismo mientras escribo estas líneas poco después de salir del concierto: tenía ganas de una revancha con SONATA ARCTICA. Los fineses habían tenido su última cita conmigo en 2009, en aquella gira con DELAIN y WINTERBORN, y ese día no estuvieron nada finos en ninguno de los aspectos. De aquel concierto salvé que el cantante, Tony Kakko, se encontraba en mal estado de salud y no pudo cantar correctamente, pero no fue el único fallo. En 2012 un amigo me avisó de lo acontecido en la gira con BATTLE BEAST: gran parte del público salió bastante contento de aquel concierto, y, de hecho, me comentaba una persona antes del concierto que aquel show fue muy diferente a lo que yo le contaba acontecido en 2009.
Esa revancha sonaba retadora y quise dar otra oportunidad a la banda para ver si, esta vez, acaba convencido de su propuesta y no lamentaba tantos errores como en aquel vago recuerdo de ocho años atrás.
El show comenzaba a rodar en la madrileña La Riviera por parte de una banda canadiense llamada STRIKER. He de reconocer que iba con la lección poco aprendida, sin escuchar prácticamente a ninguno de los teloneros, y en el caso de estos primeros me dejaron absolutamente maravillado. Con la sala bastante más vacía de lo que se vería más tarde, STRIKER entonaban su primer trallazo: «Crossroads» daba la bienvenida al respetable con un buen hacer del heavy metal más ochentero, enfocado concretamente a la NWBOHM, aderezado con toques de power.
Ya desde ese primer tema se pudo observar que, como suele ocurrir con muchas bandas teloneras, el sonido empezaba a dar sus primeros problemas. La guitarra de Tim Brown se intuía lejana, casi imperceptible, rompiendo unos solos en los que, eso sí, el guitarrista de la banda estaba dejándose la piel. Todo lo contrario, ocurría con los punteos veloces de John Simon Fallon, que sí sonaban en todo su esplendor y que, según parecía desde fuera del escenario, cubría los errores de sonido en más de una ocasión.
Salvando este problema comentado, la banda sonó estupendamente y no se olvidó de dos factores claves a la hora de entretener al respetable: la incursión del público y la ejecución cuasi perfecta de los temas que se ofrecieron. «Lethal Force» o «Phoenix Lights» ofrecieron una buena muestra de cómo ejecutar una canción y más aún de cómo llevarla. Por momentos, los juegos de los guitarristas subiéndose a los amplificadores, recordaba a las posturas que Wolf Hoffmann y Uwe Lulis ejecutan en los shows de ACCEPT.
El concierto de los canadienses fue corto—9 canciones—pero realmente intenso, con una clase desprendida en todo momento y una banda que, con 10 años de carrera a sus espaldas, sabe que el momento para empezar a despegar de forma definitiva es ahora. Cuando «Fight For Your Life» terminó coreada por todos los asistentes, a uno le queda la sensación de sí aquello verdaderamente fue el concierto de la noche. De lo que estoy seguro es que más de uno disfrutamos de un auténtico recital de buen hacer musical.
Sin demorarse demasiado tras el pistoletazo final de STRIKER, hacían acto de presencia los noruegos TRIOSPHERE. Con Ida Haukland enfundada con su bajo y haciendo de líder del grupo, la banda empezó a hacer su show con la canción «My Fortress».
Desde el momento en que terminó dicha canción y empezó el tema titulado «Driven» de su disco «The Roads Less Travelled», se podía palpar en su propuesta una mezcla entre power sinfónico con toques de progresivo. En mi particular criterio diré que no era el lugar para TRIOSPHERE, si bien la banda no suena mal y su guitarrista Marius Silver es un auténtico placer para los oídos, en el ambiente se notaba poca atención por el show que estaban ofreciendo los noruegos. Aun así, estos no se dejaron vencer fácilmente por las adversidades: pedían palmas, coros e interactuaban con el respetable con la esperanza de despertar un poco el ánimo y, de alguna manera, lo consiguieron. Cerca del final de su show de unas ocho canciones, Marius saltó al foso con su guitarra a cuestas para sentir el calor del público y, a pesar de todo, la banda fue despedida entre vítores.
Llegados a este punto, STRIKER hicieron una actuación brutal salvo con el problema de la guitarra de Tim Brown, pero TRIOSPHERE no tuvieron ningún problema de sonido notable; el bajo sonó de forma contundente, la voz se entendía, las guitarras no tuvieron ningún tipo de problema entre sí, y la batería, como era de esperar, sonó correctamente. Terminado el concierto de los noruegos llegaba la hora: SONATA ARCTICA iban a saltar de un momento a otro al escenario de La Riviera, como ya lo hicieran en 2012.
Con la sala bastante más llena que cuando empezara el show de STRIKER, las luces se apagaban y daban la señal de salida: el concierto comenzaba y entre las primeras filas se respiraba un ambiente de nervios y de emoción por ver a un grupo que, a pesar de todo, siempre ha tenido una buena legión de seguidores. Todavía completamente a oscuras empezaban a sonar las primeras notas de la intro de «We Are What We Are» que, instantes más tarde, era interrumpida por la entrada del grupo con «Closer To An Animal» a cuestas. Y sí, aquello sí era SONATA ARCTICA: la voz de Tony Kakko rendía a un extraordinario nivel y enseguida se metió a un público enloquecido en el bolsillo. La banda, a su vez, también cumplía con su cometido y ya se nos avisaba de que esa noche se iba a servir un concierto en bandeja de plata.
Continuaron su actuación con otro corte de su último largo «The Ninth Hour» y esta vez la encargada de seguir la velada era «Life». El canto de alegría, con su estribillo pegadizo y digno de entonar por el público, «Life» fue una de las canciones mejor recibidas de este último disco y una de las que más ánimos levantó entre los asistentes. Para colmo, y como se mantuvo a lo largo del concierto, Kakko no paraba de pedir palmas a los asistentes, unos coros, cualquier interacción para que el concierto fuera la fiesta en la que se convirtió finalmente.
A «Life» la siguió una majestuosa canción como es «The Wolves Die Young», única representación en todo el concierto del disco «The Pariah’s Child», la cual fue seguidamente rematada por «In Black And White» que, a su vez, fue la única representación del disco «Unia». Las quejas entre algunos asistentes por dejar apartados temas como «Paid In Full» se escucharon al salir del concierto, como también hizo más de una persona con «Letter To Dana», «Replica» o «My Land» del disco «Replica». Por otra parte, los hay que prefieren escuchar cómo suenan otros temas en directo más allá de los clásicos nombrados anteriormente: esto de la música es así, hay gustos y gustos.
Volviendo al concierto, hubo momentos donde Henrik Klingenberg, teclado del grupo, se lució de manera majestuosa. Aunque hay momentos en los que hacía una labor encomiable con el keytar, ciertos tramos del concierto como «Tallulah» pusieron los pelos de punta. Si de por sí la canción es emotiva en el disco, en concierto se multiplica esa sensación escuchando las notas desde el teclado de Henrik; no fue un trabajo laborioso encontrar comentarios alabando las virtudes del teclista a lo largo del concierto.
A la majestuosa interpretación de «Tallulah» siguió otro corte de «The Ninth Hour» titulado «Fairytale», para minutos más tarde engancharla con un auténtico buque insignia de la discografía de los fineses como es «FullMoon». Antes de la intro con la que pararían durante un minuto y medio, llegó «Among The Shooting Stars» donde pudimos comprobar como Tony seguía manteniendo el tipo en la faceta vocal.
Sin quererlo ni beberlo, el show había superado el ecuador de lo que sería la duración total del concierto. Antes de hacer la típica despedida precedente a los encore, SONATA ARCTICA arrancaron con «Abandoned, Pleased, Brainwashed, Exploited» donde Tommy Portimo brilló a un nivel estelar con su batería violenta, rápida y certera. Una vez acabado dicho tema, y ahora sí, nos llegaría de forma completa el tema «We Are What We Are». Junto con «The Power Of One» y su excelente manera de alternar la keytar de Henrik y los solos de Elias Viljanen, el concierto llegaba a sus tres últimos cortes.
La potencia de «Misplaced» nos daba la bienvenida al colofón, a la traca final de lo que estaba siendo un gran concierto para muchos y, para un servidor, el reencuentro con una banda que sí merecía una segunda oportunidad y me lo estaba demostrando.
Antes de arrancar con las dos últimas canciones, Tony Kakko dio un discurso acerca de cómo algunos grupos manejan tramos de las canciones de forma pregrabada y de su total negación a esta manera de actuar. Tras hacer esta reivindicación, parte del público coreó el nombre del cantante y, pocos segundos después daba comienzo «I Have A Right».
La guinda del pastel, y como no podía ser de otra manera, la puso la emblemática «Don’t Say A Word» con la que La Riviera botó coreando su estribillo y en la que se respiraba un ambiente de sensaciones positivas, con sonrisas de oreja a oreja por disfrutar de aquel show. Para dar la despedida final, Tony hizo que la gente coreará aquello de «We need some vodka» en varias ocasiones, y entre aplausos la banda terminó su show.
SONATA ARCTICA demostró ser una banda que, a medida que pasan los años, mejoran. Los recuerdos del concierto al que pude asistir en 2009 quedaron sepultados ante una magnífica actuación. La voz de Tony Kakko estuvo en todo momento de diez, el dúo rítmico entre Portimo y Pasi Kauppinen se mantiene sólido en todo momento, y los momentos sorprendentes de Elias y Henrik se cuentan a montones.
A la salida del concierto se encontraban discusiones de todo tipo sobre la falta de algún clásico en el repertorio, la mejoría de voz de Tony, y más de una persona relatando lo sorprendidos que se habían quedado con STRIKER. De lo que se puede estar seguro es de que a los grupos se les debe dar oportunidades, de que un concierto malo lo puede tener cualquiera y que si uno debe llevar algo por estandarte es el reconocimiento de un esfuerzo titánico, y no hay duda de que eso SONATA ARCTICA se lo han ganado con creces.
Texto: Juanma García
Fotos: Juan Ramon Felipe Mateo (www.musifota.com) (Correspondientes al concierto del Jueves 9 de Marzo de 2017 – Sala Totem – Villava – Navarra)
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Galería de Fotos:
SONATA ARCTICA
De toda la noche, al menos en Madrid, los únicos que entendieron de qué va eso de un concierto de Rock fueron Striker. Menudo agua les dieron a los demás (incluidos Sonata).