NOCTURNIA – Tierra de Cobardes
Discográfica: CD Music/Duque Producciones
Existen grupos que deberían cincelarse a fuego en nuestro repertorio musical, por lo menos en el ambiente nacional donde existen grandes bandas. NOCTURNIA, siempre sembrando la excelencia desde un injustificado anonimato, al igual que ya señalé con otras bandas, ha sabido ganarse el beneplácito del público que ha atendido a sus trabajos, todos marcados por la maestría.
Como en la mayoría de grupos, la estabilidad de los componentes no es un factor invariable; siempre existen cambios. NOCTURNIA tuvo la oportunidad de albergar entre su elenco de músicos a Rafa Blas, ganador de "La Voz" en 2012. A pesar de todo, el presente disco goza de un repertorio profesional digno, donde huelga señalar la incorporación de Alberto Symon como pieza clave del conjunto que analizaremos a continuación.
El disco, por lo general, proyecta un power metal atípico. La delicadeza de los teclados tiende a confluir con la virulencia guitarril, todo conciliado con una batería imparable. ¿Es así todo el trayecto musical? Ni por asomo. Si tengo que exaltar una bondad del conjunto, ésta es la variabilidad interna de las canciones, virando compases lentos hacia armonías vertiginosas. La misma mutabilidad se aprecia en las diferentes canciones, marcadas por logradas distinciones que rompen cualquier atisbo de homogeneidad en virtud de la variedad.
Con sutileza y sin desbordar, el disco se abre con Preludio, una fugaz instrumental con toques orquestados dirigidos por la tenuidad de un teclado saboreable. El tema sirve de tracción para la primera descarga de adrenalina con Baraka, un campo de potentes riff donde resalta la voz de Alberto Symon. Sin gran alarde en los instrumentos, la ejecución sobresale por la inserción de los teclados que, de modo anecdótico, dotan a la canción de un sonido especial. La tercera canción varía la musicalidad con un efectista ensamblaje electrónico. Marcada por las incesantes armonías "electrizadas", Sin olvidar quien eres transmite un importante mensaje existencialista surtido de gran profesionalidad, detalle que se percibe en el prematuro solo que desborda la canción.
Sin palabras deja Alza los puños. Una introducción optimista, estructurada sobre una base orquestal que se extiende por toda la canción, sirve de detonante. El positivismo perceptible en la música se extrapola a la lírica gracias a un golpe de valentía y serenidad al que debemos atender. Destaca, por encima de todo, la gran producción que aglutina varios instrumentos con el fin de ensalzar el mensaje.
La banda descerraja toda su virtud power metalera con Rencor, un perfecto corte modélico del género con riff veloces, una batería machacona, una voz desatada y unos matices épicos sin precedentes en el CD. El tema se impulsa con rabia gracias a unos guturales premonitorios que, efectivamente, se reiteran al final. La guitarra cabalga frenética durante toda la canción creando una explosión de vigor perfecta. Con una hechura más sosegada pero sin prescindir de calidad, Última esperanza es el contraste de todo lo anterior. Un medio tiempo cargado de predominancia instrumental que conjuga intermitencias temporales, pasado de melodías más sutiles a otras con mayor agresividad. No obstante, lo verdaderamente loable es el aspecto vocal, bien apreciable de principio a fin.
Siguiendo con la remisión de intensidad pero incrementando las sensaciones, llega Duele la noche sin ti. Ésta es la canción más lacrimógena del plástico, y no sólo por la lírica. Iniciado con un sobrio teclado que transmite temor e inquietud, se van acogiendo instrumentos sin renunciar a esa intranquilidad. El final es espectacular, se desencadena una marea de virtuosismo resaltada por el mimo y proyección vocal de Symon, que vuelve a impresionar. Mi voluntad, por su parte, es un tema que no entra de primeras. El juego de la percusión es muy sabroso, y el tema se mantiene en trance sin saber cuándo despegará hasta la llegada del aséptico estribillo. De este tema remarco ese dique de contención previo al estallido el cual se va nutriendo lentamente.
El viento introductorio ya nos mantiene alerta ante la llegada de otro trallazo. La canción homónima del disco, Tierra de cobardes, recoge todo el arrojo anterior y lo compila en un corte espectacular. Representa la típica canción tarareable en conciertos arrojada con profesionalidad donde destaca la velocidad ejecutada por las guitarras, la apócrifa sutileza de los teclados, y el pleno potencial de las voces. Todo, claro está, arropado por un apabullante estribillo. ¿Lo peor? El final con apariencia inconclusa.
El disco se cierra con otro tema esperanzador. Para siempre arranca con precisión gracias a unos fantásticos riff melódicos extensibles por todo el tema. Las voces sufren unas orgánicas escaladas que dejan entrever las diferentes tonalidades que puede esgrimir el cantante.
En definitiva, un digno colofón que pone punto y final a un disco que prácticamente cierra el inequívoco broche dorado que ha sido 2016 para el metal nacional.
Jorge Albalate
Lista de Temas:
- Preludio
- Baraka
- Sin Olvidar Quién Eres
- Alza los Puños
- Rencor
- Última Esperanza
- Duele la Noche Sin Ti
- Mi Voluntad
- Tierra de Cobardes
- Para Siempre