+ THE VISION BLEAK + DYNAZTY + BILLION DOLLAR BABIES
Viernes 28 de Octubre de 2016 – Sala Razzmatazz 2 – Barcelona
Repasar el currículum de Peter Tägtgren es bucear en la trayectoria de un personaje imprescindible dentro del metal europeo de las ultimas décadas. Multi- instrumentista, vocalista, productor…, por sus manos han pasado algunos de los nombre más emblemáticos de la escena, pero quizás de entre todos sus proyectos el más personal y esquizofrénico sea PAIN. "Coming Home", era la excusa para su retorno a la Ciudad Condal, un trabajo que se ha demorado más de lo habitual y que ha generado opiniones encontradas entre sus seguidores.
Para completar el heterogéneo cartel del tour que le esta acompañando por el Viejo Continente el polifacético artista sueco contaría con la participación de BILLION DOLLAR BABIES, unos habituales de nuestros escenarios como son DYNAZTY, y los germanos THE VISION BLEAK, que desplegarían su aura tenebrosa y mistérica para presentar las composiciones de su último redondo «The Unknown».
En un mes de octubre plagado de conciertos y con mucha gente preparando el puente del primero de noviembre, a la hora prevista para el inicio de las actuaciones la sala mediana del Razzmatazz presentaba un aspecto desolador, con apenas una veintena de seguidores que aguardaban a los encargados de romper el hielo en esta tarde-noche de viernes, BILLION DOLLAR BABIES. Afortunadamente este detalle no pareció importar al quinteto sueco que salió con las pilas cargadas y dispuesto a convencer a los que se acercaron a presenciar su actuación. Una cuidada puesta en escena, -con buenas luces y sendas pancartas laterales-, un sonido demoledor y una actitud atrevida y descarada fueron las armas que esgrimió la banda sobre las tablas dando buena cuenta de su hard rock con tintes industriales en temas como la inicial «I Want To See You Death» o «The Junkies Ball», que nos traían al recuerdo el material que facturó el reverendo Manson a mediados de la década de los noventa.
Pese a que la formación capitaneada por el vocalista Frankie Rich ha evolucionado notablemente desde que publicaran su debut «Stand Your Ground «, su fuerza hardroquera junto algún fugaz guiño sleazy se dejaría notar con fuerza a lo largo de «The Game», haciendo que la escasa audiencia se animara a acompañar su desarrollo con palmas. El momento de apoyar al quinteto en sus rotundos estribillos llegaría junto a las sirenas que nos anunciaban «President Payne», dejando que Frankie agarrara el megáfono durante su inquietante interludio central.
Muy activos y ágiles en escena BILLION DOLLAR BABIES exhibieron una fantástica predisposición y muchas ganas de agradar dejando unas magníficas sensaciones al atacar los desarrollos más melódicos de «One», con ambos guitarristas repartiéndose las partes solistas; y la pieza que presta título a su último trabajo, la adictiva «Everyone´s In Love With A Chemical God».
Los siguientes en comparecer ante un recinto algo más concurrido serían DYNAZTY. Los suecos ya nos habían visitado hacía pocas semanas para repasar las composiciones de «Titanic Mass», así que muchos de los que tuvieron ocasión de verles no quisieron perderse su show. Y es que la banda, pese a su juventud, se mostró como una maquina implacable de facturar metal melódico. Además, la calidad de todos sus miembros es incontestable, destacando especialmente la labor del vocalista Nils Molin, que se mostró como un fantástico frontman, animando incansablemente al personal para que se convirtiera en parte activa del show.
Enérgicos y completamente desatados los de Estocolmo arrancaban el show con la monumental «The Human Paradox», que nos mostraba su faceta más rápida y melódica, alternando la dinámica de sus estribillos con un incendiario duelo entre Love Magnunsson y Mikael Lavér. Tras haber conseguido captar la atención de los presentes con su rotunda puesta en escena había que mirar hacia atrás para rescatar la elegante «The Northern End», que nos dejaba a la banda al completo apoyando en los coros para dar la replica a un hiperactivo Nils.
Más atrás en el tiempo, concretamente a la época de «Sultans Of Sin», nos conduciría «Raise Your Hands», que se convertiría en el reclamo perfecto para que la audiencia se pusiera a dar palmas mientras la banda rememoraba brillantemente su faceta más desenfadada y hard roquera. El cambio de tercio estaría reservado para los intrincados desarrollos de «Incarnation», que nos dejaba a la tripleta de cuerda agrupada en una esquina mientras el vocalista nos ofrecía una rotunda colección de agudos.
Tras agradecernos nuestra presencia llegaba el momento de encarar la recta final de su actuación proponiéndonos otra pieza de nuevo cuño «Titanic Mass», que volvía a hacer que todos coreásemos su potente estribillo. El colofón definitivo para una descarga cargada de clase, calidad y heavy metal estaría reservado para el contagioso «Starlight», que nos ratificaba en la sensación de haber visto a una banda con tablas y talentosa, que seguro dará mucho que hablar durante los próximos años.
Los elegidos para dar continuidad a la velada y proponernos un drástico cambio de registro serían los alemanes THE VISION BLEAK. Liderados por dos ilustres veteranos como son Konstanz y Schwadorf la formación bávara aparecía sobre las tablas envuelta entre tinieblas y, -tal y como mandan los cánones-, vestida de riguroso negro. Mucha expectación había suscitado entre la audiencia su desembarco, de modo que la banda contó con el apoyo de gran parte de los presentes desde que dieran el pistoletazo de salida con los inquietantes desarrollos de «From Wolf To Peacock», que nos adentraba en su particular universo sonoro.
Como buenos seguidores de las películas de terror no faltaría a su cita «The Night Of The Living Dead», que nos azotaba con su abrumadora embestida inicial para posteriormente adentrarnos en tesituras más cadenciosas y machaconas mientras las primeras filas alzaban los puños al aire. Tampoco faltarían a lo largo de la velada la majestuosa sobriedad de «Carpathia», que les servía para mostrarnos sus influencias lovecraftianas. Pese a que la banda se presentó sin el concurso de un bajista, lo cierto es que temas como el novedoso «The Kindred Of The Sunset» sonaron arrolladores, consiguiendo que la gente se involucrara al máximo mientras Konstanz asentía con cara de satisfacción.
Para los que prefieren los pasajes más propios del doom, los alemanes no se dejarían en el tintero las brumosas ambientaciones de «Into The Unknown», que nos envolvía con su manto mistérico para dejar que la hiriente guitarra de Schwadorf se convirtiera en protagonista. Aunque la banda se mostró un tanto estática durante los primeros compases del show, a medida que fue avanzando la velada se fueron animando, llegando el momento cumbre cuando Konstanz abandonó el escenario y bajó hasta el foso para alentar a sus seguidores durante la metalera «Kulutu!», que les servía para volver a visitar el material de «Carpathia- A Dramatic Poem».
Adentrándonos en la recta final de su presentación no faltarían las pinceladas góticas del fantasmagórico «Wolfmoon», que nos hacia retroceder hacia los tiempos del primerizo «The Deathship Has A New Captain». Mientras que la rubrica a su oscuro ceremonial vendría dada por la hímnica «By Our Brotherhood With Seth», con un Konstanz desatado que no vaciló a la hora de encaramarse a las vallas de seguridad para protagonizar un final épico.
Tras reponernos de la descarga de THE VISION BLEAK, todo parecía dispuesto para la llegada de PAIN. Mucho hacia que Peter Tägtgren y sus acólitos no pisaban los escenarios de la Ciudad Condal, así que había que recuperar el tiempo perdido. Con mucha fuerza y precedidos de una desquiciante introducción los músicos aparecían en escena para inaugurar la velada con una pieza ganadora como es «Designed To Piss You Off», que conseguía que la gente no parara de saltar acompañando su impetuoso desarrollo, constatando que la banda no ha perdido su voraz instinto asesino.
Ataviado con su característica camisa de fuerza, el frontman sueco no tardaría en convertirse en el centro de todas de las miradas al dejar su guitarra a un lado para concentrarse en las tormentosas estrofas de «Suicide Machine», que hacia que la temperatura subiera en el local, con toda la gente danzando mientras esas rotundas bases electrónicas se entremezclaban con las guitarras en un demencial ejercicio de metal industrial. Una de las sorpresas de la noche fue el intenso ritmo que los suecos imprimieron a su presentación, azotándonos sin compasión en trallazos como «The Great Pretender», que se convertiría en uno de las más celebrados de la noche.
Mucho se ha venido hablando desde la publicación de «Coming Home», sobre el potencial de las nuevas composiciones de la banda, de modo que personalmente tenia muchas ganas de comprobar como sonarían en directo temas a priori más accesibles como «A Wannabe», y lo cierto es que me acabaron convenciendo gracias a la soberbia interpretación de Tägtgren y al dramatismo de su base acústica. El momento de volver a pisar el acelerador al máximo llegaría durante el arranque de «Zombie Slam», que volvía a desatar la euforia entre las primeras filas mientras el frontman castigaba sus cuerdas vocales con un desgarrador alarido final. Sin apenas darnos tiempo para recuperar el aliento el cuarteto proseguiría su asedio con la camaleónica «Monkey Business», que aunaba las voces de los presentes para poner el recinto patas arriba.
Para los más veteranos el clímax llegaría con la dupla que conformaron la adictiva «End Of The Line», todo un clásico que sirvió para que Tägtgren nos incitara a gritar con todas nuestras fuerzas; y la machacona «It´s Only Them», que se convertiría en el primer recuerdo a su tercer largo «Nothing Remains The Same», y para el que contarían con la colaboración de un ente demoniaco que se mezcló entre los músicos para apoyar en los coros. Una nueva mirada sobre «Coming Home», sería la excusa perfecta para ofrecernos una arrolladora «PAIN In The Ass», que fue fantásticamente recibida.
Esa conexión que la banda fue creando a lo largo del show alcanzaría su punto álgido con la llegada de «I´m Going In», que se convertiría en el preámbulo perfecto para un extenso capítulo dedicado a su última entrega discográfica. El sonido de la acústica volvería a impregnar el recinto durante el arranque del nostálgico «Coming Home». Mucho más visceral y metalera sonaría «Black Knight Satellite», que hacia que el show volviera a retomar toda su intensidad. Tägtren y sus muchachos parecían completamente desatados, así que para hacer rugir al personal optarían por la controvertida «Call Me». Mientras que para finiquitar este segundo acto dedicado a su octavo trabajo nos regalarían las hipnóticas ambientaciones de «Starseed».
No había escapatoria, PAIN estaban dispuestos a volarnos la cabeza. De modo que las guitarras sonarían más asesinas que nunca durante la enfermiza «Dirty Woman», que nos flanqueaba el camino hacía un último asalto que estaría protagonizado por los hímnicos estribillos de «Same Old Song», y la imprescindible «Shut Your Mouth, que fue coreada con devoción por unos seguidores files y leales, que tributaron a la banda una rotunda ovación final.
Mientras algunos seguimos cuestionando la calidad de sus últimas entregas, Peter Tägtgren continúa comandando con mano férrea los destinos de PAIN, demostrando sobre los escenarios el excelente estado de forma de «esa criatura» que se nutre de guitarras infecciosas, letras subversivas y metal industrial.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Elena Marco
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.