Crónica y fotos de MAX & IGOR CAVALERA Return To Roots y CRISIX en Bilbao

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Sábado 5 de Noviembre de 2016 – Sala Santana 27 – Bilbao

Ambiente de las grandes ocasiones para recibir la visita a Bilbao de los hermanos Cavalera con más olor a SEPULTURA desde que estos abandonaran la formación, tal vez incluso desde que el mayor de los hermanos saliera de la banda, momento desde el cual esto no volvió a ser lo mismo. No en vano, los propios SEPULTURA actuales lo tendrían difícil para llegar a este poder de convocatoria, con un lleno en la sala Santana 27, que no falló al reclamo de la gira conmemorativa del 20 aniversario de «Roots». Para la mayoría la última gran obra de los míticos brasileños.

Como invitados aparecieron en escena CRISIX, los cuales ya sabemos muy bien cómo se las gastan en vivo. Con tres discos ya editados y un constante ascenso en popularidad, los catalanes no han perdido un ápice de frescura sobre las tablas. Si cabe se les ve más seguros y con ganas de pasárselo en grande junto a un público al que hacen participe de la actuación desde el mismo momento en que con una sonrisa de oreja a oreja salen a las tablas arengando a las masas.

Presentaban su nueva obra «From Blue To Black», con temas contundentes y rabiosos, como no cabía esperar menos, que garantizan el nervio y la diversión en sus descargas. De hecho no dejarían de provocar pogos con «G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)» o ese «Psycho Crisix Word» cuyas palabras ocupaban respectivos puestos en las tres plataformas colocadas  a lo largo de la parte frontal del escenario, donde los músicos se subirían de manera continua, con una movilidad que no deja ni mucho menos en el plano visual el peso exclusivamente en su frontman. Funcionan como conjunto de una manera espectacular.

Si bien no dejó de haber movimiento entre el público, nada comparado a «Bring´ Em To ThePit», con el tradicional en sus conciertos futbol of death con unos globos colocados en el centro de los dos bloques creados y dirigidos por Juli para la ocasión. Y por supuesto no faltaron más recuerdos a sus anteriores trabajos donde hay arsenal suficiente para garantizar explosividad en sus descargas con temas como «I.Y.F.F.» o el propio «Ultra Thrash» con el que siguen cerrando sus descargas. Tampoco se dejaron en el tintero el nuevo «Agents Of Mosh», realizado para la reedición de su primer disco «TheMenace». No desaprovechan ni una sola ocasión en la que se suben a las tablas, siempre motivados.

Bajo el reclamo de «Return To Roots» se unían los hermanos Cavalera para una gira muy especial, que se caldeó en parte con las propias declaraciones de los hermanos admitiendo que tal vez debían haber echado en su día al resto de la banda y quedarse con el nombre de SEPULTURA. Declaraciones que pueden resultarpolémicas, pero que a buen seguro a los seguidores delos brasileños no les parecerán faltas de razón. No en vano, MAX & IGOR CAVALERA fueron piezas angulares de aquel nuevo sonido para el thrash metal, y la presencia de público en esta visita a Bilbao avala que para muchos hoy estábamos en buena parte ante los propios SEPULTURA.

Pero la formación que teníamos en escena no era otra que la de CAVALERA CONSPIRACY, conJohnyChow al bajo y Marc Rizzo a la guitarra, ambos solventes músicos para brindar el peso y la consistencia a los temas de un «Roots» al que se le dedicóprácticamente la totalidad del concierto.

«Roots Bloody Roots» para abrir la descarga no permite precalentamientos. Recibidos como ídolos aparecieron en las tablas los músicos de la manera más impactante posible, a pesar de que a Max le cuesta transmitir como antaño en su actual estado de forma. Pese a ello necesita muy poco para que el público se vuelque con él. Ya lo hemos vivido también con SOULFLY, y en esta ocasión, con el mítico disco de su ex- banda como fondo aun lo tendría mucho más sencillo.

Tras una pequeña exhibición de esos sonidos étnicos en «Attitude», apenas necesitó dar una pequeña entrada en «Cut-Throat» para que a modo de eco el personalrespondiera. Otros temas de por sí daban pie a que todos los presentes saltaran, como fue el caso del tribal «Ratamahatta».

Se le vio especialmente entregado en el final de «Straighthate», haciendo un apoteósico final que pudiera emular aquellos registros rotos que dejara en estudio. Era un paso previo a un «Spit» donde no se hizo esperar el circlepit solicitado por el vocalista.

La interpretación íntegra de la obra nos hacía pasar por momentos más relajados como «Lookaway», si bien la explosividad de «Dusted» o «Born Stubborn» eran los que provocarían la mayor reacción en el público, que no dudaría en responder levantando los brazos o con palmas a los requerimientos de Max Cavalera.

Pero entonces llegaba el turno de jalear a Igor, con el solo de batería de «Itsári», al que se uniría posteriormente su hermano a la percusión con un tambor colocado frente al micro parar entrar con «Ambush», previo a una final con «EndangeredSpecies» y «Dictatorshit» que volvieron a generar terremotos en la sala.

Se marchó la banda del escenario, dejando a la gente con ganas de más. Probablemente todos hubiéramos preferido temas de otros trabajos de SEPULTURA, pero los bises fueron dedicados a unas versiones que la banda desarrolló de la manera más cafre. Tras el denso «Procreation (Of The Wicked)» de Celtic Frost, la banda desfiguró el «Ace Of Spades» de MOTÖRHEAD, llevado intencionadamente al terreno más visceral posible para convertir ese final de descarga en algo tan anárquico como intenso. Para ello continuaron con la versión de «Policia» de sus compatriotas Titãs, que ya realizaran en tiempos de SEPULTURA, y terminaron con una revisión del propio «Roots Bloody Roots» acelerada a la máxima potencia, con la pretensión más estruendosa posible.

Todavía había quien esperaba algo más, pero el espacio para rememorar a los clásicos SEPULTURA, aunque no fuera exactamente con la banda brasileña, había tocado a su fin. Sí que creo que hubieran redondeado la noche con alguna revisión de tres o cuatro clásicos de la ex- banda de los hermanos Cavalera, pero los allí reunidos guardarán muy adentro este homenaje a uno de esos discos que independientemente de gustos marcó un antes y un después en el metal. Por eso 20 años después sigue así de vivo.

Texto: Antonio Refoyo (www.lamiradanegra.es)

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