Crítica del CD de ZENOBIA – Alma de Fuego 2

ZENOBIA – Alma de Fuego 2
Discográfica: Maldito Records

Puntuación Popular

Como el buen vino, los riojanos ZENOBIA acostumbran a dejar un agradable sabor de boca. Su trayectoria musical siempre ha mirado hacia arriba, subiendo por la complicada escalera del metal español. Con un cambio de formación que sembró desconfianza e inmediatamente se disipó ante la facturación de Supernova allá por 2015, la banda ha decidido abrazar el pasado y recuperar parte de su esencia característica. Con Alma de fuego el grupo se consagró y alzó un vuelo que sigue presente en la actualidad.

Sus bases iniciales sobresalen por la esencia presente en el power metal facturado en los primeros discos. Mediante unas canciones autóctonas e indistinguibles, ZENOBIA se fijó. No obstante, y sin desprenderse drásticamente de sus bases iniciales, el grupo ha tomado una senda sinuosa que ha modificado el valor estilístico que los definió. Estos cambios no son, ni de lejos, motivo de preocupación, pues Supernova representó una evolución sin precedentes donde resaltó la variedad de la banda y la veteranía del nuevo guitarrista, Víctor de Andrés, que ha demostrado ser merecedor de empuñar las seis cuerdas.

No obstante, y atendiendo a muchos fans, la banda prometió recuperar parte del espíritu de sus primeros discos con Alma de Fuego II ya no sólo musicalmente, sino en sus versos . La plenitud de Jorge Berceo como vocal y su desvinculación de la guitarra podría alterar parte del enfoque que requiere el género  powermetalero. No obstante, en los directos se ha puesto de manifiesto que la banda es capaz de afrontar cualquier tema de su repertorio musical con solvencia. ¿Cumple Alma de Fuego II su cometido reminiscente? Sí y no, pero esto es algo positivo. El disco vuelve a caracterizarse por la variedad musical, pero esta vez enfatizando algunas facetas olvidadas. Representa una evolución, ampliamente, de Supernova, donde la producción respalda la calidad de todos los componentes y la estructura estilística exhibe un acabado versátil e innovador. Todos los músicos han evolucionado notablemente, destacando un Berceo pletónico y muy mejorado. Además, la incorporación de un teclista dota a las canciones de un aire más variado que conjuga a la perfección con la banda.

La canción que sirve de apertura es 100 Dardos, un tema ya conocido que calca ciertos aspectos de aquel Supernova gracias a una pieza rígida acompañada por un solo introductorio. El tema declara a pleno pulmón la intencionalidad del disco que radica en la versatilidad a la hora de combinar géneros que engloben facetas de toda su trayectoria, siendo esta canción un reflejo del poderío marcado en su último plástico. Riff rotundo, un ritmo trepidante y un estribillo rápidamente asimilable.

Los veteranos de la banda arroparán con pleno gusto Ángel Negro que, a pesar de su nombre, no juega con versos y ritmos melancólicos, más bien explora la faceta primitiva de la banda, el power metal. ZENOBIA golpea fuerte en el pasado y nos trae un tema perfectamente enmarcable en Alma de Fuego (1). Con velocidad y un trasfondo melódico apreciable, Víctor resucita las trazas perdidas de la banda mientras Jorge alcanza con solvencia grandes tonalidades y nos regala un estribillo pegadizo. Un tema machacón de la vieja usanza.

Como puente entre la canción anterior y El Pacto aparece Entre Tinieblas, una especie de instrumental dominada por unos teclados espeluznantes que crean un contexto tétrico en poco menos de un minuto. En cuanto al cuarto corte del disco, la banda rescata el rigor con riff marchosos junto un teclado que resuena en la lejanía y dota al tema, de lírica fantástica, de unas bases instrumentales que encajan a la perfección. El estribillo de nuevo vuelve a ser crucial en la sostenibilidad de la canción, y Berceo remarca su labor vocal amparándose en la variedad de registros.

Mismo brillo desprende Corazón de hielo, un tema deliberadamente sobrio que explora los aspectos más afectivos de la banda. Alejándose de la balada y del poderío desprendido previamente, el principal soporte del tema es la lírica romántica que no incide en la excesiva melosidad, pero aspira a perpetuarse en el repertorio de sensiblerías que posee la banda y que, personalmente, me parece de sus mayores bazas. El estribillo juega a favor para consagrarse como un tema indispensable en la próxima gira.

Las arenas de Palmira nos transportan a Egipto en un minuto de instrumental que se desvincula de las características lúgubres presentes en Entre Tinieblas y actúa con mayor suavidad. Mi destino aloja un cambio drástico musicalmente. La introducción recuerda un poco a temas como Aquelarre o Satanael de MÄGO DE OZ mediante un riff rítmico vinculado a una pequeña melodía que, junto con la instrumental anterior, sirve de ticket para transportarnos hacia el paraíso de las pirámides y efigies. Se define como un medio tiempo similar a El sueño de un loco de su último plástico pero aliñado con una mayor cadencia que se ajusta al concepto del tema.

Para quien ya añoraba la velocidad que respire tranquilo, Milita est Vita nos devuelve la rapidez temporalmente solapada en los temas previos. La introducción arranca con presteza y sin descanso rasgando un riff veloz extendido durante los 4 minutos y medio que dura la canción. Un elemento innovador que aporta el tema es el fraseo en latín conjugado junto la guitarra el cual recuerda, si me permitís la comparación, a la introducción de La Cruz de Santiago en su reedición con Leo Jiménez. Esta inserción sinfónica queda patente en todo el tema y favorecerá su presencia en los conciertos ya que adopta un aspecto más soberbio y que, acompañado de un estribillo fácil y directo, será una apuesta segura. Lo único replicable en este tema es la presencia de una demoledora guitarra rítmica que acompaña al fantástico solo. ¿Qué tiene de malo ésto? Pues su ausencia en el directo…

Grandiosidad es lo que desprende Océanos de fuego donde el hilo conductor es la mano ardiente de Víctor. Quien haya investigado sobre este guitarrista conocerá su afán por las instrumentales, y además de interpretarlas gustosamente lo hace con maestría. La esplendidez del guitarrista se percibe en este tema donde confluye un teclado sinfónico y se convierte en una auténtica pasada. Para encarar la recta final del disco aparece por fin, sí, se echaba de menos, la balada del disco. No quiero repetirme insistiendo en la calidad de la banda a la hora de explorar los aspectos más íntimos de las canciones. En Valiente impera la voz de Berceo y todo el sentimiento que imprime en la canción. Acompañado de un piano que musicaliza el ritmo vocal, el tema va adquiriendo un cariz grupal donde se van incorporando todos los instrumentos hasta  la llegada de un solo emotivo y estremecedor que sirve de apogeo para un tema espectacular. La banda puso de relieve su afinidad por las baladas con un disco que reeditó sus obras más íntimas y que, personalmente, no se me antoja innecesario.

Si Pudiera repercute en la mordacidad ausente en este disco y tan prodigada por el anterior. Con gran rigidez musical y virulencia lírica se confecciona un canto rebelde y concienciador que derrama versos de realidad. Como ya ocurría en Supernova, la transmisión del odio se desarrolla con riff desgarradores nutridos de una actitud ácida que se aprecia en todos los aspectos compositivos. El colofón llega con Brindemos por una canción, toda una declaración de intenciones que intensifica la afinidad de los músicos y oyentes hacia el heavy metal. Tónica musical, melodía pegadiza, estribillo sobresaliente y un solo que despide al CD dignamente. Y es que, como recuerda la canción, entre prosa fantástica, versos de desamor y denuncias sociales, no podemos olvidarnos de alzar las cervezas y brindar por el metal.

Jorge Albalate

Lista de Temas:

1. 100 Dardos
2. Ángel Negro
3. Entre Tinieblas
4. El Pacto
5. Corazón de Hielo
6. Las Arenas de Palmira
7. Mi Destino
8. Militia Est Vita
9. Océanos de Fuego
10. Valiente
11. Si Pudieras
12. Brindemos por una Canción

    Temas Extra:

13. Borraré tu Nombre – Live
14. Mi Alma es Tempestad – Live