En Noviembre se cumplen cuatro años. Cuatro años desde que KATATONIA, que presentaban por toda Europa «Dead End Kings», se vieran obligados a cancelar Barcelona y Madrid a consecuencia de la avería del autobús de la gira. Un duro golpe para banda y fans que no perdonaban una gira de la banda sueca desde hacía lustros y que, solo tres años después y con motivo del festival barcelonés BE PROG MY FRIENDS, conseguían saciar su ansia de algún modo con un concierto, eso sí, en formato festival, con la duración y condiciones escénicas que ello implica. Sin embargo, y pese a que la banda nunca ha renunciado a aparecer en los festivales en los que se les ha requerido, el caso de KATATONIA es el ejemplo típico de banda bipolar en cuanto a conciertos en salas y festivales.
Y es que al menos por la experiencia de quien escribe, si bien en salas con todo a favor son capaces de producir conciertos tanto a nivel acústico como escenográfico que realmente te transmiten lo que los temas expresan, en festivales la cosa cambia radicalmente, castigados frecuentemente con sonidos que cuando no entierran las voces convierten guitarras y bajo en bolas sónicas infumables. Por ello, la expectación por recibir entre cuatro paredes a los de Estocolmo era máxima, y el aspecto de la But madrileña para cuando los de Jonas Renkse hicieron acto de aparición, el merecido. Sin embargo, hasta ese momento todavía nos aguardaba una buena dosis de decibelios patrocinados por dos formaciones poco afines en lo musical a KATATONIA pero con mucha, muchísima calidad que ofrecer.
A las 19:30 se subían VOLA, banda de Copenague que practica un metal progresivo moderno la mar de interesante. Desfavorecidos por un sonido ciertamente embarullado especialmente en los primeros compases del concierto, los chicos, que tienen por padrino nada menos que al organizador del Euroblast, hicieron gala de técnica y buenas dosis de rabia cuando la situación lo requirió. Más preocupados por clavar cada nota que por despertar a base de movimiento al público que poco a poco iba poblando la But, desgranaban así temas de «Inmazes», su última creación, tales como «Starburn», «Your Mind Is A Helpless Dreamer», «Emily» o «Stray The Skies». Sensación típica de banda que abre un concierto. Talento hay, no obstante, y futuro todo el del mundo.
A continuación y antes de las 20:25 los islandeses AGENT FRESCO salían al escenario, y antes de y media ya nos tenían con la boca abierta. Y es que la banda, que debutaba en salas ibéricas tras su paso este verano por el BE PROG! MY FRIEND 2016, pasaba por ser una formación desconocida para unos pocos, no así para la mayoría para la que, lejos de jugar un papel secundario, desempeñaba un papel protagonista. Cinco minutos tardaron en convencernos al resto de que venían a algo más que a telonear a KATATONIA. A golpe de «Anemoi», piano y voz dan paso a «He Is Listening», toda una locura de ritmos y riffs en todas las direcciones con absolutamente todos los músicos saltando y derrochando energía encima del escenario. Presentado el concepto y asentado un sonido nítido en las diversas partes limpias de voz, piano o guitarra pero brutal en las partes distorsionadas, el resto del show fue disfrutar de la técnica, quinestesia y actitud de los islandeses.
Mención a la descomunal voz de su vocalista, capaz de alcanzar agudos alucinantes y de producir gritos realmente desgarradores que además en directo adquieren ese toque salvaje, desatado y crudo que difiere del estudio, donde se cuida más la entonación y la pureza. Su confianza es plena, como así demostró cantando a capela para dejarnos a todos alucinando. Temas como «Eyes of A Cloud Catcher», «Howls» o «Pyre» también pusieron la sala patas arriba como pocos teloneros lo han conseguido frente a mis ojos. Fans realmente entregados que obligaron a la banda a salir de nuevo y a seguir tocando incluso con una cuerda de bajo rota. Daba igual. Tras el subidón descomunal que había supuesto el paso de AGENT FRESCO por el escenario de una But ya sí con un aspecto cercano al lleno, tocaba rendir tributo a la banda de cabecera de la noche, con un estilo, todo sea dicho, poco afín al de las anteriores, pero de alguna forma confluente en los gustos de las cientos de personas que allí se citaban, a juzgar por lo visto.
Hacia las 21:30 el renovado quinteto de Estocolmo salía a escena no a ritmo de «Takeover», tema que abre su último trabajo «The Fall Of Hearts», como cabría esperar, sino con «Last Song Before The Fade», del citado nuevo álbum de los escandinavos. De hecho, finalmente el tema no sonó, lo que supuso al menos para un servidor una de las pocas sorpresas que nos deparó la noche en cuanto a repertorio. Ya de entrada las pocas dudas que pudiéramos tener en cuanto a sonido tras la descarga de AGENT FRESCO quedaban disipadas: Jonas alzando su voz nítida y cristalina por encima del resto y, salvo el barullo de los primeros minutos de concierto, en líneas generales buen sonido, lo cual por otra parte no debería ser noticia, pero ahí queda.
Flanqueados por dos banners con motivos conceptuales de su último trabajo y frente al telón exhibiendo el cuervo símbolo de su nueva imagen, KATATONIA ofrecieron un show previsible en alto grado, muy correcto y con pocas pegas. La banda, cuya carrera discográfica cuenta ya con 25 años nada menos, tiene mucho y muy variado donde elegir, también en lo estilístico, si bien como todo el mundo sabe poco o nada tiene que ver el doom/death que practicaban en «Dance Of December Souls» o «Brave Murder Day» con el prog/rock depresivo que practican desde hace ya eso sí bastantes años.
Sin embargo, por algún motivo los suecos prefieren no arriesgar y dejando sus dos primeros LP’s aparte suelen tocar de todos y cada uno de sus álbumes. El problema es que en cada gira o festival sabes que siempre te van a tocar las mismas, combinadas con las del último disco que estén presentando, con un margen mínimo de variación. Así, «The Great Cold Distance» volvió a erigirse como el trabajo del que salieron más temas, hasta el 50% del LP que por cierto este año cumple su décimo aniversario (algo de lo que nada dijeron) «July», «My Twin», «Soil’s Song», «Leaders», «In the White» y «Deliberation». Bajo volumen de los arreglos (sampleados) aparte, esta parece seguir siendo sin duda la época preferida por los fans, como así lo demuestra su respuesta en cada concierto. Eso sí, el sexteto de temas escogidos; impepinable. Otro de los discos celebrados es siempre «Viva Emptiness», que en esta ocasión fue representado cómo no por «Criminals» y «Evidence», dejando para otro día otra de las grandes ausentes, como fue «Ghost of the Sun». Son siempre momentos álgidos los protagonizados por esta época dorada dentro de la discografía de la banda.
Con Roger rindiendo bien a las seis cuerdas debutando en una gira de larga duración con KATATONIA, donde la banda si varió un tanto el guión fue con la elección de sus temas pertenecientes a los llamados discos clásicos. Así, y para contento de los más acérrimos seguidores de todas sus épocas, sonaba «Saw Your Drown» de «Discouraged Ones» o «For My Demons» del «Tonight’s Decission», así como el imperecedero «Teargas» del «Last Fair Deal Gone Down» por el que pasan y pasan las generaciones. Estos trabajos, de finales de los 90’s – principios de los 2000’s suponen la simiente de lo que luego serían KATATONIA pero, sin embargo, nunca consiguen levantar como lo hacen los temas de sus discos posteriores.
El resto del repertorio lo componen como no puede ser de otro modo temas de sus últimas obras. A la novedad de «Night Is The New Day» sobreviven «Forsaker» y «Day And Then The Shade», mientras que a la de «Dead End Kings» lo hacen «Dead Letters». Sensación, que por otra parte no me extraña, de que caló mucho más el primero que el último. No obstante, buena respuesta del público para los temas de «The Fall Of Hearts,» el disco que les traía, del que salvo la mencionada ausencia de «Takeover» que solo atino a explicar por su duración y dejando gustos personales aparte, pienso que eligieron bien. Sonaron «Last Song Before The Fade» (para abir, además), «Old Heart Falls» (de lo mejor del disco) y la bonita «Serein» (algo deslucida por coros un tanto desafinados), también en los primeros compases del concierto.
Dieciocho temas en total, cerca de 90 minutos de show, buen sonido en líneas generales y una elección de repertorio poco arriesgada pero con mucha lógica hicieron que las caras tras la velada fueran de satisfacción, la de haber podido disfrutar por fin y tras una gira de ausencia de un show completo de KATATONIA en sala, donde siempre ganan enteros.
Set List KATATONIA:
- Last Song Before The Fade
- Deliberation
- Serein
- Dead Letters
- Day And Then The Shade
- Teargas
- Criminals
- Saw You Drown
- Evidence
- Soil’s Song
- Old Heart Falls
- For My Demons
- Leaders
- In The White
- Forsaker
- My Twin
- Lethean
- July
Texto: Raúl del Amo
Fotos: Álvaro Ochoa
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