Crítica del CD de DÜNEDAIN – Pandemonium

 DÜNEDAIN – Pandemonium
Discográfica: Independiente

Puntuación Popular

DÜNEDAIN vuelven a la carga. Y lo hacen con la agitación inherente a los cambios, sobre todo a las modificaciones de personal. La significación del cambio no es por la cantidad de músicos renovados, pues el grupo conserva a casi todos los integrantes originales de la banda, sino a un cambio vocal. La voz siempre ha caracterizado a los grupos por ser su representación más superficial y próxima, y un cambio en esta faceta siembra el recelo y la incertidumbre en los oyentes. No obstante, DÜNEDAIN no entiende de negligencias ni de desaciertos y la presencia de Carlos Sanz a la voz se torna indispensable una vez escuchado el nuevo proyecto.

Con Tony Delgado, líder y guitarrista incombustible de la banda, dedicado exclusivamente a su labor en las seis cuerdas pero sin renunciar taxativamente a la tarea vocal, la banda reformula su producción sin desprenderse del espíritu que la define. La composición de los temas manifiesta un acabado increíble en aspectos instrumentales con mucho juego en las florituras y la adición de algunas sorpresas que veremos en la disección del plástico. Los primeros tanteos con la voz disipan cualquier duda sobre Carlos, quien realiza un trabajo impecable no solo en los agudos, que telita, sino en la versatilidad y el espectro de tonalidades que tiene, sobre todo en los registros más exigentes.

Finalmente, y a pesar de lo ilustrosa a la par de sorprendente que se torna la portada, ésta no define el concepto del disco. Pero esta disconformidad no deja de ser irrelevante, pues las letras están muy elaboradas y se alejan de los clásicos tópicos, aunque algunos pasajes líricos incurren en esas muletillas indelebles apreciables en muchos grupos. No obstante, ya anticipo que la calidad del disco es degustable en todos los aspectos. Veámoslo.

El LP arranca con suavidad a través de una instrumental acariciada inicialmente con la guitarra donde se van acogiendo todos los instrumentos hasta configurar una melodía contundente y pegadiza que sirve de aperitivo para todo lo que se avecina.

Con Legado, el primer tema, se deglute completamente el esmero invertido en el nuevo proyecto. La canción sigue una estructura heavy, pero los adornos y el poderío de la guitarra desvelan la gran producción en el aspecto instrumental. Por su parte, y como característica más dubitativa respecto los fans del grupo, desde las primeras estrofas se percibe la excelencia vocal de Carlos Sanz quien ya se consolida automáticamente como la nueva e indiscutible voz de DÜNEDAIN. El estribillo del tema sigue una propiedad reiterada en diferentes canciones, y es el escalonamiento de agudos que ratifican el gran potencial del cantante. Por su parte, Bola de Cristal plasma nuevamente un estilo heavy con melodías más cadenciosas y muy nítidas. Destaca principalmente el estribillo que conjuga una excelente labor vocal con una configuración guitarril muy bien ensamblada.

Ya desde el principio encontramos uno de los temas más interesantes del plástico. Volar arranca con un riff rotundo que entronca con un pasaje tenue dirigido por Carlos donde inmediatamente se unen todos los instrumentos, resaltando la presencia del sintentizador que acompaña a la guitarra en el estribillo, muy pegadizo de nuevo, y en otros compases de la canción. Conquistar el cielo apela a la velocidad como principal baza. Una canción muy rápida dominada por unas guitarras veloces e incesantes que coquetean con un dúo vocal acentuado por un estribillo tajante donde se termina de disipar todo recelo sobre la nueva incorporación. Una canción que sintetiza todos los valores del grupo en 5 minutos. ¿El solo? Sin palabras.

El ecuador del disco es un engaño agradable. Hechizo nos sume en un encantamiento temporal que apunta a balada pero que se torna súbitamente en otro cañonazo energético endulzado por una letra melindrosa y muy trabajada. Otro ejemplo que clarifica la diversidad de melodías que pueden acompañar a una canción romántica, desvinculándose de la típica fórmula triunfante.

El juego instrumental con el que arranca Confía en el amanecer es muy interesante. Guitarras alternadas con un teclado que armoniza con la melodía principal esgrimida por Carlos. Aunque se trate de una canción más pausada y tranquila, tanto el mensaje que transmite como la forma de comunicarlo es excelente, pero achaco cierta saturación en el estribillo que podría haberse enmendado con mayor variedad lírica.

Vivir en el pecado vuelve a ser un golpe concienciador y muy interesante si nos atenemos a él. Sigue la misma dinámica que los primeros temas del disco jugando con un estribillo pegadizo que, de nuevo, vuelve a extenderse hasta el final junto un solo de guitarra que tontea con la voz. Luna y sol, el tema más extenso del disco, penetra nuevamente en la temática amorosa y, otra vez, con excelencia. Alejándose de la balada y en un término medio entre ésta y un tema rápida, la proyección lírica está marcada por unos agudos estremecedores y diligentes. El solo vuelve a señalar la excelencia de Tony en las seis cuerdas.

La recta final del plástico despega con Tu sueño y, como en una ensoñación, la canción está acicalada con la presencia de sonidos celta. Las pinceladas folk se repiten en algunos pasajes del tema y concilian perfectamente con la intencionalidad de la canción, tanto en la letra como en su melodía desenfadada y guasona. Uno de los elementos más caracterizadores del tema es la variedad de tonalidades escoltadas por algunos silencios que rompen repentinamente y, de nuevo, se ajustan al concepto de la canción.

El beso reincide en el romanticismo, pero esta vez la calidez del tema galopa en precisas y brillantes melodías instrumentales que derivan en un solo precioso. Finalmente, como bonus y uno de los mejores temas del plástico, encontramos Melcancolía el cual recupera la vertiginosidad y nos narra una historia retrospectiva y motivadora. La ecuación vuelve a ser triunfante: una melodía más power, estribillo atractivo, riff apabullantes y un solo que no deja nada indiferente.

No quiero abalanzarme a afirmar con casi total convencimiento que el revestimiento de DÜNEDAIN catapultará al grupo hacia lo más alto de la escena metalera española. Pandemonium no sólo ejemplifica la efectividad de los cambios, sino que resalta el progreso en momentos de modificación. Los cambios de formación tienden a desestructurar las bases primigenias de los grupos con la finalidad de adaptarse a los registros, habilidades y características de los nuevos integrantes. Y este plástico es una prueba positiva e inequívoca de ello, de la magnificencia que esboza la incorporación de un vocalista sin fisuras, de un guitarrista curtido y profesional que sabe conquistar a los oyentes y, en general, de un grupo que innova en concepto y musicalidad sin prescindir de su esencia más primitiva.

Jorge Albalate

Lista de Temas:

1. Eón
2. Legado
3. Bola de cristal
4. Vuela
5. Conquistar el cielo
6. Hechizo
7. Confía en el amanecer
8. Vivir en pecado
9. Luna y sol
10. Tu sueño
11. El beso
12. Melancolía (bonus)