SABATON – The Last Stand
Discográfica: Nuclear Blast
Los suecos SABATON no paran. Son unos trabajadores incansables y muestra de ello son los ocho discos (incluyendo éste que hoy nos ocupa) que han editado en once años de historia discográfica. Todos ellos con sus pertinentes giras de presentación, las cuales sólo han detenido para componer y volver al estudio para dar forma al siguiente álbum.
Todo esto, unido al beneplácito del público a nivel general, ha conseguido que vayan creciendo exponencialmente cada año, hasta conseguir algunos hitos en su carrera como el de ser cabezas de cartel en una de las jornadas del archiconocido festival WACKEN en su edición de 2015. No son pocos los que piensan que están llamados a liderar una futura generación de bandas de estadios, una vez los grandes dinosaurios aún en activo comiencen a retirarse.
Es por este motivo, que cada paso ha de ser calculado minuciosamente, para que no sea en falso, razón quizás por la que nos encontramos ante un «The Last Stand» efectivo pero demasiado conservador en su conjunto. Sí, encontramos alguna que otra sorpresa. Incluso podemos hablar de su álbum más variado hasta la fecha, conjugando heavy metal y melodía a partes iguales. Pero al menos viniendo del que firma, hubiera deseado algo más. Me falta algún elemento llamativo que logre convencerme de que esta banda tiene un auténtico futuro como grande dentro del género, igual que a las que se supone viene a tomar el relevo.
Tomando como referencia a los grandes, en Iron Maiden «Powerslave» era totalmente distinto a «Somewhere in Time», o éste de «Seventh Son of a Seventh Son», conservando los patrones compositivos propios, pero aportando cambios sonoros (aún cuando el productor de estos tres álbumes fue el mismo, Martin Birch), o qué decir de la marcada y evidente evolución de Judas Priest durante toda la década de los años ochenta. En definitiva, SABATON apuestan a ganar, pero sobre seguro y aunque consiguen un buen acabado, termino echar en falta cierto riesgo. Tenerles trabajando y creando fuera de su zona de confort creo que puede ser todo un reto para la banda de cara al futuro, así como depararnos momentos interesantes a los fans.
De nuevo han contado con la labor del productor Peter Tätgren, buen conocedor de su sonido, para dar forma a las diez canciones, más una introducción narrada, consiguiendo un resultado más que notable. Han retomado el uso de teclados marcando el riff, algo que habían dejado de lado en su anterior «Heroes» y que causa un efecto de contar como con una tercera guitarra, lo cual añade un toque de personalidad que agradezco.
Una vez iniciada la escucha, no tardaremos en trasladarnos a la batalla de las Termópilas. «Sparta» es un tema más a medio tiempo pero con energía y contundencia suficientes para iniciar el álbum. Además, no puedo parar de pensar la fiesta que se va a montar en los próximos conciertos de la banda a grito de «Uh! Ah!», cual espartanos empujando contra las hordas del rey persa Xerxes. «Last Dying Breath» continúa de manera progresiva adentrándonos en su idiosincrasia siendo un tema resultón, algo más rápido que su predecesor y mayor presencia de teclados. La sorpresa llegará con «Blood of Bannockburn». Sus tambores y gaitas aportando el ambiente escocés propicio para una de las canciones que va a ser un éxito seguro en los directos. En ella se toman su tiempo, paran en cada estribillo para mantener el coro sólo a golpe de bombo en sus primeros compases, resolviendo con un solo de hammond unido a otro de guitarra.
«The Lost Battalion» se sostiene tanto por su bases de sintetizador a medio tiempo (de hecho, es un parecido razonable a «Blood Red Skies» de Judas Priest) y un coro sólido, bien construido y de esos que enganchan a primera escucha. De hecho, es mi favorita del disco, dando paso además a la vertiente más netamente heavy del álbum, iniciada con un potente «Rorke’s Drift» que tiene uno de sus mejores riffs, marcando ritmo y melodía a la par del doble bombo. «The Last Stand», con sus guitarras, bajo y teclados cabalgando sobre el marcado charles de la batería, bautiza con honores al disco. Mención, por cierto, a una armada española, comandada por la casa de Habsburgo contra la guardia suiza del Papa Clemente VII.
«Hill 3234» nos traslada a Afganistán, siendo otro de los temas más heavies y poderosos del álbum, perfecto preámbulo a «Shiroyama», con un riff marcado, fácilmente reconocible y con los teclados dotándoles de mayor fuerza, dando las mismas notas de lo que a la postre será el efectivo estribillo de una de las mayores tragedias de Japón y que supuso la práctica desaparición de los samuráis. Por su parte, «Winged Hussars» deja que sea el bajo el que marque el camino a seguir, mientras guitarras y teclas llevan a lo más alto el estribillo. «The Last Battle» (en relación a la última batalla de la Segunda Guerra Mundial, para conseguir la toma del Castillo Itter) tiene momentos en los que, musicalmente, casi parecen una banda de A.O.R. por varios momentos, de nuevo por la manera en cómo usan los sintetizadores para acompañar los momentos en los que quieren destacar las partes álgidas.
En general pues, nos encontramos ante un buen disco que gustará a quienes fueran fans de la banda hasta la fecha, suponiendo un buen argumento para aquellos que deseen descubrir sobre su música. Aunque, como comentaba más arriba, se echa en falta un espíritu menos conservador. En todo caso, y como siempre sucede cuando dan a conocer un álbum nuevo, lo mejor está por llegar en forma de directo, ya que el escenario es el elemento natural de SABATON, donde todo cobra una nueva dimensión y cada una de las canciones ganan por enteros. Habrá que esperar hasta Enero, pero a buen seguro, merecerá y mucho la pena.
J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Lista de Temas:
- Sparta
- Last Dying Breath
- Blood Of Bannockburn
- Diary Of An Unknown Soldier
- The Lost Battalion
- Rorke’s Drift
- The Last Stand
- Hill 3234
- Shiroyama
- Winged Hussars
- The Last Battle
Extra: - Camouflage
- All Guns Blazing
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No se, creo que falta esa canción que lo convierte en un buen album. Regular
todavía no he podido escucharlo, de momento los dos adelantos me dejaron un poco frío.
aunque por lo general los discos de Sabaton me van entrando con las escuchas hasta que finalmente me enganchan.
A mí me parece un gran disco, y eso que nunca he sido un gran seguidor de su música. Son lo que son… Temas muy directos, cortos y sin grandes parafernalias… pero con un sentido de la melodía muy cuidado, muy adictivos en todas sus construcciones… Y qué decir de lo mucho que cuidan portadas, presentaciones… El digibook del nuevo disco vuelve a ser una pasada…
Cierto,también me ha dejado un poco frío tras su primera escucha pero vamos…que posee calidad y buen hacer a raudales.Me sucede a mi también lo comentado por ahí arriba en cuanto que luego ya me van entrando las nuevas canciones.
Por cierto,a modo de sugerencia comentar que Sabaton están presentando su nuevo álbum junto a una banda llamada Ariadna Project que presenta su nuevo álbum «Novus Mundus» procedente de Argentina que recomiendo a todas luces para aquellos que gusten del sonido de los álbumes «Visions» ó «Destiny» de los Stratovarius con un cantante en la línea de Tete Novoa o incluso con dejes a lo Michael Sweet de Stryper.
Para mi abusan demasiado de teclado y sintetizadores en este the Last Stand. Y mira que hay grupos en los que me encanta la presencia omnipresente de las teclas, pero para el estilo e idiosincrasia de Sabaton creo que deberían haber escondido más este elemento para dar más presencia a las guitarras. Por lo demás me parece un disco sólido y variado, en el que echo en falta algún mega hit, de esos que ya a la primera escucha ya sabes que se convertirá en un clásico.
Completamente de acuerdo. Para mí el último mega hit de Sabaton fue The Lion From The Norh.