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+ COTARD
Sábado 9 de Abril de 2016 – Sala Silikona – Madrid
Es curioso como a veces uno escribe sobre ciertas bandas, recibe comentarios bastante positivos a sus artículos, pero luego a la hora de los conciertos, siempre estamos ahí los mismos. Y yo me pregunto, ¿dónde se encontrarían todos aquellos acólitos? Con cada vez menos sentido la excusa de la crisis (y no tanto por la recuperación económica, sino porque con los precios de conciertos como el que nos ocupa, nunca hubo lugar a tal argumento) y la proliferación de las redes sociales anunciando los eventos, no tiene sentido que bandas como Easy Rider o INFAMIA, presentando oficialmente un discazo como es «Sin Respiro», en una ciudad como Madrid, albergue una asistencia tan paupérrima. Y tampoco me sirve el hecho de que hubiera otras citas en directo. ¡Señores, que estamos hablando de la capital! ¿Me estáis diciendo que no había gente para llenar varias salas una misma noche? Al final, uno saca la conclusión de que lo que la gente no quiere es moverse de su casa. Nos hemos vuelto perezosos en exceso y parece que, el hecho de que un grupo cargado de ilusión haga cientos de kilómetros para tocar en nuestra localidad, ya no es motivación suficiente. Es mejor vivir las experiencias a través de la pantalla de un ordenador o un Smartphone.
Para los que sí fuimos, decir que lo de INFAMIA fue un conciertazo en toda regla, como los riojanos nos tienen acostumbrados. Dieciocho canciones sin respiro (permítanme la licencia), sudando y dándolo todo como si de un festival abarrotado de público se tratara, cuidando a sus fans, los de verdad. Además con un repertorio de lo más variado, dando especial importancia a su última obra, pero sin dejar de lado lo mejor de toda su discografía. Con un sonido excelente, unos instrumentistas 100% solventes y un vocalista que llega a cada uno de los exigentes tonos (aunque algún que otro gallo tuvo, pero de manera muy ocasional) que él mismo registra en el estudio de grabación.
Antes de eso, tuve la oportunidad de conocer a una banda de la que no tenía constancia hasta la fecha, los madrileños COTARD. El cuarteto practica un hard rock melódico e interesante, con acierto en la composición, aunque no tanto a la hora de escoger las versiones de su repertorio. Las de la noche del sábado fueron un extraño «My Baby Shot Me Down» (ya vinculado de por siempre a Tarantino gracias a «Kill Bill Vol. 1») cuya reconversión al rock no terminó de convencerme y un «Welcome to the Jungle» carente de los muchos matices que tiene la canción original. Y es que siempre he pensado que las versiones han de escogerse para no sólo animar al público, sino también para potenciar las virtudes de la banda. COTARD las tiene y estoy seguro que con otra selección de temas pueden hacerlas destacar mucho más.
Sin embargo, en cuanto a temas propios la cosa cambia a mejor, y es que esta banda apunta maneras, capitaneados por un guitarrista efectivo como es Carlos, así como por la pedazo de voz que destila Celia, no sólo de bello timbre, sino con una técnica cuidada, capaz de modular su «instrumento» a placer.
«Sobre la Tormenta», «El Trance» (de contundente riff aunque poderosamente melódica), «Polvo y Arena» o «Nunca Más», en una línea más tranquila y atmosférica, fueron grandes aciertos, idóneos para abrir el apetito musical de la velada.
Poco tardaríamos en tener a INFAMIA sobre las tablas, para nada amilanados ante la perspectiva de tener que tocar con un escaso público. Escaso pero entregado, todo sea dicho.
«Mi Generación» abrió con fuerza, recordando el drama de quienes tienen que emigrar porque no se les brinda una oportunidad profesional en su propio país. El clásico «Flor de Hiel» fue muy bien recibido por aquellos que llevan años siguiendo a los riojanos, cantándola cual himno, siguiendo con «La Razón Dormida», súper pegadiza e ideal para los directos.
Me encantó «Fiel a mis Sentimientos», tanto por lo buena que es, como por el hecho de constatar que siguen teniendo en cuenta los temas de «Neophobia» para confirmar su repertorio, disco que supuso un antes y un después en su sonido, algo de lo que se ha nutrido el sensacional «Sin Respiro». Ante el grito de Fredy «Bailemos un vals», sonaría «El Último Adiós», con ese compás tan marcado y esos aires tan Sôber que le sientan fenomenal, tras la que harían una nueva mirada a su pasado gracias a «Condenado».
«El Rechazo de mi Cuerpo pondría la nota melódica, diferente pero a la par necesaria, dotando de contraste, tras la que vendría un genial «La Cara Oculta», ¡qué temazo! Y qué decir de «El Juego», buenísima y de nuevo muy bien recibida por los madrileños.
Con el poderoso «Adiós», dedicada a uno de sus amigos asistentes, vendría otro de los platos fuertes, «Un Capricho Más», hablando sobre la triste realidad de quien es tan miserable como para abandonar a su mascota. «Sueño o Realidad» nos llevaría a la portentosa «Del Paraíso al Infierno» y a la obra cumbre de «Sin Respiro», un alucinante «Amordazados» ante el grito «la voz del pueblo no es ilegal».
Nos íbamos acercando al final, no sin antes recordar a su amigo Xabi, fallecido por un accidente de moto, con «Mil Lágrimas» y recordar su faceta más power metal gracias a «La Luz del Sol».
«Jugando a ser Dios» (otro pedazo de canción) y el single «Sin Respiro» (dejando lo nuevo para terminar por todo lo alto y demostrando lo buena que es), pusieron el colofón a una gran noche musical, empañada únicamente por la escasa asistencia, y es que esta gente se merece mucho, pero que mucho más.
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Manu Arcas
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