ÓPERA MAGNA – Del amor y otros demonios -Acto 2
Discográfica: Autoeditado
Después de dejarnos sedientos con la primera parte de Del Amor Y Otros Demonios, los valencianos OPERA MAGNA vuelven con la segunda parte de una trilogía cuya composición musical ha variado respecto sus obras anteriores. La banda ya forma parte del elenco de grupos más sugerentes en la escena hispana metalera, sobre todo tras su salida del anonimato completo con aquel perfecto disco titulado Poe que musicalizaba algunas obras del prestigioso poeta Edgan Allan Poe. Con aquel CD reforzaron su estilo brotado en El último caballero el cual hibridiza un poderoso power metal con grandes tintes sinfónicos.
OPERA MAGNA está compuesto por Jose Vicente Broseta a la voz, Enrique Mompó a las guitarras rítmicas i orquestaciones, Javiel Nula a la guitarra rítima y solista, Adrià Romero a la batería, Ruben Casas al piano y teclado y Alejandro Penella al bajo. Además, un gran elenco de coristas cobran gran protagonismo en este disco, ocho en total. El álbum ha sido producido, grabado, mezclado y masterizado en Fireworks Estudios por Enrique Mompó y Fernando Asensi.
El estilo sinfónico siempre ha caracterizado a la banda, y en esta trilogía han multiplicado esta vertiente estilística dotándola de predominancia en todos los temas. La primera parte dejó entrever los derroteros que seguiría la trilogía y, sin empañar su esencia, se evidenció un importante incremento en corales y orquestaciones bien ensamblados. Sin abandonar su naturaleza, la segunda parte intenta erradicar la hambruna ocasionada por la escasez de temas del anterior disco y, aunque los casi 30 minutos del álbum transcurren en un parpadeo y son increíbles, nos quedamos con ganas de más. Empecemos.
La segunda parte se abre con Rojo Escarlata mediante una intro muy épica que se parece a la banda sonora de películas medievales. Las orquestaciones y el tono sinfónico se mantiene hasta las primeras corales que potencian la sensación belicosa que transmite toda la canción, siendo genuinamente instrumental. Este tema presenta claramente el valor compositivo que ha marcado el grupo en la primera parte y que reitera en este disco. A la jarana de coros constante se le une la guitarra, poderosa y plenamente característica del sonido producido por el grupo. La guitarra empieza con pequeños tintes de sutileza y concluye con un solo que anticipa el potencial musical que veremos en el disco.
Para siempre arranca con un riff que lleva la marca de OPERA MAGNA mientras se degustan todos los matices sinfónicos con una brillante orquestación. Las primeras estrofas ya dejan escuchar la mordiente voz de Jose Broseta, un vocalista provisto de una gran aptitud que sabe manejarse en diferentes registros mostrando gran versalitidad. Los primeros compases del tema cabalgan en tonalidades más rudas en la voz para, posteriormente, saber proyectar unos agudos consistentes y primorosos. De este tema destaco el estribillo, pegadizo y vigoroso donde Broseta escalona diferentes tonalidades que le dan un aire fenomenal.
Donde latía un corazón empieza con un ritmo guitarril no tan contagioso pero igualmente destacable al que se le une un notorio coro bien ensamblado y no muy reiterado para evitar la saturación musical que puede molestar a algunos oyentes. Por otro lado, el tema armoniza la portentosa voz del vocalista con un coral en eco que se extiende por toda la canción y que encaja perfectamente con el valor compositivo que le han querido dar a esta trilogía, lo que se resume en un halo de epicidad muy saliente. Broseta se percibe más desatado en esta canción conjugando diferentes registros y dejando margen a las inclusiones musicales donde destaca un solo veloz y tajante. Algo muy reseñable de esta canción es la lírica que recoge la esencia sembrada en Poe, tenebrosidad y decadencia por doquier.
Hijos de la Tempestad exprime el carácter más folk de la banda pero sin renunciar a su espíritu power metalero. Iniciado con una melodía suave y delicada dirigida desde una flauta, la parte más templada del vocalista acompaña a una sutil instrumentación que sirve de pretexto para evitar un a capella a toda regla. La dulzura y melosidad se rompe tras una implementación de musicalidad más cruda que abandona el sonido celta y penetra de lleno en su composición más típica. Tras transcurrir un período musicalmente ecualizado para que el protagonismo lo cobije el vocalista, las guitarras exprimen su jugo y le sacan punta a su proverbialidad para potenciar el rasgo power metalero algo sepultado en esta canción. Aunque no sea un tema frenético y vertiginoso, la fórmula se asemeja mucho a aquella obra homónima titulada Edgar Allan Poe. En definitiva, son 7 minutos que imprimen todas las facetas del grupo, desde un gran poder vocal hasta predominancia guitarril en algunos segmentos.
Concluyendo ya el ecuador de su trilogía, La Trampa del Tiempo sigue la estela de todo el disco. Una intro más centrada en la batería que, seguidamente, se acompaña por la festividad sonora de corales y guitarras. Broseta sigue demostrando su calidad a través de esa sucesión alterna de tonos que, personalmente, me parece su mayor baza. La guitarra permanece cadenciosa y más arrolladora que en los temas anteriores, sobre todo tras el maravilloso solo que nos brinda el señor Nula. El toque sinfónico de los sintetizadores abandona su propiedad plana y homogénea, pero imprescindible, que ha adquirido durante todo el metraje y se atreve con un solo simultáneo a la guitarra, produciendo un sonido atrevido y lozano.
En definitiva, si tuviéramos que valorar la complejidad compositiva, la milimétrica ecualización y toda la jarana musical estrujada en las canciones, el disco se llevaría la matrícula de honor. Para este plástico han escogido un cariz más alejado de su anterior obra (Poe, no la primera parte) y se han obcecado en incluir corales extendidas por todo el CD con mayor protagonismo en algunos fragmentos y más relegados en otros. Personalmente me gusta esta fórmula, pero la sobreexplotación puede abrumar a algunos oyentes y obligarlos a abandonar la escucha. El grupo ya declaró sus intenciones y dejó la puerta abierta con la primera parte para quien quiere trasponer -y entender- el fantástico metraje que están produciendo. No le falta voz, no le falta poderío y no le falta esencia; la segunda parte mantiene intacta la pretensión del grupo y, sin reparos, destapa un amasijo de epicidad compilado en cuatro temas y un instrumental que siguen la búsqueda del demonio más humano, el amor. Por mi parte, un trabajo excepcional donde Broseta demuestra que sigue superándose y la banda consolidándose como lo más atractivo de la puesta metalera hispana en la actualidad.
Jorge Albalate
Acertada crítica;lo cierto es que poco conocía yo a esta banda y la verdad es que me han sorprendido y mucho.Destacaría la labor de Broseta a la voz que pega unas subidas de aupa,modula muy bien cada tono y pienso que estaría muy bien que profundizara más en su faceta más lírica digamos «clásica» pues le da un toque bastante original a las composiciones;por otra parte también me recuerda a los grandes cantantes de musicales…que hacen con su voz lo que quieren.Sobre el resto de la banda poco que comentar pues TODOS están a gran altura técnica,compositiva e instrumental.Tanto me ha gustado la banda que ya estoy tratando de conseguir toda su discografía.
En verdad…toda una sorpresa.
Los he descubierto hace poco y me flipan. Que buenos y que gran cantante.
Muy buen disco, aunque se hace muy corto (porque lo es jajaja). Muy buenos estos chicos, ya espero el Acto III.
Esta banda tiene un talento increíble aunque no me gusta la idea de dividir sus discos en Eps