+ LUCIFER
Viernes 6 de Noviembre de 2015 – Sala Arena – Madrid
Con un gran disco bajo el brazo, constatando que la «vuelta a los orígenes» de hace unos años es toda una declaración de intenciones, renovando su repertorio y no sólo con la inclusión de temas nuevos pero sobre todo, estando en una magnífica forma en directo, con un Nick Holmes que actualmente lo borda (sorprendiendo a todos con su inclusión como vocalista en las filas de «Bloodbath»), la ecuación tenía todas las piezas para que la noche del pasado viernes fuera idónea para vivir una gran experiencia viendo a PARADISE LOST. Y así fue, con un público expectante, en una de esas contadas ocasiones en las que la sala Arena tiene que abrir su zona superior para aumentar su aforo.
El sonido se mantuvo en cotas de calidad altas, salvando algunos ocasionales acoples del micrófono con los amplificadores. La banda estuvo milimétrica, como siempre liderados por Greg Mackintosh como perfecto director de orquesta. El colíder Holmes se mantuvo en su habitual estado sobrio, impertérrito pero a la vez simpático, haciendo gala de su fino humor inglés mientras presentaba cada una de las canciones.
La actuación se centró en la presentación de «The Plague Within», del que dieron buena cuenta, aderezada por la algunos de los temas más representativos de las distintas etapas de la banda, centrándose primordialmente en su faceta más agresiva, siendo casi todo el repertorio de registro vocal gutural, algo que no hizo que Nick se resintiera lo más mínimo.
Antes de esto, asistimos a la actuación de LUCIFER, banda alemana que venían presentando su álbum debut «Lucifer I», ante una ya abarrotada sala expectante. Las sensaciones fueron de más a menos, según iban pasando los minutos.
La banda en sí no está mal: tiene ese toque stoner tan representativo de los discípulos actuales de Black Sabbath, con esa cadencia tan propia, guitarrazos sucios y cierto sabor doom en algunos pasajes.
El problema es que no terminaban de enganchar, ya fuera por la escasa brillantez de sus composiciones, la simple ejecución en conjunto (sobre todo la del batería, al que le faltaba algo que le diera mayores matices a los temas) y sobre todo por una vocalista –Johanna- que no paraba de desafinar mientras mostraba su amplio repertorio de gallos y la monotonía de sus melodías (demasiado similares entre sí en todas las canciones) a la vez que se bebía una botella de vino rosado entre canción y canción.
No obstante, algunas composiciones como «Anubis», «Abracadabra» o «Izrael» gustaron entre el respetable, consiguiéndoles un buen puñado de fans en Madrid. Por cierto que no faltaría la referencia a la estatua de El Ángel Caído que sabían se encontraba en nuestra ciudad.
Llegaría el turno de PARADISE LOST, arrancando con un poderoso «No Hope In Sight», al igual que en «The Plague Within». Ya desde el principio se presagiaban los grandes momentos que estaban por venir, con todo el público abarrotando sendas plantas y cantando cada una de las canciones, independientemente de cuándo fueron compuestas. «Widow» continuaría con la imparable fiesta, tras la que hicieron un pequeño parón para anunciar que tocarían un tema de su segundo disco y, ante la ironía de Holmes preguntándonos que cómo sabíamos cuál iba a ser, desgranarían un potente «The Painless», recibida con algarabía.
Pidiéndole una camiseta con la portada del nuevo disco a un fan para presentarlo (y bromeando con él haciendo ademán de no devolvérsela), Nick nos adentraría en un alucinante «Terminal», poniendo de relieve una vez más lo mucho que ha calado «The Plague Within» entre los fans.
Llegaría uno de los escasos momentos para recordar la etapa electrónica de la banda con un poderoso «Erased» que nos puso a todos a botar. Focos morados inundarían el escenario, dando la bienvenida a los arpegios de «Praise Lamented Shade» que pondría la atmósfera densa y cadente, continuada por las guitarras dobladas de «Victim Of The Past» y un siempre alucinante «Enchantment», esa noche como único representante de «Draconian Times».
Nueva mirada hacia su obra más reciente, ahora con la dupla conformada por «Flesh From Bone» y «Beneath Broken Earth», tras la que Nick nos indicaría que, tras una canción tan miserable en cuanto temática, tocarían algo más festivo y alegre, presentando «As I Die»; como dije anteriormente, fino humor inglés a raudales…
«Requiem» supondría una pequeña despedida para encarar el único bis gracias a «Return To The Sun», una de las mejor recibidas del nuevo.
«Faith Divides Us – Death Unites Us» es ya todo un clásico –y un señor temazo- y como tal fue coreado por los emocionados asistentes. Los sonidos de cuerda de «An Eternity Of Lies» nos llevaron a ese vals perverso que es la canción, encarando el final del concierto con el habitual «Say Just Words» que fue la fiesta de siempre.
En definitiva, una gran actuación de los de Halifax, en esta ocasión contando con más público que en sus anteriores visitas. ¿Qué les faltó? Un telonero más a la altura (no puedo dejar de pensar que gracias a su gira presentando «Tragic Idol» pude conocer a Soen, una de mis bandas actuales favoritas) y dos/tres canciones más. ¡Y es que una hora y veinte minutos, por muy intensos que sean, saben a poco!
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Alvaro Ochoa
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Lo que está claro es que sabe aún a menos si pagas 27 pavos por un concierto de hora y 20 del cual no tocan casi ningún clásico y para colmo tienes que tragarte a un grupo como Lucifer antes de ellos… Que sólo por Lucifer ya deberían pagarte por aguantarlos.