Crónica del Calella Rock Festival 2015 con GLENN HUGHES, THE QUIREBOYS, JUNKYARD, etc

Sábado 10 y Domingo 11 de Octubre de 2015 – Fábrica Llobet – Calella

+ GLENN HUGHES + THE QUIREBOYS + DAN BAIRD
+ JUNKYARD + HOUSE OF X + ALBANY DOWN
+ JARED JAMES NICHOLS & LA BANDA DEL YUYU

La localidad catalana de Calella, enclavada en el corazón del Maresma, acogía durante el Puente de la Hispanidad la tercera edición del Calella Rockfest, consiguiendo no solo consolidar su propuesta sino además dar un paso adelante en cuanto a cartel y organización para establecerse, por méritos propios, dentro de la programación musical de otoño, como una de las propuestas más sólidas y solventes.

Y es que tras el paso por anteriores ediciones de formaciones como WARRIOR SOUL, BERNIE MARSDEN o Y & T para este 2015 lograron crear un cartel muy sólido y con grandes nombres del circuito que, esto también hay que decirlo, suelen girar de manera intensa por nuestro país con la excepción de JUNKYARD.

A la capacidad del recinto, la fábrica de Llobet para 1500 personas, con sobresaliente sonido y luces, se unió la excepcional organización, precios tanto para los abonos (y packs abono más hotel) y en las barras del festi más que asequibles, además de la puntualidad en los conciertos, como alguna de las notas más destacadas en un evento en el que en todo momento flota en el ambiente un aire de familiaridad y de festi organizado por fans (con gran profesionalidad eso sí) que ayuda a que todo el mundo disfrute.

La primera de las jornadas se abría con la actuación de los londinenses ALBANY DOWN que tienen editados dos discos, South Of The City (2011) y Not Over Yet (2013), y practican un blues rock de alto octanaje que por momentos pretende acercarse a clásicos como LED ZEPPELIN. Con buena reputación como banda no supieron, sin embargo, meterse al público del festival en el bolsillo ya que tras el factor sorpresa de sus primeras canciones se fueron diluyendo al tiempo que bajaba la velocidad de sus composiciones (I Wanna Know) y se metían en "fregados" más cercanos al blues (Travelling Blues) e incluso algún final algo "psicodélico" (She Is The Light) que dejó bastante fría a la parroquia.  Tienen buenos temas como Back Again, con un toque muy 70s o la más tranquila Working Man y tanto Paul Muir a la voz como Paul Turley a la guitarra son músicos más que solventes y con talento, pero todavía tienen bastante que caminar para poder competir en un escenario con bandas consagradas. No les vendría mal tampoco cuidar algo más la puesta en escena y revisar su estética, ese aspecto de "gente de la calle" creo que no les favorece.

Tuve la oportunidad de ver a HOUSE OF X en su paso el año pasado por el Casetas Rock (allí con el nombre de X-UFO)  y mi opinión, un año después, no ha variado. Grandes músicos, estupendos interpretes en directo, un repertorio de clásicos de UFO imbatible elegido en virtud a su paso, mayor o menor, por la banda homenajeada (también han militado en UFO, TARZEN, MSG, LIONHEART…) y buena voluntad sobre las tablas.

Sin embargo su show tuvo demasiados altibajos, los que ocasionó mezclar tótems como Let It Roll, Shoot Shoot, Mother Mary, Lights Out, Rock Bottom o Doctor Doctor, todos ellos muy bien tocados y con los dedos de un frenético Laurence Archer volando con gusto por el mástil, con las canciones de su disco One, de concepción más melódica y cuyo lanzamiento les posiciona como una banda con aspiraciones propias después de haber girado durante más de tres años como "banda tributo". Entre las composiciones propias destacaría sobre todo Do Me Wrong con un ritmo clásico y cadencioso y donde el simpático Danny Penyronel brilla con un voz áspera pero rica en matices y la marchosa No More Tequila, rockera y con mucho aire 80s.

DAN BAIRD es el Rock and Roll en persona. Su figura y su actitud no ha variado desde los tiempos en que comandaba a los Georgia Satellites y la acogida a sus frecuentes giras sigue siendo muy buena. Presentaba nuevo disco, Get Loud, cuyo tema título fue el que dio inicio a su show, y como siempre estuvo enorme sobre todo gracias a la labor de un guitarra mayúsculo en su estilo como Warren E Hodges que no paró de lanzar riffs y solos a velocidad endiablada y a dar vueltas a su guitarra sobre el mismo. Tocó varias canciones nuevas que sonaron bien aunque la gente esperaba los clásicos Keep Your Hands To Youself, Mon Cherri, I Dunno,  I Love You Period y sobre todo una alargada Crooked Smile y esa joya llamada All Over The Cryin´ que debe figurar en el Olimpo de las mejores canciones del género de todos los tiempos. 90 minutos de rock clásico, de ese de tres acordes y mucho ritmo, que supieron a gloria.

JUNKYARD han vuelto. Si, ya sé que llevan girando de manera intermitente desde hace unos años pero la sensación que dan ahora es que el proyecto va a salir adelante. No solo han grabado un par de temas nuevos y anuncian nuevo disco para 2016, sino que el estado de forma de David Roach y los nuevos miembros de la formación es estupendo. David recuerda en actitud al guitar hero de los últimos 80. Canta con fuerza y desgarro y JUNKYARD versión 2015 suenan más sucios, rápidos y punks de lo que lo hicieron nunca. Compitieron en su momento cara a cara con los G´N´R y 25 años después el tiempo le ha dado la razón. Mantiene el hambre de un jovenzuelo y la energía y sabiduría de un veterano. Abrieron con Life Sentence y las guitarras de Todd Muscat y Tim Mosher sonaban atronadora. El set list se basó en sus dos discos, dos obras maestras del hard rock de los 80, y por ahí desfilaban Hot Rod, Long Way HOme, una impresionante Back On The Street o Misery Loves Company. Los músicos se acercaban a primera fila y provocaban a una audiencia enfurecida. David lanzaba miradas amenazantes o se estrangulaba con el cable de su micro. Todo era energía.

Faded fue una de las nuevas composiciones que formarán parte de su nuevo disco y demostró que no van a poner el pie en el freno. Blooze fue el punto más álgido del concierto pero Shot In The Dark o el mítico Hollywood no le fueron a la zaga. En ese momento el público del CALELLA, respetuoso y tranquilo durante toda la jornada había perdido el control y se apretaban contra las vallas de seguridad hasta que estas cedieron y quedaron casi pegados al escenario. ¿Problemas? Para nada. David se acercó aún más al borde y nos soltó en la cara un Lost In The City glorioso para marcharse del escenario. En el set list ya no había más temas escritos pero ante la insistencia y fuera de hora volvieron y nos dieron el tiro de gracia con el Nice Boys (Don´t Play Rock And Roll) de Rose Tatoo que nos hizo exudar la última gota. Amo esta banda y dieron un concierto brutal.

La segunda jornada del festival se abrió con la presencia de la única formación nacional. Los gerundenses LA BANDA DEL YUYU jugaban en casa y congregaron a bastante público a una hora aún temprana. Presentaban Tornen a ser´hi,cantan  íntegramente en catalán y facturan un rock poderoso que tan pronto te recuerda a las bandas clásicas de los 70 como toma un aspecto más sureño. Tienen buena puesta en escena, un cantante solvente que además sabe moverse e interactuar con el público y dos guitarras, Jep y Jordi, que empastaron perfectamente intercalando riffs y solos. 14 temas en apenas 45 minutos de concierto y muy buenas sensaciones. Un acierto para abrir el festi.

La figura del guitarrista JARED JAMES NICHOLS está creciendo rápido y su nombre se está volviendo habitual en el circuito. No solo en nuestro país donde ha girado en los últimos años de manera incesante sino que ha acompañado a leyendas de la talla de LYNYRD SKYNYRD en sus giras. Ahora se encuentra embarcado como telonero de GLENN HUGHES y no sé si es ese el motivo pero realmente su música se está endureciendo por momentos y le quedan ahora bastante lejos la primeras comparaciones que le emparentaban con Stevie Ray Vaughan o Kanye Wayne Shepherd y su fuerza y energía a muchos nos hizo recordar a Ted Nugent. En formato trío y como absoluto protagonista Jared fue un torbellino sobre el escenario que no paró de mover su larga melena, desplazarse de un lado al otro del escenario y gesticular sin cesar. Salió con fuerza y no dio tregua en los 45 minutos que permaneció en escena. Aprovechó el tiempo al máximo y no solo desgranó piezas de su reciente Old Glory And Wild Revival (de cuya foto de portada tengo el orgullo de ser autor) como Get Down, en clave blues texano, Crazy, Blackfoot o Playin´For Keeps sino que hecho mano de las versiones (algo muy clásico en el blues) para rendir homenaje a Johnny Winter con un R´n´Roll Hoochie Koo que fue de lo mejor de su set y el Missisippi Queen de Mountain en el tramo final.

No solo tocó de manera brutal, con un sonido limpio y variado que salía de su manera de pellizcar las cuerdas con sus dedos (no utiliza púa) sino que cantó de manera destacada con un estilo basado en acompasar la melodía de voz y guitarra hasta crear una doble voz que saca brillo a las composiciones. Muy buen concierto, fue uno de los vencedores del festi y además dejó muy buena impresión haciéndose fotos durante varias horas con todo el mundo. Atentos a este músico porque creo que vamos a escuchar mucho hablar de él.

GLENN HUGHES fue sin dudar la estrella del CALELLA 2015, fue quien congregó a más público, por encima de 1000 personas se encontraban en el recinto en el momento de inicio del show, la gente tomaba posiciones en las primeras filas, había cierto nerviosismo/expectación en el ambiente y la concentración de camisetas, fundamentalmente de DEEP PURPPLE era más que notable. Su último paso por nuestros escenarios fue en 2013 con la banda del guitarrista Matt Filippini como acompañante y, para los que le hemos visto en varias ocasiones, fue un tour algo decepcionante, ya que aunque el galés estuvo, una vez más, soberbio en las tareas vocales, el resto de integrantes no dio la talla.A sus 64 años Hughes sigue en una forma envidiable por todos sus compañeros de generación y por músicos mucho más jóvenes, Su rango vocal sigue siendo simplemente sobrehumano y su potencia, que no vamos a negar ha disminuido algo en los últimos años, se compensa con más riqueza en tonos y con su sabiduría para llevar los shows. Glenn lleva unos años asociando su nombre a diferentes músicos de renombre. El ejemplo más sonado fue el super grupo Black Country Communion, y en este tour ha unido fuerzas con el reconocido Doug Aldrich acostumbrado a cubrir las espaldas de grandes mitos como Coverdale o DIO y ahora cubre las espaldas de Hughes en un trío que se completa con el impresionante Pontus Engborg cuya potencia en el golpeo nos dejó a todos boquiabiertos y que gustó y mucho después de unas cuantas giras en las que el vocalista buscaba baterías con más Groove y menos pegada.

Hughes estuvo sobre el escenario cerca de dos horas en un show estructurado en torno a sus grandes clásicos en DEEP PURPPLE, desde una inicial Stormbringer que puso las cosas claras desde el primer minuto sobre lo que se nos venía encima, la sorpresa de escucharle cantar la magnífica Sail Away, su exhibición vocal en la parte final de Mistreated (más de 15 minutos de orgasmo musical) donde una vez más se queda en solitario para, abusando un poco de los efectos desde mesa, ponernos la carne de gallina subiendo y bajando tonos a su auténtico antojo y como colofón del concierto esa apisonadora llamada Burn que hace palidecer la nueva versión de Mr Coverdale. También repasó su etapa en Trapeze con Way Back To The Bone (con dedicatoria a Mel Galley) y Touch My Life e incluso Fist Step Of Love, perteneciente a su disco con Pat Thrall,  una auténtica joya, y me sorprendió la inclusión de dos canciones de Black Country Communion, One Last Soul y abriendo los bises el tema homónimo que sonó como un auténtico petardazo gracias al pulso que le imprimió la Gibson de Aldrich e incluso el paso del guitarrista por WHITESNAKE quedó representado con Good To Be Bad, una de las composiciones que hizo para Coverdale y que reconozco me sonó extraña en la garganta de Hughes que la dio un tono más alto y potente.

Es lo que la gente espera, ese set list de ensueño lleno de clásicos que ya no podemos escuchar a este nivel en las bandas originarias pero también es cierto que muchos echamos de menos más piezas de la etapa en solitario de Hughes que sigue sacando discos de un gran nivel compositivo como es Can´t Stop The Flood y dos temas de su disco Soul Mover (Orion y el tema título), alejado de los parámetros más hard rockeros. Sé que una gira basada en su carrera en solitario es inviable por no ser económicamente rentable para los promotores pero sería un auténtico lujo. El concierto fue sobresaliente y se posicionó como el gran vencedor del festival. De aspecto jovial y comunicativo supo brillar y apabullar con su torrente de voz y se buscó momentos para descansar y tomar aire con los solos de Aldrigh y Pontus, que incluso hicieron una jam antes de One Last Soul. Si te haces llamar a ti mismo «The Voice Of Rock» está claro que tienes que tener la garganta que posee Hughes. Ahora que Blackmore anuncia que va a hacer algunos conciertos rockeros, y sabiendo lo impredecible que es el hombre de negro, a algunos se nos está haciendo la boca agua con una hipotética reunión.

Otros habituales por nuestros escenarios son los británicos QUIREBOYS, estos además con varias giras cada año. Tras más de 30 años en el negocio siguen sacando trabajos de buen nivel, Black Eyed Son es ejemplo de ello, y combinando sus grandes clásicos con composiciones más recientes. La formación está asentada en el póquer que conforman Spike, Guy Griffin, Paul Guerin y Keith Weir y es la base rítmica la que va variando. En Calella probablemente espoleados por una audiencia tan numerosa y entregada hicieron un show más enérgico de lo que es habitual, algo más acelerado y endurecido en sonido, la presencia de su batería actual, Dave McCluskey,  es uno de los motivos, y donde flotó en el ambiente un aura de diversión y buen rollo que fue acogido con efusividad y que puso a bailar a los presentes.

Black Mariah y Too Much Of A Good Thing fueron sorprendentemente las elegidas para empezar la velada con un sonido muy bueno y donde las guitarras de dos músicos tan diferentes en la ejecución como Griffin y Guerin apenas dejaban espacio para el teclado de Keith Weir. The Halfpenny Dancer, Spike, estaba exultante. Apareció en escena con una copa, es solo Coca Cola Light nos decía entre las risas del responsable, de nuevo impecablemente vestido (lo suyo no es pose, a primerísima hora de la mañana estaba desayunando en el hotel vestido de nuevo de punta en blanco) y con sus característicos pañuelo anudado en la cabeza y el clavel rojo en la solapa. Tras los dos temas iniciales pasan a mayores con una colección de clásicos enlazados, Misled (de lo mejor de la noche), There She Goes Again (muy coreada), Roses & Rigns, la eterna This Is Rock And Roll (estos tipos son la mejor reencarnación posible de The Faces), uno de sus nuevos clásicos Mona Lisa Smiled (adoro esta canción) y Whippin Boy (de nuevo con todo el CALELLA cantando el estribillo), todas sin apenas pausas y con la banda sonando potente y engrasada.

Searching (dedicado a Paul Hornby, uno de sus antiguos baterías que falleció hace unos meses) y Beautiful Curse nos dan un pequeño respiro antes de el arreón final de sus grandes singles, Hey You con toda la sala cantando el estribillo, 7 O´Clock, que sonó ya metidos en la madrugada, y un par de bises gloriosos con la balada I Don´t Love You Anymore, en la que intercalaron una estrofa del  Fool To Cry de los Stones y rematarnos con el clásico Sex Party, completamente festiva, que daba por finalizados dos días de Rock de calidad en un festival que sigue creciendo. Estaremos allí para ver la edición 2016. Seguro.

Texto y fotos: Fran Cea

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