+ ARCHER + HARLOTT
Jueves 8 de Octubre de 2015 – Sala Santana 27 – Bilbao
ANNIHILATOR es una de esas formaciones que escapan a una catalogación completa. Aunque nadie discute su ubicación entre los grandes de la escena thrash internacional, los de Canadá han llevado su carrera por unos derroteros un tanto diferentes a los del grueso de grupos encarnados en el surgimiento del estilo a mediados de los 80.
Llegaron un poco después de la eclosión de la Bay Area en su vecino U.S.A. y supieron encauzar el estilo hacia una vertiente técnica muy atractiva para los amantes de un trhash más estilizado y virtuoso, aunque nada exento de esa punzante característica tan propia del estilo.
Desde aquellos 80 la banda ha pasado por un cambio de componentes constante, haciendo incontable la cantidad de músicos que han rodeado a un Jeff Waters que independientemente del puesto que ocupe en la formación es una de esas figuras icónicas dentro del heavy metal, uno de los que han marcado algo diferente para nuestro estilo, consagrando un hueco entre las referencias fundamentales si queremos entender de qué va esto. Ahora regresaba a Bilbao con nuevo disco y nueva formación, haciéndose cargo nuevamente él mismo de la parte vocal además de la guitarra.
Les acompañaban dos jóvenes formaciones. Los primeros en salir serían los australianos HARLOTT, con dos trabajos editados, el último de ellos «Proliferation», con cuyo homónimo tema abrieron la noche en la sala Santana 27. El grupo no dejó de agradar a los más acérrimos seguidores de los clásicos sonidos del thrash. De hecho, se mueven muy bien en este estilo como demostraron temas de la fortaleza de «Denature» u «Origin», hasta finalizar con «Means To And End» una corta descarga enérgica y entretenida para los que se dieron cita a primera hora, aunque tampoco podemos decir mucho más.
Estilísticamente me parecieron más interesantes ARCHER. La camiseta de GUNS ´N ROSES portada por el guitarrista y vocalista de la formación daba la pista de que sus influencias no se recluían solo a un estilo, con lo que su thrash metal se aderezaba con elementos de hard rock o de heavy metal. Bastante más abiertos que los primeros.
Los de California proceden de la zona con la cantera más clásica dentro del estilo, algo que no dudan en enarbolar recordando nombres como METALLICA, EXODUS o TESTAMENT antes de marcarse una versión de «Tornado Of Souls» de Megadeth.
Pero ellos también tienen su propio repertorio de temas, tirando de los incluidos en su nuevo disco «Culling The Weak», como «Belief» o el propio tema homónimo. El trío no solo mostró una buena imagen sobre las tablas, con descarada actitud, sino que ejecutaron con destreza temas instrumentalmente muy labrados. Se hizo muy corta su actuación, pero dejaron constancia de clase y calidad como para ser tenidos muy en cuenta en el futuro.
A los que le sobró algo de tiempo fue a ANNIHILATOR, como desvelaremos al final de la crónica. Porque la banda de Jeff Waters salió a escena de una manera brillante, arremetiendo con un electrízate «King Of The Kill» en el que Waters y los músicos que le acompañan salieron a comerse las tablas. Con un sonido prácticamente perfecto y la banda muy metida en la descarga. Incluso aquello no decayó en nivel musical con los temas de su nuevo disco. Cierto que «Snap», «Suicide Society» y «Creeping´ Again», de su nueva referencia, no provocaron el éxtasis de sus clásicos; pero el grupo fluía y se veía en excelente forma, siendo además unas canciones que personalmente me causan grata sensación en vivo.
Jeff Waters prometió que no faltarían los viejos temas tras presentar los nuevos, a lo que no tardaría demasiado en corresponder, porque tras «No Way Out» comenzarían a desfilar canciones de los 90 y, por supuesto, de aquel clásico de 1989 que a día de hoy para muchos sigue siendo su gran obra, «Alice In Hell».
El punto de inflexión llegó con «Set The World On Fire», donde una sonrisa se dibujaba en el líder de la banda al recibir el aliento de un público coreando el estribillo. No habría espacio ya para la apatía entre un personal que atronaba junto a la banda con «Welcome To Your Death», probablemente el momento álgido de la descarga, aunque tendríamos posteriormente esos temas por todos esperados que provocarían la algarabía generalizada.
Sin embargo, en cuanto a sensaciones esta noche no desmerecería a su lado para nada a un «Never, Neverland» de lo mas enchufado por parte del grupo, ni a «Tricks And Traps» o a «Refresh The Demon», que marcaron un extenso tramo de la descarga magistral. Muy fluido, con química y con un sonido totalmente favorable. Ya daba por hecho el triunfo rotundo de ANNIHILATOR en Billbao.
Tampoco es que el triunfo se les escapara de las manos en el último minuto, pero la recta final del concierto se me hizo bastante curiosa. Una actuación que no había tenido apenas parones se detuvo para meter un solo de batería de Mike Harshaw a mi entender innecesario. Lo cierto es que cuando regresaron con «Brain Dance» aquello había perdido inercia. Me dio la sensación de que hubo cierta relajación en el grupo, aunque «Phantasmagoria» sea un tema que funcione por sí solo, provocando los pogos más grandes de la noche.
Pero es que el parón para meter la intro de «Alison Hell» también se me hizo innecesario, aunque como podemos entender es uno de los grandes temas no solo de ANNIHILATOR, sino de la historia del metal. Eso es más que suficiente para rendirse a sus pies, pero no creo que tuviera el feeling de otras de las interpretaciones del concierto. ¿Sensación personal? Puede ser.
El caso es que parecía que aquello sería el previsible final, pero tras preguntar la hora Jeff Waters señalándose su muñeca decidió ofrecer algo que, bajo mi punto de vista, estuvo de más y que no logré comprender. Una ejecución rápida con cierto sarcasmo de fragmentos de «Chicken And Corn», «Kraf Dinner», «21» y «Reduced To Ash» a la que no puede llamársele medley, ya que no se entrelazaron, dejando a más de uno con una interrogación en la cabeza. Hubiera sido un broche inmerecido para una leyenda como esta y para un concierto que había ido como la seda durante más de sus tres cuartas partes; con lo que, por fortuna, hubo tiempo para un final más adecuado con «Human Insecticide», aunque sin la sensación de dejar el pabellón en lo más alto, donde parecía iba a quedar esta visita de ANNIHILATOR a Bilbao a lo largo de la mayor parte de su actuación.
Así que este final algo desorganizado no debe ocultar las excelentes prestaciones que la actual etapa de los canadienses puede dar sobre las tablas, pero faltó un broche final más redondo para hacer pleno.
Texto y fotos: Antonio Refoyo (www.lamiradanegra.es)
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