ART OF ANARCHY – Art of Anarchy
Discográfica: Century Media
A estas alturas de la película, me atrevo a pronosticar que pocos seréis los que mantengáis la fe en el fenómeno musical conocido como las "superbandas". De la mano de otra tendencia muy extendida en nuestros tiempos como es la de las reuniones, en los últimos años hemos asistido a todo un boom en cuanto a bandas con músicos de ‘renombrón’ que, habiendo perdido los trenes que les llevaron al reconocimiento internacional en algunos casos o, simplemente, buscando una vía de escape a sus grupos madre, buscan en la unión con otros como ellos la fuerza y el éxito comercial cimentados en su estatus previo. Sin embargo, y como la crítica ha recalcado hasta la saciedad, en el mundo del rock y el heavy metal dos más dos no son necesariamente cuatro. De hecho, y en cuanto a superbandas se refiere, la suma en la mayoría de casos se convierte en resta. Son conocidos los casos de formaciones como CHICKENFOOT, VELVET REVOLVER o ROCK STAR SUPERNOVA, bandas con músicos de la talla de Joe Satriani, Sammy Hagar, Chad Smith, Slash, Duff MacKagan, Tommy Lee o Jason Newsted, que en ningún caso lograron copar sus expectativas ni las de los fans. También llamativa en su día fue la unión de METALLICA con el malogrado LOU REED, igualmente polémica e incomprendida. Por todo ello, confiamos en que hablaros de que hace varios meses nacía ART OF ANARCHY no os pintará sonrisa alguna para todo el día. Sin embargo, el rigor informativo del que hacemos gala nos obliga a hablaros de un proyecto musical en el que participa el excéntrico y controvertido Scott Weiland (ex STONE TEMPLE PILOTS y VELVET REVOLVER, precisamente), Ron "Bumblefoot" Thal (GUNS’N’ROSES), John Moyer (DISTURBED) y los hermanos Votta. No fuera a ser que, esta vez sí, la suma de talentos no desafiara a las leyes matemáticas.
Con promesas de romper barreras en cuanto a sonido y de derroche de actitud sobre los escenarios nacían ART OF ANARCHY allá por 2011. Viejos rockeros de la escena neoyorkina, la banda encontró en "Art of Anarchy" el cartelón perfecto para su propuesta musical, que nuevamente aseguraba máxima libertad creativa y un sonido nunca antes oído. Para ello, el gran "Bumblefoot" a la guitarra y producción se aliaría con Jon Votta en el proceso de composición de un trabajo homónimo cuya formación completaría John Moyer de DISTURBED (?) al bajo, Vince Votta (hermano de Jon) a la batería y, como colofón, nada menos que Scott Weiland a las voces, quien desde su salida de STONE TEMPLE PILOTS en 2002 (al margen de la reunión que protagonizaran en 2008) y salvo momentos de transitoria lucidez con VELVET REVOLVER no ha hecho sino dar bandazos aquí y allá hasta 2014 con proyectos en solitario junto a THE WILDABOUTS, tales como un disco navideño, otro de versiones y otras ‘maravillosidades’ afines. Y es que no en vano, si un adjetivo va con el carácter y personalidad del vocalista americano, ese es el de anárquico.
La gran baza de ART OF ANARCHY con su disco homónimo es la de devolverle al mundo del rock al mejor Scott Weiland haciendo lo que mejor sabía hacer en STONE TEMPLE PILOTS: rock duro. Sin embargo, y perdidos entre falsas esperanzas, la banda se ha olvidado de lo más importante, que es transmitir el carácter, la fuerza y el "rollo" innegociables de toda banda de rock’n’roll que se precie. Como resultado, tenemos once temas de un rock sin fuerza ni alma en los que, para más inri, el bueno de Scott hace de todo menos lucirse a las voces. Lejos de eso, nos encontramos a un vocalista reservón, a años luz de la mejor versión de sí mismo y visiblemente sobrepostproducido . La plana la enmienda un "Bumblefoot" con un buen trabajo de producción y de guitarras que acerca al proyecto a sonidos contemporáneos sin prescindir de elementos clásicos del género, empezando por buenos solos de guitarra y llegando hasta buenos riffs de guitarra en momentos concretos de LP. La lástima, una vez más, es que tenga que ver como un buen trabajo de producción e instrumental se vea empañado por un trabajo vocal tan pobre.
Así pues, sin novedades en el frente como se suele decir. Anarquía la justa en un trabajo comandado por viejas glorias del rock que, convendremos, seguramente hayan dado ya lo mejor que tenían que ofrecer al género y que tampoco en suma con músicos pertenecientes a sonidos más en contacto con las tendencias actuales (caso de Moyer de DISTURBED) han sabido fusionarse para engendrar algo con opciones reales a sucumbir al olvido y a la sección de superofertas de las mejores tiendas de discos. No obstante, y dado que en palabras del propio Jon Votta en una entrevista reciente el nombre de la banda hace referencia a los principios actitudinales de su grupo en directo, a saber: extremismo, firmeza y libertad; nos reservaremos el último juicio para cuando tengamos el placer de verles sobre un escenario. Algo, si me permiten, de dudosa probabilidad en tierras europeas.
Raúl del Amo (@raulamazario)
Lista de Temas:
- Black Rain
- Small Batch Whiskey
- Time Everytime
- Get On Down
- Grand Applause
- ‘Til The Dust Is Gone
- Death Of It
- Superstar
- Aqualung
- Long Ago
- The Drift
Enhorabuena por la valiente crítica del disco. Un álbum que no aporta ni transmite absolutamente nada
Muy de acuerdo con la crítica, a lo que añadiría algún que otro matiz:
1. En primer lugar, creo que Velvet Revolver no fue, para nada, un fracaso. Si acaso se pegaron el batacazo con su segundo disco, pero el primero (Contraband) fue un verdadero éxito, y un gran LP.
2. Chickenfoot me parece una pedazo de banda, y me cuesta creer que no hayan conseguido copar las expectativas de los fans ni las suyas propias. De hecho, de los súpergrupos, quizá sea de los más sinceros y orgánicos.
3. La única razón por la que Scott Weiland participó con las voces es porque lo consideró como un trabajo por obra y servicio. O sea, yo hago las letras y las voces de las pistas que me envía Bumblefoot, en mi estudio, se las reenvío de vuelta completadas, y cobro por ello. Ésto es de todo menos un grupo.
4. Realmente The Wildabouts es la banda que se formó para que Scott girase e interpretase los clásicos de Core y Purple mientras estaba de reunión con Stone Temple Pilots (uno de los motivos por los que fue re-re-despedido de la banda en 2013). Dicha banda tiene un disco (flojo, por cierto) llamado Blaster.
Sus proyectos 12 bar blues y Happy in Galoshes no están directamente relacionados con dicha banda, sino que son proyectos en solitario.
Es un disco al que se le nota mucho la falta de alma, de química, de trabajo conjunto. Es muy muy artificial. Y es una lástima, con el talento que tiene Bumblefoot. Todo suena forzado, y con ese toque falso de tratar de sonar moderno y virtuoso.
Perdonenme, y esta crítica la hago años después de que uds. la hicieran. Es un discazo, deben prestarle atención a las composiciones y a la producción, más que destacables. Y creo que la tarea es buena de cada integrante. Hay temazos: Small Batch whisky, aqualung,etc. Superstar es genial!!!
Mi humilde opinión: es un disco que merece ser escuchado y que tiene grandes temas y excelente sonido.
Saludos