+ GRAVEYARD + DECAPITATED CHRIST
Sábado 25 de Abril de 2015 – Sala Boveda – Barcelona
El caso de ASPHYX es cuanto menos curioso dentro del mundo del death metal, ya que entre sus actuales miembros no figura ninguno de los que originariamente formaron la banda a mediados de la década de los ochenta. Pese a ello, el combo holandés está considerado a día de hoy como uno de los máximos referentes del death/doom europeo. Así que dejando a un lado su inestabilidad, la muerte del que fuera su bajista y vocalista Theo Loomans, e incluso el cambio de nombre, lo cierto es que desde que volviera al redil el vocalista Martin Van Drunen la banda parece haber recuperado el terreno perdido, reivindicando su plena vigencia sobre los escenarios y presentándonos plásticos tan seminales y aplastantes como «Death… The Brutal Way»(2009) o su última obra «Deathhammer»(2012).
Pese a que hacia pocas fechas que ASPHYX habían aterrizado en tierras vascas para encabezar el cartel del Euskal Assault, lo cierto es que esta presentación en tierras catalanas significaba su única aparición liderando su propio show dentro de la geografía nacional. El enclave escogido para su descarga era un recinto que los holandeses conocían a la perfección, ya que descargaron en este mismo marco en marzo de 2011 cuando la sala todavía se llamaba Mephisto. Para acompañarles en esta nueva andadura la formación holandesa volvería a contar con la presencia de DECAPITATED CHRIST, quienes serían los encargados de abrir la velada, mientras que los elegidos para amenizar la espera antes de la llegada del plato fuerte de la noche serían los chicos de GRAVEYARD.
Debido a la vorágine de conciertos a la que estamos sometidos, sin ir más lejos esa misma noche tocaba en la ciudad la mítica formación gallega LOS SUAVES en su gira de despedida, he de admitir que tenía mis reservas sobre si la presencia de los holandeses sería un reclamo suficientemente atractivo para movilizar a los seguidores del death metal «old school», y a decir verdad hay que remarcar que aunque la sala no llegó a agotar el papel si que acabó registrando una muy buena entrada, demostrando que el cuarteto no ha perdido su tirón entre los amantes del género.
En ocasiones el duro trabajo y las horas de esfuerzo y dedicación no acaban de alcanzar el reconocimiento que los músicos se merecen. Sin embargo, para todos los que se dedican a escudriñar entre el «underground» metálico catalán el nombre de DECAPITATED CHRIST no les sonara extraño. Con casi una década a sus espaldas la formación liderada por el guitarrista Ghorth ha sabido labrarse una excelente reputación tanto sobre los escenarios como con sus cuatro entregas discográficas. Las principales novedades en el seno de la formación, con respecto a los músicos que grabaron su ultimo trabajo «Arcane Impurity Ceremonies», eran la incorporación de su nuevo vocalista NalghaLord y el batería V.
Precisamente sería, tras una extensa e inquietante introducción, la pieza que abre su cuarto trabajo «The Ones Who Marches Behind The Line», la encargada de abrir fuego, presentando ante nuestros atónitos ojos a un quinteto potente y aguerrido, con las ideas muy claras y con el firme propósito de agradar y convencer a quienes todavía no les conocían. Aunque durante los primeros compases del show el sonido no fue todo lo brillante que nos hubiera gustado, el combo barcelonés supo adaptarse a las circunstancias haciendo que temas antiguos como «Portadores Del Infierno», sonaran verdaderamente arrolladores, con toda la banda machacando intensamente sus instrumentos mientras el bajista CesarCold y el guitarrista Desecrator nos invitaban a sumergirnos en una intensa sesión de «headbanging».
A lo largo del show fue Ghorth quien se encargó de ejercer como maestro de ceremonias, liderando a sus compañeros e incluso encargándose de la presentación de algunos de los temas, mientras el nuevo vocalista de la banda permanecía en un discreto segundo plano, encarando sus partes con total solvencia y convicción. Pese a que la columna vertebral del repertorio de esta noche estuvo centrada en su más reciente entrega, el quinteto no quiso dejarse en el tintero alguna suculenta mirada a su pasado, rescatando para la ocasión piezas como «Parasites Of Christ». Pero sin duda el momento más intenso de su actuación llegaría cuando el propio Ghorth invitó a subir al escenario a su anterior vocalista Paingrinder para, tal y como sucediera en «The Perishing Empire Of Lies», marcarse a dúo «Death Into The Crypts» con Martin Van Drunen, lo que provocó que la sala se viniera abajo ante la aparición en escena del simpático vocalista holandés.
La recta final de su actuación, con NalghaLord volviendo a recuperar su posición de vocalista, estaría marcada por el retorno al material de su último trabajo del que despacharon de forma rotunda «Hexenhammer», para posteriormente someternos a las atmosferas más lentas y pesadumbrosas contenidas en los rocosos riffs de la pieza que cierra el álbum «Ancestral Rites Evoking Primigenium Horrors». Para poner el broche definitivo a su descarga optarían precisamente por la composición que presta su nombre a la banda «Decapitated Christ», que a la postre sería la única pieza que rescatarían de su debut de 2008 «Antikristian Extreme Dekapitation» y que les serviría para bajarse del escenario dejando una magnifica impresión entre todos los presentes.
Tras el habitual trasiego de material y el pertinente cambio de equipo llegaba el turno para otra banda que a base de constancia y muchos conciertos a sus espaldas ha conseguido labrarse un nombre dentro de la escena extrema, Graveyard. De forma imperdonable el que suscribe hacía ya bastante tiempo que no tenía la ocasión de ver en directo a los barceloneses, concretamente desde que estuvieran abriendo para los albaceteños ANGELUS APATRIDA en la Sala Apolo, de modo que la de esta noche se presentaba como la oportunidad perfecta para ponerse al día con sus nuevas composiciones y comprobar como sonaban con el vocalista de Foscor, Fiar, al frente.
Al igual que sucediera con los encargados de abrir la velada, los chicos de GRAVEYARD se mostraron en un excelente estado de forma, no en vano ambas formaciones están a las puertas de embarcarse en una serie de conciertos por el viejo continente, así que la descarga de esta noche era algo así como el precaliento antes de esos show previstos para el próximo mes de Junio. Como auténticos veteranos de la escena la formación barcelonesa se mostró muy sólida y expeditiva sobre las tablas, ofreciéndonos un despliegue impresionante de contundencia, actitud y momentos realmente trepidantes, como sucedería a lo largo de la descomunal pieza de apertura «Silent Whispers Of The Graveless», que servía para que el quinteto sentara las bases de su seminal propuesta.
Aunque debo admitir que me gustan todos sus discos de estudio, lo cierto es que al contar con el concurso de Fiar su propuesta alcanza un nuevo nivel, ya que Julkarn puede concentrarse en su labor a las cuatro cuerdas, mientras que el propio vocalista es quien se encarga de ejercer como «frontman» y crear ese nexo de unión entre banda y publico en temas como «The Visitations Of The Great Old Ones». Sin abandonar su trabajo de 2013 «The Sea Grave», la siguiente en sonar sería la corrosiva acometida contenida en «Faces Of The Faceless», que con su desquiciante estribillo sería la encargada de hacer que todos los presentes eleváramos nuestros puños para acompañarlo.
Como si de un viaje al pasado se tratara el quinteto barcelonés continuo retrocediendo en el tiempo para centrar su objetivo, en esta ocasión, en las composiciones contenidas en su primer largo «One With The Death», del que desempolvaron para la ocasión la propia pieza homónima y la tormenta sonora que significó «Necrology», todo torbellino en directo que nos mostraba las influencias más clásicas de la formación catalana. Respaldados por ese sonido denso, pétreo y cavernoso, GRAVEYARD no tuvieron ninguna clase de dificultad para conectar con un público repleto de conocidos y viejos amigos, así que cuando anunciaron la llegada de temas como «The Altar Of Sculpted Skulls», la respuesta entre las primeras filas fue verdaderamente caliente, con la gente apoyando al máximo mientras los músicos miraban a las primeras filas complacidos.
Sin duda una de las principales características del sonido de GRAVEYARD es ese filo amenazante e hiriente del bajo de Julkarn en temas como «The Nurturing Of The Cadaver», que fue la elegida para mostrarnos su faceta más sucia y underground. Mucho más cruda y visceral resultaría «Walking Horrors Of The Undead», que contó con una excelente respuesta por parte del respetable, dejando que para poner la guinda definitiva el quinteto optara por «Blood Of Vengeance», que sin duda se convertiría en lo mejor de toda su actuación, con la banda controlando perfectamente los tempos mientras Fiar demandaba de forma insistente la complicidad de todo el auditorio.
Tras haber presenciado los dos actos de apertura el personal estaba preparado para acoger la descarga de los indiscutibles protagonistas de la noche, los holandeses ASPHYX. Aunque resultan inevitables, y son hasta de agradecer, esos descansos entre grupo y grupo, que mucha gente aprovecha para salir al exterior y charlar mientras se fuma un cigarro, lo cierto es que en ocasiones esas pausas son excesivamente largas y acaban eternizándose, y eso fue exactamente lo que sucedió en esta ocasión. De forma muy relajada los miembros del combo holandés fueron preparando su set escénico para posteriormente ofrecernos una extensa prueba de sonido, algo que curiosamente no repercutió en un buen sonido, ya que lamentablemente ASPHYX fueron, con mucha , la banda que peor sonó durante la velada.
Con su ultimo plástico ya muy rodado, «Deathhammer» se publicó en febrero de 2012, el cuarteto de Oldenzaal presentaba una novedad en su alineación, el concurso de su nuevo batería Stefan Hüskens. En un escenario presidido por un enorme telón con el clásico logo de la banda, los miembros de la formación, como si de un ritual se tratara, se conjuraban sobre el escenario antes de arrancar su actuación ante la expectante mirada de una audiencia deseosa de emociones fuertes. Pese a la larga espera que habíamos tenido que sufrir, todo pareció caer en el olvido cuando tras la introducción «The Quest Of Absurdity» la corrosiva guitarra de Paul Baayens empezó a escupir de forma despiadada los hirientes riffs de la primeriza «Vermin», que sería la escogida para que las primeras filas se pusieran en movimiento espoleadas por la contundencia de su sonido y la brutal puesta en escena del propio guitarrista, que no dejó durante todo el show de moverse como una fiera enjaulada. Y es que los miembros de la banda se mostraron muy activos en escena, especialmente llamativos fueron los constantes cambios de posición entre Baayens y Zuur, mientras Martin se encargaba de espolear al máximo a la audiencia para conseguir que la comunión entre banda y publico fuera perfecta, tal y como sucedió cuando la gente reconoció los primeros compases de «Food For The Ignorant».
Tras deleitarnos con una seminal dupla de apertura, que nos retrotraía a su primera época ante el delirio de sus fans más veteranos, llegaba el momento de centrar nuestro objetivo en el material que la banda facturó tras el retorno del carismático vocalista, de modo que la siguiente en hacer acto de presencia sería la pieza que daba título a su penúltima entrega «Death…The Brutal Way», con el cuarteto pisando al máximo el acelerador para demostrarnos que siguen conservando esa garra y esa actitud que siempre les ha caracterizado. Pero, evidentemente, si algo ha marcado la trayectoria del combo holandés es esa dedicación y arraigo hacia la estructuras más clásicas del death metal, como quedó patente al abordar viejas favoritas como «M.s. Bismarck», que acabaría convirtiéndose en la excusa perfecta para que todos moviéramos la cabeza dejándonos imbuir por esa inconfundible esencia «sabbathica».
Pese a la fama de fríos que siempre acompaña a los músicos de los Países Bajos, lo cierto es que ASPHYX, pero especialmente su «frontman», Martin Van Drunen, se mostraron muy cercanos y simpáticos, repartiendo sonrisas entre tema y tema y agradeciendo la entrega de todos los presentes. Tampoco faltarían a lo largo del show esos cachondos comentarios que ponían de manifiesto los gustos futboleros del vocalista. Pero dejando a un lado los gustos personales de cada cual, lo cierto es que todos los presentes estábamos allí para recibir nuestra ración de death metal «old school» y la encargada de volver a hacer rugir los amplificadores sería precisamente la pieza que titulaba su ultima obra «Deathhammer», durante la que Martin aprovecharía para girar su micrófono para que cantaran los componentes de las primeras filas.
Ante una sala totalmente extasiada, pese a la mejorable calidad de un sonido que en ningún momento acabó de hacer justicia con la propuesta del combo holandés, llegaba el momento de seguir machacando cráneos como si no hubiera mañana, y la encargada de hacer que el ambiente no decayera sería «Einsenbahnmörser», para posteriormente adentrarnos en texturas más oscuras y diabólicas de manos del tándem compuesto por «Minefield/ We Doom You To Death». Pese a su larga trayectoria discográfica para la descarga de esta noche la formación se concentró en el material grabado por Martin Van Drunen , dejándose en el tintero los temas contenidos en obras como «Asphyx» (1994), «God Cries» (1996), «Embrace The Death»(1996) y «On The Wings Of Inferno» (2000), lo que acabó propiciando que en el show tuvieran cabida viejos clásicos como «Wasteland Of Terror» o el tortuoso «Asphyx (Forgotten War)».
La ultima mirada hacia el material de «Deathhammer», estaría protagonizada por «Into The Timewastes», mientras que la encargada de poner el punto y seguido a esta primera parte del show sería la primeriza «The Rack», todo un derroche de actitud y potencial metálico que servía para espolear al máximo a sus fieles incondicionales. Pese a que el cuarteto tenía previsto ofrecernos una última dupla de material de cara a los bises, la demora que se había ido acumulando antes del arranque del show propició que para la despedida final se tuvieran que decantar por un único tema, y el escogido fue «Last One On Earth», que pondría el colofón definitivo a la velada ante los gritos de disconformidad de una audiencia a la que no le hubiera importado degustar algún temas más.
Pese a que resulta incuestionable la profesionalidad y la calidad de ASPHYX, debo admitir que me sorprendió la corta duración de su actuación, dejando a muchos de sus seguidores con ganas de más. Además, resulta sorprendente que una banda de su experiencia no fuera capaz de conseguir una mejor calidad de sonido durante el show, y más cuando las dos bandas que les precedieron disfrutaron de un sonido bastante más sólido y compacto. En cualquier caso, la formación capitaneada por Martin Van Drunen demostró, una vez más, por que es uno de los pilares básicos dentro de la escena death-doom europea.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver (www.facebook.com/Carlos.Oliver.Music.Photography)
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