Crónica y fotos de LUJURIA y DÜNEDAIN en Ávila

Sábado 2 de Mayo de 2015 –  Episcopio –  Avila

Coincidiendo con el V aniversario del garito metalero de la ciudad, La Rosa Negra, y con las fiestas de San Segundo, se montó un potente concierto en el que tocaron LUJURIA y DÜNEDAIN.

Tucuman, empresa de Wasp, dueño de La Rosa Negra, echó el resto para que el evento fuera posible, y así fue.

LUJURIA presentaron su nuevo EP «Esta noche manda mi polla» (bonito nombre), y DÜNEDAIN a su nuevo vocalista Carlos, quien tras ser cantante de la banda de versiones de IRON MAIDEN llamada IRON WHAT? se sumó al grupo de Tony hace semanas y hoy tomó la alternativa.

Todas las miradas y sobre todo oídos estaban atentos a cada movimiento, frase, subida o entonación de Carlos. Bien, pues de forma justa y equilibrada tengo que decir, que su fichaje por DÜNEDAIN ha sido un acierto total. Carlos es un gran frontman, que domina la escena, -aunque no termina de abandonar los dejes a lo Dickinson-, y que además posee una voz excelente que es perfecta para ocupar el puesto de cantante, junto a Tony, en la banda de Madrigal de las Altas Torres. Canta cada canción con feeling, gran voz, domina los tonos medios, bajos y agudos, y además no se le nota forzado ni parece sufrir cuando se trata de cantar en esos tonos tan elevados que proliferan en este grupo. Como digo es un cantante de total garantía y si DÜNEDAIN le dan confianza y se suelta definitivamente, puede convertirse en una de los mejores vocales nacionales en poco tiempo. Argumentos no le faltan.

Tras la actuación, le felicité, y hablé con Mariano, -guitarrista-, quien me preguntó mi opinión sobre Carlos. Le dije poco más o menos lo que acabo de escribir. El único fallo que yo noté en directo esta noche es que su voz no termina de empastar bien en los estribillos y voces dobladas. Es claro que ahora Tony, que ha sido la voz principal desde siempre, se tiene que acoplar y aprender a ser «la segunda voz» y que los coros suenen acompasados y perfectos junto a la voz de Carlos. Si eso lo terminan de ajustar, DÜNEDAIN rozarán la perfección en vivo, lo que sería genial. Hay que darles tiempo y que los ensayos den sus frutos. Seguro que en Madrid, donde tocan el 29 de mayo, ¡se superan a sí mismos!

Por lo demás la banda, como luego le pasó a LUJURIA, tuvo muchos problemas de sonido, sobre todo con los monitores, los cuales no estaban en buen estado e hicieron que encima del escenario aquello fuera un despropósito. No obstante, fuera el equipo se escuchaba bien y con potencia, acompañado por un juego de luces muy bien manejado que hizo que las bandas pudieran lucir a gran intensidad.

La actuación en sí fue muy buena, centrada, -como digo-, en las evoluciones y méritos que cada vez fueron creciendo más y más de Carlos, el cantante. Me encantó el trabajo de Miguel a la batería, sin dejar fisuras y luciéndose, junto a Mariano y Tony a las guitarras y voces, y el bajista Andrés de la banda EDHELLEN, quien sustituyó a Izco, quien estaba tocando esa misma noche en Madrid con su banda NUDO. Quiero aplaudir el trabajo de Andrés, porque no es nada fácil realizar un repertorio entero con tan poco tiempo de preparación, y además clavar todas las notas. Y tampoco es fácil tocar leyendo una partitura, cosa que él hizo de principio a fin con destreza y maestría. Aunque, la verdad, yo personalmente eché de menos a Jesús Izco, por su simpatía, buen hacer y voces.

En cuanto al repertorio interpretado, arrancaron con el triunvirato formado por las geniales «Buscando el Norte», «Fiel a mi Libertad» y «Noche de Sueños», las que Carlos bordó dejándonos a todos con una sonrisa de satisfacción, aunque como digo, los coros y segundas voces fueron el talón de Aquiles de la banda esta noche.

Me gustaron mucho temas como «La tierra de los sueños», «El año de la rabia» y «Mi alma sigue en pie». A estas alturas, la banda estaba muy rodada, luchando contra el mal sonido interior, pero dando la cara sobresalientemente, con Carlos mucho más seguro y el público encantado.

«Corazón de Invierno» puso fin a una gran actuación.

Antes de terminar, debo decir que la anterior vez que vi a DÜNEDAIN en el «Wings to Rock» de Burgos el pasado verano, sufrí mucho porque Tony esa noche no cantó bien. Su voz estaba apagada y maltrecha. Esa noche, él ya me anticipó que Carlos iba a ser el nuevo cantante de la banda, aunque me hizo prometer que lo guardaría en secreto, algo que he hecho. Ahora, la banda ha ganado mucho con él.

LUJURIA cerraban la noche presentando su nuevo EP, y con el gran Manuel Seoane a la guitarra solista, quien ya lleva tiempo en el grupo sustituyendo a Julito.

Arrancaron con el tema que da título a su nuevo Ep, con un Óscar arrasador, desafiante, descarado, y demostrando una vez más que lo suyo es comerse el escenario, provocar y criticar el sistema, a los políticos, curas… Y hablar de sexo y su miembro, algo que hizo casi entre tema y tema. A mí me encanta LUJURIA por sus canciones, sus directos, porque Óscar es un gran frontman, a pesar de no tener la voz de Dio o Halford (ya lo hemos hablado millones de veces), pero, pienso que tanta «charla» a veces es excesiva y llega a agotar al público, como, en mi opinión, pasó esta noche.

Es claro que el rock es crítica y libertad y hay democracia para despotricar contra políticos y curas corruptos y se puede hablar de penes y sexo…¡¡Faltaría más!! Pero yo creo que LUJURIA son estimados por su público por su música, no por dar mítines, aunque también sé que hay una minoría de sus seguidores que besan por donde pisa Óscar y le encanta y aplaude todo lo que larga por su boca.

Creo que los fans agradecerían  que tocaran un par de canciones más y dejarse de tanto rollo; pero, cuidado, que es mi opinión, y repito que respeto lo que Óscar hace y diga, aunque a veces haya cosas que no comparta, como cuando antes de tocar «Cae la Máscara» criticó a Fortu Sánchez de OBÚS, por sus apariciones televisivas. Pero bueno, cada cual tiene su opinión, pero yo ahí discrepo de la de Sancho. Creo que Fortu no se ha pasado al pop, solo está participando en un concurso de supervivencia, y que yo sepa eso no es traicionar al heavy metal.

Pero bueno, dejemos el tema…Hablemos de lo musical. A pesar del mal sonido interior, la banda sonó muy bien y potentísima, gracias en gran parte por el matador batería Maikel, «El Tanke» quien es una bestia tocando. ¡¡Cómo toca y cómo le pega, con total violencia y gran técnica!! No le quedan a la zaga el bajista Santi, quien comparte protagonismo con Seoane, y el teclista Ricardo, quien le da «ese toque especial» que apenas se nota, pero que aporta muchos enteros al sonido del grupo.

Junto a ellos, el alma de LUJURIA, Jesús Sanz, «Chepas», inigualable e inimitable y con su innata actitud roquera, y el líder Óscar, matador!!!

El show en lo musical fue muy completo. Echaron la vista a 1999 para tocar «Sperman» y «Sin parar de Pecar» que sonaron muy bien, directas, con el añadido de la clase y la categoría de un Manu Seoane que tocó a gran nivel y le dio «otra cosa» a LUJURIA. El resto del grupo le pegó duro, mientras Óscar se volcó en la primera fila, haciendo poses y cantando con su característica voz. ¡¡Muy Bien!!

«Cinturón de Castidad» y «Mozart y Salieri» me encantaron. Sonaron apoteósicos como los dos «temazos» que son, con apoyo del público que cantó y disfrutó.

«Cadena perpetua» tuvo su punto íntimo y emocionante con Óscar cantando con garra y rabia. El nuevo «Menage A Trois» me gustó menos, pero «Corazón de Heavy metal» fue brutal, así como el final con la gran «Joda a quien Joda» y «Dejad que los niños se acerquen a mi».

Unos LUJURIA enormes en lo musical y en entrega, sin duda!

Texto y fotos: Rafa Basa

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