+ ENGEL + SANTA CRUZ
Domingo 29 de Marzo de 2015 – Sala Razzmatazz 2 – Barcelona
Sin duda una de las bandas que más interés ha suscitado entre las nuevas generaciones de metaleros durante los últimos años ha sido AMARANTHE. Pese a orientar su sonido hacia un público bastante joven, lo cierto es que la presencia entre sus filas de la talentosa vocalista sueca Elize Ryd, vinculada previamente a bandas como KAMELOT, AVALON o DRAGONLAND, ha propiciado que más de un metalero de vieja escuela se acercara a la propuesta del sexteto, cayendo rendido de forma irremediable ante esa explosiva y original combinación de enérgicos riffs, elementos electrónicos y unos estribillos verdaderamente imparables y adictivos. Desde que la banda facturara su abrumador debut homónimo en 2011 y muy especialmente desde que viera la luz su segundo largo "The Nexus" (2013) su carrera ha sido verdaderamente fulgurante, copando las listas de éxitos de los países nórdicos y girando intensamente a ambos lados del océano Atlántico.
Habiendo descargado en tierras catalanas en anteriores ocasiones, AMARANTHE pueden presumir de contar con su propio ejército de incondicionales, y eso se notó en la larga cola que aguardaba pacientemente la apertura de puertas del Razzmatazz 2 desde primera hora de la tarde. Pese a la expectación que había suscitado esta nueva visita del sexteto presentando su última obra de estudio "Massive Addictive", la verdad es que el recinto acabó registrando algo más de media entrada. Además de la propia presencia del combo sueco-danés el cartel de esta noche de domingo se completaba con los jóvenes hard roqueros finlandeses SANTA CRUZ y los metaleros suecos ENGEL, conformando así un cartel de lo más variado y atractivo.
Pese a ser los encargados de abrir la velada los chicos de SANTA CRUZ se toparon con unas primeras filas muy animadas, con un público muy enérgico y participativo. Con su flamante nuevo trabajo bajo el brazo «Santa Cruz», el cuarteto de Helsinki salió a escena dispuesto a aprovechar al máximo su oportunidad, tratando de causar una buena impresión y darse a conocer, pero ante todo con la firme convicción de divertir y entretener a todos los presentes, confiando para ello en la inmediatez de sus composiciones y en una vitalista puesta en escena. Con mucha actitud y un espíritu jovial y desenfadado la banda arrancaba su show con los contagiosos guitarrazos contenidos en "We Are The Ones To Fall". Viendo la excelente acogida que les brindó el público barcelonés, su vocalista, Archie Kuosmanen, no dudó en recabar nuestra colaboración para acompañarle con palmas durante el arranque de "Velvet Rope", mientras que el resto de sus compañeros desplegaban sobre las tablas un buen catálogo de posturas y poses genuinamente roqueras
Y es que pese a su juventud el combo de Helsinki dejó patente que tienen sus raíces musicales bien enclavadas en el hard rock de la década de los ochenta, como quedó claro al desgranar piezas de su último trabajo como "My Remedy", que fundió a la perfección esos potentes estribillos con una base rítmica aplastante. También demostraron tener unas buenas aptitudes a la hora de mostrarse algo más punzantes y expeditivos, como sucedería a lo largo de "Let Them Burn", con Archie dejando a un lado sus registros más melódicos para ofrecernos unas tonalidades más agudas, dando al corte un filo más incisivo y metálico.
El contrapunto perfecto lo pondrían los ritmos más desenfadados y casi funk roqueros de "Nothing Compares To You", de su anterior trabajo «Screaming For Adrenaline», que fue fantásticamente recibido por un público de lo más divertido y entusiasta, que no dejó de animar durante todo el show. La vitalidad y el buen rollo que emanaba del escenario acabó contagiándose a gran parte de los presentes, así que cuando la banda volvió sobre las composiciones de su trabajo homónimo para ofrecernos «Wasted & Wounded» la comunión entre banda y público fue absoluta, con la parte delantera de la pista botando incansablemente siguiendo las indicaciones del carismático vocalista finlandés. Con el recinto muy animado llegaba el momento del último cartucho de este primer acto de la noche, y la elegida para que SANTA CRUZ remataran su show sería "Aiming High", con Archie dejando a un lago su guitarra para adentrarse entre las primeras filas en un final de fiesta disparatado, pero ante todo divertido y eléctrico. Tras ver la explosiva actuación de SANTA CRUZ no me extrañaría que en poco tiempo repitieran por estos lares para presentar los temas de su última entrega.
Tras el subidón que supuso la descarga de los chicos de SANTA CRUZ llegaba el momento de cambiar radicalmente de registro y ponernos algo más serios para seguir la actuación de los encargados de recoger el testigo de los finlandeses, ENGEL. Curiosamente la formación sueca sería la más veterana en pisar las tablas del Razzmatazz 2, y a decir verdad esta experiencia se tradujo en una descarga muy compacta y cañera, presentándonos a una formación en plena madurez. El motivo de su visita era la puesta de largo de las composiciones de su quinto trabajo «Raven Kings», y primero con el vocalista Mikael Sehlin , un plástico que marca un punto de inflexión en su carrera y que tiene que servirles para consolidarse definitivamente dentro de la escena del death metal melódico europeo.
Completamente desatados y dispuestos a dejarse oír entre un público cada vez más numeroso, los suecos daban el pistoletazo de salida a su show, demostrando una fe ciega en su último trabajo y dejándonos bien claro que la contundencia de piezas como la inicial «Salvation», serían las encargadas de marcar la senda por la que discurrirían los siguientes cincuenta minutos. Poco importó algún pequeño problema técnico en la guitarra de Marcuss Sunesson, ya que la banda en todo momento se mostró como un equipo sólido y compacto, dejando unas magníficas impresiones al atacar cortes como «Your Shadow Haunts You», en el que se alternaron con total convicción fraseos agresivos y partes más envolventes y melódicas, mientras el vocalista Mikael Sehlin se mostraba verdaderamente imparable en su faceta como «frontman».
Con la gente ya plenamente metida en la propuesta del combo sueco, llegaba el momento de dejar de lado su más inminente actualidad para centrarnos en el material contenido en su anterior trabajo «Blood Of Saints», del que nos ofrecieron ese suculento alarde de voracidad metalera contenida en «Question Your Place», consiguiendo que la decoración de las primeras filas cambiara rotundamente. Y es que a medida que fue avanzando la descarga de ENGEL la gente se fue animando, haciendo que piezas como la mordaz «Fading Light», que representó la vuelta a su material más reciente, sonaran verdaderamente impactantes con Mikael rasgando sus cuerdas vocales a la vez que Marcus nos asolaba con un nuevo e hiriente fraseo a las seis cuerdas.
Tampoco se quedaría atrás en cuanto a potencia la base rítmica que formaron el batería Oscar Nilsson y el bajista Steve Drennan, quienes se revelaron como los arquitectos de los cimientos del sonido de la formación sueca, y buena muestra de ello fue el amenazador sonido a las cuatro cuerdas que nos regaló el propio Steve durante los compases iniciales de «Six Feet Deep», que fue fantásticamente recibida por la audiencia y que representó su primera mirada al material contenido en «Threnody». Pero sin duda la plena madurez del combo sueco se haría patente al atacar piezas como la novedosa «When The Earth Burns», con la que nos mostraban toda la riqueza y los diferentes matices que ha ido adquieriendo su propuesta con el paso de los años, fusionando de forma eficiente fraseos netamente death-metaleros, altas dosis de melodía e incluso diferentes elementos de corte industrial, acuñando así un estilo personal y bastante reconocible.
Pese a proponernos unas sonoridades viscerales y agresivas, el combo sueco se mostró en todo momento simpático y accesible. Así que la anécdota del show llegaría cuando Mikael aprovechó para saludar a sus padres que estaban en la sala. El motivo de su presencia era acompañarle en el día de su cumpleaños, así que como era de esperar el vocalista no se pudo escapar de la felicitación,- en forma de canción-, de todos los presentes. Tras el simpático guiño llegaba el momento de seguir escupiendo esas composiciones fieras y mordaces, siendo las encargadas de reintroducirnos en el show la implacable «Burn» y «Casket Closing», que fue la pieza más antigua que tocaron y que formaba parte de su primer largo de 2007 «Absolute Design».
Con la banda y el público en estado de comunión llegaba el momento de levantar junto a Mikael nuestros brazos para acompañarle en los compases iniciales de «Sense The Fire», que sonó cortante y amenazante, para convertirse en el preámbulo perfecto de la última pieza de la noche «Until Eternity Ends», también extraída de su «Threnody» de 2010. Aunque su estilo poco tenía que ver con el de SANTA CRUZ o con el de los protagonistas de la noche, lo cierto es que ENGEL se marcó un show intenso, vibrante y poderoso, poniendo de manifiesto la frescura y la originalidad de una propuesta trabajada, heterogénea, repleta de matices y diferentes elementos.
Pese a la corta trayectoria del combo sueco-danés, lo cierto es que el sexteto ya había dejado una buena muestra de su talento en las anteriores ocasiones que había visitado nuestros escenarios, convenciendo en sus descargas y dejando siempre una magnifica impresión. Así que como si de un ritual se tratara los seguidores de la formación fueron acercándose al escenario, tras la finalización del show de ENGEL, para asegurarse un buen sitio desde el que seguir las evoluciones de sus ídolos. Aunque inevitablemente siempre habrá quien no comparta mi opinión, creo que AMARANTHE han facturado con «Massive Addictive» su mejor plástico hasta la fecha. Además, personalmente, creo que la inclusión de su nuevo vocalista, Henrik Englund,- encargado de los «growls»-, ha supuesto todo un acierto, ya que ahora suenan mucho más compactos y expeditivos. Pero lejos de centrar todo el repertorio en su última obra de estudio, el sexteto optó por plantearnos un show dinámico y muy variado, en el que sus tres trabajos disfrutaron de un protagonismo similar.
Como victoriosos guerreros los componentes del sexteto fueron tomando posiciones uno a uno para arrancar su espectáculo con una potencia y una vitalidad inusitada, dejándonos un fantástico regusto al convertirnos en parte protagonista de los estribillos de la pieza de apertura «Digital World», rubricando una conexión perfecta entre banda y público. Con la atractiva Elize convertida en el centro de todas las miradas, la tripleta de vocalistas nos ponía a todos a saltar durante los compases iniciales de uno de sus temas más emblemáticos «Hunger», ratificando que la banda se encuentra en un extraordinario momento de forma, con la propia Elize, Jake E. y Henrik repartiéndose las tareas vocales mientras el resto de sus compañeros machacaban intensamente sus instrumentos.
Con la gente ya totalmente metida en el show llegaba el momento de centrar su objetivo en su anterior referencia discográfica «The Nexus», proponiéndonos una rotunda tripleta que estuvo compuesta por la delicada «Invincible», que fue introducida a capela y que nos dejó un fantástico dueto entre Elize y Jake E., para posteriormente conseguir volver a llevar a sus seguidores al extasiáis más absoluto con los rotundos estribillos de «Razorblade», que supondría la excusa perfecta para poner nuevamente a toda la sala a saltar. Mientras que la encargada cerrar este primer capítulo dedicado a «The Nexus» sería la trepidante «Burn With Me», que ponía de manifiesto que Henrik está perfectamente integrado con el resto de sus compañeros, ya que durante todo el show fueron constantes las muestras de complicidad y compañerismo entre ellos.
El momento de que los sonidos electrónicos se encargaran de liderar la fulgurante propuesta del sexteto llegaría con los marchosos ritmos de «1.000.000 Lightyears», que convertían el recinto en una pista de baile con todo el mundo danzando poseído por ese ritmo fulgurante y arrollador. Sin dejar el material de su debut homónimo, y después de que una simpática Elize nos diera las gracias por nuestra presencia y nuestro apoyo, llegaba el momento de uno de los puntos álgidos de la velada «Serendipity», en la que nuevamente las voces limpias volverían a erigirse como las auténticas protagonistas, firmando una magnífica interpretación, algo que les valió una soberana ovación.
Si el primer tercio de la descarga del sexteto había estado centrado casi de forma exclusiva en el material de sus dos primeras obras «Amaranthe» (2011) y «The Nexus» (2013), el tramo central del show fue el escogido para aglutinar la mayor parte de las composiciones de su última referencia «Massive Addictive», de modo que el sexteto inició un detallado recorrido que daría arranque con los aromas emotivos y sentimentales de esa suculenta joya denominada «True», concediéndonos un impas de tregua antes de que la tormenta volviera a desatarse de manos de un colosal «Trinity», en el que las voces de Elize y Jack E. seguirían llevando las riendas para dejar relegados a un segundo plano a los «growls» de Henrik.
Pese a que la estructura de los temas de Amaranthe es bastante homogénea, piezas cortas y concisas, repletas de musicalidad y unos estribillos totalmente matadores, lo cierto es que con cada uno de sus proyectiles la explosión de euforia entre el respetable parecía ir en aumento, de modo que cuando le llegó el turno a una de las piezas más potentes de su última entrega «Massive Addictive», la sala se vino literalmente abajo, con toda la pista saltando mientras acompañaba a los vocalistas en esos suculentos estribillos marca de la casa, constatando que el último álbum de la banda ha sido todo un éxito entre sus incondicionales. La elegida para cerrar este extenso segmento dedicado al material de su tercera entrega sería el intrigante up-tempo «Over And Done», que partiendo de esas sugerentes notas de piano nos acabaría capturando irremediablemente.
Sin duda el sexteto podría haber seguido desgranando composiciones de «Massive Addictive» y de seguro la reacción de sus incondicionales habría sido plenamente satisfactoria, pero Elize y sus muchachos optaron muy sabiamente por echar la vista atrás y recuperar el «feeling» y la intensidad contenida en viejas favoritas como «Afterlife», que sonó impecable con la vocalista retorciendo su cuerpo hacia atrás como si fuera la niña del exorcista, o la discotequera «Electroheart», que fue la elegida para que los miembros de la banda nos sorprendieran con sus habilidades danzarinas, algo muy poco habitual en los conciertos de heavy metal. Antes de abordar la recta final de esta primera parte del espectáculo Morten Lowe tendría su momento estelar, protagonizando un entretenido solo de batería, que fue aprovechado por sus compañeros para recuperar el aliento de cara al incendiario sprint final.
El retorno de sus compañeros sobre las tablas nos dejaría uno de los momentos más agresivos y salvajes de todo el show de manos de «Leave Everything Behind», con la banda demostrando que cuando se trata de ponerse fieros y contundentes también saben cómo hacerlo. El contrapunto llegaría con una nueva muestra de clase y elegancia, con Elize pidiendo nuestra colaboración para acompañarles a lo largo de la deliciosa «Amaranthine». Mientras que la encargada de echar el cierre a esta suculenta tripleta contenida en su debut sería la eléctrica «Call Out My Name», que volvía a poner a toda la sala a botar para firmar un rotundo fin de fiesta.
Con la gente entusiasmada, reclamando intensamente la vuelta del sexteto sobre la tablas, era el bajista Johan Andreassen el encargado de darnos las gracias a nosotros y a las bandas que les habían precedido en esta tarde de domingo, protagonizando una charla que quizás se hizo excesivamente larga y que sirvió como preámbulo para el regreso del resto de sus compañeros con el hímnico «Automatic». Entre gritos y vítores llegaba el momento de otra de las piezas más coreadas de la noche, y que sin duda tiene muchos visos de convertirse en un nuevo clásico, la novedosa «Drop Dead Cynical», que se convertiría en el preámbulo perfecto para la final «The Nexus», que sería la elegida para rubricar su imparable actuación.
Sin duda el sexteto es una de esas bandas con las que puede afirmarse que no hay término medio. Resulta evidente que siempre habrá quienes no acaben de comulgar con una propuesta excesivamente ecléctica e innovadora, pero lo que no se les puede negar a estos chicos es que, pese a la reiterada utilización de «samplers» y efectos electrónicos pregrabados, tienen un directo rotundo, intenso y que conecta plenamente con sus seguidores.
Texto: Alfonso Díaz
Fotos: Carlos Oliver (www.facebook.com/Carlos.Oliver.Music.Photography)
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