+ HATE + SHREDHEAD
Viernes 27 de Marzo de 2015 – Sala Arena – Madrid
Interesantísima velada la que teníamos para el pasado viernes, máxime con una climatología primaveral que invitaba a acercarnos al centro de Madrid hasta una sala Arena que, si bien no colgó el cartel de «no hay entradas», registró un medio aforo repleto de fans del metal extremo deseosos de ver a la leyenda polaca VADER junto a sus compatriotas HATE y unos no menos interesantes SHREADHEAD.
Eran las 19:25 cuando estos últimos salían a escena en forma de cuarteto. Cabeza rapada, pantalón corto, calzoncillos por encima de la cintura, tatuajes… sin duda estábamos, en la figura de Aharon Ragoza ante un declarado fan de Phil Anselmo, tanto por vestimenta, pose, actitud, voz y forma de moverse en el escenario. Pese a que no había ni cincuenta asistentes a esas horas, los israelíes no se amilanaron y salieron a por todas, presentando su último disco «Death is Righteous».
Temas como «Devils Race», la homónima «Death is Righteous», «Ruffies» o «Knife in a Gun Fight» sirvieron como perfecto preámbulo par air calentando el ambiente y dar a conocer a SHREDHEAD ante un público madrileño demasiado estático pese a las arengas que llegaban repetidamente desde el escenario.
Había una gran expectación por ver a HATE y creo que no sólo estuvieron a la altura de las circunstancias, sino que, para mi gusto personal, fue la mejor banda de la noche. Gozaron, desde el comienzo, de un sonido de lujo, con todos los instrumentos en su sitio, mención aparte para el vozarrón ultra grave de Adam.
Era casi hipnótica la figura éste en el centro, estática e impertérrita mientras a sendos flancos Konrad y Piotr no paraban de mover sus cabezas como poseídos.
«Omega» abriría la caja de los truenos, demostrando ya desde primeras que venían dispuestos a todo. Con «Erebos» comenzaría la locura en pista, con buena parte de las filas centrales dedicada a la tarea de hacer mosh.
Me dediqué a observar el concierto desde varias partes de la sala y allá donde fuera, el sonido me parecía bastante bueno, nítido, con cuerpo en graves y sobre todo, ideal para disfrutar de los polacos. «Hex», «Valley of Darkness» con sus potentes melodías de inicio cual himno marcial y con todos moviendo la cabeza al compás, «Leviathan», «Wrists» en tesituras más thrashers y colocada estratégicamente en el set list como punto de inflexión o la brutalidad final de nombre «Threnody», dejaron huella del paso de HATE en Madrid, esperando que la próxima visita no tarde mucho en producirse.
Había ganas, y muchas, de volver a ver a VADER una vez más. Y doy fe de que no defraudaron un ápice, dando un amplio repaso a su discografía, aunque incidiendo en mayor medida, como es lógico, en su nuevo disco «Tibi et Igni». Los de Piotr Wiwczarek gozan de una muy buena salud tanto en disco como en directo y tuvieron un muy buen sonido para demostrarlo, aunque bajo mi punto de vista, un punto menos contundente que el de HATE.
El camino hacia el lado oscuro de la Fuerza comenzó con un «¿Cómo estáis Madrid? Bienvenidos al infierno» que desembocó con la dupla «Abandom All Hope»/»Go to Hell». En «Come and See my Sacrifice» Marek tuvo algún problema con su guitarra, pero sólo al inicio, sin verse afectada la continuidad en absoluto.
«Silent Empire» y «Sortis» fueron altamente corrosivas, calando entre un respetable que cada vez lo estaba disfrutando más y así se lo hacía saber a la banda. Mención especial merece Pawel Jaroszewicz, el incansable batería que no perdería ni una nota de todas las que dio a toda velocidad. Prueba de ello fue la endiabladamente rápida «Reborn in Flames». «Decapitated Saints» no dejaba respiro para banda ni público, intercalada con un «Triumph of Death» que venía a constatar que con el paso de los años su manera de componer no ha perdido fuerza ni la esencia de sus inicios.
«Where Angels Weep» fue otra muestra de brutalidad y rapidez, como el poderoso «Chaos». La grandilocuente «Hexenkessel» y su poderosa introducción nos condujeron hacia la recta final que vino con los temas «Carnal», «Dark Age» y «Wings» que nos devolvía al disco que intdodujo a VADER en el siglo XXI.
La vuelta para el único bis no se haría esperar y fue el momento propicio para hacernos corear a todos el estribillo del himno «Helleluyah!!! (God is Dead)». El cuarteto no tardaría desaparecer (quizás de una manera algo fría, todo sea dicho) ya de manera definitiva, mientras sonaba la «Marcha Imperial» que el maestro John Williams escribiera para la saga Star Wars y dejándonos con esa sensación que le queda a uno cuando ha estado soltando buenas dosis de adrenalina durante unas horas. ¡Gran noche!
Texto: J. José Jiménez – J_Jose_Jimenez@RafaBasa.com – Twitter.com
Fotos: Juan Morillas
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Pues un colega mío que estuvo allí dijo que sólo los Vader tocaron UNA hora y que recogían a toda prisa. Lo que duraría no estaría mal, pero si tocaron realmente ese tiempo (lógicamente me fío de él) me parece una total y absoluta falta de respeto y profesionalidad hacia los allí asistentes. Algo parecido me pasó con Soulfly en Macumbahace años, tocaron lo mismo y agarré un cabreo de cojones. Desde entonces va a ir a verles su p..a madre, y con Vader va a pasar lo mismo, una pena, porque me molan un huevo.
Jeje yo también estuve en el concierto de Soulfly de hace años en la Macumba, pero tengo que decir que el pasarse de listos les pasó factura en su siguiente visita a Madrid, ya que pasaron de casi llenar la sala ya referida a tocar ante cuatro gatos en una sala Revólver semi vacía jajaja. Yo soy uno de los que no volvió a verlos. Saludos.