+ THUNDERHEART + LEATHER HEART
Sábado 21 de Febrero de 2015 – Sala Copérnico – Madrid
El pasado 21 de febrero los vizcaínos VHÄLDEMAR volvían a Madrid tras una larga ausencia y ya con su nuevo bajista Adolfo WB. Acompañados por los jóvenes LEATHER HEART y por el proyecto formado por músicos de bandas como STEEL HORSE, WILD o CALIBRE ZERO THUNDERHEART, los cabezas de cartel ofrecieron un concierto especial extenso y muy intenso.
Los primeros en aparecer a escena fueron LEATHER HEART, para mí una de las bandas revelación del último año y con un futuro más que prometedor por delante. Los madrileños recuperaban para esta actuación a su guitarrista Jorge, quien se había ausentado durante unos meses de forma temporal, y volvieron a demostrar porque son un grupo en constante alza hoy en día.
A pesar de llevar unos meses actuando como cuarteto, los madrileños funcionaron como una máquina perfectamente engrasada como quinteto y la compenetración entre los guitarristas Jorge y Álex era más que manifiesta sobre todo cuando cruzaban sus solos.
También noté una notable mejoría, en lo que a su tarea como frontman se refiere, en su vocalista Adrián, quien se mostró mucho más comunicativo con el público y más activo en las partes instrumentales.
LEATHER HEART siguieron presentando su primer EP aparecido el pasado año con temas como «Nightmares Town», «Leather Heart», «Take My Breath Away» o la excelente «Black As Night», pero también aprovecharon la ocasión para estrenar temas de su próximo disco de debut, el cual están actualmente grabando. «Destiny», «The Crow» y la ya conocida «Restless», mostraron que el grupo tiene las ideas muy claras y que en su debut no se apartarán de ese Heavy Metal clásico de corte un tanto americano que les caracteriza. La banda se despidió con una versión del clásico «Burn» de DEEP PURPLE en la que todos los componentes, especialmente el cantante Adrián y el batería Manu, aprovecharon para lucirse con sus respectivos instrumentos.
LEATHER HEART son una apuesta muy a tener en cuenta, el grupo no para de crecer concierto a concierto y si siguen así sobre el escenario, y aciertan con las decisiones que tomen y los pasos que den fuera de él, tienen un gran futuro por delante.
Los siguientes en saltar a la palestra fueron THUNDERHEART, una banda que por la procedencia de sus componentes, había generado una notable expectación que tristemente, no se vio corroborada tras su actuación.
Es indudable que tanto el guitarra Willy Gascón, como el batería Ricardo Lázaro o el cantante Javier Pastor son músicos experimentados, pero me dieron la sensación de estar un tanto fuera de sitio y de no terminar de acomodarse a sus respectivas nuevas posiciones. Especialmente Lázaro y Pastor que abandonan sus instrumentos habituales en esta andadura respecto a sus bandas principales; el primero canta en CALIBRE ZERO y el segundo es guitarrista de WILD mientras que aquí son batería y cantante respectivamente.
Ese es uno de los principales problemas del grupo, no hay un batería; hay un cantante al que le gusta tocar la batería, como no hay un cantante; hay un guitarrista al que le gusta cantar. Esto hace que, aunque no suenen mal, el resultado carezca de la solidez mínima que requiere cualquier banda, sobretodo una con músicos ya curtidos provenientes de grupos relativamente conocidos. La banda se completa con el bajista Pedro Peláez (CALIBRE ZERO), quien sin hacer un mal trabajo, no consiguió aportar la solidez que se necesita cuando solo se lleva una guitarra, algo que se notó especialmente en los solos. En este aspecto también influye la batería de Lázaro, lleva bien el ritmo y se le ve con confianza, pero creo que es un batería demasiado sobrio y roquero para un grupo que pretende hacer Heavy Metal.
El concierto habría estado bien y hubiera resultado prometedor de ser una banda nueva, pero teniendo en cuenta los currículos de los miembros, creo que todo el mundo esperaba bastante más.
Básicamente el grupo desgranó lo que es su disco de debut «Night Of The Warriors» aparecido el pasado mes de febrero, una carta de presentación que a mí sinceramente, me ha dejado frío. «Show Them Our Fire» no es una mala apertura para un directo o un disco, pero me parece muy tópico, «Night Of The Warriors» no tiene un mal estribillo y es hasta resultón, pero le falta un punto, «Thunderheart» tiene un rollo pesado y machacón interesante, pero tampoco termina de concretar, sobre todo por ese estribillo tan manido. Así podríamos seguir hasta el final porque «Concrete Jungle» repite el patrón de «Night Of The Warriors», «Killing My Fears» o «I’ll Always Be There For You» hacen lo propio con «Show Them Our Fire» y «Rise Or Fall» emula notablemente, sobre todo en el estribillo, al tema que da título al grupo. La única que marca un tanto la diferencia es «Rules Of A Lie», que a pesar de llevar un rollo a lo BLACK SABBATH de los 70, GRAND MAGUS, etc. que a mí no me va mucho, suena algo diferente.
La voz de Javier Pastor tampoco ayuda, no desafina y no se puede decir que lo haga mal, pero le falta fuerza y en ocasiones da la sensación de estar un tanto fuera de lugar. Tiene momentos en canciones como «Thunderheart» o «Rules Of A Lie» que parecen más adaptadas a su tesitura, pero no termina de cuajar.
El grupo da la sensación de quedarse a medias en la elaboración de los temas, buenas ideas mal acabadas o que no han terminado de llevarse a buen puerto que dan lugar a un debut mediocre para lo que se esperaba de esta unión.
Volviendo ya al concierto, que fue aderezado con una versión del clásico de Ozzy Osbourne «Bark At The Moon» en la que Willy Gascón hizo un trabajo soberbio, el grupo no falló al plasmar en directo de forma efectiva lo que ofrecen en su disco, ni mucho menos, pero tampoco consiguieron encandilar al respetable en una actuación que quedó fría y un tanto deslucida.
Sinceramente, mucho tendrían que cambiar las cosas en THUNDERHEART para ver algo más interesante, lo primero el planteamiento del grupo tanto a nivel compositivo como de distribución de puestos. Es posible que con Lázaro a la voz, Pastor cogiendo su guitarra y con un batería, la banda consiguiera mostrar lo que realmente llevan dentro.
Ya solo quedaba el plato fuerte del cartel, VHÄLDEMAR, que venían desde el País Vasco con muchas ganas como demostraron a lo largo de toda su actuación, en la que ofrecieron un concierto muy especial.
El cuarteto mostró desde el principio una solidez y unas tablas envidiables ante una sala no muy llena, pero sí muy receptiva. Esto no quiere decir que la entrada fuera negativa, ya que aunque tristemente, la asistencia fue la habitual en estos días a eventos de este tipo.
VHÄLDEMAR se mostraron muy bien posicionados y compactos, asentados, muy solventes y sobre todo con una confianza absoluta en sus posibilidades. También hicieron gala del buen hacer con sus instrumentos. Poco que decir a estas alturas de la excelente técnica de su guitarrista Pedro J. Monge, un auténtico maestro del instrumento muy bien acompañado por el batería Gonzalo «Gontzal» García y por el nuevo bajista Adolfo WB. La nave estaba comandada a la perfección por el cantante Carlos Escudero, quien no solo cumplió notablemente con sus labores como vocalista, sino que también se mostró como un excelente comunicador y showman que aderezó el concierto con numerosas bromas y discursos un tanto largos en ocasiones, pero también graciosos y distendidos. Sin duda Escudero se metió al público en el bolsillo desde el primer momento y no solo por sus charlas, también por su manera de interactuar con la audiencia recorriendo toda la sala, haciendo cantar a los asistentes mezclándose entre el público y hasta cantando él mismo desde el medio de los espectadores en una ocasión; jamás vi a nadie sacar tanto partido a un micrófono inalámbrico.
La banda sonó bastante bien, en general todo el concierto gozó de un buen sonido, pero en VHÄLDEMAR hay que reconocer que el poderío y el empaque ganaron muchos enteros. Aunque llevan poco tiempo juntos, la base rítmica del grupo está muy bien compenetrada, algo que se notaba mucho dejando muy pocos huecos a pesar de llevar una sola guitarra.
En lo que a temas se refiere, VHÄLDEMAR repasaron ampliamente su carrera interpretando temas de los cuatro discos que han editado hasta ahora, e incluso de su primera maqueta homónima, de la que nos obsequiaron con un atípico «Patroclus» si no recuerdo mal. Tampoco faltaron clásicos como «Energy», «Black Thunder», «Rock City», «Bastards», «River Of Blood», «Black Beast», la fantástica «Lost World» o las hímnicas «Metal of The World» y «Metal & Roll», y creo que no equivocarme cuando digo que hicieron una versión del tema de Vinnie Moore «Saved By A Miracle» en la que incluyeron un solo de batería. Aquí tengo que decir que aunque fue curioso, sobre todo por ver la maestría de Monge a la guitarra en la interpretación del tema, los solos me sobran en los conciertos, la mayoría son aburridos, cortan la dinámica de la actuación y en escasas ocasiones aportan algo al conjunto del concierto más allá de un momento para ir al baño, a la barra o a fumar.
En cualquier caso, gran concierto de VHÄLDEMAR en su regreso a Madrid del que creo poder decir que dejó al respetable más que satisfecho. Una banda que si siguen con la regularidad mostrada en sus dos últimos trabajos, es posible que consigan el reconocimiento que se merecen.
Texto: Antonio Cerezuela
Fotos: Antonio Sicre
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
Thunderheart, crónica de una muerte anunciada. Y tampoco entiendo que hacían Leather Heart abriendo el concierto, y no Thunderheart…
Lo de abrir leather es porque ellos iban con EP y thunder con LP, y aun siendo nueva banda pues suben a segundos en el cartel. Supongo que será por eso…
En cuanto a desmontar Steel horse para hacer esto que hacen ahora, pues sinceramente,para mi fiasco total.
Mucha pereza para salir de casa ese día, pero al final fue una recompensa ver a VHALDEMAR, ya que se dejan ver poquito por aquí. Buen grupo tristemente infravalorado en esto de la musica.