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Lunes 7 de Julio de 2014 – The Circus – Helsinki
Poco a poco y desde que vivo en el país de las prohibiciones voy tachando nombres de mi lista maldita, esa lista QUE llevo confeccionando más o menos durante los últimos 15 años, añadiendo a bandas que por una causa u otra se me escapan y jamás conseguía ver en directo, y me alegra QUE BLACK LABEL SOCIETY sea precisamente uno de los nombres que quite de la misma, ya iba tocando, decir que les tenía ganas es probablemente quedarse corto.
No me cuadraba mucho que actuaran en la capital deL país un lunes por muy mes de vacaciones que sea (y creedme cuando digo que las vacaciones son sagradas, no trabajamos más que cuatro pringados si se me permite la expresión), lo mismo que el hecho de que la entrada costara la friolera de casi 45€ y actuaran sin teloneros, muchos euros me parecen a mí por mucho Zakk Wylde que tengamos delante, deberían de actuar más de dos horas para amortizar ese precio, y no fue así.
Detalles aparte, comentar que desde que vivo aquí jamás había visto tantas camisetas de un mismo grupo a la vez en mi vida, estaba claro que curiosos puede que hubiera un par, pero la mayoría de los presentes estaban allí con conocimiento de causa que se suele decir, algo que no había visto hasta la fecha, un concierto lleno de fans, casi se le podría llamar a eso hacer trampa, ¿no?
Cubría todo el escenario un enorme telón con el logo de la banda, no dejando ver nada de lo que había tras él, y ahí permanecería hasta pasados algo más de diez minutos de la hora prevista (en general no sé qué tienen los yanquis en contra de la puntualidad), nada grave ni exagerado. Para cuando se apagaron las luces la sala estaba llena casi en su totalidad, observando que esta vez sí estaba permitido beber frente al escenario y no solo en el corralito etílico como lo llamo, señal de que esa noche los menores se quedaban en la calle.
Cayó el telón y ahí estaba la imponente figura del barbudo Zakk, ensimismado mientras sonaba «My dying time», uno de los temas incluidos en su reciente y buen «The catacombs of the black vatican», álbum que por otro lado pocas camisetas va a vender por su portada, para que negarlo.
Decir que el sonido era apabullante era quedarse muy, pero que muy corto, la muralla de Marshalls que habían plantado sobre el escenario era algo que muy pocas veces puede verse en un concierto de sala, el sonido te golpeaba en el pecho como pocas veces se siente, y esa es la definición correcta, el sonido se sentía, como bien patente quedó con la cañera «Godspeed hell bound».
Fue con «Destruction overdrive» cuando comenzó el baile de guitarras de Zakk (no las conté, pero a lo largo dela velada debió de utilizar unas 6-7 diferentes), y cuando empecé a fijarme un poco más en los músicos que le acompañan en los últimos tiempos. De sobra conocemos ya a John Deservio y su labor al bajo, tiene algo de macarra y bonachón al mismo tiempo que hace que caiga bien enseguida, aparte de que siempre me han gustado los bajistas que tocan sin púa, tienen un algo que me encanta, y en este caso pese a ello no es que precisamente sea manco como demostró en un pequeño solo.
Analizando la labor de los dos recién llegados la cosa cambia. Jeff Fabb estuvo técnicamente perfecto a la batería, pero su pasado a bordo de IN THIS MOMENT hace que la diferencia de actitud y estilo no pase desapercibida y sea bastante diferente a la del resto del grupo, pero en su caso creo que es algo que cambiará poco a poco, cosa que no sé si llegaré a decir del otro guitarrista de la banda, Dario Lorina, quien al lado de Zakk parecía muy poca cosa (físicamente hablando), y no solo se veía eclipsado por la envergadura de su jefe, sino que se mostró apocado, intimidado y con excesiva reserva durante toda su actuación.
No podía faltar el solo de guitarra obligatorio de Zakk, quien no dejó de posar en cada uno de los rincones del escenario para que toda la sala pudiera verlo por igual, algo que hizo que esta parte de su actuación se alargará quizá un poco más de lo debido, aunque como era de esperar, más de un fan de las seis cuerdas estuvo con la boca abierta durante un buen rato.
A estas alturas ya empezaba a pensar que jamás se dignarían a dirigirse al público, sonaba «Parade of the dead» y con este habían pasado ya ocho temas sin contar el solo, y se me antojaba ya de mal gusto tamaña indiferencia, algo que se solventó nada más acabar el mismo, y ya con un teclado sobre el escenario, Zakk se dirigió por fin al respetable presentando a cada miembro de la banda como si moteros de diferentes chapters se trataran.
«Angel of mercy» trajo un poco de calma a la sala con Dario al teclado interpretando este meloso corte incluido en su último trabajo, que sirviendo de excusa perfecta para lanzar la inevitable «In this river», durante la cual desplegaron dos enormes telones con sendas imágenes de Dimebag, recordándonos a quien se dedicó está canción. Solo dos objeciones, por un lado, veo innecesario que Zakk cambiara su lugar con Dario para esta canción, ya que eso implicaba que nos quedáramos sin el solo de guitarra que Zakk interpreta en la misma, y por el otro no me convenció demasiado la versión que se marcaron, muy distinta a la original, a mi parecer al menos.
Pasado el momento melancólico, «The blessed hellride» nos devolvió al os BLS más cañeros con Zakk y Dario armados con sendas Gibson de doble mástil, encadenando ya hasta el final algunos de los mejores temas de la banda, como fueron «Suicide messiah», «Concrete Jungle» y «Stillborn», echando personalmente de menos temas como «Fire it up» o «Crazy or high».
Y hasta aquí lo que dio la noche, se fueron como llegaron, de golpe y sin previo aviso, sin bises y sin nada, con un setlist que llevan repitiendo noche tras noche desde ya unas cuantas fechas, y es que ese va a ser uno de mis dos «peros» a su actuación, primero su falta de espontaneidad y comunicación con los presentes, y por el otro un show en exceso programado, algo que siempre le resta diversión a cualquier concierto a mi parecer, por buenos que sean los tíos sobre el escenario.
Por lo demás, una descarga perfecta, nada que objetar, hay que veces que lo visto merece lo pagado, y puedo decir que esa noche fue una de ellas.
Setlist:
- My Dying Time
- Godspeed Hell Bound
- Destruction Overdrive
- The Rose Petalled Garden
- Heart of Darkness
- Overlord
- Damn the Flood
- Guitar Solo
- Parade of the Dead
- Angel of Mercy
- In This River
- The Blessed Hellride
- Suicide Messiah
- Concrete Jungle
- Stillborn
Texto: Ángel Ruiz
Fotos: Tuulikki Vähäpullo
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