STEVE VAI & EVOLUTION TEMPO ORCHESTRA
Martes 18 de Junio de 2013 – Hotel Auditorio Príncipe Felipe – Madrid
No hay palabras para describir lo vivido la noche del martes, no obstante es mi obligación buscarlas y hablaros de uno de los conciertos más inolvidables que forma parte ya de la memoria de todos los que pudimos desplazarnos hasta el Auditorio Príncipe Felipe de Madrid. El recinto en sí es un enorme anfiteatro cubierto ubicado dentro de un grandísimo hotel a las afueras de la capital, dentro de una laberíntica estructura llena de pasillos y salones por doquier en su planta baja, no exento de lujo. Sobre las 20:00 el público de la más variada índole, predominando la rockera, íbamos llegando e incluso los más madrugadores tuvimos la suerte de escuchar desde fuera la prueba de sonido -¡y cómo sonaba ya aquello!- así que mi compañero Daniel Garrido y yo pudimos saborear, junto a otros, en primicia las primeras notas que salían de las manos del mago STEVE VAI.
Para la ocasión STEVE nos traía un espectáculo menos basado en lo visual y más en lo sonoro y si bien es cierto que no escatimó en sus famosos contoneos, poses, muecas y vaciles hacia su público, con el que tuvo multitud de detalles, aparte de un juego de luces correcto y por momentos, espectacular, lo que primó fue la música en su estado más puro y cómo ésta ha sido empastada junto a la Orquesta Sinfónica de Rumanía, rebautizada como EVOLUTION TEMPO ORCHESTRA. Una orquesta de más de cuarenta miembros que no está creada por él, pero sí moldeada a su medida, tocando con la misma pasión y extravagancia que todo lo que sale de sus seis cuerdas, siendo protagonista junto a VAI y los músicos que forman su banda de todo lo que allí acontecía.
Con quince minutos de retraso y con todo el público acomodado en sus asientos, se apagaban las luces, lo que significaría el comienzo de algo más de dos horas de éxtasis musical continuado. Primero los músicos, todos de riguroso negro, tanto de su banda como de la EVOLUTION TEMPO ORCHESTRA iban tomando posiciones, situados estos últimos en tres distintas secciones: cuerda a la izquierda (presidido por un arpa), vientos a la derecha y los tres sets de percusiones junto a la batería en el centro situados en la tarima del fondo. Aparece el director batuta en ristre mientras sus músicos afinaban y probaban sus instrumentos para arrancar, sin la presencia del guitarrista, con un "Frangelica" grandilocuente que sonó increíble, donde todos los instrumentos de la EVOLUTION TEMPO ORCHESTRA se apreciaban a la perfección. Terminan las dos partes de la canción para aparecer el maestro de ceremonias, siendo recibido por todo lo alto por parte del respetable, para hacer callar a los músicos y oír sólo el sonido de su guitarra jugando con el whammy en una nota sostenida y, de seguido, atacar con "Racing the World" ya todos juntos; mejor entrada imposible.
"The Murder" bajó el tempo, que no la intensidad, con los trombones dándolo todo en esa melodía que personalmente me recuerda muchísimo a la de la película "El Cabo del Miedo", mientras STEVE VAI hacía llorar a su guitarra, intercalando hacia la mitad unos solos de percusiones y batería que hicieron reír al público cuando uno de los miembros de la orquesta estampaba el enorme canuto de cartón del que antes hubiera sacado notas golpeándolo contra su set de platos.
Momento para que VAI nos presente a la orquesta, su director y músicos de su banda, diciendo que le encantaría tocar cinco horas pero de ser así nuestra espalda terminaría resentida, pero que nos iríamos de allí con la sensación de haber vivido una experiencia única (y doy fe de que así fue); todo un señor, educado y atento, como demostraría a lo largo del show. Vuelta a su último álbum con "Velorum" y a su pasado más reciente con la más pausada "Gentle Ways" donde acústica y flautas llevaron la voz cantante, presidiendo un precioso juego de luces blancas y moradas en la mayor parte de la canción y terminando con un solo de guitarra de en sueño (de verdad, ¡cómo sonaba aquello!) armonizado a dos guitarras. El clásico "Answers" del aclamado "Passion and Warfare" terminó por poner toda la carne en el asador, finalizando este primer bloque de la actuación.
Pequeño parón para que STEVE jugara con el volumen desde su pedalera en un pequeño solo para ir introduciendo poco a poco la melodía de "Whispering a Prayer", la cual llegó a su máximo esplendor cuando los violines entraron acompañando a la guitarra principal más el subidón del solo final, jugando a sostener la nota indefinidamente e incluso cruzando el mástil de su guitarra con el de uno de los violines, para terminar a medio volumen con la melodía principal y poniendo al auditorio en pie, aplaudiendo, por vez primera en unánime respuesta. Ocasión ahora para sacarnos del ensueño y endurecer la propuesta con "The Attitude Song" y su juego con riffs y armónicos, cambiando la estructura de los compases a placer, como si fuera la cosa más sencilla del mundo, para acto seguido volver a otro de esos momentos de magia con la peculiar melodía de "Salamanders in the Sun".
Con "The Crying Machine" se les dio un pequeño descanso a los músicos de la orquesta, interpretada únicamente por VAI y los músicos de su banda con todo el auditorio dando palmas, volviendo los más de cuarenta músicos para interpretar un "Lotus Feet" que fue de menos a más en intensidad, terminando con unas apocalípticas luces rojas.
Llegamos al momento que personalmente puedo denominar como el más alucinante de la velada, cuando interpretaron "Bangkok" unida al "Fire Garden Suite", más de veinte minutos de música donde cada segundo de la misma te atrapaba y era imposible permanecer sin estar con la boca abierta: desde su inicio psicodélico con melodías orientales (tras la aparición sonora del moscardón que abre el tema), los solos de sitar y guitarra acústica (con VAI acomodado en una silla) mientras el bajo mantiene el ritmo con una sola nota durante varios minutos y los violonchelos rompen la intensidad cuando menos te lo esperas, el momento en el que incluso el guitarrista se permite dejar de tocar y observar desde su asiento asombrado todo lo que hacen el resto de instrumentistas como si estuviera en el cine escuchando una banda sonora, o el gran colofón final con STEVE bajando a la platea para tocar entre su público, firmar autógrafos, dejar que los fans hagan tapping sobre su mástil, o incluso quitarle el móvil a uno de sus fans para retratarse junto a él, todo ello sin dejar de hacer ligados con su mano izquierda; todo un señor que sabe cómo ganarse el respeto y cariño de la gente que le sigue, para terminar en escenario con toda la orquesta de pie en la última nota.
Pequeño mutis para volver en el primer bis con otro de los clásicos, un "Liberty" muy festivo donde VAI jugó con su público, pidiéndoles mover los brazos al unísono de la melodía y que gritaran entre compases. "For the Love of God" fue indescriptible, comenzando sutilmente con los violines arrancando la grandísima melodía y emocionando por doquier a todos los que allí estábamos. Segunda salida y vuelta al escenario para comenzar el batería con el ritmo de "Kill the Guy with the Ball", donde STEVE iba diciendo a cada sección de músicos qué tocar realizando previamente unas notas de muestra con su guitarra, conformando un pandemónium sonoro donde vientos, cuerdas y público íbamos haciendo una parte que en tempo y estructura poco tenía que ver con lo que estaba haciendo el resto, para terminar desarrollando la canción y poner punto y final a la actuación por todo lo alto.
Gran despedida arropada por una cerradísima ovación totalmente merecida, con todos los músicos de pie juntos en una gran piña de espaldas al respetable y nuestro compañero Daniel Garrido haciendo la foto de familia desde el fondo del escenario en lo que será la foto oficial del próximo álbum que editará STEVE VAI (¡enhorabuena Dani!).
Poco a poco íbamos abandonando el auditorio con la sensación de haber vivido un momento mágico donde la música fue absoluta protagonista en toda su extensión, con algunos afortunados a pie de escenario consiguiendo autógrafos de un STEVE VAI que demostró ser todo un señor, atento con sus fans y feliz de estar allí proporcionándonos más de dos horas de dicha. Gracias STEVE y hasta la próxima.
Texto: J. José Jiménez
Fotos: Daniel Garrido (www.photo2riff.com)
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
pedazo de concierto ojala haya un dvd de STEVE VAI & EVOLUTION TEMPO ORCHESTRA para la posteridad