Crónica y Fotos del concierto de LOS SUAVES en Madrid

Viernes 5 de Abril de 2013 – Sala Joy Eslava – Madrid

Una de las máximas que compartimos todos los seguidores del grupo es aquello de que "LOS SUAVES somos todos". Teniendo claro que en la definición hay que incluir a la propia banda, el pasado viernes en Madrid una vez más el grupo y su gente fuimos uno, además formando parte de esta gira tan especial que han llamado "de los mil conciertos" en la que los orensanos han querido homenajear su propia historia, a ellos mismos y a su gente: los que les seguimos desde los 80, los 90 o incluso los más jóvenes desde el 2000 en adelante. Por eso, en esta ocasión están dejando de lado los repertorios más habituales en la última etapa del grupo y han querido recuperar canciones especialmente de sus dos primeras décadas, lo que me parece una idea muy interesante y que, a tenor de lo visto, está funcionando de maravilla a todos los niveles. Así, tanto los viejos seguidores como los que tal vez los han visto en esta última etapa por primera vez, quedamos satisfechos escuchando canciones diferentes, con un set diferente y concordando conciertos realmente especiales, demostrando una vez más que, le pese a quién le pese, LOS SUAVES es un grupo único.

Dicho esto, y si me permitís recurrir a otro tópico aunque en este caso 100% válido, en directo siempre son un grupo de nivel supremo cuando Yosi está bien. Tan sencillo como eso, y es que musicalmente siempre están perfectos, y en Madrid lo volvieron a estar una vez más, dándole el punto genial en directo a ese repertorio distinto pero muy bien escogido con el que nos deleitaron durante dos horas. Pero a lo que iba, y lo comento sin rodeos: Yosi estuvo perfecto, sin más: cantando todos los temas, en buena forma física a sus casi 65 años, centrado, muy emocionado, tirándose, no cayéndose, sobre el público (que no es lo mismo)… Una maravilla encontrar a Yosi tan bien después de tener que lamentar demasiadas veces el verle tan mal, digámoslo sin epítetos ni adornos. Y como decía al principio, "LOS SUAVES somos todos", y Yosi más que ninguno, así que es realmente una gran alegría verle de nuevo tan centrado y en tan buena forma, la verdad.

Por cierto, con las entradas agotadas desde hacía un par de días, estaba claro que aquello iba a ser una olla a presión y que íbamos a vivir un ambiente de los de las grandes noches. No sé si tal vez este concierto debería haber sido en La Riviera como otras veces que hemos visto a LOS SUAVES en la capital (siempre con muy buena entrada en Madrid desde tiempos inmemoriales, por cierto)… Es más, pese al ambiente y calor con el que vivimos el concierto, lo cierto es que el teatro estaba hasta la bandera, que está genial para grabar un DVD en directo y lo bien que van a quedar las imágenes al respecto, pero es verdad que en algunos momentos estábamos como sardinas en lata… Aunque, ¡hey!, esto es rock n´roll, sudor, guitarras y cantar hasta dejarte la garganta, y ni más ni menos que eso ocurrió durante las dos horas de show arengados por unos SUAVES de nuevo en estado de gracia, en una forma envidiable y demostrando encima del escenario que vuelven a ser los mejores, la banda que ha marcado un hito y una época para muchos.

Puede ser hasta absurdo repetir este tipo de cosas, pero siempre es una maravilla disfrutar del arte de Alberto Cereijo, para mí junto con Armando de Castro el mejor guitarrista que ha dado este país, que además forma una pareja única con Fernando Calvo, ¡qué buenos son, leñe! Luego, la sonrisa sincera y emotiva de Charly es más que contagiosa, que ¿cómo sería un concierto de LOS SUAVES (el número mil o el primero de todos) sin ese trocito de corazón del bigotudo bajista que se queda en cada show? Sin olvidarnos de Tino, ese pulmón que aporta la base para que los temas del grupo suenen en directo, aunque no sea un batería especialmente vistoso o estratosférico, pero ya lleva más de 10 años con el grupo, por algo será… Y Yosi, volvemos a un Yosi cada vez más sabio, cada vez más pellejo, cada vez más diablo, pero cuando está de cuerpo y mente presente es único e insustituible. ¡Gracias, amigo, por seguir queriendo dar lo máximo, hasta que se pueda, por tu banda! De hecho, hasta emocionaba verle 100% metido en el concierto, sin fallar ni una letra, sin parar de sonreír, tirándonos cubos de confeti, contando chascarrillos… y cantando, ¡cantando como en sus mejores años precisamente de los 80 y 90! Como un niño grande ilusionado y emocionado, ilusionando y emocionando como antaño… esperemos que sea la tónica a partir de ahora y no la excepción.

Como único punto negativo en mi opinión, comentar que tal vez faltó un extra de volumen con respecto a lo que nos tienen acostumbrados, que a nivel de calidad, ejecución, feeling, magia, compenetración con su gente y demás no hay nada que reprochar, ¡faltaría más! Pero es cierto que quizás por el tema de la grabación o por el equipo de la propia sala, no lo sé, LOS SUAVES no terminaron de sonar esta vez con la fiereza y agresividad que nos tienen acostumbrados. Pequeño "borrón" que no empaña la gran fiesta del rock que vivimos el viernes en la Joy Slava, pero que había que reseñarlo… Y nada, como decía al principio, es una gira especial y como tal el set list tenía que estar a la altura de la ocasión: Comenzaron muy potentes con esa declaración de intenciones que siempre será "No puedo dejar el rock", ante el griterío y emoción general, para atacar al comienzo con los dos únicos temas más "actuales" que tocaron en el set como son "Cuando los sueños se van" y el ya clásico "Palabras para Julia", muy querida por todos. Pero a partir de entonces fueron pedazos de historia los que nos fueron regalando, desde la caña de "Maldita sea mi suerte" (más habitual pero siempre sublime) hasta las sorpresas recuperadas del calibre de "Una ciudad llamada perdición" (luces en los barrios ricos, en los pobres no brilla ni el sol… ¿os suena de algo?) o las netamente roqueras y rotundas "Si te atreves a nacer" o "Por una vez en la vida" (ambos de "Malas noticias" y que hacía muchos años que no tocaban en directo).

"Viajando al fin de la noche" nos ponía los pelos de punta a los amantes de los temas más intensos y extensos del grupo (con ellos atacando el final en primera línea, como en los viejos tiempos), y lo mismo con las gloriosas "¿Sabes?, "¿Phil Lynott murió?", "Mártires del rock n´roll" (una de mis favoritas desde siempre) y la soberbia y siempre especial "Pardao" (con Yosi tocando la acústica como en sus mejores momentos y nosotros dejándonos el corazón y la garganta recordando una de las historias más amargas y entrañables que nadie ha escrito nunca). "Llegaste hasta mí" (posiblemente la primera vez que la tocan en directo), la triste "Siempre igual" y "Cuando la música termina" (otro de sus temas más especiales y nostálgicos) rebajaban un poco el volumen de decibelios y ataque rotundo para seguidamente recuperar el rock más duro y salvaje de la mano de "Dulce castigo" (del gran "Santa Compaña") y la imprescindible "Dolores se llamaba Lola" (con la sala patas arriba, claro) para cerrar la primera parte del espectáculo.

En el primer bis, más clase y rotundidad con "San Francisco Express", rematado con Alberto tocando una pequeña parte de su querido himno gallego con una bandera posada sobre el mástil. Y cerrábamos recuperando la rotunda "Peligrosa María", gamberra y descarada donde las haya y con Yosi ejemplificando la letra de la canción sin rodeos y rematando con el habitual pero siempre especial juego de las banderas: la de Madrid, la de Galicia (¿cuántos queremos aún más a esa bandera tan entrañable gracias a LOS SUAVES?…) y la del gato negro, claro. Tras la outro y despedida "oficial", sabíamos que aún quedaba algo más, con lo que tras la más habitual "Ya nos vamos", la sorpresa fue que remataran con "La noche se muere" (que cerraba el primer vinilo del gran "Maldita sea mi suerte", uno de sus mejores discos sin duda, allá por el 89), que también hacía muchos años que no tocaban (posiblemente desde la gira de "¿Hay alguien ahí?" a mediados de los 90). Se despiden, nos dan las gracias nos dicen que nos quieren y sabemos que es verdad porque ellos no saben mentir y es que las sonrisas, los besos y los abrazos figurados desde el escenario sólo son sinceros cuando los sientes como propios… Y esta noche fue un placer volver a sentirse parte de esa gran familia que son y siempre serán LOS SUAVES.

Grandes y de nuevo en la primera línea, al menos mientras Yosi quiera y aguante… Pero sí, de cualquier manera, "LOS SUAVES somos todos" y además cada vez tengo más claro que si la vida tuviera vida sonora… efectivamente, ya sabéis quién le daría forma, sonido y corazón.  

Texto: David Esquitino (david_esquitino@rafabasa.com)

Fotos: Marta Errea (martaerrea.pasarelastudio.com)

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